Capítulo 13.

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Editado: 29/ 03/ 2023 

Parque de atracciones.

Gracias a los dios el problema que surgió en la exposición de arte no logro pasar a mayores, los críticos fueron fieles a sus trabajos y parece que hay más comentarios buenos que malos en los foros de arte, además un hombre compró varios cuadros del señor Sai y hasta le ofreció hacer una nueva exposición financiada por él para mostrarla a su circulo cercano de amigos conocedores de arte, una propuesta difícil de rechazar y la oportunidad perfecta para comenzar a ser conocido, y... sobre el tema de la madrastra de Hima, durante la cena que tuvimos para celebrar el logro del señor Sai, Inojin mencionó que era en definitiva la primera vez que presenciaba la furia de su padre, normalmente cuando el señor sai esta enfadado por alguna travesura nuestra solo sonríe de más, pero esta vez hasta yo pude presenciarlo, el ceño fruncido del señor Sai.

Terminando de cambiarme y con la mochila al hombro y todos los libros necesarios en su interior, bajo al primer piso mirando a mi madre que acomoda el desayuno en la mesa para tomar asiento con su sonrisa habitual.

—Buenos días hijo mío.

—Buenos días, mamá. ¿Quieres que desayunemos juntos?

—Por favor.

Conmigo en la mesa mi madre comenzó a reír para comenzar a darme de comer como si fuese un niño, de pronto estaba dándome de comer en la boca para hacer una diferencia en el día; la beso en la mejilla como despedida, mi madre... desconocedora del teatro que hubo ayer durante la exposición, o más bien, de la persona que lo causo y lo mucho que les afecto a los padres de Inojin. Llegué en bicicleta hasta la casa de mi amigo, y al llegar puedo verlo dormitar en el porche de su casa, su madre riega las flores de su jardín como cada mañana y yo la saludo amigablemente, ella me hace el favor de despertarlo lanzándole agua encima.

— ¡He! ¿Qué haces mamá?

—Boruto ya llegó por ti.

Él se levanta tomando sus cosas bruscamente mientras su madre ríe dándole la espalda, él sube en la parilla y su madre nos despide con una sonrisa, no es hasta que nos alejamos que el idiota me da un buen coscorrón.

— ¿¡Por qué demonios no me despertaste tú!?

—Tú mamá me gano, idiota, yo solo te abría pateado y ya.

Nuestras miradas suben hacia la voz lejana de Shikadai, él desciende con la velocidad de un rayo pasando por delante de nosotros y cruzando las calles sin mayor problema hasta dejarnos muy por detrás, apenas giraba para ir al cruce cuando la voz de Mitsuki nos llamó.

— ¡Ey! ¿Qué paso contigo? Vienes hecho un desastre.

— ¿Lo venias siguiendo? —cuestiono para apuntar al camino de enfrente.

—No, más bien... me caí de la bicicleta durante la bajada. ¿Les importa si voy con ustedes?

—Sí caminas por mí no hay problema. —anuncia cantarín recargando su espalda de la mía.

Mi risa sale por si sola. Al llegar a la escuela dejamos mi bicicleta en su lugar designado, le ajusto el candado notando como Shikadai vuelve al aparcamiento buscando por las calles con la mirada.

— ¿Perdiste algo? —cuestiona Mitsuki.

—Diablos... ¿Cómo te bajaste sin que me diera cuenta?

—Fue más fácil de lo que crees, creo que esa bajada es demasiado para mí.

Inojin ríe junto a Shikadai mientras yo ajusto mi cadena notando unas piernas detenerse delante de mí, mi mirada para alegrarse con tan solo verla.

—Hola. Buenos días, princesa.

Tomo sus manos al momento de ponerme en pie, pero ella no sonríe al verme besarle los nudillos, inclino mi rostro a la derecha en busca de una explicación de sus labios, pero Hima no dice nada, de pronto se inclina sobre la cadera mirando los números, le doy la clave y ella suelta la cadena para entregármela y sacar mi bicicleta.

