Capítulo 5.

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Editado: 30/11/2021

Una confesión.

El sol aún no ha salido en su totalidad, pero me he despertado temprano porque debo de ir a comprar algo antes de la escula, ya tengo preparado el desayuno para mi mamá y estoy terminando de comer el mío.

—Boruto... —baja adormilada entre un bostezo — ¿Qué haces despierto tan temprano?

—Tengo que salir a comprar algo, —tomo mi plato llevándolo al fregadero —dejaré tu desayuno en la mesa, nos vemos más tarde mamá.

—Si, ve con... cuidado.

Salgo de la casa con prisa y tomo mi bicicleta con dirección a la florería que se encuentra en la esquina a unas cuadras de distancia; al llegar puedo ver a una muchacha terminar de levantar la cortina, al verme detenerme sonríe ampliamente uniendo sus manos detrás de su espalda.

—Buenos días y bienvenido a la florería "Tu color favorito" —abre la puerta dejándome entrar — ¿Qué tipo de flor deseaba comprar?

—Necesito una rosa roja... —observo las plantas del lugar —y un ramo de alguna flor que diga... eres única y especial para mí.

—Creo... —sonríe buscando con la mirada —qué tengo la flor perfecta, su novia tiene suerte... —toma el ramo dirigiéndose al mostrador — ¿Será sorpresa verdad?

—Ha... si, bueno... —froto mi nuca con pena —le pediré que sea mi novia.

Ella comienza a adornar el ramo añadiendo el papel y cortando tallos además de algunas flores extras que hacen notar aún más las flores principales.

— ¿Una nota tal vez? —sonríe amigable.

— ¿Eres buena con la cursiva?

—Un poco sí, —confiesa con una risa — ¿Cómo que desea que escriba?

—Ayer lo gritamos juntos, hoy lo quiero gritar nuevamente para ti.

Ella ríe —Creo que con eso hasta yo me enamoraría... listo, —entrega el ramo — ¡Suerte con su conquista!

— ¡Gracias!

Saliendo de la tienda tomo la bicicleta con prisa para dirigirme a la escuela notando que hay muy poco estudiantes en la zona, pero... aun a la distancia puedo encontrar al estudiante que necesito, esta sentado en una jardinera escuchando música y fingiendo que el mundo no le importa en lo absoluto.

— ¡He, Shinki! —elevo la mano —Tengo un trabajo para ti.

— ¿Ha? —Dice con disgusto sacándose el audífono —es muy temprano ¿Cuánto piensas pagar?

—Es tu especialidad así que casí no harás nada, daré diez... —entrego las rosas y el dinero —necesito que habrás un casillero.

—Si, ciertamente es mi especialidad... —guarda el dinero —Bien, me quedaré con los diez y lo haré.

Al segundo lo tomo del brazo y lo jalo rumbo al casillero de Hima posando mi mano sobre el metal, él asiente y saca su llavero del bolsillo interior de su chaqueta, tiene un pequeño desarmador ahí, también dicen que tiene una navaja suiza en algún bolsillo así que todos se andan con cuidado a su alrededor. Al abrirlo dejo las flores en el interior y él se encarga de cerrar para salir rumbo al patio de nuevo.

Al entrar al salón de clases dejo mi mochila aun lado y tomo asiento sacando una libreta y un lapicero, inhalo profundamente pensando mis palabras y luego comienzo a ilustradas en la hoja, será una pequeña nota para ella... al dejarla en su escritorio puedo ver que Mitsuki llega, él me mira con duda mientras toma asiento y yo vuelvo al mío.

— ¿Estás feliz?

—Un poco si —contesto a prisa.

— ¿Qué planeas? —señala el asiento de Hima con la barbilla.

—Algo... —comento apenado — ¡Oh! —froto mi cabello —acabo de recordar que no le avisé a Inojin que me vendría solo.

Su risa sale —Él de verdad estará enojado.

