Cap. 8: Bloques de ansiedad (Parte 2)

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Paula se había quedado callada y los otros dos no decían nada tampoco. Sentí el cuerpo de Henri moverse y el de alguien más colocarse en su lugar. Su sombra estaba a una distancia prudente y, en vez de sofocarme, por alguna razón me tranquilizaba.

—Hola... —No estaba segura, pero creo que eso me dijo. Una de las manos que abrazaban mi cuerpo, fue tomada por las suyas.

Eran pequeñas, suaves y huesudas.

No respondí.

—¿Qué mierda haces aquí? —preguntó Paula. La chica rió.

—Dame un segundo, ¿tienes prisas? Ya me encargaré de ti.

Eso seguro la enfureció. Solo con la idea mis manos volvieron a temblar.

Pero ella ni se inmutó.

—Eh... —Me llamó—. No nos conocemos, pero quiero decirte que estás bien, que vas a estar bien. Necesito que me ayudes o no podré hacer lo mismo por ti... —Su voz era tan magnética, seductora y endulzante, me recordó a la de Mely.

Pero no, la hermanita de Félix no le hablaría así a Paula, no tendría razones para estar aquí y su voz no era así, era más grave, esta era un poco aguda.

Nuevamente no pude responder, estaba absorta viendo el granito de los azulejos del piso. Ella, entendiendo que no respondería, intentó jalar mi mano, llevándola consigo hasta que la palma tocó algo plano y suave sobre la ropa: su pecho. Entreabrí mi boca, confundida.

—¿Te gusta la música? A mí me encanta... —murmuró—. Si pudiera, me gustaría ir a algún lugar en que tocaran algo tranquilo, muy romántico, en, ¿no sé? ¿Un parque? Sí... que esté llenos de flores. Oír bonitas melodías mientras formamos figuras con las nubes en el cielo azul, despreocupadas de la vida...¿te lo imaginas?

Sí, podía, sonaba increíblemente bien...

—Sería en la tarde cuando no haya tanto sol y pegue mucha brisa... —Inhaló y exhaló profundamente, su pecho se infló cerniendo su respiración—. Si hubiera llovido el pasto estaría mojado, pero el olor a tierra húmeda y las flores bañadas sería delicioso, ¿no lo crees?

Creo que asentí. De pronto quería oler ese prado, me encantaba la lluvia, aquí solo podía oler sudor y el desinfectante que usaban los conserjes para limpiar los pasillos.

—Eso... Y ¿Sabes que lo mejoraría? Un pastel, dulces, ¡con fruta! Tarta de piña, galletas con mermelada casera y, mis favoritas: fresas bañadas en leche condesada y chocolate derretido. Vamos, no puedes negarme que suena divino.

Su broma me causó gracia, creo que me hizo sonreír. Al principio no entendía a donde quería llegar, pero mediante fue hablando y contando de su tarde ideal, fijándose en los más pequeños detalles para hacerlo real, agregando preguntas e incluyéndome en su relato; me percaté que comenzaba a reaccionar, goteaba un poco de moco, pero podía respirar regularmente de nuevo.

Ella se había encargado de usar su respiración para guiar la mía, hasta que pudiera hacerlo sola. Mis manos dejaron de temblar y mis ojos lagrimosos, ardían, pero podía ver perfectamente.

—¿Ves? —Sentí el gran alivio de su voz—. Te dije que ibas a estar bien.

Haciendo algo de presión, bajó mi mano de su pecho y me dejó recogerla, ya segura de que estaba mejor que antes. Subí de a poco la mirada, estudiándola de los pies al cuello. Observé el uniforme escolar que portaba, el largo de sus medias negras y el lustrado de sus clásicos zapatos marrones. Su cabello lo traía suelto y en capas, enmarcando su rostro con el flequillo. Pude haberme atragantado en ese momento, pero mis fuerzas se habían reducido a nada, no dejando ni una pisca como para sorprenderme por la inesperada aparición de mi hermana menor.

De niñas, esa sonrisa siempre me había confortado. Y ahora, después de siete largos años, estaba de nuevo frente a mí, tan agradable y amable como la recordaba. Me transmitía lo que todo ese rato trató de recordarme.

