Capítulo 14.

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Me levanté con un extraordinario bostezo y salgo de mi habitación en el habitual ritual que sigo al despertar, voy al baño, lavo mi rostro y mi boca, peino mi cabello con las manos y bajo a revisar notando el silencio en la habitación, mamá se ha ido temprano, pero se aseguró de dejarme comida preparada junto a una nota adhesiva... la nota va sobre el día viernes en el centro comercial, que la espere ahí. Tomo mi desayuno delante del televisor para llenar la casa con un poco de sonido, y al estar en ello puedo escuchar mi celular sonando desde mi habitación, dejo la comida en la mesa de centro y subo, hay un mensaje de Hima diciendo que me extraña, lo dejo sobre mi cama y comienzo a cambiarme. Hoy quiero llegar temprano para verla.

Al terminar de cambiarme y tomar mi mochila, guardo mi teléfono en mi bolsillo delantero y bajo en una carrera para comer rápidamente un poco más del desayuno que preparo mi madre y guardar lo restante, regreso a la sala únicamente para apagar el televisor y salgo luego de cerrar la puerta para subir a mi bicicleta. Inojin hace señas desde la acera de su casa, detengo la bicicleta y él sube rápidamente; hoy luce algo raro... quizá un poco decaído...

— ¿Te paso algo?

—Nada, solo... supongo que no amanecí de humor.

— ¿Y eso por qué? —comienzo a pedalear.

—No tengo idea, solo déjalo.

Hago caso a su pedimento y sigo de frente hasta el cruce de la esquina para virar a la derecha, no es normal que Inojin se encuentre tan tranquilo evitando hablar con doble sentido o hablando de sus múltiples conquistas, siempre es risas e idioteces... espero que Shikadai tenga algo bueno para hacerlo reír. Al llegar al cruce Mitsuki baja la enorme pendiente a paso tranquilo, decidimos esperarlo.

—Ey, hola. Buenas.

—Solo para algunos. —comento en broma entornando los ojos en dirección a mi pasajero —El rubio detrás de mí viene un poco de mal humor.

—No estoy de mal humor, idiota.

—Súper decaído —bromea Mitsuki — ¿Qué ha pasado? ¿Una chica te rechazó?

De pronto Inojin se baja de la bicicleta en un movimiento brusco para cruzar el paso de peatones y seguir adelante con las manos en los bolsillos, Mitsuki aprovecha para subirse en la rejilla de la bicicleta.

—Entonces... es eso. —sigo pedaleando hasta alcanzarlo —Que yo sepa ninguna chica te rechaza sino hasta que les pides que salgan contigo en una verdadera relación ¿Qué paso?

—No me digas que se trata de esa chica mayor de la cuál me estabas hablando anoche.

—Cierren la boca de una buena vez, par de idiotas.

—Así que se trata de ella, bueno... si no tienes futuro con las de tú edad ¿Qué esperabas exactamente de alguien mayor y madura?

Sin contestarme solo exhala un suspiro para seguir andando a nuestro lado, mi mirada regresa sobre Mitsuki quién se encoge de hombros tomando una paleta de su mochila para abrirla y llevársela a la boca.

—Por cierto. ¿Y Shikadai?

—Pase por su casa y su mamá me dijo que se fue muy temprano.

Estamos a un cruce de llegar a la escuela cuando un grito nos hace detener a los tres, a nuestro lado una motocicleta de carreras se detiene con una mujer de delgada figura embutida en un justo pantalón de cuero negro con hebillas sobre los muslos y un pequeño top rojo amarrado sobre sus hombros a la parte trasera de su cuello, se quita el casco bajando una de sus largas piernas en tacones para detener la motocicleta, su trenza roja le cae tras la espalda.

— ¿Vas cómodo?

—Un poco sí. —contesta Mitsuki — ¿No llegarás tarde al trabajo, Karin?

—Algo. —sonríe con seguridad recargando los antebrazos sobre su casco —Estoy esperando a que el idiota de Saigetsu me alcancé.

—En ese caso nosotros nos vamos adelantando.

— ¡Ten un buen día!

Detenemos nuestro avance al ver como Inojin regresa hacia ella unos pasos.

—Oye, hay... un baile en una compañía el fin de semana ¿Te apetecería ir conmigo? Solo será una vez.

Karin sonríe con sorprendida y luego de reír un tanto más, lo mira directo.

