Encanto artificial

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Agua y fuego; noche y día; blanco y negro; bueno y malo; cada cosa ha sido creada por algo e incluso existe la contraparte de esta para crear un balance... En algunas familias esto llega a ser similar y en esta no era la excepción... Luego de alimentar al par de hambrientas mascotas como era debido, Plisetsky se apresuró a seguir preparando algunas cosas para observar tranquilamente una película, mientras las palomitas reventaban dentro del horno de microondas un par de preguntas llegaron a su mente; ¿Cómo aguantaría estar viviendo con ese niño, el cual no lograba sacar de su habitación?, seguramente explotaría si continuaba intentándolo...

El sonido del timbre logro sacarlo de pensamientos, atrayendo su total atención. A decir verdad le pareció un poco extraño, ya que él no esperaba la visita de nadie, ¿Seria que hoy era día de correo? — Ahora voy.— Contesto el rubio, percatándose que aquel electrodoméstico comenzaba a emitir ese sonido de cuando algo ya está listo; abrió el aparato y tomo de una esquina la bolsa para sacarlas. Posterior a ello camino de manera apresurada hacia la puerta principal, terminando por abrirla. Sus ojos se abrieron cual platos al ver de quien llamaba a la puerta, — ¡Eres tú!—exclamo mostrando su más radiante sonrisa mientras saltaba al momento hacia los brazos del contrario.

Un joven de tez clara, cabellera obscura como la noche y suave lo recibió con los brazos abiertos, él tampoco pudo ocultar una hermosa sonrisa, sus mejillas se tiñeron de un tono rojizo, pero muy suave... Sus anteojos de montura azulada se desarreglaron levemente por aquella dulce demostración de afecto, pero no era de importancia en ese momento. — ¡Soy yo!— Comento en un tono bajo (debido a la distancia en la que estaban), apenado el rubio se separa de él con rapidez, ni siquiera era capaz de mirarlo al rostro, era bochornoso el haberse mostrado de esa manera; por ello su mirada se desvía a las manos del japonés. En las cuales sostenía un hermoso ramo de Camelias rosadas como trasero de bebé.

— ¿Qué haces aquí?, ¿no se supone que tenías trabajo en la tienda?— Pregunto el rubio mostrándose curioso, sin dejar de lado la felicidad que sentía ante la presencia de este.

— En realidad... Tenía ganas de ver a mi par de amores gatunos.— Respondió de manera humorística y conmovida ante la actitud que mostraba su pareja. — ¿Puedo pasar?, las flores necesitan agua y un florero...— Agrego tomando el ramo con ambas manos, mientras lo observaba de manera dulce.

— No lo creo...— Plisetsky se recargo en el marco de la puerta mientras se cruzaba de brazos, poco a poco volvía a sentirse él. — En primera no me avistaste que vendrías y en segunda... Tengo visitas.— Añadió.

— Oh vamos, ¿no me dejaras tan siquiera ver a nuestro bebé?

— Yuri, no me chantajes con eso...

No había otra forma, Katsuki se acercó al contrario; lo atrajo con una sola mano, sujetándolo de la cintura para finalmente terminar abrazándolo, recargando así su barbilla justo en el hombro del rubio. — Por favor, no hay nada de malo con venir a verlos... Además traje este ramo para compensar el no haberte dicho que vendría...— Comento en bajo. Había dado justo en el blanco, por la experiencia que había adquirido sabía que si era meloso con el ruso, no le negaría absolutamente nada. Lo único que hace Plisetsky es soltar un pequeño suspiro y separa levemente al contrario, para tomarlo de la mano y entrar ambos de esa manera. Caminaron a paso lento hacia el living y durante su trayecto Katsuki coloca el ramo en un bello florero hecho a mano (había sido un regalo que el mismo hizo por su primer mes de novios). Los muebles y las paredes blancas contrastaban perfectamente con el suelo de caoba, el japonés tomo asiento igual de fascinado por el estilo que tenía el rubio.

— ¿Desea algo, señor Katsuki?— Pregunto el rubio de manera coqueta mientras se sentaba junto a él, ante tal acción el azabache lo abrazo con gentileza, atrayendo su cuerpo al contrario... Desapareciendo de esa manera la distancia que había entre ambos.

— Si no fuera mucha molestia, me gustaría probar sus suaves y dulces labios.— Contesto llevando una mano hacia ellos, con el dedo pulgar comenzó a acariciar el labio inferior del rubio; ocasionando que este entrecerrara los ojos. "Tan lindo" pensó Katsuki y posterior a eso comenzó a depositar pequeños besos en todo el rostro del ruso, pero nada de eso servía para saciar el deseo del japonés: aproximo sus labios a los contrarios y depósito en ellos un pequeño beso.