No temas.

No estás sola.

Todo estará bien.

Sentía unas inmensas ganas de llorar de nuevo. No podía creerlo. En un momento así, ¿cómo era que aparecía? Distrayéndome de mis miedos y concentrándome en su relato de fantasía para tranquilizarme, trayéndome de vuelta a la realidad para verla de nuevo conmigo.

¿Estaba mal si deseaba urgentemente abrazarla?

¿De agarrarla y decirle cuanto la extrañaba?

¿Era tan terrible querer decirle que nunca la quise dejar ir?

¿Qué ni por un segundo la olvidé? ¿Qué siempre me preocupé y recé que estuviera bien?

¿Estaba mal... agradecerle a mi hermanita?

—Shh... —susurró en cuanto notó mi inquietud, usando la manga de su uniforme para secarme las lágrimas—. Solo dame un par de minutos, ya sabe que está destruida, solo espera que se lo confirme.

—¿Qué? —Mi voz salió tan ronca que ni yo la reconocí.

Entonces, su sonrisa diabólica salió a la luz y me comencé a preguntar cuál era el propósito de su aparición.

—Bueno... —Se afincó de un pie para pararse y darse la vuelta hacia Paula—. ¿Por dónde empiezo? ¿Agradecerte por ser una lengua floja y facilitarme el trabajo? ¿Ir al grano? ¿O divertirme un poco como tú siempre los haces?

En cuanto dio un par de pasos hacia ella, recién me percaté que no me había equivocado: tanto Chris como Henri se mantenían arrodillados a mi lado. Ellos velaban por mí mientras la más pequeña le sonreía a mi agresora, inmune a sus asesinas miradas y causante de la inquietud de sus piernas, cambiando a cada rato para que no se notara el miedo que le causaba.

¿Me he perdido de algo? ¿Desde cuándo Cornie podía causar ese efecto en alguien?

—¿Qué es esto? —Miró hacia a Chris—. ¿Qué tan bajo caíste? Pidiendo ayuda a tu hermanastra menor, que patético.

—Bien dicho, eres patética, Pula —Se rió para sí, poniéndola más nerviosa.

—No te atrevas a llamarme así.

—Sonabas como peluche, que recuerdos —Se morfó un poco—. Cómo sea, no vine hoy para ponerme nostálgica —Elevó la mirada—. Mucho menos con alguien como tú.

—Chiquilla, esto no te concierne.

—No debiste meterte con mi familia —Pude imaginándomela sonreír.

—¿Perdón? Yo me meto con quien me da la gana. Tu hermana quiso agredirme y yo solo la puse en su lugar —Rió secamente, engañándose a sí mismas con sus mentiras.

A mi lado pude sentir la rabia de Chris, la mano de Henri se alzó para sujetarla del brazo y ambos se vieron, intercambiando mensajes con la mirada hasta que ella se rindió y lo obligó a soltarla. Al frente nuestro, Cornie nos miró sobre su hombro, interceptando la mirada de Chris para sonreírle de vuelta, antes de girarse de vuelta contra la amenaza.

—Siempre me gustó lo confiada que eres —Rió un poco metiendo una mano dentro del bolsillo de su chaqueta, del cual sacó su teléfono—. Estimarte tanto te volvió estúpida, como lo supuse.

Apuntó la cámara hacia Paula. El temor en sus ojos no pasó desapercibido, incluso con su pose inamovible.

—A ver... —Se dio un cuarto de vuelta, quedando de perfil hacia a todos—. ¡Hola! ¿Cómo están, mis influencers? Chif al momento. Perdona por hacerlos esperar, pero ya no hay mucho que decir, la verdad está completamente contada.

Se devuelve, apuntando a Paula de nuevo.

—¿Tienen algún nombre que no sea basura para ella? Porque a mí no se me ocurre ninguno. Y es qué, ¿cómo podemos llamar a bacterias como ellas? Contaminando su recinto escolar, humillando y agrediendo alumnos, llegando incluso a obligarlos a retirarse o manipulando a los mayores para que los expulsen. No sé ustedes, pero yo odio esta clase y hoy, como ven, vamos a dar un paro.