— ¡Chicos! —exclama, y todos vuelve su atención sobre ella —Nos vamos, por favor inventen algo en la clase.

—Haa... —comenta dudoso mirando a Shikadai e Inojin —Sí, claro que sí.

— ¿A dónde vamos? —la sigo de cerca inclinándome para tratar de obtener algo de su rostro.

—Al parque de atracciones.

Sus pasos se detienen mientras sostiene la bicicleta entre nosotros, yo la tomó y subo en ella, Hima se sube de rostro a mi espalda y descansa su mejilla sobre mí.

— ¿Estás bien?

—Ya sabes que no...

—Bueno. Pero seguiré esperando a que me digas la razón.

—Sí comienzo a hablar de ello... sé que me molestaré mucho más, y no podré detenerme...

—Es mejor decirlo que callarlo. —me pongo en marcha antes de que un profesor nos vea —Solo somos nosotros ¿Qué más da?

Ella suelta un gran suspiro y se aferra a mi camisa con fuerza —Esa mujer... —musita —estoy más que furiosa, es tan... tan... me tiene de aquí para allá saltando entre estupideces que ni siquiera me gustan. ¡Ballet, piano, esgrima, estúpidas clases de comportamiento! ¡Innecesario!

¿Comportamiento?

—Y su estúpida hija no me deja pasar el tiempo contigo, y no para de hablar de lo "idiota" que eres, en un intento de hacer que la bruja mayor te saque de la escuela, ¡Y estoy...! ¡Estoy tan harta! ¡Simplemente no puedo soportarlo ni un segundo más! ¿Por qué soy la única que tiene que ser castigada con todo esto? Si tan solo mi verdadera madre...

Puedo sentir el temblor de sus manos sobre mi ropa, y me detengo incapaz de soportar el rompimiento de su voz y el temblor de su cuerpo, ella se baja en un andar apretado e inquieto, yo suelto mi bicicleta y me encamino a su lado para tomarla contra mi pecho y dejarla llorar... no me gusta escucharla llorar, pero... lo necesita.

—No sé... no sé ni siquiera que... que diablos pude hacer ¿Por qué me odia tanto esa mujer? ¿Por qué razón mi padre no se preocupa por mí? ¿Por qué mi madre...? Ni siquiera sé si acaso sigue viva o simplemente... ya no esta... si piensa en mí...

Mi mano acaricia su cabello repetidas veces mientras ella se aferra con más y más fuerzas a mí, le permito desahogarse por un rato más y una vez puedo verla intentar calmarse me aparto lo suficiente para ayudarle a limpiar sus lágrimas con mis dedos. Beso su frente.

— ¿Quieres que sigamos hacia el parque de atracciones?

—Quería ir desde el principio, tonto... —intenta sonreír.

—Pero será mejor ahora, ya que te encuentras un tanto más calmada... —froto sus hombro haciéndola reír un poco —será más fácil que te diviertas y disfrutes.

—A decir verdad Boruto, será mi primera vez yendo a un parque de atracciones, ayer Chouchou me habló de él, y yo siempre he tenido curiosidad.

— ¿Nunca has ido? —sigo limpiando su rostro — ¿Por qué?

—Mi madre no me permitía salir tanto, lo usual era ir a la escuela junto a Saiko y regresar a casa para estudiar con los profesores particulares, en ocasiones salía a comprar cosas para Saiko...

—Tú familia enserio me molesta. —suspiro —Ahora iremos al parque de atracciones y vas a divertirte como nunca.

Ella asiente sorbiendo lo restante de su llanto, me dedica una sonrisa apenada y apenas levanto y me subo en la bicicleta, ella me sigue para continuar nuestro camino, aunque... el parque de diversiones se encuentra un tanto lejos y a mitad de camino prefiero dejar mi bicicleta amarrada con la cadena para que tomemos un bus directo, ella se aferró a mi brazo durante la espera y al subir, ahora se mantiene recostada contra mí mirando por la ventana del transporte.

—Lo lamento, a veces... me altero bastante con el tema de esa mujer.