—Que agallas tienes. Esta bien, nos vemos el fin de semana, te esperare en la casa.

Inojin sonrío como un ganador para girarse a nosotros y comenzar a andar por su cuenta, Mitsuki interroga a Karin con una mirada pero ella solo se encoge de hombros dirigiéndole una sonrisa e invitándolo a seguir su camino, yo avanzó hasta alcanzar a Inojin, aunque prefiero no cuestionarle nada. Al llegar puedo ver la bicicleta de Shikadai en su sitio y con la cadena ya puesta.

—Debe estar con Chouchou —aseguro.

—Lo más seguro, apenas tienen novias y les ponen correas.

Mi risa fluye mientras pongo la cadena, mi mirada sube ante las palabras de Inojin pero mi mirada se dirige sobre mi pareja que avanza desde la distancia en nuestra dirección, me levanto observando que tiene unos tenis negros en lugar de sus habituales zapatos... ella se abraza a mi cuello y sin dudarlo la tomo por la cintura atendiendo a su gesto. Al separarnos tomo mi tiempo para apreciar su sonrisa.

—Buenos días.

—Sí... —rio como idiota —buenos.

— ¡No coman pan frente a los pobres! —expone inojin con enfado.

—Puedes hablar por ti, —responde Shikadai que viene desde la escuela —mi novia viene enseguida.

—La mía viene llegando también —señala Mitsuki con confianza.

Shikadai espera a nuestro lado hasta que Chouchou lo alcanza recargándose de su hombro mientras que Mitsuki avanza hasta Sarada dándole los buenos días con beso en los nudillos; Inojin parece realmente molesto con todo el tema de las parejas en nuestro grupo de amigos, pero Hima rápidamente le toma el brazo para hacerlo entrar a nuestro lado.

—Entonces... ¿Por qué hay tantos ánimos en tu cara el día de hoy?

—Bueno... —ladea el rostro —es un secreto que no deben decirle a nadie ¿Bien?

Doy un asentimiento, sus ojos azules se dirigen sobre Inojin pidiendo una respuesta, él toma aliento para asentir, Hima nos detiene pidiendo que nos acerquemos, nosotros hacemos un tanto.

—Me escapé de casa.

— ¿Qué? —exclamo, preocupado.

— ¡Pff! —ríe —pero... ¿¡En serio!? ¿Cómo te has podido atrever!? Seguro que tus padres te van a castigar de lo peor cuando tengas que volver.

— ¿Por qué? —cuestiono seriamente.

—Simplemente... —encoge los hombros —ya no podía aguantar, pero tranquilos que me estoy quedando en casa de Sarada, su familia tiene cuartos de sobra y claro que sus padres están de acuerdo.

Ella continúa sonriendo con animosidad como si tal relevación no fuese nada mientras observa a Inojin, mi mirada preocupada vira hacia mi colega que me observa con tal cama, sus palabras no textuales "Déjala, se ve tranquila y feliz, esta con Sarada así que va a estar bien" trago todas mis preocupaciones tomando una respiración profunda, pero al abrir mis ojos puedo ver los problemas venir con paso firme y mirada rabiosa que oculta solo cuando las miradas viran en su dirección. Ella sonríe radiante pidiendo disculpas cada que empuja a aquel que estorbe su camino; al llegar frente a nosotros posiciona su mano izquierda en su cintura y apunta demasiado dramáticamente hacia Hima. La protagonista de una escena anime o manga, las miradas se centran sobre nosotros y todo se hace silencio para escuchar la posible disputa.

—Tú, eres una completa molestia para mi madre y para mí. —avanza dos pasos tocándole las puntas de sus caireles —Pero... aunque seas una tremenda molestia, mi madre me ha pedido que te lleve a casa, así que...

El golpe es tan rápido y sonoro que todos se quedan plenamente perplejos, Saiko observa su muñeca enrojecida por el golpe mientras su entrecejo comienza a unirse en rabia dejando atrás su espectáculo habitual de chica buena, en un gruñido eleva la palma dejando a la vista sus dientes firmemente apretados en rabia, Hima permanece indiferente al asunto manteniéndole la mirada sin miedo, cuando la mano comienza a descender yo evito que toque a mi novia.