» La última vez que me metí en el tema escolar hablamos sobre el acoso de estudiantes por parte de una alumna que, mi perdón personal, solo era extraña, pero realmente nada peligrosa. Estoy segura que le ocasioné problemas y algunos me criticaran luego, pero no me importa, porque después me encargaré de remediarlo. Hoy el tema se centra no solo en eso, también en el abuso escolar. Para no seguir dando todos los detalles, ¿por qué no se lo preguntamos directamente a una experta en el tema?

Se dirigió a Paula, quien, en el segundo en que Cornie empezó a hablar, perdió al menos tres tonos del moreno de su piel. Nos miró por encima a Chris y a mí.

—¿Cómo te sientes, Paula?

—Hijas de puta... —La escuché murmurar, su cuerpo se alzó hacia mi hermana, intentando obtener la cámara, pero lo esquivó sin problemas y ahora ambas estaban de perfil a nosotras.

—No te molestes en atacarme. Corte o no, la transmisión está ocurriendo en vivo y puedes estar segura de algo: no escaparas esta vez.

—Te voy a demandar por difamación y uso de imagen pública sin autorización.

—Uy, qué bueno, alguien hizo su tarea. Pero ajá, luego me cuentas del asunto, sigamos.

La burla no pasaba desapercibida y Paula amenazaba con explotar en cualquier segundo, pero dándose cuenta de la provocación, se mantenía fiel a su postura, limitándose a matarla con la mirada.

—¿Puedes explicarme qué estás haciendo con tu vida? ¿De verdad crees que ganaras algo con esto el día de mañana?

—¿Quién eres? ¿Mi madre?

—Es gracioso que lo digas... —Su susurro le dio un escalofrío a más de uno.

De repente bajó su teléfono y depositó nuestra paciencia al borde del suspenso. La sonrisa que enmarcaba con tanta frialdad y cinismo no dejó mucho que pensar. En el momento en que Cornie elevó su mano y señaló su lado derecho, la mirada de Paula decayó y su mundo se hizo pedazos. Ahí, detrás de nosotros, en algún momento del show, se había instalado en primera fila una mujer morena y muy elegante, vestida con un traje de pieza crema, un bléiser negro encima y unos tacones del mismo color.

—Tal vez es un poco temprano, pero ¿qué tal si le preguntamos cómo se siente al respecto de que su hija es una brabucona? Bueno... —Sonrió con cierta decepción—. Aunque no sea algo nuevo y que ignorara.

Finalmente, el color abandonó por completo su rostro, los ojos oscuros de Paula viajaban de Cornie a su madre y viceversa, completamente muda y absorta de la realidad. El teléfono que usó antes para grabarlas ahora, yacía apagado a un costado de ella. La mirada que les echaba a ambas era tan indiferente y neutra, que me hizo preguntar si sentía algo de lo que estaba haciendo.

—He apagado la transmisión, ahora si podemos hablar seriamente —Empezó con simpleza, usando un tono helado.

—¿Sabes en lo que te estás metiendo, jovencita? —indagó la señora hacia Cornie.

—Usted como yo lo entendemos, este ya no es un simple juego o una línea de caprichos para su hija —Me miró reojo—. De verdad esperaba darle un ataque serio a esa estudiante, debajo de todo ese maquillaje y ropa, su cuerpo está lastimado por las agresiones de su hija.

—Lo que veo —Medio alzó la voz—, es que planearon todo y arrastraron a mi hija a esto. La provocaron para decir cosas que ella no siente. Esto claramente es un montaje, una trampa, ¿qué pruebas físicas tienen de que mi hija haya lastimado a esta chi...?

—Me lastima su ceguera —La interrumpió, lanzándole otra mirada fría—. Está aquí desde que empezó a atacarla de nuevo, cuando le clavó las uñas la trastornó hasta que perdiera el control de sí, pudo haberse desmayado.

—No dijo nada que pudo parecer un ataque, solo estaban hablando y la chica se puso nerviosa por su cuenta. Paula no tuvo nada que ver.

—Todo está grabado, señora —Los ojos de la mujer se agudizaron.

—Eso solo demuestra la intención de este montaje. Que trampa tan sucia.