—Yo también me alteraría si me obligarán a hacer cosas que no quiero... ¿Qué es lo que en verdad te interesa?

—Bueno... —me observa de reojo —me encanta jugar con la música así que las clases de piano y violín no son tan molestas para mí, y también he encontrado el amor en las artes marciales, me encantaría tomar clases de ello.

—En ese caso podríamos ir al gimnasio de Kankuro y Temari, talvez consigamos que recibas clases por un precio bajo.

—Temari... ¿Ella sigue dando clases ahí?

—Creo que solo los fines de semana, puedes decir que saldrás con las chicas.

Su sonrisa creció y su mirada volvió soñadora hacia la ventana. Apenas llegamos ella no pudo contener su alegría y procuró llevarme a cada rincón para ver todos los puestos y atracciones, subimos y bajados de algunas, pero lo que más me sorprendió fue ver su cartera repleta de billetes; pasamos por takoyaki y al probarlo su rostro se iluminó, se iluminó, comenzó a dar saltitos y yo no pude evitar reír, el takoyaki de su mano fue acercado a mi boca y aunque me sorprendió su acción no pude negarme a tomar un bocado.

— ¡Delicioso! ¿Cierto?

—Delicioso...

Rodeé sus hombros y seguimos yendo entre los puestos, admirando y probando suerte, conseguí nueve peluches en juegos de diversos tipos; el sol ya comenzaba a descender en tonos anaranjados y las luces se encendían alrededor, tomamos el bus mientras ella me decía lo divertido que había sido el día, y entonces se detuvo con un rostro serio tomándome el brazo

—La compañía dónde mi padre trabaja llevará acabo una fiesta y... no tengo pareja para ir, quería preguntarte si acaso tú... ¿Quisieras asistir conmigo?

Observo sus ojos azules —Claro que sí, solo dime el día y la hora, yo me ocuparé de estar listo.

Es la semana que viene, el fin de semana.

—Entonces estaré listo, bueno... te veo mañana ¿Bien?

Ella asiente animadamente y yo sujeto su mejilla dulcemente para propinarle un beso, pido la bajada y después de despedirme una última vez con la mano bajó del bus para mirarla marcharse. Inhalo profundamente y llevando las manos a mis bolsillos sigo mi camino hasta mi hogar con una sonrisa en el rostro.

— ¡Ha! ¿¡Qué diablos!? —retrocedo de un salto.

—Je.... Ibas con una cara de idiota. ¿Qué tal tu día con Hima?

—Imbécil. —empujo su hombro —Fue perfecto, aunque al principio... ella me habló de los problemas con su madre, esa mujer... —niego por lo bajo siguiendo adelante —nunca la deja tranquila. ¿Y tú? ¿De dónde vienes o a dónde te diriges tan arreglado?

Él ríe — ¿Qué dices, idiota? Yo siempre me visto así de bien, y... respondiendo a tu pregunta, —balancea su cuerpo sobre sus talones relamiéndose los labios —vengo de una cita.

Mi risa fluye — ¿Qué? ¿Quién ha sido la pobre chica ciega que decidió invitarte a salir?

—Una muy hermosa chica mayor. —expone con orgullo ajustándose el cuello de la camisa —Saldremos el sábado de la semana que viene, mi madre tiene invitaciones para un baile de clase alta.

— ¿Mayor? ¿Qué tan mayor?

—Va en la universidad, y es... amiga de la familia de Shikadai, pero no le preguntes nada, estoy seguro de que terminará enojado conmigo si llega a enterarse ¡Bueno, ya hemos llegado a mi casa, nuestra cita a sido una delicia, pero ya debo marcharme! —ríe en una negativa —Nos vemos mañana, y esta vez no faltes.

Mi risa sigue unos pasos más adelante después de verlo entrar a su casa. Este día ha estado algo frío, debe ser por las lluvias nocturnas; apenas llegó a casa veo a mi madre sentada en la sala observando una revista, tiene un pantalón cómodo y las piernas sobre el sofá.

— ¿Ya llegas? —cuestiona sin levantarse, volviendo su mirada.

