Capítulo 1.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Editado: 26/11/ 2021

Pequeño cambio.

Otro día más de vida. Mi mañana inicia con mi madre jalando las sábanas que me cubren lejos de mi cuerpo, luego me toma de la pierna jalando en un intento de hacerme levantar de la cama, mi sonrisa crece con burla y ella toma una almohada con la cuál comienza a golpear mi cara.

— ¡Basta Mamá! —giro de costado cubriendo mi rostro.

— ¡Boruto! —deja caer la almohada sobre mí —ya estas muy grande por amor de dios, hijo... —exhala un suspiro con exasperación —de verdad me estoy cansando de venir a despertarte cada día, saber que debo ir a trabajar.

—Lo siento, —incorporándome elevo las manos en señal de paz —comenzaré a levantarme más temprano, lo juro... —sonrío levemente bajando los pies de la cama —anda...—señalo la puerta con la barbilla —voy a vestirme.

Entre su enfado aprieta mi mejilla con fuerza y se inclina hasta poder besar mi frente, apenas sale puedo levantarme de la cama y quedarme un segundo espabilando entre el analizar de mi habitación.

Desde que tengo memoria solo hemos sido mi madre y yo, además de su amiga Ino quién nos ayudó en malos momentos, contra el mundo; aunque no fuera su responsabilidad la amiga de mi madre junto a su marido nos ayudaron mucho a salir adelante extendiéndonos la mano para salir de los momentos más complicados que tuvimos... mi madre jamás ha estado lista para platicarme del hombre que nos dejó a nuestra suerte el día que nací, y aun así... no puedo negar que muchas veces desee tener un padre con el cuál jugar y del cuál recargarme, simplemente una figura paterna que estuviera para mí; en fin, él nos abandonó y no se puede hacer nada con ellos.

Me pongo el uniforme y arreglo un poco mi cabello, mis libros están listos así que simplemente tomo mi mochila al hombro para bajar a la sala dónde mi madre ya tiene mi pan tostado y un poco de leche sobre la mesa.

—Anda, —me mira limpiando sus manos —come que no quiero saber que has llegado tarde otra vez, —suspira dejando el limpión sobre la encimera —te recuerdo que tu tercera llamada fue la semana pasada.

—Lo siento de verdad, no se repetirá mamá.

—Llevas diciendo eso desde que comenzaste a caminar —exhala un suspiro.

Tomando asiento a mi lado comienza a tomar su taza de café. Mi madre, en definitiva, es la mejor mujer del universo, ahora mismo ella trabaja como oficinista en una empresa algo muy grande, es la mano derecha del jefe que es... de hecho, un conocido de la señorita Ino, se llama Sasuke Uchiha y es un famoso empresario, fue gracias a él y al trabajo duro que mi madre hizo todo este tiempo... que ahora estamos estables, vivimos bien y sin quejarnos. Apenas termino mi pan me levanto de la mesa y dejo los platos en el fregadero para volver sobre la frente de mi madre depositando un beso que la hace suspirar nuevamente, sigue enojada porque despierto muy tarde.

— ¡Hoy es mi turno de preparar la cena! —me pongo los zapatos — ¡Nos vemos más tarde!

— ¡Ve con cuidado! —sonríe — ¡Te marcaré si surge algo!

— ¡Muy bien!

Salgo de inmediato y me acerco a mi bicicleta soltando la cadena de seguridad para subirme en ella y ponerme en marcha hacia la escuela, tal vez es justo por esto que siempre llego tarde a la escuela... jamás me ha gustado tomar el bus o metro o cualquier otro transporte que me haga gastar demasiado dinero, prefiero mi bicicleta o el auto de mi madre. Unas calles más adelante puedo ver a Inojin apenas salir de su casa con un inmenso y profundo bostezo que lo hace abrir la boca de sobremanera, al frenar lo veo volver la mirada hacia mí, talla sus ojos y se acerca con calma sentándose en la parrilla y descansando su espalda contra la mía.

—Apresura esas piernas porque mi madre ya me regaño por faltar tanto a la primera clase...

—Te recuerdo —ajusto mi mochila —que la última falta fue por tú culpa.

Él ríe inclinando su rostro para intentar mirarme — ¿Mía?