Mirándolo volver a su libro saco mi celular para mandarle un mensaje cuanto antes, aunque... aún es temprano así que apenas y estará pensando si levantarse o no. Me despierto para cuando la charla de chicas se escucha llegar por los pasillos, esa es seguramente mi señal de que mi futura novia esta viniendo en camino.

— ¿De quién es?

— ¿Quién te lo envió Himawari? Todas estamos curiosas.

—La verdad es un lindo detalle, —asiente analizando el ramo —hay que darle mérito al cabeza de chorlito que pensó en esta sorpresa... —gira con interés hacia Hima —pero ya enserio, ¿Quién eso?

Una sonrisa surca su rostro mientras toma una de aquellas flores posándola entre sus manos para admirarla con mucho cariño, ella eleva la mirada un segundo para verme y algo sonrojada avanza hacia su pupitre siendo seguida muy de cerca por todo el montón de chicas que han venido a enterarse de las flores... las chicas comienzan a rodearla y de pronto parece percatarse de la nota.

— ¡Sarada, regresa eso por favor! —pide totalmente avergonzada levantándose.

— ¡A laaa! —expresa entre el elevar de la nota y evadirla — ¡Atentas todas! —avanza a la pizarra — ¡Atentas que lo leo!

— ¡Para nada! —expresa apenada intentando obtenerla de nuevo — ¡Detente por favor!

—Tal vez fueron tus ojos... —comienza a narrar —o tu linda sonrisa...

Algo apenado agacho el rostro desviando la mirada; yo deseaba que fuera algo especial entre ella y yo, es obvio que al terminar de leer la nota se daría cuenta de que es mío, pero... de verdad deseaba que lo leyera sola. Las chicas comienzan a expresar la ternura que sienten al escuchar la nota y puedo ver a más chicas acercarse a las ventanas del salón.

— ¡Bien, bien, escuchen! —sonríe divertida — ¡O quizá es ese resplandor que rodeó todo tu cuerpo la primera vez que hablaste conmigo! Bueno... por una o todas esas razones creo que me gustas, no, no lo creo. Lo sé. Ahora... —sonríe elevando la vista —quiero que mires a tu derecha, al chico de la flor porque él terminará esta carta con su misma voz...

Las chicas están que se mueren de ternura y emoción a lo que yo solo puedo tomar aire entre mi levantar tomando la flor en mano comenzando a abrirme paso entre todas ellas. Doy un arreglo de voz sintiendo el nerviosismo en mi estomago y pecho, ella esta con las mejillas completamente rojas y eleva su mirada sobre mis ojos con mucha vergüenza.

—Bueno... —río levemente sujetando mi nuca —no esperaba tantos espectadores, pero... —tomo su mano más relajado —mientras siga hablando creo que podré hacer que todos a nuestro alrededor desaparezcan... Hima, esta mañana me desperté muy temprano que es algo muy poco usual en mí, pero aun así lo hice, y fue solo para buscar esas orquídeas que espero te hagan sentir tan especial como eres para mí, solo... soy un tonto enamorado por primera vez, y bueno... ¿Quisieras ser mi novia?

Las chicas hacen un ruido muy agudo de ternura y ella cubre su boca tratando de contener su entusiasmo... su sonrisa crece y sus manos descienden al momento que da un asentimiento, todas gritan al mismo tiempo haciéndome regresar a la realidad frente a mí, pero antes de siquiera poder tomarla entre mis brazos las chicas me empujan lejos comenzando a dar brincos con entusiasmo a su alrededor. Bueno... aun cuando no me dejen estar abrazándola, me siento feliz de que lo nuestro ya sea oficial; siento dos manos sobre mis hombros y al volver la mirada puedo ver a mis dos amigos.

—Amigo... —ríe burlón —vaya que eres cursi.

—Pero... —comenta Shikadai —ya tienes a la chica, así que bien hecho.