—Sí, estoy en casa, mamá.

Me quito los zapatos y dejo mi mochil sobre la escalera para caminar en su dirección y besarle la mejilla, ella sonríe bajando las piernas del sofá para permitirme tomar asiento, su mirada continúa sobre la revista analizando los vestuario de las modelos.

—Siempre te gustó diseñar ¿No?

—Sí, aun tengo guardados mis diseños de hace tiempo, aunque... ahora no tengo tiempo de pensar en ellos.

—Hace tiempo que no te veía así...

Recargo mi cuerpo del respaldo, mi madre sonríe tomándome la rodilla con un apretón firme, pero nuestro momento se termina cuando su celular comienza a sonar, ella se inclina para tomar su teléfono de la mesa de centro, toma la llamada llevándose el índice sobre sus labios para pedirme silencio.

—Sí, claro que sí, no te preocupes... estaré ahí mañana, no hay problema... tranquilo, haré que todo salga bien, si... las esperare, descuida.

Termina la llamada para mirarme con seriedad. Sé que es de su trabajo.

—El director de mi empresa ha dicho que hubo cierto malentendido con mi remplazo, necesita mi ayuda para el día de mañana. Se acerca una celebración importante así que tengo asistir mañana para arreglar todo como estaba previsto, muy probablemente mañana se enviarán las invitaciones así que quiero que las recibas, y el viernes espera por mí en el centro comercial a las cinco porque tenemos que comprar ropa... —suspira admirando su teléfono —tengo que hacer algunas llamadas para informarme y ponerme al corriente, así que ve a tomar un baño y duerme.

Con un dulce movimiento mi madre descubre mi frente y deposita un beso sobre mi piel, doy un asentimiento y ella se adelanta subiendo al segundo paso con dirección a su habitación que viene siendo también su oficina en casa, al poco tiempo comienzo a escuchar el tecleo sobre la computadora... me levantó dirigiéndome al cuarto de baño.

En casa de Himawari:

Con abandonar el autobús puedo sentir todo el peso de mi existencia normal cayendo sobre mis hombros, camine el resto del camino subiendo a la zona de las mansiones y mirando varias limosinas y autos ir y venir, algunas personas pasean a sus perros de raza y otros tienen pequeñas fiestas nocturnas en sus patios delanteros o han salido para hacer ejercicio a la luz de las farolas. Al llegar a las rejas de mi hogar los guardas abren para mí deseándome una buena noche, les sonrío deseándoles lo mismo y dejándoles un poco de dinero para que pidan una pizza o algo; en las puertas de roble de la casa los mayordomos ya me esperan con sus típicas caras sin sentimiento.

—Señorita Himawari, su madre la espera en la sala.

—Lo esperaba —comento fríamente.

Fría, fría como el hielo, en esta casa no tengo tiempo para dudar, aquí adentro yo soy la presa y ellas dos las cazadoras; mi mochila es llevada por el mayordomo mientras yo me adentro haciendo que el sonido de mis zapatos al andar sea el único sonido viviente de esta mansión de hielo, fría como un tempano del polo norte... mi hogar. Ella se levanta con el mentón en alto y esa mirada fría llena de desprecio directa a mí, sus zapatos continúan con el ruido cuando mis pies detienen el avance... la ardiente bofetada apenas y me sorprende, trato de no remover mi rostro y simplemente enfrentarme a su mirada.

—PERO ¿¡QUÉ TE HAS CREÍDO!? ¡ESTÚPIDA NIÑA SIN CEREBRO! ¡NO SOLO FALTAR A LA ESCUELA, SINO QUE TAMBIEN A TODAS LAS DEMAS CLASES SOLO PORQUE SE TE VIENE EN GANA! —su voz chillona y elevaba se vuelve un murmullo brutal, filoso, su peor cara sale a la luz mientras aferra mis mejillas con su mano derecha entre su dedo pulgar y anular — ¿A caso estás intentando jugar conmigo? —sonríe enloquecida con los ojos bien abiertos en un reto —Escúchame bien Himawari, ya he dejado esto claro desde un principio... —suelta mi rostro bruscamente para dar fuertes golpes con su índice sobre mi frente —una niña no deseada como tú, solo puede obedecer órdenes y morir hasta que ¡YO LO DIGA! ¡ESTÚPIDA NIÑA, IDIOTA!