—Hay veces en los que tenemos que ponernos al nivel del otro para hacerles ver qué tan bajo han caído —Miró a Paula—. Su hija cayó hasta lo más recóndito.

—¡Suficiente! —La señora alzó la voz, furiosa—. Esto es absurdo, no seguiré discutiendo con una niña de doce años.

—Mi turno acabará dentro de poco de todas formas —Rió para sí, dirigiéndose a Paula. Ella permanecía muda, cabizbaja mientras su madre controlaba la situación—. La primera foto nunca existió —La mirada de mi agresora enfureció de nuevo.

—¡¿Qué?!

—Paula —Intentó reprimirla su madre.

—Sí, y la segunda estoy segura de que Chris la retratará luego en un bonito marco para tenerla de recuerdo —Miró hacia Chris y pude notar como esta sonrió.

—Hijas de su...

—Y el video que poseo yo... —Señaló por encima su teléfono—. Seguro que a mis fans les encantará escuchar de mi campaña luego.

—Esto es inaudito —Madre e hija la retaron.

—Oh, ¿olvidé decirlo? La transmisión en realidad era una video llamada privada, con mi padre y mi tío, que están aquí, ahora, en Houston —Paula abrió los ojos y su madre, bueno, casi podía ver fuego saliendo de los suyos—. Igual que todos aquí, son testigo de lo que sucedió, también grabé la llamada y la reenvié a cada uno de los que ve en esta habitación. Abogada Wade, no existe una sola copia —Dibujó una sonrisa—. Eso, más la evidencia física en el cuerpo de esta estudiante, la confesión de las compañeras que ayudaron a agredirla y que ya interrogamos. La foto de Chris y los testimonios del conserje Blake y la enfermera Jordan, quienes han meditado la situación de su hija, por parte de más de un alumno, de Houston y otros egresados; no es necesario mencionarlo, pero ya veremos que dice el juez en el tribunal, sobre si sigue pareciendo una trampa o un sucio montaje, como usted lo plantea, o su hija en realidad tiene serios problemas y está mal de la cabeza, como es evidente.

La sala quedó en completo silencio. Si existiese cuchillo que pudiese cortar la tensión debía de ser uno extremadamente afilado. Ambas mujeres estaban tiesas, Paula la miraba como si la quisiera ahorcar mientras que su madre no le quitaba la vista de encima y analizaba la situación, reformulando su planteamiento sobre Cornie y, por primera vez, viéndola como una amenaza.

Doce años, dos veces saltada su curso. Una estudiante de segundo de secundaria había dejado completamente sin habla a una abogada profesional. La observaba como si fuera insignificante, sin retroceder ni adelantarse, sin confiase y siendo muy cautelosa.

—Bravo, que impresionante tu estrategia, comprensión y análisis, jovencita —admitió por fin la señora—. Si no existe otra manera, los veremos en el juicio. Espero que estén preparados para las consecuencias.

—No se adelante, abogada —La interrumpió—. Su hija no es la única rezagada en el asunto.

—¿Disculpe? —Pestañeó confundida.

—La corrupción judicial es impresionante, ¿no lo cree? —Alzó una ceja, guardando su teléfono—. Estoy segura que encontrará un buen abogado, pero ni con todo el dinero del mundo podrá defenderlas a ambas —Claramente era una advertencia—. Cómo sea, mi padre y el director las esperan en su oficina para hablar de los detalles. El conserje Blake y su nieto las escoltaran, perdonen que no confíe en dejarlas solas.

Sonrió con lascivia. Antes de darme cuenta, Henri había desparecido de mi lado y, del contrario, a espaldas de la señora, estaba el abuelo Blake esperando a madre e hija para llevárselas. Por primera vez, la mujer mostró el miedo y desagrado que le tenía a Cornie y no pudo ser más satisfactorio para ella, quien, con una gran sonrisa, los despidió haciendo un ademán, hasta que confirmó su desaparición en los pasillos.

Mi boca se mantenía entreabierta, mis pulmones estaban en mecanismo automático y mi cerebro apenas procesaba lo que acababa de pasar. Parecía que recién salía del trance de una maléfica actuación, mientras la veía afincar una mano sobre su cadera derecha y darse media vuelta hacia nosotras.