— Yuri, te dije que...— La mirada de ambos se dirige al rostro impactado del menor, el cual los observaba desde la distancia, casi al instante Plisetsky se aleja de su pareja; recuperando así la distancia entre ellos, mientras su rostro se mostraba totalmente abochornado. — ¿Quién eres?— Pregunto mientras poco a poco comenzaba a procesar la situación.

El japonés no mostró sorpresa alguna al escuchar aquella voz levemente masculina salir del menor, el cual llevaba su pelo suelto, luciendo delicado y angelical, ya que, había escuchado algo respecto a varones aparentando ser mujeres (aunque mayormente se veía más en esas convenciones extrañas). — Así que esta es la visita que tienes...— Comento la misma curiosidad que el menor comenzaba a sentir.

— Más que visita es una pequeña molestia.— Murmura Plisetsky entre dientes, fingiendo una sonrisa. — De cualquier forma tarde o temprano lo tendrías que ver... Él es mi hermano menor.

— Hermanastro...— Afirmo Viktor levantando un poco la voz, cruzándose de brazos. — Tú y yo no somos iguales...

Un profundo silenció lleno la habitación, el cual poco a poco comenzó a volverse incómodo. — Bueno, en ese caso es un placer...— El japonés se pone de pie y comienza a caminar en dirección donde se encontraba el menor, al estar a una distancia estimable tomo de su mano con suma gentileza, — Mi nombre es Yuri, Yuri Katsuki.— posteriormente se inclina levemente, llevando la suave mano del contrario hacia la comisura de sus labios para depositar un pequeño beso en esta.

Viktor había visto ese tipo de saludo en algunas fiestas a las que asistía con su familia, de hecho esa era la forma adecuada a la que se le saludaba a una dama, pero, ¿cómo era posible que se atreviera a hacer eso? — El placer es mío, me llamo Viktor Nikiforov...— Responde de la manera más dulce posible, sin dejar de mirarlo al rostro. Tanto Plisetsky como él quedaron fascinados ante la elegancia y seriedad que podía mostrar el azabache, pero ¿que esperar de los japoneses?, después de todo eran como las personas perfectas...

— Entonces oficialmente eres un chico...— Comenta luego de soltar la mano del menor y recuperar la postura que tenía inicialmente.

— Claro que lo soy... ¿Le gustaría verlo por usted mismo?— Pregunta de forma juguetona y algo atrevida.

— Seguro... ¿Qué es lo que perdería?

— Quizás, más que perder algo ganarías una patada en el trasero...— el ruso de cabellera dorada se cruza de brazos y piernas mientras su ceño se frunce de manera molesta.

— Lo lamento... Tu hermano es un encanto.— Comento Katsuki mientras deja escapar una pequeña risa de encanto, provocando que el platinado le siguiera. —Por cierto, cielo... He arreglado el papeleo que me pediste.— Argumenta con una sonrisa en el rostro, Viktor deja de reír y mira al japonés.

— Es verdad... Olvide decírselo.— Exclama Plisetsky de forma apenada.

— ¿Decirle?, ¿a quién?— Pregunta el menor notándose intrigado y curioso de lo que hablaba aquel par.

— Mañana asistirás a la escuela... ¿No es genial?— Esas palabras fueron como una apuñalada en la mente del platinado.

— ¿Ah?

N/A: Como dicen "toda espera tiene recompensa" pues esta es la suya... Este es el primer capitulo que tiene ilustración, la cual fue un premio que recibí por ganar un pequeño concurso de teorías (respecto a la película que esta por salir de "Ice Adolescece"). La creadora fue super linda, que a demás de hacer esa escena realizo el siguiente extra:

Seria super lindo que le dieran apoyo y amor a su pagina en Facebook, ¡wow! aun no me creo que esta historia tenga 5.1K, estoy verdaderamente feliz de que a pesar de todo sigan demostrándome que quieren seguir leyéndome... Creo que si no fuera por eso esta historia estaría ya mismo en borrador; no se preocupen, ya he salido de muchos problemas que se me presentaron y tengo más tiempo en el Internet, así que espero terminar pronto de transcribir las correcciones de los siguientes capítulos y comenzar de nuevo con los nuevos. Muchas gracias por leer, ¡nos vemos en la siguiente actualización!

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