La siguiente bofetada me hace virar el rostro, pero permanezco bien parada en el sitio elevando la mirada solo un segundo para que las lágrimas permanezcan adentro, luego vuelvo a mirarla con todo el odio contenido detrás de mis ojos... me desafío la hace crisparse en su locura, eleva la ceja izquierda en una mirada histérica y psicópata.

— ¿¡CON QUÉ DERECHO TE ATREVÉS A MIRARME ASÍ!?

—USTED NO ES NADA MÍO. —entono firmemente sin elevar los decibeles de mi voz más de lo debido, conteniendo mis emociones en una voz autoritaria —Y LO QUE DIGA ME IMPORTA MUY POCO. ME IRÉ ESTA ESTÚPIDA CASA Y CUANDO ME VAYA, MI PADRE... —sonrío en una negativa —mi padre dirá que es culpa suya. ¿Está bien con eso?

—Tú, maldita perra desvergonzada —expulsa con todo el veneno de su voz.

Su cuerpo contraído con las garras en alto, la rabia escapándose de su boca que me muestra los dientes y su angelical rostro distorsionado por su propio veneno, eso es ella, su realidad. Su mano se levanta con tal fuerza y decisión que veo obligada a cerrar los ojos y apretar las mejillas en espera de su golpe, la brisa remueve mis cabellos, pero... ante mí, mi padre le sostiene la mano evitando que me toque.

—Aléjate de mi hija. No tienes ningún derecho de tocarla. Himawari, ve arriba.

—Cariño, yo...

Su voz de víbora se vuelve a la de un cervatillo temeroso y novicio en el mundo. Yo doy media vuelta sobre mis talones siguiendo las instrucciones de mi padre de alejarme, me escondo detrás de la pared cubriéndome la boca para evitar las lágrimas.

—Pensé haber dejado este asunto claro, Shion. Tú no eres la persona que quiero y solo estoy aquí porque tú padre me recogió en un tiempo difícil obligándome a casarme contigo... no tienes derecho ni voz sobre Himawari, y apenas el trato con esta empresa se encuentre firmado, mi hija y yo nos iremos de aquí.

— ¡No puedes hacer eso! —exclama con cierto miedo — ¿A dónde irías? Ella no sigue esperando por ti.

—Sé que ella no sigue allí, pero aun así me iré sin importar el lugar, solo me iré con mi hija y dejaré todo esto atrás, te dejaré atrás a ti y a toda tú familia.

Mi llanto fluye sin mi permiso y sin dudarlo salgode la casa por la puerta principal en una carrera, no tengo un lugar al cual ir, pero al menos ahora tengo clara una cosa... mi madre sigue con vida, en algún lugar. Salgo sin dar aviso aunque los guardias de las rejas llaman mi nombre y me siguen el paso por dos cuadras, mientras lloro puedo escuchar el timbre de mi teléfono y al tomarlo, deteniendo mi carrera... me alivia ver su nombre.

De boruto:

Ten una buena de sueño, descansa hermosa, te veo mañana temprano.

Mis lágrimas ruedan sobre la pantalla de mi móvil, pero decido contenerme, comienzo a buscar el contacto para pedirle posada... al rato llega una limosina, ella me sonríe tratando de ocultar la pena que siente por mí. Buscaré un lugar, no puedo soportar seguir viviendo en esa casa por más tiempo.

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Me uní a wattpad por mi fantasía de escribir yaoi y me disculpo si me tardo en actualizar pero mis historias con yaoi van iniciando y me distraigo un poco con ellas... espero les guste el capitulo ...

Siempre sola, sin compañía, en un frío lugar donde mis lagrimas se congelan de dolor... cuando sentí tu mano en mi mejilla supe que tu serias mi salvación ...

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