Capítulo 8

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Editado: 30/ 11/ 2021

¿Cita?

[Sarada]

Ayer Mitsuki me pidió mi ayuda, quisiera decir que posiblemente es una cita, pero podría ser que me este equivocando. Simplemente sé que estoy nerviosa, muy nerviosa; este es el tercer cambio de ropa que me pongo y aun no puedo decidirme por lo que usar para ir a verlo, y creo que el problema principal es que no vamos a salir a ningún lugar especial, nosotros... vamos a estar en su casa, en su...

Dejándome caer contra mi almohada no puedo evitar soltar un grito de queja contra ella.... ¡Simplemente estoy enfadada por dos cosas! Primera y más importante, aun no puedo escoger la ropa que debo llevar, y lo segundo... es que la contestación a mis notas fue un "Lo siento, pero creo que me gusta alguien más" ¡Y no tengo idea de quién es esa persona! Creo que él solo se acercó a mí porque soy una amiga de Himawari y ahora también de Boruto... ni siquiera es consciente de lo mucho que me gusta, ni siquiera yo era consciente de ello... simplemente paso cuando... no, no lo sé, creo que fue por azares del destino o algo así...

Ese día mi mirada término en esa última fila de la esquina, sobre él y su mirada que se encontraba con la mía... él ni siquiera pensaba mirarme, solo... conocería a las chicas nuevas.

—Sarada, me iba yendo... —exhala un suspiro — ¿Acaso te das cuenta que tienes hecho un desastre tu habitación?

—Si mamá, puedo darme cuenta de eso... y lo limpiaré en un rato.

—Pero... —adentrándose levanta algunas cosas — ¿Por qué has sacado tanta ropa?

— ¡Agh! No lo sé... —poso las manos sobre mi cabello —no lo recuerdo...

—... ¡Sarada Uchiha! Tú madre te está hablando así que espero que te des la vuelta y me mires a los ojos mientras hablamos.

Inhalo profundamente y alejo el rostro de la almohada para levantarme bruscamente y volver la mirada sobre ella, mi madre eleva el mentón mientras sus manos se mantienen sobre su cadera, y sé que debo ponerme de pie para verla cara a cara. Sakura Haruno, doctora en un buen hospital que esta por esta zona.

—Y... ¿Qué pasa? que busques un conjunto de ropa de forma tan desesperada para una salida... no es muy normal en ti.

—Cosas mamá. Una chica se puede preocupar mucho por cómo se ve.

—Si, claro. Una chica que no tiene bien ordenadas sus cosas puede preocuparse por eso, pero tú... —señala toda la habitación con su índice —tienes tan bien arreglada tu habitación que solo te basta abrir el armario, dar una breve mirada y escoger el conjunto perfecto para tu salida.

—Bu... bueno, hoy no fue de ese modo.

—Eso es lo que puedo ver a simple vista... —observa la habitación — ¿Con quién vas a salir?

—Un amigo mamá, nada muy importante —suspiro bajando la mirada.

— ¿Amigo? —entrecierra los ojos para mirarme — ¿¡Acaso ya tienes novio!?

— ¡No! —retrocedo con disgusto — ¡Agh, detente con esa mirada! ¡Se me va a hacer tarde, tengo que irme ahora mismo!

— ¿¡Ha!? ¿Y qué pasa con el conjunto perfecto?

—Este que llevo se ve muy bien... iré en el auto.

Rápidamente tomo una sudadera de la cama y salgo cuanto antes evitando a mi madre para bajar con prisa las escaleras, tomo las llaves de la entrada y al salir simplemente me subo al auto que estaban por limpiar, pido disculpas y entrego las llaves indicándole el lugar al cual quiero ir. Estamos a unas cuadras de llegar cuando me percato de la ropa con la cuál he salido, un pantalón común de color negro, unos tenis sencillos y una blusa holgada roja por debajo de mi sudadera gris... sin poder contener mi disgusto dejo caer mi rostro hacia delante y sujeto mi cabeza con desespero... el chofer me avisa que ya hemos llegado.