Shikadai eleva el puño y chocamos de esa forma nuestras manos, al volver la mirada puedo ver a Mitsuki elevar el pulgar en aprobación a mi declaración, pero la celebración da final cuando el profesor de aula se adentra calmando todo el desastre provocado por todos nosotros. Durante toda la clase me quede admirando su sonrojado rostro, además de su bella sonrisa cuando miraba la rosa en su pupitre y seguía escribiendo lo que nos dictaban. A la hora del receso me levanto antes que ella se aliste para salir y me detengo frente a su asiento.

— ¿Vamos a comprar nuestros almuerzos?

—Si —sonríe radiante —solo déjame poner esta rosa en mi mochila... las orquídeas las deje en mi casillero —explica con tranquilidad —ya que no quería que se hicieran feas en el salón.

—O qué te las quitarán...

— ¿¡Ha!? ¡Ey! —me señala con enfado — ¡A mi nunca me han dado flores, además... —gira la mirada con vergüenza —solo le quite una y tú le diste un ramo completo!

Sarada llega a su lado entre una risa —Tranquila Choucho, no te quería atacar solo a ti —ríe divertida para luego mirarnos — ¿Nos vamos parejita de enamorados?

—Esperen por nosotros —pide Mitsuki con su amplia sonrisa —por cierto, Sarada, —llega a su lado —mi padre me compró un nuevo libro ayer, quiero mostrártelo.

Sarada se estremece al sentir la mano de Mitsuki sobre su cintura baja, pero finalmente salen juntos adelantándose a nosotros mientras siguen con su charla sobre aquel nuevo libro, Hima se levanta de su asiento permitiéndome abrazarla por los hombros para dirigirle una sonrisa de cerca; detrás de nosotros Inojin camina con una chica en cada brazo mientras lanza besos al aire como si fuese una popular estrella de música, y choca los puños con sus conocidos.

—Fue realmente muy lindo el detalle que preparaste, me encantó, lo ame por completo.

—Planeado especialmente para ti, aunque... —rasco mi sien —sinceramente no tenía planeado que Sarada lo leyera frente a toda la clase, además de que las chicas de otros salones se acercaron para saber lo que pasaba ahí...

Ella ríe —También fue algo inesperado para mí, pero... —sube la mirada —me gustaron mucho las orquídeas. Sinceramente no esperaba un detalle de ese tipo, y además aquella nota... —sonríe con algo de vergüenza hasta agachar un poco el rostro —Bueno... —ríe negando —supongo que esa no la escribiste tú.

—No tengo una letra tan buena. La chica de la floristería me hizo el favor de poner la buena letra, también dijo que mi novia tiene mucha suerte de tenerme.

Sus manos vienen contra mi costado y entre su risa empuja mi cuerpo; yo sonrío mirándola seguir delante de mí. Sujeto mi nuca y lo único que tengo claro mientras ella vuelve la mirada en mi espera, es que yo soy quién tiene suerte de tenerla... sus ojos brillan llamándome. Y yo avanzo con prisa.

—Aja, sí. Dejen al idiota y a mi fuera de su lado... —expresa disgustada.

— ¿A quién le llamas idiota? Mocosa.

— ¿Qué acaso no tienes ningún otro insulto?

—Sigues siendo mujer ¿No? sí, ¿no es así? Eso eres. —asiente mirándola.

— ¡Ja! ¿Y eso que tiene que ver? Eres un idiota.

Ellos comienzan a empujarse y Hima rápidamente aparta mi brazo para adelantarse en busca de detener a su amiga, ella me dirige una mirada apenas logra atrapar a Choucho, y entre mi leve risa me aproximo para rodear los hombros de Shikadai y apartarlo de ella; mi amigo me mira con enfado y simplemente exhala un suspiro para cruzarse de brazos entre el tronar de su lengua.

