Capítulo 3.

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Editado: 26/ 11/ 2021

La hermana.

El sol molesta mi cara anunciando la llegada de la mañana; durante el resto de la semana nos fuimos acercando para conocer más a las nuevas amigas de Choucho, Himawari habla mucho más conmigo que con los otros chicos, y Sarada se centra en mandar lejos a Inojin y no dar un paso atrás con Mitsuki; decidí no contarle nada a Mitsuki sobre la identidad de quién enviaba las cartas, y él no me dijo nada sobre la segunda carta que le llego unos días después... las cosas han cambiado un poco pues nos hemos propuesto a sacar mucho más a Mitsuki para hacerlo pasarla con nosotros. Hoy es sábado y no quiero levantarme de la cama... puedo escuchar mi alarma sonar y siento la incomodidad del sol chocando con mi rostro, además una almohada me golpea duramente en la cara.

— ¡Arriba! —grita entre el sacudirme —Aunque sea fin de semana, si yo tengo que despertar temprano tú también deberías hacerlo flojo.

Mi risa sale y tomando la almohada que me arrojó se la regreso mirando como la atrapa sin problemas y vuelve a lanzarla contra mí, apenas me levanto pidiendo paz puedo sentir el agua del rociador sobre mi cara... ella ríe mientras me seco y se marcha en una carrera como si fuera una niña luego de hacer una travesura. Me seque la cara y cambie mi ropa para bajar y tomar asiento a su lado en la mesa.

—Pienso lavar mi ropa, así que estoy cruzando mis dedos por que tu ropa sucia este toda en el cesto.

—Ahí se encuentra toda —sonrío divertido — ¿No vas a trabajar hoy?

—No, le pedí a Sasuke san que me diera este día libre para poder ayudarte en la casa, tampoco es que te quiera tener encerrado aquí todos los días... —sonríe algo triste —ya sabes que, aunque salgo temprano algunos días pueden ocurrir cosas que me hagan volver al trabajo.

—Lo sé, pero es tu trabajo mamá, además yo veo a los chicos en la escuela y ellos pueden venir a verme.

— ¡Nada de eso! —Dice con algo de enfado —tú tomarás un poco de dinero y vas a salir hoy, ya mañana veremos una película en casa, así que pasa a rentar una buena.

—Mamá... —expreso no muy convencido.

Ella se levanta con una negativa clara en el rostro y simplemente me jala con dirección a la puerta, yo rio y ella sonríe al tenerme en la puerta poniéndome los zapatos para salir, saca un poco de dinero de su bolso y me lo entrega haciéndome exhalar un suspiro resignado, beso su mejilla y le doy un abrazo mientras en un susurro le digo que la amo y que es en definitiva la mejor del mundo, ella me toma por las mejillas besando mi mejilla para separarse dejándome ver su hermosa sonrisa.

"—Lo sé, y tú eres mi única persona en este mundo, así que puedes sentirte especial, anda, ve y disfruta de tu día libre ¡Anda!" Después de sus palabras salí con una sonrisa en el rostro, aunque sin rumbo alguno... ahora mismo solo camino por las calles dejando el sol golpear mi rostro, tomando el móvil le marcó a Mitsuki.

—Hola Boruto ¿Qué pasa?

—Mi madre me ha hecho salir de la casa, me preguntaba si estabas libre para que saliéramos a dar una vuelta o algo.

—Oh, lo siento Boruto, tengo mi día familiar... pero no hay problema por nuestra parte si quieres venir, a Karin le caíste muy bien, y también a juugo, dice que te pareces a alguien que alguna vez conoció.

—No quisiera molestar tu día familiar, además seguro terminaría celoso de ti por tener una familia más grande que la mía.

El silencio se hace presente del otro lado de la línea y simplemente no puedo contener mi risa.

—Es broma hombre.

Su risa fluye con nerviosismo —Bueno entonces... creo que no podremos salir.