Sus ojos marrones me escanearon de pieza a cabeza, inclinando su cuello mediante fue bajando la mirada y la subía de regreso. Dibujó una sonrisa angelical en su rostro que hizo parecer mentira que, tan solo unos minutos antes, se había convertido en el mismísimo demonio.

Estaba frente a ella, lo había visto todo en vivo y directo, pero todavía no me lo podía creer. Estoy segura que, precisamente esa fue la causa por la que me fue tan fácil devolverle la sonrisa.

—Creo que es todo por el momento —Suspiró más relajada, dando el primer paso para acercarse a nosotras.

—¿Es mi impresión o no pareces satisfecha del todo? —preguntó Chris.

—No le dije todo lo que quería —Se cruzó de brazos, entornando los ojos hacia arriba, pensando—. Luego me destacaré en mi blog.

—Así que lo escribirás.

—En tercera persona y en términos generales, para que la abogada se frustre de no poder usar nada en mi contra —Sonrió con malicia, haciendo ver que iba en serio.

—¿No es genial mi hermanita? —Me codeó Chris, desviando la atención hacia mí.

Me costó reaccionar, pero asentí y miré a Cornie en silencio. Ella me sonríe con amabilidad, inclinando su cuerpo hacia enfrente para ofrecerme su mano, con la intención de ayudar a levantarme del piso. Dudo un segundo, pero acabé por aceptarla y, entre las dos, me enderezan de nuevo.

El miedo se acentuó en mí. De pie, por obvias razones, era más alta que ella y podía ver mi rostro mucho mejor, incluso si me mantenía cabizbaja. Quiero creer que son los efectos de la ansiedad y la impresión de su inesperada actuación; pero me daba la sensación que me estudiaba con mucho cuidado, como si supiera quién era y buscara algo que lo comprobara. Casi suelto todo el aire retenido cuando la escuché hablar de nuevo.

—Es increíble, no se ve ninguna marca —Miró a Chris—. Eres toda una experta, hermana.

—Lo sé, lo sé —No se hizo de rogar y sonrió, echándose coquetamente el cabello hacia atrás con un movimiento de sus hombros.

Pestañeé un par de veces. Lo veía, pero no lo creía. Técnicamente, acababa de ser salvada por mi hermana menor y nuestra hermanastra. En un solo día vi la parte más amable de una en el baño y la más sádica de la otra hace unos minutos. Ahora estábamos las tres de frente, ellas dos bromeaban y yo las miraba sin acotar nada, todavía procesando lo sucedido.

—Yo...

"¿Debería irme?". Era lo único que pensaba, ¿qué se supone que habría que hacer o decir? Aparte de huir de nuevo, claro está. Me sentía falta, me avergonzaba de mí misma. No me encontraba preparada para enfrentar a mi familia en ese momento.

Si ellas supieran...

Temblé

No, no estaba lista...

—¿Te sientes mejor? —preguntó de pronto Cornie.

Sin darme cuenta, se había acercado a mí y me tomaba del hombro. Ambas me miraban muy preocupadas, en Chris percibía incluso un poco de culpa.

—Sí-sí... yo... —Intentaba sacar mi lado más seco, pero estaba completamente desplomada ante los ojos de ellas—. Lo siento, estoy algo desconcertada, ¿iremos a juicio contra Paula?

—A estas alturas, es mejor dejarles el resto a los adultos. La situación es muy grande como para que un par de adolescentes se encarguen por las buenas —acotó Cornie con un dejo de desagrado—. Paula no va a detenerse mientras siga en ese grupo —Miró a Chris, quien de pronto parecía tensa—. Lo único que me preocupa es que seguro utilizaran tus errores, antes de que abandonaras su bardo.

Bien, eso no lo sabía, ¿Chris abandonó a esa pandilla?

—Ya lo discutimos, papá dijo que se encargará personalmente, así que confiemos en él por ahora —Le susurró de vuelta y Cornie suspiró, asintiendo.

—Lo más seguro es que te necesitemos —Me miró—. Eres nuestra mejor carta y la más afectada —Con toda confianza se atrevió a pasar una mano por el contorno inferior de mis ojos. Siento dolor al roce de mi pómulo lastimado.