—Haaa... dios, dios...

— ¿Se encuentra bien señorita?

—Haaa.... —elevo el rostro —sí, si... —niego —no, creo que no... —aprieto los ojos frunciendo el rostro para después mirarlo — ¿Qué tal me veo?

—Se ve... —vuelve la mirada —luce bien señorita, usted es muy bonita así que no debería preocuparse por cosas tan simples... ¿Va a necesitar que venga más tarde por usted?

—Ha... no, creo que estaré bien. Muchas gracias por traerme.

—Que tenga linda tarde.

Y ahora estoy aquí, enfrente de su casa apretando los puños a mis costados ante una idea tan terrorífica como tocar a su puerta.

— ¡Ey! —me estremezco ante tal grito — ¿¡Quién eres!? Estas estorbando el camino...

Vuelvo la mirada para agachar el rostro con pena. Es una mujer de cabello rojo, tal vez... ¿Su madre?

—Disculpa, venía a buscar a Mitsuki...

— ¿A Mitsuki? —relaja el rostro —Oh, bien, entonces pasemos... vamos, adelante, la puerta esta abierta y él debe estar en su habitación, solo sube las escaleras y busca la puerta que tenga su nombre.

—Ha... muy bien, gracias.

Mi mirada vuelve por momentos a la chica que me mira muy atentamente casi analizando cada aspecto de mí, al estar en el piso de arriba me centro en los nombres de las habitaciones... Saigetsu, Jugo, Karin, esa debe ser de ella... y apenas encuentro la puerta de Mitsuki toco con mis nudillos escuchando rápidamente su contestación pidiendo que pase. Al abrir doy una leve reverencia y al elevar la mirada la sorpresa me llena, delante de mí, casi en cámara lenta... puedo ver su espalda desnuda levantarse frente a mí.

— ¡Yo... yo! —cubro mi rostro — ¡Lo siento! Ha... yo... —retrocedo dudosa de salir o entrar o hacer cualquier movimiento.

Por parte suyo no puedo escuchar ninguna palabra, mis oídos captan el sonido de sus pasos y el deslizar de un cajón, el rechinar de la cama y un exhalar.

—Disculpa mi estado, no pensé que fueras tú ya que has llegado un poco antes... ya puedes, mirarme.

—Ha, si bueno... —arreglo mi detrás de mi oreja volviendo la mirada a él —es que mi madre estaba encima de mí en casa, y solo pensé en salir de casa, y ya que vendría aquí... —observo su rostro apenado —pensé que no importaría llegar un poco más temprano.

—No, claro que no importa... —desvía la mirada frotando su cuello —estás en tu casa Sarada, um... —vuelve la mirada —por cierto ¿Quién te recibió?

—Una chica mayor de cabello rojo, Karin... —señalo el pasillo — ¿Así se llama?

—Sí, ese es su nombre... bueno, entonces... ¿Comenzamos?

—Claro.

Sonríe poniéndose de pie —Vayamos abajo entonces. —avanza primero para detenerse y volver la mirada —por cierto... —me observa de pies a cabeza —te ves muy linda este día.

Ante sus palabras la vergüenza llena mi rostro y me apresuro a dar un asentimiento que lo haga volver la mirada al frente y seguir nuestro camino. Al bajar a su sala puedo ver a aquella chica mirando el televisor, y aunque pasamos detrás de ella puedo notar como ni siquiera intenta mirarnos... intento regresar para hablarle un poco, pero en cambio, me encuentro con el pecho de un chico.

—Perdona... —elevo la mirada —no me fije...

— ¿Estás bien? —toma mi mano —a él no le importa lo que venga de frente, no se mueve así que... —me atrae a su lado —vamos de una vez.

— ¡Soy Saigetsu por si te importa saberlo!

Decía entre el elevar de su mano en un saludo, yo sonrío y doy un asentimiento sintiendo como Mitsuki me atrae aun más cerca de él hasta hacerme entrar en la cocina... detrás de la barra se encuentra un hombre de gran tamaño, debe ser... la última puerta faltante... Jugo...

— ¡Ha! —me mira —Hola, debes ser Sarada, gracias por venir a ayudarnos hoy... —analiza las cosas de la barra —nuestro padre cumple años hoy y queríamos hacer un regalo especial para él...

—Si, —observo a Mitsuki —me lo comentó Mitsuki ayer mismo, así que... ¡hagamos lo mejor posible!

—Ella es muy animada, —sonríe —me agrada... bien, entonces buscaré el libro de recetas... —avanza a los cajones de la encimera —llegaste un poco antes ¿Cierto?

—Ha... —observo a Mitsuki que analiza las cosas —Si, me adelante un poco a la hora —río.

—Vamos —acerca un banco —toma asiento mientras él encuentra el libro de recetas... —toma siento a mi lado recargando el brazo de la barra entre el inclinarse hacia mí —entonces... ¿Te quedarás? Mi padre podría llevarte a tu casa más tarde, bueno... ambos podríamos llevarte.

—Si claro, si ha tu padre no le molesta el hecho de que este aquí, claro que me puedo quedar.

—Ya lo encontré —muestra el libro.

Al verlo tener el libro comenzamos a revisar las cosas que utilizaremos y las acomodamos mientras comenzamos a leer el libro. Apenas estamos agregando la harina cuando me percato de la presencia de aquella chica en el marco de la puerta que nos está observando sin decir nada, y al lado de ella esta aquel otro chico que pica sus dientes con un palillo...

— ¿Ya han terminado? —cuestiona tirando el palillo al suelo.

—Apenas estamos empezando. —señala con calma — ¿Nos piensan ayudar?

— ¿Piensas que yo se algo de cocina? —expresa elevando las cejas —por algo tú eres el que cocina en casa Jugo...

—Deja de ser tan amargada Karin, es para el cumpleaños de Orochimaru —menciona entre el acercarse a la barra.

Saigetsu toma harina con la mano causando el desagrado de Jugo y Mitsuki quienes lo fulminan con la mirada mientras él avanza a Karin y sopla sobre la harina llenando la cara de aquella chica de polvo blanco... un fuerte golpe directo causa un sangrado en la nariz de Saigetsu quién solo sonríe tratando de atrapar la sangre que corre. Yo me levanto, pero la mano de Mitsuki me detiene de ir allá, él sonríe con tanta calma que yo solo doy un asentimiento para volver a mi asiento.

—No te preocupes...

— ¡Diablos, idiota! Maldito Saigetsu... —saca sus gafas —has ensuciado mis lentes por completo idiota... —me observa —mira Sarada, no te preocupes... —palmea el hombro a su lado —él aguanta peores golpes.

—Ha... si, si... —agacho la mirada —está bien...

— ¡Maldita bruja pelirroja! —grita con enfado para acercarse y tomar mi mano mientras me sonríe —Si la niña quiere ayudarme solo déjala hacerlo.

La sorpresa me invade cuando él besa mis nudillos, pero antes de poder hacer cualquier cosa... un tenedor se ensarta en la barra con fuerza causando mi miedo, Mitsuki sonríe más ampliamente que de costumbre y casi parece estar amenazando a Saigetsu con esa sonrisa. El chico que toma mi mano se aleja lentamente entre el elevar las palmas en señal de paz para llegar hasta donde la pelirroja que vuelve a golpearlo en la cabeza; ella me mira y simplemente avanza por un pañuelo para humedecerlo y limpiarse mientras Jugo continúa batiendo las cosas.

—Permíteme ayudarte... —me acerco a Jugo.

—Ha, claro, adelante... —me cede el puesto —y no te preocupes mucho por ellos, —observa a sus amigos —esos dos siempre son así, aunque... —pasa la mano sobre la barra —será mejor que cubramos las marcas del tenedor. Mitsuki, sácalo.

Mientras yo sigo batiendo veo como Mitsuki quita el tenedor con mucha facilidad, Jugo se encarga de acercarle un florero para cubrir las marcas mientras Karin y Saigetsu se acercan más entregados a ayudar.

Un rato después comenzamos a preparar la tarta todos juntos, aunque Saigetsu no podía quedarse quieto y tarde o temprano cometía un error... hasta que finalmente comenzó una guerra de harina que nos hizo ir todos contra todos; el ambiente era tranquilo y eso me permitió echar un poco de harina en el rostro de Mitsuki quién solo rio... la harina volaba por todos lados, y de pronto puedo sentir unas manos tomando mi cintura... al volver la mirada me percato de la presencia de Mitsuki, él es el único que permanece a mi lado, su sonrisa es amplia y entre el sujetarme sigue lanzando harina contra Saigetsu.

— ¡Vamos Sarada! —sonríe cerca de mi rostro —ayúdame a llenarlos de harina.

—Ha... ¡Sí!

Todo comenzó a transcurrir tan lentamente por mi mente desde que su mano se poso sobre mis caderas... su sonrisa y la lentitud de sus ojos dirigiéndose sobre los míos. Vuelvo al mundo real para seguir con nuestra batalla de harina... y seguimos de ese modo hasta que Jugo nos detuvo diciendo que se nos haría muy tarde y aun teníamos que limpiar todo el desastre.

Mientras Jugo y yo nos encargamos de terminan con los arreglos del pastel, los demás se aseguran de limpiar bien la cocina. Mi mirada desciende sobre mi ropa sucia y al pasar la mano por mi mejilla me percato de la suciedad de todo mi cuerpo... apenas tomo asiento al lado de Jugo cuando siento el roce de una tela húmeda contra mi mejilla.

—Tienes harina...

—Oye niña, deberías subir a tomar un baño, pero... —observa al mayor de ellos.

—Karin tiene razón. Será mejor que tomes el baño en el cuarto de Mitsuki, a Karin no le agrada que toquen sus cosas, y Saigetsu seguramente tiene un inmenso desastre en su cuarto, y a decir verdad... —comenta apenado jugueteando entre el frotar de sus manos —no me sentiría a gusto dejándote pasar a mi baño...

—Oh... —sonrío enternecida por su actitud —les agradezco la preocupación, pero... no tengo un cambio de ropa.

—Eso no. Lo siento querida, pero mi ropa no te vas a poner —expresa firmemente disgustada.

—De todas formas... —ríe inclinándose hacia ella —sus pechos son más grandes que los tuyos Karin, no le quedaría nada... —explota en una carcajada —No, de hecho, los pechos de todos son más grandes que los tuyos... —retrocede sosteniendo su vientre entre su carcajada.

—SAI.GET.SU... ¡Vas a morir maldito desgraciado!

—Basta ustedes dos, no peleen.

Los tres salen de la cocina entre una disputa y lucha creciente; río levemente y vuelvo la mirada sobre Mitsuki quién no deja de mirarme mientras sonríe, yo le sonrío.

—Bien, sube a mi cuarto y toma una ducha... —posa la mano sobre la barra dirigiendo la mirada sobre la madera —cuando termines puedes ponerte una camisa mía, y... supongo que tendré algún short por ahí... —vuelve su mirada —quizá te queden un poco grandes, pero algo es algo, —toma mi mano guiándome a las escaleras —y mientras haces eso yo intentaré conseguir un short de tu medida con Karin... anda, sube, es tu casa.

—Si. Gracias Mitsuki...

—De nada... ¡Por cierto! Deja tu ropa afuera del baño para que la meta en la lavadora.

Llegué a su habitación y no fue hasta que cerrar la puerta detrás de mí, que pude percatarme de mi sonrisa de idiota. Palmeo mis mejillas al mismo tiempo para centrar mis ideas y encaminarme al cuarto de baño sacando mi ropa entre mi andar, dejo todo fuera del baño como él me ha pedido y cierro la puerta. Al entrar bajo la regadera dejo el agua fluir por todo mi cuerpo mientras observo como todo el lugar a mi alrededor esta muy bien aseado y organizado... tomo algo de champú y comienzo a lavar mi cabello.

Salgo de la ducha con una toalla rodeando mi cuerpo y otra secando mi cabello, y sigo sus instrucciones, me acerco a su armario para buscar una camisa y un short y luego volver al baño para ponerme mi ropa interior y todo lo otro encima; el problema es... que tal y como pensábamos, su Short no me queda, me queda demasiado flojo, aunque por suerte la camisa esta larga y me cubre... dejando el short de lado salgo nuevamente y tomo asiento en su cama secando mi cabello mientras observo su habitación. La puerta es tocada.

— ¡Espera un momento!

Me levanto a prisa rodeando mi cadera con su toalla y simplemente vuelvo a tomar asiento para fingir calma mientras seco mi cabello y le pido pasar, él me mira y baja la mirada evitando observarme de más.

—Logré que me prestará un short, era de esperarte que los míos no te quedarán... —deja la prenda a mi lado en la cama —iré a tomar un baño, puedes quedarte aquí si quieres.

—Creo que será mejor que baje a la sala.

—No creo que quieras estar viendo como se pelean esos dos. —vuelve su mirada sobre mi rostro —no te preocupes, me cambiaré adentro.

Él abre la puerta y me da la espalda para comenzar a sacarse la camisa, yo me quedo callada admirando lo poco que puedo de su espalda. Tragando grueso vuelvo en mí y simplemente aprieto mis labios para continuar secando mi cabello... el agua comienza a correr en la ducha y yo no puedo evitar sentirme inquieta y emocionada mientras aprieto su camisa sobre mis piernas.

— ¡Entonces! ¿Qué son ellos para ti?

—Podría decirse que son mis tíos. Hablemos cuando salga, casi no puedo escucharte por el agua...

Mi sonrisa crece y al levantarme para ponerme el short comienzo a admirar toda su habitación encontrándome con una foto, sobre su buro de noche, donde se aprecia su calmada sonrisa y a su padre junto a él. Ante tal hermosa imagen me acerco hasta el mueble de noche y la tomo en manos para verla de cerca... mi mano se desliza por su rostro sonriente y no puedo evitar sonreír con ternura.

— ¿La quieres? O... podrías tomarme una hora mismo, si eso prefieres.

Doy un pequeño brinco de sorpresa aferrando el marco a mi pecho para no dejarlo caer. Mi mirada vuelve atrás y puedo sentir mi rostro arder cuando él tranquilamente sacude su mojado cabello mientras observa en otra dirección... al percatarse de mi mirada sonríe y luego se acerca. Mi corazón late a un punto en el que podría salirse de mi pecho... yo retrocedo por mero instinto y cuando siento la pared contra mi espalda comienzo a respirar de manera inquieta por la boca... su brazo termina pasando al lado de mi rostro hasta posarse contra la pared, y sus ojos... él se esta acercando demasiado a mí y yo... ¡Haa! Cierro los ojos.

—Puedes llevártela si quieres.

Al abrir mis ojos puedo ver su sonrisa juguetona dirigida a mí, su índice señala el marco que mantengo sujeto contra mi pecho y la vergüenza mi invade al instante; puedo escuchar su leve risilla, y entre mi enfado por tal juego simplemente escondo su foto detrás de mí manteniendo mi vista de frente a él.

—Oh quizá... quieres...

Su mano viaja sobre mi barbilla haciendo que mi mirada se encuentre con la suya, poco a poco, mientras su cara se acerca puedo ver su sonrisa disminuir y sus ojos viajando sobre mi boca y mi mirada....

—Solo si tú quieres...

—Es muy... vergonzoso decir que si... o que no...

—Quiero tomar eso como un sí.

—Si...

Por un momento puedo sentir la desesperación en Mitsuki, cuando su mano me acerca con fuerza a su cuerpo y sus labios danzan sobre los míos... nuestros suspiros terminan sobre el contrario y puedo sentir la frialdad de su cabello mojado deslizarse sobre mis mejillas... su mano se aferra a mi rostro y yo dejo la foto en el mueble de noche para deslizar mis manos por sus hombros, pero... podemos escuchar como tocan la puerta, y luego viene una voz conocida a nuestros oídos... él se aleja enfadado y descontento mientras que yo cubro mis labios y bajo un poco la mirada, sus manos se apartar de mi cuerpo y comienzan a anudar su camisa.

—Heee... —inclina el rostro — ¿Qué hacen ahí contra la pared?

—Estoy arreglándole la camisa ¿No puedes verlo? Es muy grande para ella. —sube la mirada a mis ojos.

—Mmm... —observa las cosas de la habitación —Jugo dice que bajen de una vez, Orochimaru no tardará en llegar.

—Ajá... —da media vuelta tomando la toalla de la cama —solo termino de secar mi cabello y bajamos juntos.

Ella nos analiza y no me queda más opción que regresar la mirada sobre la foto de Mitsuki y su padre. Al oírla salir regreso la mirada sintiendo como la mano de Mitsuki viene sobre la mía, él sonríe con dulzura y toca mi cara.

—Perdona, te moje un poco con mi cabello.

—No hay problema... —me aferro a su mano —gracias por arreglar... —tomo la playera —esto.

—Yo... —admira mis ojos —sobre el beso que te di Sarada... ¿Te gustaría que te presentará como mi novia ante mi padre?

Me quedo paralizada, de verdad me emociona lo que me ha dicho, pero es tan repentino qué... no lo sé, le quiere decir a su padre que soy su novia y su sonrisa que se mantiene sincera frente a mí no puede evitar volverme un poco tonta.

—Me di cuenta de que me gustas, hasta... rechacé a una chica para poder pedirte esto... yo solo pienso que puede ser que tú y yo seamos de esos pocos afortunado que terminan juntos... ¿Puede ser... que yo te guste, aunque sea un poco?

Sí, a decir verdad, me gustas demasiado. Pensé que era una tontería el enamorarme a primera vista, pero... al verte de este modo y escucharte confesarte a mí... dios, no sé qué decir ahora mismo.

—Sé que te lo estoy diciendo muy a prisa y sin previo aviso —continua algo inquieto —lo siento de verdad por eso, y si quieres pensarlo un poco, por mí esta bien. —suspira —Anda, bajemos a que conozcas a mi padre...

Su mano sigue unida a la mía y suavemente me guía hacia el pasillo para bajar. Pero esto no se puede quedar así, esto es lo que quería conseguir con esas notas que le entregue, que él se fijará en mí.

— ¡Sí quiero!

Lo veo detenerse en el último escalón, su mirada regresa sobre mí y una suave sonrisa se dibuja en su rostro. Él sube un escalón y sujetando mi rostro me acerca hasta poder besar mis labios, yo cierro mis ojos permitiendo la unión y bajando un escalón para poder hacerlo de mejor...

—Amm... Mitsuki, hijo. —nos separamos volviendo la mirada a él — ¿Qué ocurre aquí?

En la entrada de la casa se encuentra un hombre algo pálido de melena negra hasta la mitad de la espalda, él sonríe hacia Mitsuki y me admira de reojo, y yo rápidamente doy una reverencia sintiendo como la mano de Mitsuki permanece sobre mi cintura.

Su risa fluye —Bienvenido a casa padre. —me mira —Ella es Sarada. Mi novia. Y vino hoy para desearte...

— ¡Espera! —sacude un poco la cabeza elevando la palma — ¿¡Tú novia!? —expresa con sorpresa y luego me mira —Pequeña, ven acá ahora mismo —sonríe tendiendo su mano a mí —necesito verte mejor...

Algo apenada doy una mirada a Mitsuki y luego dejo que su padre tome mi mano mientras me acerco a él. Su mirada viaja sobre todo mi cuerpo y me hace dar una pequeña vuelta... acomoda mi cabello detrás de mi oreja y sonríe complacido.

—Eres muy linda, pero... —señala la camisa —esa ropa... —observa a su hijo — ¿Qué paso aquí? —vuelve la mirada sobre mí — ¿Y tú ropa?

—Haa... —ladeo la cabeza —bueno es... ¡Una sorpresa! —rio.

—Bueno, tú ya has sido una gran sorpresa para mí. —rodea mis hombros —Eres la primera novia de Mitsuki.

— ¡Basta papá! —llega a nuestro lado tomando mi mano para alejarme de su padre —Vayamos a la cocina.

— ¡Ha! ¿Tú novia cocinando para mí? Este día de verdad se está poniendo muy bueno.

Mi risa fluye mientras me aferro al brazo de Mitsuki y el señor Orochimaru me despeina con cariño. Mitsuki me atrae para que entremos primero a la cocina, y apenas entramos los chicos se encargan de gritar con fuerza para sorprender al señor Orochimaru. Los tres se acercan dando un abrazo grupal mientras Mituski me guía al pastel pidiéndome que le ayude a encender las velas... su sonrisa se muestra para mí y al segundo me rodea por la cintura.

—Están muy lindos todos sus regalos chicos, pero creo que Mitsuki realmente los superó con su increíble noticia... —sonríe hacia nosotros —Y Sarada, por favor, ven a casa cuando gustes.

Rio encantada —Muchas gracias, pero por favor venga aquí a cortar el pastel. Pasemos una linda tarde juntos.

—Ella me encanta... —alarde hacia los chicos —saquen los platos chicos.

Después de partir el pastel nos sentamos en la sala para comerlo mientras ellos se ocupan de contar cosas vergonzosas de los otros. Para cuando me percato de la hora puedo ver que ya es muy tarde.

—Me supongo que te llevaremos a tu casa, ya es muy noche y no pienso aceptar un No por respuesta.

Riendo lo sigo —Claro que sí, ese el plan de Mitsuki desde el inicio.

—Bueno, no te podría dejar ir sola... —toma mi mano —vayamos arriba por tus cosas.

—Deje todo sobre la cama —anuncia Karin.

Mitsuki me lleva de la mano y apenas entramos a su habitación puedo escuchar sonar mi teléfono, me acerco al mueble de Mitsuki para tomarlo aun cuando la llamada ya ha terminado. Mitsuki vuelve del baño y yo muestro la pantalla llena de llamadas perdidas.

—Estoy en problemas.

— ¿Qué paso?

—Son diez llamadas perdidas de mi madre, y veinte de mi padre...—tomo mis cosas —les llamaré mientras me cambio la ropa, por favor dile a tu padre que encienda el auto.

—No te preocupes demasiado, le pediré a mi padre que les expliqué. Te esperaremos abajo.

Lo veo salir y yo cierro la puerta del baño para comenzar a cambiarme mientras mi celular vuelve a sonar, esta vez contesto y pongo el altavoz para seguir vistiéndome.

— ¿¡Dónde estás!? ¡Sarada, te estuve llamando toda la tarde, te fuiste a la casa de un chico que es un completo desconocido para mí! ¿¡Cómo piensas que me voy a sentir al ver que no llegas y ya es tan tarde!?

— ¡De verdad lo lamento mamá! Mi ropa termino llena de harina y me la tuve que cambiar así que olvide sacar mi celular y olvide por completo avisarte... su padre y él me llevarán en auto hasta la casa.

— ¿Ha... harina? ¿¡Qué... qué es lo que hacían!? ¡Sarada!

— ¡No lo digas mamá! Simplemente hicimos un pastel por el cumpleaños de su padre. ¿Podrías relajarte un poco y confiar en mí?

—Ha... —ríe —pastel... —ríe —llega pronto hija. Ven con cuidado, papá te estará rastreando por si es que ocurre algo...

— ¿Me va a... qué?

La llamada termina y yo simplemente termino de cambiarme para tomar mis cosas y bajar corriendo las escaleras, al salir puedo a verlos a todos afuera, Jugo me entrega una bolsa con algunas rebanadas de pastel mientras los otros dos chicos siguen peleando a su lado, le doy las gracias y rápidamente llego al lado de Mitsuki quién me abre la puerta para subirse a mi lado. Luego de darle la dirección de mi casa su padre, le señor Orochimaru pone un poco de música y avanzamos en silencio mientras Mitsuki besa mi mejilla y arregla mis cabellos por momento. Nos detenemos y el señor Orochimaru analiza la entrada de mi casa.

—Uchiha, Sarada Uchiha... —vuelve la mirada sobre mí —así te apellidas ¿verdad?

—Ha,,, si, ese es mi apellido, pero... —inclino el rostro al frente.

—Tu padre es Sasuke ¿Cierto?

—Amm... sí.

Él ríe volviendo la mirada sobre Mitsuki —Suerte con pedirle que te la de hijo mío, ese hombre no dejará ir a su pequeña hija con cualquiera.

— ¿Lo conoce? —cuestiono divertida.

—Estuvo por un tiempo trabajando en la empresa donde estoy trabajando... —vuelve la mirada al frente.

— ¿Y fueron amigos o algo así? —cuestiona Mitsuki.

—Lo entrené en el trabajo por un tiempo, pero él era muy... obstinado, y se enojaba con facilidad —ríe —cosas de su familia, me supongo, pero bueno, ya estamos aquí.

—Siempre fue muy consentido por su familia, en especial por mi tío.

—Itachi, —asiente —hace ya un buen tiempo que no lo veo, bueno... ya deberíamos bajar, ellos ya deben estar lo suficientemente molestos.

—Sí, y vaya que lo estarán...

Apenas salimos del coche mis padres salen de la casa para recibirme, mi madre sale directo a mí para abrazarme y mirarme de pies a cabeza inspeccionando cada centímetro de mi cuerpo mientras mi padre sonríe elevando la comisura izquierda apenas observa al señor Orochimaru saludarlo. Observo a mi madre quién ahora analiza a Mitsuki de pies a cabeza.

—Entonces tú eres su amigo...

—De hecho...

— ¡Sí! —sujeto su mano parándome delante de él —Mi amigo, —observo de reojo su mirada dudosa —Mitsuki, y su padre... —tiendo mi mano al señor —estábamos celebrando su cumpleaños y por eso es que he llegado tan tarde.

—Me disculpo. —da una reverencia —Bueno, ya es tarde y supongo que nos tenemos que ir, ha sido un gusto conocerla... —estrecha la mano de mi madre —conocerlos —sonríe hacia mi padre —y nuevamente les pido disculpas por traerla hasta esta hora.

—Entonces no veremos luego Sasuke, tengo asuntos de negocios que platicar contigo...

Apenas ellos se marchan mis padres me sujetan de los hombros para guiarme al interior de la casa, no hablamos más del tema, parecía que mi madre quería hablar un poco más del tema, pero mi padre se interpuso y la llevó a la sala permitiéndome subir a mi habitación. Le mandé un mensaje de buenas noches a Mitsuki antes de dormir, y él lo contestó con muchos besos... tal vez le mencioné más tarde que esas cartas eran mías.

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