Entramos a la cafetería asegurándonos de que ellos no se acercarán el uno al otro, y es que en los últimos días se han comportado mucho más agresivos de lo normal, y bueno... sinceramente, Shikadai enojado es... algo que no queremos ver de nuevo; aunque no tenemos idea de lo que podría hacerle a Choucho, Inojin sabe perfectamente lo que nuestro amigo es capaz de hacer con ese estado de ánimo... un diente menos y un ojo morado y un rostro de frambuesa no le quedarían para nada bien a Choucho. Nos sentamos en la mesa elegida por Mitsuki y Sarada quiénes están hombro con hombro leyendo aquel libro del cuál hablaban tan animadamente antes...

—Oigan. —expresa disgustado dejando caer el puño a la mesa — ¿Van a pasársela leyendo o piensan comer?

—Claro que comeremos. —contesta sin mirarlo —Es solo que este libro es realmente interesante...

—Es increíble por fin encontrar a alguien, —eleva la mirada sobre ella —que sepa apreciar la magia de estos libros misteriosos... —mantienen sus miradas conectadas —pero si, —vuelve la mirada sobre nosotros —vamos a comer.

—Al menos ellos no molestan... —inclina el cuerpo sobre mí para obtener la atención de Choucho — ¡Como otras personas!

— ¿¡Quieres que me levante y te moleste la cara!? —muestra el puño cerrado.

Hima se apresura a detenerla de ambos brazos mientras Inojin sostiene a Shikadai con mi ayuda. Choucho siempre a tenido un temperamento fuerte y eso es lo que enciende la llama de Shikadai.

—Bien, basta. —señalo duramente a Shikadai con la mirada para volver a mi asiento —mejor vamos a comer.

—Por cierto, antes de que lo olvide chicos... —sonríe hacia todos — ¿Estarán ocupado esta tarde?

— ¿Qué tenías planeado Hima? —expresa con calma.

—Nada muy grande, mi papá me dejará una sala para ir con mis amigos y hacer lo que nos plazca.

— ¿En que lugar? —exhala un suspiro tomando su comida.

—Amm... —eleva la mirada pensativa —Creo que es un lugar de Karaoke, en el centro... —asiente —es un lugar grande según me dijo.

—Necesito que me des más detalles. —dice con la seriedad de costumbre —Es que mi padre no me da permiso si no le describo el lugar exacto en el cuál estaré.

—Ni siquiera mi madre es tan sobreprotectora —musita entre un suspiro y jugar con su comida.

—Bueno... —observa a Inojin de reojo para volver la mirada a Mitsuki —El... el Ichiraku me parece, creo que así se llama el lugar.

— ¡Wow! ¡Ese lugar es sumamente caro después de todas las remodelaciones! —sonrío hacia ella —A mi solo me dan descuentos por mi madre.

—Pues nada, —recarga el mentón de su palma —las horas realmente las cobran muy caras, pero el sonido es de primera... —asiente recargándose de su asiento —y es un espacio bastante grande.

— ¿De verdad ahí? —cuestiona más relajada —Ellos dos tienen mucha razón sobre el Karaoke, la entrada por hora ya es algo muy caro... e incluyendo la comida que sirven... —expresa con un dejo de dolor al solo pensar en el precio.

—Bueno, —ríe —mi padre y madre no son una cosa pequeña. Um... normalmente no tomo sus propuestas, pero ahora que los tengo a todos ustedes, bueno... —encoge los hombros —no lo sé, pensaba que podríamos ir por un rato.

— ¡Entonces definitivamente no deberíamos desaprovecharlo! —de un salto entusiasta golpea la mesa con su puño mostrando una amplia sonrisa.

—Inojin, —recargo la mejilla de mi puño para verlo —solo escuchas de algo siendo gratis y te unes al segundo idiota despreciable.

—Como sea... —resopla sin mirarnos —no tengo ganas de estar en casa este día. —truena la lengua frunciendo el ceño —Comida familiar.... —niega para luego mirar a Hima —yo me apunto a ir.

—Pues ya se fue al demonio la cosa... —suspira al aire —aun así Hima, yo también pienso ir con ustedes, pero... —observa directamente a Shikadai —no lo dejen juntarse conmigo, es odioso.

