—Nunca creí que terminaríamos así Yuuri...— Menciona el ruso mientras recargaba su cabeza hacia atrás, sus mejillas seguían manteniendo el tono rojizo peculiar de el. El japonés acaricia una de las manos del contrario de arriba abajo, al llegar a la palma este junta su mano con la contraria. 

—¿Querías algo más gatito?— Le dirige una sonrisa mientras que con la mano libre toma una lata de cerveza y la acerca hasta sus labios, dándole un sorbo. —Que sucio eres, aun estando tu hermano arriba— Comenta sin pena alguna, notando como el rubor del contrario se hacia más notorio y trataba de disimularlo imitando la acción del pelinegro.

—No se a que te refieres...

—Oh vamos, no me puedes negar que no pensaste en eso...

—Bueno, quizás tienes razón... Pero como lo dijiste, no podemos hacerlo si Victor esta aquí. 

Un silencio incomodo se forma en el lugar, —Ustedes par de borrachos... ¿Han acabado de jugar al Activo-Pasivo?— El albino los observa desde las escaleras con una mueca de disgusto y desgrado. Algo que odiaba Victor era lidiar con personas en ese estado, aunque en ocasiones los ebrios llegaban a ser interesantes. 

—¿Ves porqué debiste de llevarlo a que le cortaran el pelo?, con solo mirarlo parece una mujer— Yurio frunce un poco el ceño y bebe de la lata que sostiene. 

Victor comienza a peinar su cabello mientras agacha la mirada levemente, —Solo porque yo si sea lindo no debes de decir ese tipo de cosas hirientes, maldito oxigenado— Comenta en tono quedito lo ultimo. —Como sea, no vengo a discutir. No has hecho ni si quiera la comida, ¿Quieres que muera de hambre o algo así?— Baja por completo de las escaleras y se acerca a ellos de brazos cruzados.

—Victor tiene razón, al menos deberíamos de pedir algo para comer...— Evitaba hacer cualquier contacto visual con el albino, acción que le pareció extraña al menor.

—Llamare a la pizzeria más cercana entonces.— El rubio se levanta con dificultad del suelo y tambaleante camina hacia la cocina. 

—¿Tengo algo de malo Yuuri?, hace unas horas eras distinto...— El albino se arrodilla frente al japonés y se acerca peligrosamente a su rostro. —Sabes, odio un poco el olor al alcohol... Pero en ti huele exquisito.— Sin más deposita un beso en la comisura de los labios del contrario y le sonríe. 

—Victor, ¿Te has arreglado de esa manera solo para mi?— Menciona aquello con un tono de voz ronco, mientras sus manos se colocan el las caderas del menor y recorre cada centímetro de su espalda. A lo que el menor asiente orgulloso. —Bebé, no podemos estar de esa forma... Yura podría llegar en cualquier momento y si te encuentra así tendremos muchos problemas.

Escuchar aquello provoca algo raro en el menor, como si le tiraran encima un balde lleno de agua fría —¿A quien le importa Yurio?, solo cállate... Es fastidioso que ese nombre salga de tu boca, solo debes decir el mio.— Pero en el fondo tenia razón, sabia que en cualquier momento el oxigenado llegaría y metería al japonés en un problema.

—Te lo compensare  después...

—Entonces espero que planees algo especial para mi...

N/A: ¡Hola!, finalmente me encuentro bien y lista para continuar con esta historia, lamento la demora pero aquí esta... La siguientes actualizaciones serán (posiblemente) más seguidas, y quizás suba dos capítulos a la semana. ¡Gracias por seguir apoyando la historia!, nos leemos en la siguiente actualización.