— ¿Quién fue el idiota que se quedó a coquetear? —niego divertido.

Doy un avance rápido haciéndolo casi caer por el jalón que doy, pero él no es tonto y a pesar de venir medio dormido se aferra a mi uniforme, mi risa sale y me levanto del asiento para apresurar nuestro avance aún más. Al llegar a la entrada de la academia podemos escuchar la bicicleta de Shikadai frenar con un rechinido atroz, como de costumbre ha venido con mucha fuerza.

— ¡Ey idiota! ¡Me ensucias! —grita con enfado levantándose de la parrilla.

— ¡Ja! Que delicado —baja de su bicicleta.

Al llegar al lugar donde se dejan las bicicletas me apresuro a ponerle la cadena y Shikadai se pone a mi lado haciendo lo mismo con su bicicleta, al segundo chocamos puños y nos dirigimos al lado de Inojin quién nos espera con la mirada sobre las chicas que pasan saludándolo.

—Mi madre estaba peleando muy temprano en la mañana —explica con pereza —me pusieron de los nervios con sus gritos así que me vine apresurado.

—Y como tú casa no esta de bajada... —señala divertido.

—Algún día realmente te vas a matar en esa bajada.

— ¡Ja! —Dice con confianza —no exageres.

Al entrar en el salón podemos ver a Mitsuki ya sentado en la parte de atrás, nosotros avanzamos siguiendo la charla y apenas tomamos asiento junto a él podemos verlo subir la mirada de su libro para sonreír levemente y saludarnos, su mirada baja sobre las paginas enseguida.

— ¿Qué haces tipo listo? —cuestiono bromista.

—Como puedes ver estoy leyendo.

— ¿Y por qué tan temprano? —frota su nuca recargando la espalda de su asiento —que flojera.

—Y tú tan temprano y con tu flojera que nunca te deja. —suspira para después sonreír hacia nosotros —buenos días chicos.

—Ey Choucho —chocamos los puños con una leve sonrisa.

—Hermosa, —juguetea Inojin pegándose a su lado.

—Dile eso a otra idiota, —señala con molestia para después mirarme —Boruto, ¿Por qué tus amigos son tan molestos?

—Ni idea, —encojó mis hombros —creo que así nacieron... en especial el amante del verde.

—Deja ese color en paz —expresa con enfado.

—Bueno si, de hecho, según lo que me dijo mi papá, tú papá siempre fue igual que tú —ríe.

— ¡Pues tu papá era un glotón! —pone las palmas en el escritorio levantándose.

— ¡Pues mi papá era el mejor amigo del tuyo!

Inojin da media vuelta centrando su atención en otra chica mientras yo suspiro girando la mirada en otra dirección conociendo muy bien las peleas habituales de estos dos, es algo sorpresivo porque sus padres eran realmente buenos amigos en su tiempo de estudiantes y aun ahora lo son. Con el toque del timbre Inojin deja su coqueteo para volver a su asiento y veo a Mitsuki dejar su libro de lado para recargar el codo sobre el escritorio y su mejilla de la palma de su mano, por mi parte me giro en mi asiento volviendo la mirada al frente mientras escucho como Choucho y Shikadai siguen peleando detrás de mí. El profesor Kakashi entra.

—Hola buenos días, —avanza con los ojos cerrados a su escritorio —Shikadai y Choucho están iniciando el día de la mejor forma posible como siempre.

—Lo siento, —expresa Choucho sonrojada —me callaré.

—Si, eso necesitas.

Su queja se escucha al segundo, mi suspiro sabe sabiendo que ya lo ha golpeado, pero al menos la discusión a dado fin. De alguna forma rara estos dos siempre inician la mañana con una pelea insignificante, se odian aunque son amigos, ninguno de nosotros los puede comprender por completo... son realmente algo especial.

Sinceramente yo estoy esperando a alguien que tenga algo especial conmigo, no exactamente como lo de ellos dos, pero... algo especial, es decir, Inojin es un buen tipo y es divertido pasar tiempo con él, pero apenas una chica se le cruza en el camino se distrae por un rato y quizá ya no vuelvas a verlo en el día, mientras que Mitsuki siempre es bueno para escuchar y lo único que falla de él es el poder para mantener una conversación. Vuelvo la vista al frente apenas escucho como el profesor aclara su voz.