Sonrío —Lo siento, pero... no están permitidas las peleas en la escuela, y... —rodeo la clavícula de hima con mi brazo libre atrayéndola contra mi pecho permitiendo que se mantenga de frente a Saiko —muchos menos puedo permitir que golpees a mi novia.

— ¿Qué? —exhala sorprendida — ¿Has dicho tú novia? ¡Ja! ¡Vaya que los fracasados se juntan!

—Oh... —exclama a su lado uniendo índice y pulgar de cada mano hasta crear un cuadro que atrapa la escena —tú cara de desesperación esta de película, Saiko. ¿Qué es lo que odias más? El hecho de que tu hermana te haya robado al tipo que te gustaba, o que ella se haya defendido.

La cara le hierve en enfado observando apenas y de soslayo a Inojin, lo que sigue es rápido y apenas y logro atinar a apartarme con Hima como para ayudarle a mi amigo, Saiko aprieta los puños dando una vuelta completa con una pierna en el aire que termina justamente en el estomago de Inojin, él se queda sin aire totalmente sorprendido como todos los presentes, y cae al suelo sujetándose el vientre entre una tos brutal que busca devolverle el aire perdido. Saiko se alisa el cabello mostrando una cruel mirada de desprecio, ella me mira y sin dudarlo se acerca a sabiendas de que no puedo golpear a una chica, pero me quedo quieto sin mostrar miedo... Hima se ha alejado para ayudar a Inojin junto a otras chicas, Saiko sonríe, posa su mano dulcemente en mi mejilla y yo la sujeto sin apartarme causando su risa.

—Pobre... tú, yo y todos, sabemos que no puedes golpearme. Esta prohibido pelear en la escuela y soy... una chica.

De un movimiento brusco Hima la aparta sujetándola por el hombro haciéndola retroceder, los presentes susurran cosas observando como Hima sonríe elevando el puño hasta centrarle un buen golpe en el centro de la cara que hace caer a Saiko sobre su trasero, la nariz le sangra en el suelo.

—Para tú mala suerte yo también soy una chica, y no sabes las ganas que tenía de hacer eso. —ríe—Aléjate de mí y de mis amigos... o de verdad voy a pelear.

Conteniendo mi risa me acerco a Inojin para ambos sujetarlo cada uno de un costado mientras nos dice que esa bruja realmente tiene mucha fuerza... dejamos a nuestro amigo en su sitio del aula, él suspira frotándose la herida.

—Es bailarina de ballet. —explica Hima —Y de vez en cuando tomaba clases de artes marciales.

—Dios santo. —exclama Sarada a su lado —Pensé que ella golpearía a alguien más y casi salgo para ayudarles.

—Tuve que detenerla —informa con calma sujetando el hombro de su pareja —o terminaría metida en serios problemas. ¿Qué tal lo llevas Inojin?

—Genial —expresa con una sonrisa chueca y el pulgar a medio camino de mostrar seguridad.

Shikadai ríe dándole unas palmas en la espalda —Realmente sabe como centrar una buena patada.

— ¡Cállate! —ordena Chouchou —Debiste intervenir en ayuda de tus amigos y no solo quedarte mirando. Vaya chica demente. Pero bueno... —golpea el costado de Hima con su cadera —Hima también tiene lo suyo.

— ¿Qué puedo decir? Hace bastante tiempo que quería golpearla.

—Bueno, yo no participé porque eso significaría que más pronto que nunca llamarían a mi madre por el hecho de estar peleando con una chica en la escuela, y eso.... —niega —definitivamente no quiero enfrentarme a eso.

—Con su orgullo le será imposible decir que su tonta hermanastra le centro un buen golpe. Así que no se preocupen mucho.

Sus labios aterrizan sobre mi mejilla en un beso, palmea mi pecho dos veces y frota el hombro de Inojin mientras se aleja hacia su lugar, todos nos retiramos dándole palmadas a nuestro colega herido mientras nos dirige una sonrisa medio chueca en un intento de parecer despreocupado, pero al tomar asiento puedo ver como se toca el lugar herido y pronto se recuesta sobre su pupitre claramente desanimado. El profesor entró y en mi pupitre aterriza una nota de papel, al leerlo puedo distinguir la letra de Hima, sus clases de ballet estarán canceladas ya que ha escapado de su casa, y me pregunta si estoy bien con esos cambios de planes. Sonrío en su dirección mirándola reír suavemente, su rostro se ilumina al momento de recargar su rostro de sus brazos.

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