Problemas Menores.

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Yuuri decide ir en automóvil por el chico, pero el único coche que tenía a su disposición era un porsche 911 de color blanco; había recibido tal coche como obsequio de su ex prometida días antes de su boda, (La cual nunca llegó). 

Si se hubiese casado con aquella pelinegra sería asesinado por el hermano de ella, además Yuuri no amaba a Sala Crispino; aquel matrimonio era una simple excusa que buscaba la familia Italiana para ser aceptados por los de la clase alta.

Fue en un viaje cuando conoció a Yuri Plisetsky, quien se volvería su pareja sin saber quien era realmente Yuuri Katsuki: futuro propietario de la empresa Katsuki. El azabache había estado tan distraído que ni si quiera había notado cuando llegó al sitio indicado, busca un lugar donde colocar su carro y baja de el. Posterior a eso camina hacia la entrada del Instituto, comenzaba a sentirse algo extraño, como si alguien lo observará discretamente.

¿Qué diablos era lo que tenía que hacer?, trataba de hacer memoria hasta que finalmente lo recordó. Comienza a caminar a la sala del director a paso lento, algunas chicas lo observaban con ojos de querer comérselo, tal vez no debió de haberse vestido de esa forma. Su pelo estaba levemente desarreglado, usaba una camisa de cuello color blanca y un pantalón de color negro, unos zapatos relucientes del mismo color y sus lentes habían sido reemplazados por unos de contacto. ¿Acaso se veía ridículo?, las miradas agenas y los murmullos entre chicas y chicos comenzaron a poner nervioso al japonés.

-¿Yuuri?- Aquella voz le resultaba extrañamente familiar, al girarse para apreciar quien lo llamaba se sorprende. Un hombre de semblante serio se hacerca a el Japonés con un libro en las manos. -¿Cuánto tiempo sin vernos?- comenta mientras una pequeña sonrisa se forma en su rostro.

-Otabek Altin... ¿Quien diría que el destino nos reuniría una vez más?- El japonés responde la sonrisa contraria. Otabek había sido un chico con el cual había estudiado la preparatoria, a decir verdad no era de muchas palabras; pero era alguien con el cual podrías conversar libremente sin ser juzgado o algo por el estilo. Era alguien realmente confiable y un maravilloso consejero. -¿Qué te trae por acá?- El japonés extiende la mano al Kazajistán, el cual corresponde al apreton.

-Sólo es trabajo... Escuché lo que paso en- había sido interrumpido por Yuuri antes de haber acabado de hablar.

-En realidad no quiero hablar de eso- Por el volumen en el cual lo decía Otabek supuso que era vergonzoso comentar algo al respecto, por lo cual a abstuvo de preguntar. -Por cierto... ¿Sabes dónde esta la sala del director?, veo que cambiaron de orden las aulas y me preguntaba si la seguía en el mismo lugar de siempre...- Pregunta en un tono bajo.

-¿Tienes familiares estudiando en este Instituto?- Pregunta el Kazajo ligeramente asombrado.

-Bueno... Se podría decir que si- El japonés rasca su nuca nervioso.

-¡Yuuri!...
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¡Heya! ¿Me extrañaron?.

Supongo que si, al menos un poco, este capítulo es como disculpa por no actualizar la semana pasada, ni la anterior a esa. (Encontraron mi Yaoi y confiscaron mi celular, pero ya lo tengo de vuelta).

En fin, me inscribí a un concurso de One-Shot's, así que si quieren leer historias de otras ships les recomiendo que estén atentos a todo movimiento que realicé. Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, ¡Muchas gracias por leerme una vez más y nos leemos pronto!


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