—Bueno, bueno, tranquilos... —entrecierra los ojos, sonriendo posiblemente —hoy se nos unirán dos nuevas compañeras, la señorita... —tiende la mano en dirección a la puerta —Sara y la señorita Himawari.

Al verlas entrar mi mirada se centra solo en ella, sus ojos azules tan brillantes y su cabello largo y lindo... esa sonrisa, su simple presencia me logra transmitir tanta calma y me paraliza por completo sobre ella; cuando sus ojos se encuentran con los míos siento todo a nuestro alrededor detenerse, solo estamos ella y yo en esta habitación y hay... una conexión tan increíble entre nosotros. Un golpe en la espalda me devuelve a la realidad haciéndome volver la mirada y obtener el aire que había olvidado respirar, Inojin sonríe detrás de mí.

— ¿La miraste? La peliazul es hermosa.

Tragando grueso aparto su rostro de mí con la palma de mi mano y enseguida regreso mi mirada al frente mientras ellas anotan sus nombres sobre la lista de Kakashi sensei, ella acomoda su cabello detrás de su oreja y un segundo después su mirada radiante vuelve a encontrarse con la mía.

—Bien, tomen asiento, hay... —analiza el aula —uno al frente y el otro está en la parte de atrás con los mocosos rubios y los otros revoltosos.

Ellas ríen entre si ante las palabras del profesor y enseguida se acercan a él para susurrarle algo, Kakashi las mira y luego de dar un arreglo de voz se cruza de brazos fingiendo autoridad.

—Inojin, muévete al frente, las chicas se sentarán atrás.

— ¿¡QUE!? —cuestiona disgustado levantándose de golpe —Y yo que pensaba que eran lindas... —toma su mochila anunciando su rendición.

Mi risa sale mientras él avanza —Suerte con todas esas linduras inteligentes.

Él regresa la mirada con enfado y me muestra el dedo medio para luego seguir su camino hacia los asientos del frente; ella avanza con una sonrisa en cara saludando con la mano a quién la mira, y se encamina al asiento a mi lado mientras su amiga queda en la fila siguiente justo al lado de ella.

—Disculpa —sonríe girándose a mí — ¿Podría tomar tu asiento? —toca mi pupitre —Y quizá... ¿Tú sentarte donde mi amiga? Es que a mí me gusta mucho la vista por la ventana y no quisiera estar lejos de ella.

—No es muy recomendado a medio día, —informo con una sonrisa sacando mis cosas —el sol da muy fuerte aquí, pero si es lo quieres por mí no hay problema, por cierto... —extiendo mi mano —soy Boruto.

—Bueno, —sonríe estrechando mi mano —gracias Boruto.

Sin dudarlo ni un segundo más termino de tomar mis cosas y me muevo al asiento de su amiga, apenas se acomodan ellas se sonríen entre unas risillas por lo bajo, y al segundo se giran con dirección a Choucho comenzando a hablarle de manera muy cercana, como si... se conocieran.

— ¿Entonces estuvo bien el vuelo? —cuestiona Choucho.

—Lo normal, que bueno por fin poder verte —sonríe Himawari.

—Ya teníamos ansias de conocerte.

El profesor pide silencio para dar inicio con la clase y todos nos vemos en la obligación de abrir el libro y ponernos al estudio. Al llegar la hora de receso salí con los chicos hacia la cafetería para buscar nuestro almuerzo, tomamos una mesa vacía y ahora estamos en una plática típica de Inojin.

—Lo digo enserio, la azabache es muy linda, se ve que tiene un carácter fuerte por lo que podrá ser una conquista difícil.... Y eso es lo que la hace interesante, —nos mira a todos — ¿Ustedes que piensan?

—Sinceramente —comienza Mitsuki —no te hará ni el más mínimo caso, se nota a simple vista que no le gusta tratar con idiotas.

—Y tú eres el campeón de los idiotas... —aclara Shikadai con seguridad —por suerte a mi ninguna de las dos me interesa, pero te deseo toda la suerte del mundo con ella... ojalá te patee las pelotas.

— ¡Son de lo peor! ¡Deberían estarme dando verdaderos ánimos! Además... ¿Qué hay con Choucho? Parecía ser que ella las conocía.