—Sé que te dije que no te dejaría en medio, perdóname... —murmuró Chris, sorprendiéndonos.

La estudié de cerca. Me veía con lastima y mucho arrepentimiento, su mano izquierda apresaba su hombro derecho con fuerza, casi clavando sus uñas. Recién me daba cuenta que tenía el maquillaje un poco chorreado y sus ojos estaban un tanto rojo, ¿estuvo llorando de nuevo?

—No es tu culpa... —Desvié la mirada—. No contaba con... pensé que podría hacerlo...

—¿Te dan seguido esos ataques? —preguntó Cornie y negué.

—Normalmente controlo bien mis emociones y no me exalto con facilidad.

—Es cierto —Me abogó Chris—. Tiene unos nervios de acero, es muy difícil provocarla, por eso estaba tranquila al principio.

—Su ataque de ayer debió afectarme... —confesé, usando ambos brazos para abrazarme.

—Me asustaste mucho —dijo Chris, haciéndome voltear. Su mirada afligida me golpeó—. Tu novio no lograba tranquilizarte y no reaccionabas, no sabía que hacer...

—Él no es...

Ni fuerzas me quedaban para protestar, mi cabeza procesaba la agonía con la que salía su voz y la resonaba una, y otra vez, atormentándome.

Entonces... Si estaba preocupada.

—Lo siento... No fue intencional —La voz me salió muy ronca de nuevo.

Los ojos se me aguaron. Tenía la sensibilidad a flor de piel, era insoportable. Sentía que cualquier mala noticia podría derrumbarme ahora.

—Eh... —Nos alertó Cornie a las dos—. Todo está bien, ¿vale? —Chris asintió, pero yo volví a desviar la mirada. Sentí una mano acariciar mi hombro—. Pero creo que deberías buscar un especialista. Tengo en parte la culpa por ese tonto artículo que escribí, así que puedo investigar y recomendarte un buen psicólogo si lo necesitas —Volteé para protestar, pero su enseriada mirada me detuvo—. Permíteme ayudarte, ¿está bien?

Tragué saliva. Hablaba muy en serio y, por lo que vi en antes, no permitiría un «no» como respuesta, así que terminé por resignarme y aceptar su propuesta, pero solo si pasaba un tiempo y seguía sin poder manejarlo por mí misma.

Porque a fin de cuenta, internamente, sabía que era algo que necesitaba desde hace mucho tiempo.

Finalmente, empecé a enfrentarlo...

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¡Holiwis, my loffies!

No quiero decir mucho, peeeeroooo

No me puedo imaginar que deben estar pensando o como se sienten en este momento

Luego de varios capítulos con mucho suspenso

Y de funarnme por instagram XD [Los quiero mucho]

Recuerdo que en el viaje a Berbelly Hills muchos se quedaron impactados al enterarse que Lop tenía una hermana y no dejaron de preguntarme que había pasado con ella, hasta que llegamos al final del primer libro y confirmé que seguía viva y Lop la había dejado con su padre, mientras que ella no pudo con la carga y se fue a vivir con su tía, la hermana de su madre, Indiana

No sé si se lo esperaron luego del primer capítulo de este segundo libro, cuando apareció Cornie como la hermana de Chris a buscarla.

Pero bueno, aquí tienen una que otras respuesta

La razón por la que Lop conoce a Chris más de lo que debería y porque ha hecho tantas cosas por ella.

Si recuerdan el final del primer libro, ya sacarán sus conclusiones

Pero si, tribu, Lop y Chris son hermanastras.

Y Cornie y su padre, viven con Chris y su familia.

En otras palabras, a Lop le espera mucho desarrollo de personaje y las cosas se pondrán cada vez más turbulentas

Mientras les dejo una fotito de como me imagino a Cornie en multimedia

Una manita arriba, porque a esa niña se le reza

Y un descansito, en el próximo capítulo tendremos nuestra dosis de Félix, que representa al fandom

Sé que no ha habido mucho romanticismo, pero es que la situación lo amerita, deoz

Ustedes nada más descuidenme un poco y ya verán porque XD

En fin, ahí nos vemos

Un apapasho

Un besho

Loviu

ATT: Keni







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