—Como te encanta ser una molesta piedra en el zapato de la gente... —vuelve la mirada a su comida.

— ¡Pero mira quién lo dice! —deja caer las palmas sobre la mesa.

— ¡Bien, cierren la boca los dos! —pide en un firme grito —Yo también pienso ir Hima.

Sonriendo levemente me acerco hasta poder empujar un poco su cuerpo —Sabes que también cuentas conmigo.

—Yo solo debo avisarle a mi padre, pero cuenta conmigo.

— ¡Genial! —toma su móvil —entonces avisaré que, si vamos a usar la sala, y... —nos mira —supongo que nos iremos apenas terminen las clases... ¿O quieren pasar a sus casas por cambios de ropa u otras cosas?

—Yo opino que podemos ir con el uniforme —expone sarada.

—Yo me sentiría más cómodo con ropa normal Sarada.

—Apoyo a Mitsuki, yo también quiero pasar a cambiarme... —golpea su falda —simplemente no puedo brincar de un lado al otro con esta molesta falda.

—Choucho, —ajusta sus gafas elevando la ceja —pero si tú siempre traes short debajo.

—No necesito ver cosas horribles solo porque Choucho no se vaya a cambiar, —suspira desviando la mirada —yo iré por un cambio de ropa.

— ¡Ahora sí maldito imbécil!

Las sillas rechinan para cuando me levanto a detenerla con toda mi fuerza, Inojin viene a mi lado para ayudarme mientras Hima la sostiene de la espalda tanto como le es posible; mis ganas de golpearlo crecen al verlo tan tranquilo tomando su comida como si nada de esta situación le importará de verdad, aunque nosotros estamos muriendo a garras de Choucho por defender la idiotez que ha dicho. Al estar harta simplemente golpea la mesa y da media vuelta para marcharse hecha una furia, Hima me mira y aprieta los labios con pena para luego sonreírme.

—Iré a verlo, y bueno... —baja levemente la mirada —yo...

—Solo dime.

Suspira elevando su mirada hacia mí —Me preguntaba si podría ir a tu casa a la salida... —desvía la mirada —cuando voy a casa y aviso que voy a salir, lo normal es que mi hermana se una a mi salida aun si yo no quiero...

—Huy... —sujeto mi mentón —que tu hermana se nos una... no queremos eso en absoluto. —sonrío —Bien, te llevó en mi bici, pero ropa... ¿Irás al Karaoke con el uniforme?

—Me puedo comprar algo de ropa cuando lleguemos al centro, entonces... —acaricia mi mano —nos vemos en el salón ¿Sí?

—Sí.

Apenas puedo verla salir de la cafetería regreso mi mirada atrás mostrando mi clara molestia hacia el idiota que estaba sentado a mi lado, Sarada se percata de la situación y luego de despedirse de Mitsuki nos deja solos, Mitsuki se levanta. Los tres rodeando a Shikadai, él inhala con tranquilidad y luego suelta su cuchara para mirarnos como si nada hubiera ocurrido... Inojin concede el primer golpe sobre su cabeza.

— ¿¡Pero que diablos te pasa hombre!?

—No creo que esta vez te vuelvan a salir los dientes —toma al rubio por el cuello de la camisa —así que te sugiero que no vuelvas a hacer eso.

Suelta al rubio con brusquedad y mete las manos en los bolsillos al sentir la mano de Mitsuki sobre su hombro, yo me detengo a su lado para evitarle que se marché y él enseguida entorna la mirada con enfado.

— ¿Por qué te desquitas con Choucho? —inicio —si estas molesto simplemente deberías...

Mitsuki eleva la mano pidiéndome parar —Hagamos esto más claro. ¿Qué te pasa con ella últimamente? No pasa ni un segundo en el cual no estén peleando.

— ¿Acaso no saben usar esas cosas en sus caras? —señala los ojos de ambos — ¡Es ella quién me molesta siempre!