—Como sea, —detengo la plática —no es que vayan a venir a comer con nosotros así que no necesitamos preocuparnos por si Choucho las conoce o no.

Y de pronto, como por arte de magia y si alguien me hubiera escuchado y hubiera ido a susurrarle lo que dije... Choucho toma asiento a mi lado, y del otro lado se sienta Himawari siendo seguida por Sarada. La mirada de Himawari regresa sobre mí con una radiante sonrisa.

—Hola de nuevo.

Era extraño, quizá por su linda sonrisa o esa cálida mirada, pero... de algún modo hay una iluminación especial cuando ella me habla tan de frente; le sonrío lo más casual que puedo y doy un asentimiento. Ella vuelve la mirada sobre su amiga y se acerca para susurrarle algo en el oído, algo que... puedo escuchar —Parece un verdadero idiota, no le prestes atención. Me enoja que hablen así de mi amigo el idiota, claro que me enoja, pero... no soy nadie para decirles algo, ni siquiera las conozco de mucho.

Al final de cuentas parece que ellas se conocieron a través de internet, ya llevaban un tiempo de charla virtual y tal parece... gracias al padre de Himawari que inició un negocio con el padre de Sarada ambas se han mudado aquí, bueno... Sarada ya vivía en la ciudad, pero asistía a un colegio privado y estaba en la zona rica así que jamás se habían visto con Choucho; en fin, cuando se enteró de que su amiga se mudaría aquí decidió transferirse a este instituto para conocerla en persona, aunque claramente ellas dos se conocieron un par de días antes y solo faltaba conocer personalmente a Choucho.

Pensar que se conocieron tan solo por un grupo musical que les gusta, pero para acabar la historia de estas chicas, lo único que me queda claro al conocerlas este día es que... son buenas personas, aunque tal y como lo dijo Mitsuki aquella chica Sarada tiene tolerancia cero a los idiotas, tiene un serio carácter para tratar con la gente... algo que puede ser un poco problemático. Pero si hablamos de Himawari, ella es como un pan dulce canela, y digo que de canela porque ese es mi sabor favorito y me encanta pensar en ella con ese sabor ¡No de forma rara! Ya todos terminamos con el almuerzo y solo faltamos Himawari y yo para dejar nuestras bandejas de comida en la banda... Sarada se adelanta diciéndole que la vería en el salón de clases. Me sorprendí al verla dejar su charola y esperarme.

—Bien, —comienza su camino a mi lado —es un verdadero gusto conocerte y enserio quería agradecerte por cambiar de lugar en la clase, —ríe levemente —ya sabes, ciudad nueva y escuela nueva... puede llegar a ser un poco complicado, aunque... seguramente mi hermana debe estarlo pasando genial mientras conoce a gente nueva, ella y yo somos muy distintas...

Su linda boca no para de pronunciar palabras y eso no me molesta. Seguimos nuestro camino entre una charla sobre su hermana y ella; al llegar al salón de clases ella se da media vuelta para verme de frente, cubre su boca dejándome ver la vergüenza sobre sus mejillas. Algo sorprendido e inquieto por el rubor de su rostro saco las manos de mis bolsillos y la tomo por la muñeca con suavidad.

— ¿Todo bien?

Ella ríe inclinando su cabeza levemente hacia la izquierda —Si, no... —agacha el rostro sujetando su nuca —es que... bueno, casi te estoy contando toda mi vida y apenas te conozco de hace unas horas.

Mi risa —No te preocupes, —suelto su mano —la verdad me has hecho el día un poco más alegre contándome todo eso, normalmente en estos momentos estaría en los salones de primero con Inojin, solo mirando como enamora a esas niñas.

—Tu amigo... de verdad es muy tonto si piensa que Sarada le pondrá atención con esa actitud boba que tiene.

—Lo sé —meto las manos en mis bolsillos mirando el interior del salón —pero así le gusta ser y no puedo evitarlo.

— ¡Hima! —eleva la mano con entusiasmo — ¡Nuevo video!

— ¡Oh dios! —sujeta mi brazo — ¡Debo irme!

No solo ella se adentra con prisa rodeando el pupitre de Choucho, la mayoría de chicas están ahí y hablan con voz chillona y llena de emoción mientras Choucho le da play al video; sonriendo me dirijo a mi lugar mirando como Mitsuki se pone unos audífonos ante los gritos de las chicas delante de él.

