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¡Mi Prosesor Es Shipper!

"Estúpido Karma..."

-N. O.-

Guillermo pasó la noche pensando en cómo hablaría con De Luque al día siguiente y qué le diría exactamente, más bien, en cómo le explicaría que lo que había pasado con David había sido sin querer y que podía confiar en que esta vez iría completamente en serio.

No entendía cómo es que las cosas habían terminado de aquella forma, y aunque sabía que en parte había sido mayormente su culpa por haber inventado aquella mentira, no llegaba a comprender cómo es que había terminado enamorándose de David.

Se jactaba de que no era como Rubén, y que por nada en el mundo terminaría como él, decía no sentir nada por el de cabello más claro y que aquello no llegaría a nada... Y ahí estaba él, pensando en cómo le invitaría a salir.

Sabía que se había adelantado a los hechos, y se arrepentía completamente de haber hecho aquella tonta apuesta con Alex, pues ahora que había prometido invitar a David a una cita real no podría ocultarlo para siempre de sus demás amigos.

¿Qué se supone que debía hacer ahora?

No había forma de poder evadir la cita, pues incluso De Luque quería hablar con él al respecto y Díaz estaba más que consciente de que no sería capaz de mentirle a Samuel de ninguna forma, ni mucho menos de cancelar el plan de invitar a David a una cita.

"Estúpido Karma..."

Pensó Díaz, más frustrado de lo que ya estaba.

Samuel despertó temprano como solía hacerlo habitualmente, al abrir los ojos, lo primero que vio fue su novio durmiendo a su lado.
Sonrió y se levantó con cuidado de no despertar al chico, y se dirigió al baño para tomar una ducha, llevando consigo las prendas que usaría aquel día.

Al salir, Doblas aún se encontraba durmiendo plácidamente, sonrió enternecido al verle durmiendo tan tranquilo acurrucado entre las sábanas.
Tomó su móvil y, sin poder evitarlo, le tomó una fotografía. Sonrió al verla y dejó nuevamente el móvil en la mesita de noche de la recámara, para después bajar para preparar el desayuno.
Para samuel, el estar saliendo con Rubén era de lo mejor que le había pasado.

Una vez De Luque terminó el desayuno, subió nuevamente a la habitación que había compartido con Rubén y se acercó al chico lentamente.

Samuel.- Rub, el desayuno está listo, venga, despierta

No obtuvo respuesta alguna por parte del contrario, e intentó de nuevo, esta vez susurrandole cerca del oído.

Samuel.- Rub, Chiqui, es hora de levantarse

Rubén se removió un poco y dejó escapar una ligera risita debido al cosquilleo que la acción del mayor le había provocado.

Samuel.- *Ríe* Anda, levántate ya
Rubén.- Cinco... No, diez minutos más
Samuel.- El desayuno ya está servido, anda, o iré a desayunar solo
Rubén.- *Suspiro* Vale, ya voy
Samuel.- Te espero abajo

Antes de salir de la habitación, Samuel besó suavemente la frente de Rubén, ocasionado que el nombrado se sonrojara un poco, mientras sonreía embobado.

Una vez De Luque salió de la habitación, Rubén se quedó unos segundos mirando el blanco techo del lugar, pensando en nada particularmente, para después finalmente levantarse, lavarse la cara y sin más, ir a donde Samuel le esperaba.

Para Rubén aquellos últimos días habían sido bastante buenos, había pasado prácticamente todo un fin semana con su novio, incluso habían dormido en la misma cama y aquello, por más tonto que pareciera, realmente hacía feliz a Rubén.

Elyas, por su parte, había terminado desayunando junto a Luzuriaga y Álvarez, habían comenzado a hablar de temas varios, y de vez en cuando alguno de los adultos soltaba uno que otro chiste, unos mejores que otros.

Poco a poco Elyas iba conociendo mejor a ambos profesores, el chico estaba más que convencido de que los dos eran personas bastante amables y, como familia, definitivamente eran los mejores.

Para los adultos era igual, día con día iban conociendo más cosas del adolescente, ambos querían lo mejor para el chico, y por ello se esforzarían para que fuera realmente feliz, y darle el cariño de padres que no había recibido antes.

Ninguno podía esperar por que llegara el día en el que se volvieran una familia oficial.

La tarde había llegado más rápido de lo que a Guillermo le hubiera gustado.
El chico estaba bastante nervioso por lo que pudiese ocurrir en la charla que tendría con Samuel, y es que, no era para menos, el contrario estaba molesto con él y Díaz estaba consciente de ello, por lo que no sabía qué esperar al verlo.

Díaz se había estado preparando durante toda la mañana para hablar con Samuel, pensando en lo que debía decir y esperando que funcionara para convencer a De Luque... Se sentía como si fuera a tener una plática con la familia de David para obtener su aprobación...

Negó repetidas veces, tratando de tranquilizarse diciéndose a sí mismo que aquello en realidad no era tan complicado.
Sólo tenía que disculparse y decirle a Samuel que está vez quería intentarlo de nuevo, pero con una cita real... Era así de sencillo...

Suspiró antes de tener que salir de casa y dirigirse a la de Doblas, en donde le estaría esperando De Luque...

Realmente esperaba que todo saliera bien, y que el Karma esta vez no se pusiera en su contra.


Herny despertó un par de horas más tarde después de que envió el ultimo mensaje a Elyas.

Tras levantarse y hacer un par de cosas habituales después de haber despertado, se sentó un momento en la cama y tomó su móvil, desbloqueandolo, percatandose así de que tenía un par de mensajes.

Al leerlos no pudo evitar sorprenderse un poco y, después de analizar la situación, comenzó a sentirse nervioso.

La razón por la que el chico había entrado en un pequeño pánico, es que sus padres irían a visitarlo.

Había sido bastante de imprevisto, ni siquiera le habían dicho que tendrían tiempo libre o que irían pronto, simplemente le habían enviado recién un mensaje en el que le avisaban que llegarían a su hogar en un par de horas más.

Había quedado de verse con Elyas más tarde, y en realidad no quería cancelarle al chico a último minuto, pensó un momento en la situación y, tomando una decisión, le marcó a su novio.

Elyas no tardó mucho en responder la llamada, y en cuanto Herny escuchó la voz del contrario, sonrió.

Herny.- Buen día, Elyas
Elyas.- Buen día ¿Sucede algo?
Herny.- Bueno, me gustaría decir que sólo llamo para escucharte... Pero esta vez no es sólo eso
Elyas.- Oh, entonces sí pasó algo...
Herny.- Bueno, eh... Es acerca de mis padres... Ellos vendrán hoy a visitarme...
Elyas.- Oh, entiendo... Podemos quedar otro día, no te preocupes
Herny.- En realidad no quiero cancelar nuestro planes de hoy
Elyas.- ¿Eh? ¿Entonces?
Herny.- Bueno... Creo que esta podría ser una buena oportunidad de que conozcas a mis padres...
Elyas.- ¿Eh...? ¿E- Estas bromeando?
Herny.- Yo tuve que acomapañarte a una cena con Luzuriaga y Álvarez, es tu turno de tener esa experiencia con mis padres
Elyas.- P- Pero... ¿Y si no les agrado?
Herny.- Elyas, es imposible que no les agrades... Ellos no suelen tener mucho tiempo libre, así que quería aprovechar que vendrán para que puedan conocerte...
Elyas.- *Suspiro* E- Está bien... Iré...
Herny.- Gracias... Te prometo que todo saldrá bien ¿Sí? Si los profesores Borja y Raúl me aprobaron a mi para estar contigo, definitivamente mis padres van a amarte ¿Vale?
Elyas.- Vale... Eh... ¿A la misma hora?
Herny.- Sí, a la misma hora, aunque si quieres venir más temprano no me negaré
Elyas.- Vale... Nos vemos en un rato más, entonces
Herny.- Sí, nos vemos, te quiero
Elyas.- Yo también te quiero.- Sonrió y la llamada fue finalizada.

Soltó un suspiro y se dejó caer de espaldas en la cama de su habitación... No podía terminar de creer que conocería a los padres de Herny, y que éste lo presentaría como su novio... Trató de no pensar negativamente y comenzó a buscar un atuendo adecuado para la situación. Tenía que asegurarse de dar una buena impresión para que los padres de su novio le permitieran seguir a su lado... Ahora tendría que pasar por lo que Herny pasó cuando tuvieron la cena con Álvarez y Luzuriaga, y ahora sentía lo que posiblemente Herny sintió en aquél momento... "Todo saldrá bien, Elyas", se dijo a sí mismo, tratanto de tranquilizarse... Necesitaba consejos, y aunque pensó en un par de personas, decidió preguntarle a Samuel que debía hacer en aquella situación. El castaño ya había pasado por eso y estaba seguro de que podría ayudarlo a tranquilizarse... O al menos eso esperaba.

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