—No. —arregla sus rubios cabellos —Ella estaba tranquila en la mesa, tú fuiste quién termino todo en este momento.

—Dientes de leche... —amenaza entre una leve risa.

— ¡Deja de amenazarlo de una vez Shikadai! —empujo su hombro — ¡Habla de una buena vez! Dinos la razón por la cuál no paras de pelear con ella.

— ¡Nada! —gruñe entre el abrirse paso —diablos, voy por agua...

Mitsuki suspira a mi lado — ¿Qué creen que pasaría si los dejáramos pelear? Es solo una pregunta, no podemos dejar que eso ocurra.

—La verdad, —observo a ambos —yo también tengo un poco de curiosidad... —exhaló un suspiro frotando mi cabello —pero no quisiera descubrirlo.

—Él podrá ser un idiota cuando esta enfadado... —cubre su boca con sus nudillos —pero no creo que se vaya a atrever a golpearla.

—En eso tienes razón, siempre se defiende cuando es necesario, pero controla su fuerza cuando es necesario.

—En fin. —nos observa —Ya no falta mucho para el toque, deberíamos alcanzarlas.

Inojin y yo asentimos para ponernos en camino al aula junto a Mitsuki. Las siguientes clases fueron de lo más normales, y al salir de la escuela nos separamos en la entrada quedando en que cada quién irá a su casa y llegará al Karaoke por su cuenta dando el nombre de Hima en la recepción; los chicos decidieron irse juntos en un camino hasta sus casas, Sarada y Choucho se van cada una por su lado, y yo... yo me adelanté con Hima en mi bici.

— ¿No se molestará tu mamá ya que me llevas?

—Mi mamá es la persona más relajada del mundo —sonrío —mientras no tenga que ver con la escuela... —observo de reojo su rostro —sé que le caerás bien, al menos si es que esta en casa.

Apenas llegamos a la curva para dirigirme a mi casa, puedo ver el auto de mamá salir hacia la calle de arriba, no creo que me haya visto así que simplemente sigo nuestro camino a mi casa. Al detenerme ella se baja admirando mi casa con algo de... no lo sé, sus ojos brillan de cierto modo.

—Tienes suerte. —sonrío a su lado —ella acaba de salir de casa, así que... —señalo el camino tiendo mis manos —anda, pasa.

—Sabes, —ríe avanzando a mi lado —yo nunca he vivido en una casa tan pequeña como esta, es... —toca el marco de la puerta —lindo entrar en una.

— ¿Acaso vives en una mansión? —bromeo sacándome los zapatos.

—Pues... —expresa avergonzada quitándose los zapatos.

— ¿¡De verdad!? —cuestiono sorprendido.

Ella ríe asintiendo —Mi madrastra... ella es muy rica —tranquilamente se coloca las pantuflas —su familia tiene una empresa gigante.

—Vaya, así que salgo con una millonaria —bromeo mostrándole el sofá — ¿Quieres algo de beber? ¿Agua, refresco o té frio?

—Un refresco no suena nada mal.

Al verla tomar asiento me pongo en marcha a la nevera para buscar su bebida, tomo una lata de soda y me pongo de regreso a la sala para entregarle la bebida, pero al volver puedo quedarme un momento observando como ella analiza cualquier esquina de la casa con mucha sorpresa y emoción. Mi sonrisa crece y me acerco para entregarle su bebida y tomar asiento a su lado.

—Creo que cuando llegué a mi casa mis flores estarán un poco marchistas —menciona con pena.

—Oh, es verdad... —observo hacia la puerta —las traes en tu mochila. —sonrío hacia ella para levantarme —iré a cambiarme rápidamente y así salimos cuanto antes, siéntete libre de pasearte por la casa y buscar un florero, podemos venir más tarde por ellas.

—Sí. Sabes... —se acerca a las escaleras —creo que pensamos igual, yo también estaba algo curiosa sobre si nuestra relación ya había iniciando o no... —ríe —es decir, solo gritamos como un par de niños pequeños, aunque fue realmente lindo.

Mi risa sale —Estamos destinados a suceder. —bajo un poco el rostro —Quise dejarlo por completo claro, simplemente no quería que te molestarás si en algún momento llegaba a celarte.

Ella ríe —Así que eres alguien celoso. —avanza hacia la cocina —Vaya, entonces tendré que mantenerme alejada de los chicos, en definitiva. Pero... esto, —gira para mirarme —lo vamos a llevar con calma, ¿verdad? —sujeta su brazo —hablando enserio Boruto, eres mi primer novio oficial, aun cuando no se lo hayamos dicho a nuestros padres...

—Lo lleváremos con la calma que quieras Hima, lo que digas es ley para mí así que no debes de preocuparte tanto... —observo hacia el piso superior y regreso la mirada a ella —y sinceramente no quisiera esperar tanto para presentarte a mi madre, pero deberíamos buscar el momento exacto para hacerlo.

—Es lo que yo pensaba. Tal vez en una cena con nuestros padres juntos, así podrían conocerse de una buena manera.

Luego de nuestra charla me apresuré a cambiarme y al bajar puedo verla arreglando las flores en un florero, me encamino a su lado atrayendo su mirada casi al segundo, ella me sonríe y yo extiendo los brazos a mis costados en espera de que me comprenda. Sus labios son cubiertos por una leve risa mientras sus brazos siguen lo que yo he hecho, me acerco para abrazarnos. Ella ríe aferrándose a mi cuerpo.

—Nunca había hecho esto, pero debo admitir... —suspira relajando su abrazo —que es muy lindo.

—Mi madre acostumbraba hacer esto cuando yo me encontraba disgustado o simplemente estaba llorando... la verdad lo último casi no pasaba, pero si, es ciertamente muy reconfortante.

Nuestro abrazo continuo por un largo rato mientras ninguno de los dos intenta decir nada, y al separarnos me animo a acercarme hasta poder besar su frente y luego tomar su mano para salir de casa a su lado. Nos ponemos en camino a la parada de autobuses.

—Entonces todo eso lo has aprendido de tu mamá... ¿Acaso ella te recomendó lo de las flores?

Niego entre mi risa —No, para nada, eso fue algo que se me ocurrió a mí... ya hemos sido nosotros dos desde que tengo consciencia, creo que mamá me ha consentido un poco, pero... creo que si yo hubiera tenido un hermano ella nos trataría del mismo modo, mamá es alguien muy amorosa y es muy raro verla enfadada.

—Solo cuando se trata de tus calificaciones. —ríe —Suena... a que es una mamá de las mejores, pero quiero esperar el momento preciso para conocerla, quisiera que todo fuera perfecto con mi primera relación.

—Por tu parte conoces a mi madre suena bien, pero... yo no estoy seguro de tener ganas de conocer a tu padre. ¿Qué tal si no le agrado? Además, los padres siempre son más estrictos, y lo lamento, pero el tuyo no es que suene como la mejor persona ni mucho menos el padre del año.

—Y no lo es. Conociéndolo ni siquiera se dará cuenta de tu existencia y simplemente se retirará rápido... —suspira con desanimo —ya me imagino que tendré que pedir muchas disculpas a tu mamá...

—Tranquila, —empujo levemente su cuerpo —ella sabe lo que es tener un trabajo ajetreado.

—Pero mi padre es simplemente un perro con correa, no puede estar mucho tiempo conmigo porque su mujer lo llama al segundo.

Al detenernos en la parada puedo verla descender su mirada sobre el suelo, parece tan decaída cuando habla de su padre, pero antes de poder intentar decirle algo puedo escuchar una voz conocida que nos interrumpe... la pronunciación de mi nombre nos hace volver la mirada, Inojin sonríe con tranquilidad mientras cruza la carretera para alcanzarnos.

—Que bien que nos encontremos —rodea nuestros hombros — ¡Ahora podemos ir juntos!

Ella sonríe con incomodidad ante su acercamiento y me apresuro a apartarlo apenas el autobús llega frente a nosotros, ella sube primero y yo la sigo hasta la parte de atrás mientras Inojin nos sigue de cerca, yo tomo asiento a su lado mirando como Inojin detiene su andar y vuelve unos pasos atrás para tomar asiento al lado de un par de chicas que están unos asientos delante de nosotros.

—Sabes, en unas semanas se hará una celebración en la empresa de un amigo de papá, —ajusta su cabello detrás de su oreja —estaba pensando en buscar unas entradas para vernos ahí, ya sabes... necesito un acompañante para ese tipo de fiestas.

—Me encantaría.

—Oigan. —toma asiento a mi lado extendiendo los brazos sobre el descanso — ¿No están yendo muy rápido? Es bueno que se emocionen por su primer noviazgo, pero... el primero nunca funciona bien.

—Lo que paso en aquella relación tuya, es que tú eres un vil mujeriego y ella de tu misma carne.

— ¿Tuvo una novia fija? ¿De verdad Inojin?

—Hasta que se encontró a otro tipo, y yo... —exhala un suspiro sufrido —bueno, preferí seguir buscando...

Apenas llegamos a nuestro destino sujeto la mano de Hima y la hago seguirme con prisa mientras le grito a Inojin diciendo que lo alcanzaremos en un rato, ella me sigue con diversión y luego comienza a guiarme hasta una tienda de ropa, nada muy caro, de hecho, con todo en descuento; su elección es rápida y sencilla, un short de mezclilla sobre sus medias escolares además de una blusa casual de manga larga. Nos ponemos en marcha hacia el Ichiraku.

— ¡Boruto! Hola... —sonríe desde el mostrdor elevando la mano — ¿Qué tal ha estado tu mamá?

—Bien, ella esta trabajando como de costumbre... —observo el alrededor — ¿Y tu papá, Ayame?

Exhala un suspiro cansado —Me veo obligada a traerlo cada tanto, ya sabes que no le gusta dejar de trabajar.

—Sí, sí, se muy bien como es tu padre... un descanso jamás viene mal, pero un descanso para él es solo meter sus pies en un poco de agua por un rato hasta que llegue el siguiente cliente.

Ella ríe entusiasta — ¡Justo eso! Tienes completa razón... —observa a mi compañera y vuelve la mirada sobre mí — ¿Vas a querer que te aparte un cuarto y ramen?

—No, —rodeo los hombros de Hima —Hoy vengo con mi novia, ella ya tiene uno apartado.

— ¡Ha! —inclina el cuerpo analizando a Hima —Hola, creo que eres... —me mira de reojo con algo de orgullo —su primera novia. —sonríe entre su asentir —Mi padre y yo lo conocemos desde que era pequeño, cliente casi habitual, y también llegue a ser su niñera por un tiempo... —niega —pero no los detendré más... —alista su lapicero y la lista en pantalla — ¿Tú nombre?

Ella ríe mirándome —Es lindo saber esas cosas con cada amigo que conozco de él... —vuelve la mirada sobre ella.

—Y vaya que Boruto tiene amigos por doquier, te lo aseguro, es raro que alguien no lo conozca por estos lugares, su mamá es muy amiga de casi todos.

—Por eso mismo tengo tantas ganas de conocerla. ¡Ha! Por cierto, creo que ya tenemos que entrar, mi nombre es Himawari Uzumaki.

—Uzu...

Por un segundo Ayame se queda paralizada y la sonrisa que siempre porta en su rostro disminuye, su mirada vuelve sobre Hima y luego asiente para volver la mirada a la pantalla.

—Sala cinco... —inclina el rostro con incomodidad.

— ¿Gracias...? —menciono algo sorprendido por su actitud.

—Nos vemos luego entonces.

—Sí, pásenla bien.

Nuestro camino a la sala llega con mucha tranquilidad, al entrar podemos ver a Inojin hablando... o más bien molestando a Sarada.

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