La escuela siguió como siempre y al terminar las clases del día ellas dos ya tenían nuevas amigas, la mayoría eran chicas que miraron aquel video con ellas. Inojin avanza a mi lado presumiendo la cantidad de números que consiguió en este día, yo simplemente lo escucho mientras suelto la cadena de mi bicicleta. Al levantarme me despido con la mano de Mitsuki, él vive en un lado diferente de la ciudad, contrarío al de nosotros, así que no podemos llevarlo y sobre todo él prefiere ir solo.

— ¿Listos? —sonríe Shikadai.

— ¡Aja! —contesto.

—No entiendo porque diablos soy tan guapo —sujeta su mentón totalmente egocéntrico.

—Te quitaré lo guapo si no te apuras a subir, estoy pensando seriamente en cobrarte los viajes en bici cada mañana.

Apenas se acomoda contra mi espalda Shikadai y yo comenzamos a pedalear mirando con cansancio como él se despide de muchas chicas, una vez salimos del patio puedo ver a Himawari con Sarada y Choucho... Choucho le hace una cara de desprecio a Shikadai y él responde del mismo modo. Hima sonríe apenas me mira y eleva la mano en despedida a lo que yo solo sonrío mirando como el idiota de Inojin piensa que se han despedido de él y les manda besos para después decirnos que todas lo aman.

—Estas idiota, —dice Shikadai —ella se despidió de... —me mira y simplemente suspira — ¡Agh! Eres frustrante, no importa si te lo digo porque sé que jamás haces caso así que... cambiando de tema, más vale que hagan el trabajo porque mañana no se los pienso pasar.

—Lo haré, lo haré —expreso con calma —pero si tengo alguna duda te mandaré un mensaje ¿Bien?

—Mientras solo sea una duda y no quieras que te de toda la respuesta está bien por mí... pero serán solo cinco preguntas, no necesito que ustedes también me molesten.

Inojin ríe —Pero Shikadai, si tú nunca haces nada en tu casa.

—Si idiota, —expresa con enfado —pero hoy quiero hundirme en mi música hasta que mi madre me arrojé un balde de agua... ¡Así que no molesten!

Ambos reímos y Shikadai nos sigue también, apenas llegamos a la intersección en la cual nos alejamos él baja de su bicicleta para comenzar a subir la colina mientras nosotros extendemos en brazo en despedida, luego de dejar de hacer el tonto acelero nuestro andar pues tengo cosas que hacer en casa, debo terminar mi tarea y ponerme con los quehaceres del hogar además de la cena; luego de dejar a Inojin en su casa me apresuro a llegar y dejo mis cosas rápidamente en su lugar para comenzar a hacer todo. Mi madre llegó tarde como siempre, pero la esperé con la cena... el reloj marca las diez de la noche y apenas nos sentamos a la mesa para comenzar a comer.

— ¿Y qué tal tu día en la escuela? Ya terminaste toda tu tarea ¿Cierto?

—Mamá, confía un poco en mí ya lo he hecho todo, y Shikadai me ayudo con las dudas que tenía así que debe estar medianamente bien hecho... la escuela estuvo bien, dos chicas se unieron a la clase hoy, y bueno, ahora serán nuestras amigas ya que parece que conocen a Choucho.

—Eso es bueno, debes en cuando necesitarás a tus amigos así que trata de tener muchos, y apóyalos cuando te necesiten, te aseguro que se te regresará de buen modo.

—Lo sé mamá, anda, —señalo los platillos con el palillo —come rápido, ya tengo el agua casi lista para que tomes un baño.

—Tengo al mejor hijo —sonríe.

Mientras la luna seguía subiendo más alto en el cielo, me limité a mirar por la ventana de mi habitación mientras en el diario que me regalo mi madre escribí un rápido texto "No fue un día como cualquier otro, hoy conocí a una chica, en algún momento me pareció verla brillar. Su sonrisa de verdad logra relajarme." Al segundo lo cierro y me dispongo a meterme en la cama y dormir... últimamente este diario solo tenía en sus páginas un rápido y simple... Hoy fue un día normal. Ahora por fin ha cambiado un poco. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro