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Profesor Shipper II

"Estúpido Rubén..."

-N. O.-

Guillermo mordía su labio inferior por los nervios, esperando a que David llegara. Miraba la hora en su móvil constantemente, sintiendo que el tiempo simplemente no avanzaba.
Jamás se había sentido tan nervioso en todos sus años de vida, y estaba seguro de que si se tratara de alguno de sus amigos, se burlaría a más no poder de ellos... Agradecía que ninguno lo estuviese viendo ahora mismo.

Los minutos pasaban, y Díaz dejó incluso de respirar cuando escuchó el timbre de casa.

Suspiró tratando de relajarse, y una vez se sintió listo, se dirigió a abrir la puerta con prisa, antes de que sus padres lo hicieran.

David.- Hola, Guille
Guillermo.- Hola... Eh... Adelante, pasa... Mis padres están esperando...
David.- De acuerdo

David entró al hogar de Díaz, quien lo guió hacia la sala del lugar, en donde estaban los padres y la hermana de Guillermo.

Guillermo.- Mamá, papá... Él es David, eh... Mi-Mi novio.- Dice, algo avergonzado y bastante nervioso.
Leonardo.- David, es bueno verte de nuevo
David.- Buenas tardes, señor, lo mismo digo
Leonardo.- Solo dime Leonardo, deja las formalidades de lado ¿De acuerdo?

David asiente, para después fijar su mirada en la madre de Díaz, quien lo miraba en silencio. Debe admitir que se sintió un poco nervioso, pero continuó con su actitud confiada.

Guillermo.- Ella es Vanessa, es mi mamá...
David.- Un placer conocerla
Vanessa.- El placer es mío, David... Estos dos han hablando muy bien de tí, por ahora veo que mi hijo no se equivocó en elegirte

Guillermo se sintió un poco avergonzado, mientras que David tan sólo sonrió, feliz de que todo pareciera ir bien.

Carol tan solo se mantenía en silencio escuchando todo, observando especialmente a su hermano y su novio, quienes en algún punto de la conversación habían entrelazado sus manos. Sonrió, agradecía poder ver ese tipo de escenas en su propio hogar.

Doblas y De Luque se encontraban cerca del mar, tonteando un poco.
Después de corretearse por unos minutos y haber entrado al agua un rato, decidieron caminar por el lugar.
Samuel tomó la mano del contrario, entrelazando sus dedos.
Ruben le miró y sonrió, para después bajar la mirada un poco avergonzado, no de la situación como tal, si no que simplemente le gustaba estar así con el contrario, pero no podía evitar sonrojarse ante el tacto de Samuel, y lo que le daba vergüenza era que su novio lo viera de aquella forma.

Ambos sonreían, más que encantados con la compañía del contrario.

Rubén, dejando de lado su vergüenza, se aferro al brazo de Samuel, obteniendo una pequeña risita por parte del mencionado, quien besó la mejilla del chico.
Continuaron caminando por un rato, coqueteando con el otro como si no fuesen novios, para después terminar sentados en la arena, mirando el mar.

Estuvieron así por un par de horas, simplemente siendo ellos dos en su mundo, riendo y charlando.

Doblas sacó su móvil y tomó una foto, para después poder presumirle a sus amigos los preciosos momentos que había tenido con Samuel.

Mientras Doblas le agradecía al destino por haberlo juntado con De Luque, Guillermo comía en silencio, temiendo decir una estupidez si se atrevía a hablar.

Parecía que todo iba bien, sus padres hablaban con David animadamente, a veces reían por alguna broma que decían, y Díaz rezaba por que todo continuara así.

Por unos instantes conectó miradas con su hermana, quien tan sólo asintió, dándole a entender a Guillermo que todo saldría bien, para tratar de tranquilizarlo un poco, pues estaba incluso más nervioso que David, y eso hasta su hermana podía notarlo.

La menor estaba más que segura de que sus padres aceptarían a David sin problemas, ya habían superado la parte más difícil, que era dar la noticia, ahora sólo quedaba que vieran qué tipo de persona era el novio de su hermano, y sabía que no lo rechazarían, pues era un buen chico... Agradecía que su hermano, como mínimo, tuviera buen gusto.

Borja.- Ely, Raúl y yo saldremos ¿De acuerdo? Hay comida en la nevera, solo tienes que calentarla, puedes invitar a tus amigos o a tu novio si quieres, no llegaremos muy tarde
Elyas.- Vale, no hay problema
Raúl.- No dudes en llamarnos si ocurre algo ¿Bien?
Elyas.- Por supuesto, no se preocupen, que se diviertan

Los adultos se despidieron del menor, y cuando finalmente perdió de vista el auto, regresó dentro de casa y cerró la puerta, para después tomar su móvil y enviar un mensaje a sus amigos y novio, invitándolos a casa para pasar el rato.
Todos, a excepción de David, quien estaba en la cena con Guillermo, y Samuel, quien estaba en la playa con sus padres y Rubén, aceptaron.

Se dispuso a esperar a sus amigos, mientras se distraía en su móvil hablando con Herny.

Poco después el timbre de casa se escuchó, el primero en llegar fue su novio, quien después de darle un corto beso en los labios, entró a casa tras recibir el permiso del contrario.

Herny.- ¿No ha llegado nadie aún?
Elyas.- No, eres el primero
Herny.- Vaya... ¿Qué hacemos mientras esperamos?
Elyas.- No lo sé... Aunque no creo que tarden demasiado

Ambos se sentaron en uno de los sofás de la sala, comenzaron a tontear mientras esperaban a los demás, y entre bromas y risas, de alguna forma sus rostros terminaron a una distancia bastante corta.

Ambos se miraron por un par de segundos, para después ser Elyas quien unió sus labios con los de Herny, comenzando así un beso que los dos estaban deseando.

Se mantuvo siendo un beso tranquilo y dulce, lento, sin ninguna intención de llegar más lejos.
Herny dirigió su mano hacia la mejilla del chico, acariciando tierna y suavemente la zona, mientras su otra mano permanecía entrelazada con la de Elyas encima del sofá.

Para ambos aquel estaba siendo un momento bastante agradable y, por supuesto, memorable... No les importaría que sus amigos tardaran mucho más tiempo en llegar.

Guillermo se sentía un poco más tranquilo al haber pasado el tiempo y ver que sus padres se llevaban bien con su novio, eso era realmente un gran alivio... Aún no acababa el día, pero de verdad agradecía que David estuviera tan tranquilo y siguiera siendo el mismo de siempre, aunque no entendía cómo es que lograba no verse nervioso ni ansioso con la situación... ¿Acaso era sólo él el que pensaba tanto las cosas? Ya le preguntaría luego a su novio cómo es que se había mantenido tan tranquilo...
Por ahora tenía que centrarse en no ser él quien arruinara todo, y claro, procurar no pasar por las mismas vergüenzas que pasó Rubén... Eso sí que sería una completa pesadilla.

Y como si hubiese invocado a Doblas pensando en él, un par de mensajes le llegaron a su móvil.


Díaz suspira, Doblas sí que era rencoroso...

"Estúpido Rubén...", piensa, para después centrarse nuevamente en la conversación que estaban teniendo los demás presentes.

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