—Ni te preocupes mucho, ya sabes, no hay tanto problema porque aun tengo a dos tontos a los cuales preguntarles.

— ¡Ha! Antes Boruto, estaba pensando si decírtelo o no, pero me llego una carta el día de la mudanza.

— ¿De verdad? ¿Y qué decía?

—Que... le gusta mi cabello y mis ojos mientras leo mis libros, y qué de verdad quisiera... pues... tocar mi mano.

—Vaya... que romántica es esa admiradora, bueno... ahora tenemos una lista menos grande, debe ser de la clase si te ha visto leyendo, investiga por tu cuenta un poco, trata de hablar con las chicas y yo seré tu vista de halcón por si es que alguna reacciona.

—Eso de verdad sería genial, gracias Boruto.

—Si bueno, veré si el par de idiotas están libres, nos vemos el lunes.

—Claro, suerte.

Cuelgo primero para buscar los contactos de los otros dos, prefiero evitar involucrarme en su historia por el momento, aunque ya conozca quién es su admiradora secreta, ya luego veré que se puede hacer con ellos, ayudarlos o ayudarme, lo que suceda primero. Veo la casa de Inojin a la lejanía y antes de dirigirme ahí tomo una botella de plástico que estaba en el suelo y la arrojo al contenedor... me detengo frente a su puerta dispuesto a tocar, aunque mi mano queda al aire.

— ¡Ha, hola Boruto! —sonríe tranquilamente.

—Hola señora Ino, ¿Van de salida?

—Quería hacer todas las compras hoy, y me llevo a Inojin conmigo, lamento no poder prestártelo hoy.

—No, no se preocupe, la verdad a mí también me salió de sorpresa el salir, aun me queda ver si Shikadai puede... —sigo mi camino — ¡Nos vemos luego!

— ¡Si, ve con cuidado!

Apenas giro por la esquina cuando puedo escucharla gritarle a Inojin, camino a duras penas por la subida, la santa subida más larga que he visto... pero con ella llego a la casa de Shikadai, aunque... una nota en la puerta me hace suspirar y luego reír, fue escrita por Shikadai, eso es seguro. "No nos encontramos en casa, volvemos más tarde. PD: si intenta robar debe estar loco, mi madre lo dejará en una cama de hospital apenas se enteré de quién ha sido." Luego de terminar de reír y tomar un poco de aire comienzo la bajada.

Al final camino directo hacia la parada del bus para dirigirme al centro, apenas me subo el conductor comenzó a andar, decido sentarme en los asientos del fondo y simplemente me quedo tranquilo mirando por la ventana, a veces... simplemente me gusta perderme en las ventanas de los autos, aunque hay veces en las que me pierdo en mi propio reflejo preguntándome si me pareceré a él... no puedo evitarlo y no me puedo engañar, aun pienso en ese estúpido hombre que nos abandonó, jamás lo había pensado por completo pero quizá esta sea la razón por la cual odio viajar en autobús o estar mucho tiempo solo... tal vez es por esto que no me molesta escuchar las idioteces de Inojin porque cuando estoy solo siempre ocurre lo mismo... pensar en cómo será ese hombre, en el lugar donde podría estar y lo que podría estar haciendo con su vida... sin mí, sin nosotros.

Dejo descansan mi cabeza sobre el acolchonado sofá y luego de inhalar profundo levanto la mirada sobre la ventana dejándome admirar como el aire hace volar ese cabello azul... me levanto con prisa para seguirla con la mirada, es Hima, va con las chicas. Una sonrisa crece en mi rostro y siento el autobús detenerse, me bajo con prisa en un intento de localizarla que no tuvo éxito... comienzo a caminar y desenrollo mis audífonos para ponérmelos y seguirla buscando; observo las tiendas y camino hasta las bancas dónde puedo sentarme con mis pocas ganas para admirar el cielo... al cerrar mis ojos trato de dejar la música fluir a través de mí para relajarme, pero un dedo toca mi frente haciéndome sorprender... mi sonrisa se expande al verla, y ella sonríe por igual.

—Hola.

—Hola Boruto, ¿Puedo sentarme contigo?

—Si claro, ¿Qué haces por acá? Aparte de comprar cosas, claro... —explico apenado.

Ella ríe —Bueno, la verdad vine con las chicas, pero me he encontrado con mi hermana y ahora mismo la estoy esperando.

—Si puedo saber... ¿Qué se quedó haciendo?

—Está comprándose unas cosas, ¿Y tú que estas haciendo aquí? Los chicos no han venido contigo ¿Cierto? Si fuera así estarían a tu lado, al menos uno de ellos.

— ¡HIMA!

Ella se levanta al instante y avanza sin siquiera decirme nada, yo la sigo sin apartarme mucho de su lado; al llegar a la tienda su hermana le arroja un montón de bolsas a Hima en las manos, la chica evade mi rostro y Hima me sonríe con pena señalando que todo estaba bien mientras tomaba las cosas de mejor manera.

—Déjame ayudarte... —acerco la mano.

—No, no... ha....

—Hola, —avanza con confianza hacia mí —Soy Saiko, la... —mira de reojo a Hima —media hermana de Himawari.

El desprecio en su mirada es muy fácil de comprender, sin dudarlo paso de largo a esa chica y tomo las bolsas que le arrojó a Hima para dedicarle una pequeña sonrisa evitando que las tome de vuelta... siento como esa mocosa me toma del brazo de repente, Hima se sorprende, pero simplemente baja la mirada sin hacer nada... yo me aparto lentamente quedándome al lado de Hima para darle la mirada a su hermana.

—Soy Boruto, amigo de Himawari.

—Saiko ¿Ve... has venido en el auto?

—Si, si, —menea la mano sin importancia —ve a dejar las cosas... —sonriendo se desliza a mi mano rodeando mi brazo —Entonces Boruto ¿Te parecería ser mi novio?

— ¡SAIKO! —expresa totalmente sorprendida.

— ¿¡Qué... —cuestiona con enfado —Himawari!?

La cosa se puso muy tensa en un segundo y ella sigue amarrada a mi brazo como una serpiente, Hima me mira como armándose de valor, aunque al final no termina diciendo nada y baja la mirada apretando los puños. Entornando la vista me aparto con brusquedad de su toque y tomo las ultimas bolsas que tiene Hima para señalar el camino con mi barbilla.

— ¿Dónde lo llevaremos?

—El auto debe estar afuera, vamos... —toca mi brazo guiándome —te ayudaré a buscarlo.

Comenzamos a avanzar al lado del otro hasta la salida, al volver la mirada de reojo puedo ver a aquella chica golpear con el tacón de su zapato el suelo, Hima avanza con la mirada baja y al llegar solo me apunta el auto... un hombre me recibe las bolsas y la hermana de Hima viene apresurada empujándola en el trayecto de subir al coche.

—Disculpa... —musita sin poder mirarme —te veré el lunes...

Después de acomodar las cosas en el auto el hombre cierra la puerta de Hima y vuelve la mirada sobre los asientos de atrás para luego jalar levemente mi brazo, su mano rodea mi oído para susurrar.

—Gracias por ayudar a la señorita Himawari, la señorita Saiko siempre es así con ella así que no se preocupe demasiado.

Un fuerte grito hace que el hombre suba enseguida al auto entre disculpas, Hima vuelve la mirada sobre la ventana y me dedica una leve sonrisa antes de que el auto se ponga en marcha. Esa chica, su hermana parece ser un verdadero problema, me molestó bastante la forma en la cuál trato a Himawari, pero... ¿Qué podría hacer yo? Son problemas de su familia y yo no tengo nada que ver con ellos. Camino al interior del mall en busca de la película que mi madre me ha encargado para mirar mañana o esta noche mientras la sonrisa débil de Himawari a la hora de marcharse no deja de cruzar por mi mente y frente a mis ojos.

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