Capitulo 6

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Al otro lado.


Gravity Falls Oregon, un pequeño pueblo perdido en el bosque y en la nada, donde el cielo se tiñe de un rojo fuera de lo natural, y criaturas peligrosas te esperan en cada esquina. En la colina más alta del pueblo se puede ver una gran mansión elevada por los aires, las raíces cuelgan debajo de ella, y dentro, yendo de un lado al otro sobre sus mismos pasos, los tacones de una chica castaña resuenan por todo el lugar mientras ella muerde su uña insistente, molesta, dejando pequeños incendios con cada uno de sus pasos, incendios que ella misma apaga enseguida. Deteniéndose en seco la joven de ropa formal y azul cruza su brazo por sobre su cintura recargando de ahí su otro brazo mientras cubre su boca con el puño buscando ideas y razones. Dejando caer un fuerte golpe al suelo dejó caer los brazo en puños cerrados a sus costados.

— ¡Will! —pronunció furiosa.

Frente a la castaña un fuego azul apareció trayendo consigo a un joven de cabello azul ondulado, un tanto encorvado sujetando sus manos el ojiazul sonrojado bajo la cabeza al dirigirse a ella.

— ¿S... Si Mabel? —dudoso subia la mirada.

Molesta se cruzó de brazos — ¿Como te he dicho que me llames Will?

Nervioso trago saliva —Si, si... Mi reina.

Sus zapatillas comenzaron a sonar con cada uno de sus pasos hacia el joven quien avergonzado no evitaba sonreír con las mejillas rojas, a su lado la joven era centímetros más baja, pero esa mirada fría y dominante la hacia aterradora para quien fuera; sujetando la barbilla del peliazul hizo levantar la mirada del de cabellos ondulados. La joven entonces sonrió con dulzura haciéndolo tranquilizar un poco, inclinando su cabeza hacia él acaricio su mejilla con cariño.

—Tranquilo Bill —Decia con voz dulce alejándose hacia el sofá del lugar —Hoy como últimamente me siento curiosa —Pronuncio con una sonrisa cruzándose de brazos y piernas en el descanso del sofá.

El peliazul bajo nuevamente la mirada, dudando de mantener la mirada en su reina o bajarla al suelo, uniendo sus manos con nerviosismo a la altura de su estómago.

La castaña apretó los puños —Explicame... —ordenó molesta observando al joven peliazul — ¿¡Porque diablos... —Gritó furiosa dejando caer sus manos sobre el sofá con furia —Yo... —sonrió arreglando sus cabellos —Lo siento, no puedo evitar exaltarme... —pronunció con delicadeza.

La joven suspiró mirando al peliazul con el cuerpo encorvado a mitad de cubrirse con lo que fuera en el suelo y con paso tranquilo ella se acercó acariciando su espalda y haciendo subir sus ojos llorosos.

—Perdón Will, lo único que quiero hacer, es saber el porque Bill durmió —comenzo a hacer ademanes con las manos molesta —Encerró o paralizó a mi hermano... —haciendo chocar sus miradas se acercó a centímetros —Y como puedo deshacerlo... Por el momento.

Dudoso y perdido en la mirada de su dueña asintió tontamente —Si... Si, bueno... Lo último que supe de mi herm... De Bill —rectificó dudoso —Fue que decidió dominar todas las dimensiones... Mató a dos de nuestros hermanos una vez fracaso en su dimensión y avanzo hacia nosotros... Pe... Pero yo no... —pronunció preocupado —No puedo dehacer el conjuro puesto sobre su hermano mi reina.

Molesta gruño a lo bajo alejándose — ¿¡Pero qué le hizo realmente!? —regresó la mirada con los brazos cruzados para enseguida apuntar hacia arriba — ¡Sigue respirando y tiene pulso! ¿¡Qué es!? ¿¡Acaso la maldita bella durmiente!?

—No... No lo sé —pronució en espera de cualquier golpe bajando la mirada —Lo siento mi reina...

De rodillas en el suelo pedía clemencia apresurado causando la desesperación de su ama, la castaña puso los ojos en blanco y dió media vuelta dirigiéndose a las escaleras de subida siendo seguida por el joven peliazul. 

— ¿Ni siquiera puedes saber que hizo con él? —pronuncio molesta.

—Existe... Existe un hechizo en el libro que quizá...

— ¡Bien! —Dijo más aliviada apuntado hacia una puerta del pasillo, el broche en su cabello se iluminó —Ya es un avance.

El libro los siguió por el pasillo hasta llegar a una pequeña mesa donde lo dejó caer abriéndolo por la mitad sin tocarlo.

—Busca el hechizo por mi —suspiro exahusta —Y sobre pacífica... —Giró hacia él — ¿Ya sabes dónde se encuentra?

—Ya... Ya la he buscado —Dijo dirigiendo la mirada a su reina — por todo el lugar y nada —tragó saliva —Aun pienso que se quedó en la dimensión de Bill, después de todo se lanzó con...

— ¡Lo sé! —pronunció molesta masajeando su sien —Fue mi maldita culpa... —exhaló un suspiro quedándose quieta un rato para enseguida caer en cuenta — ¿¡Qué diablos digo!? ¡Fue culpa de esa imbécil! ¡Si no hubiera intentado detenerme!

Temeroso de interrumpirla sujeto el libro moestrandolo de frente —A... Aquí mi reina, es en esta página.

Lo miró rápidamente y tomándolo en mano escupió a lo bajo un agradecimiento para el peliazul quien sonrió animado hacia el suelo, leyéndolo en la mente ella solo asintió cerrando el libro luego de marcar la página.

—Iré a mi habitación para probar ésto, prepara la cena para más tarde —pronunció fríamente dejando una leve caricia en el cabello del peliazul.

Con una sonrisa el joven tomó su altura normal y haciendo un reverencia la miró de reojo —Si, mi reina.

—Por cierto —Dijo antes de retirarse —No me gusta no ver tus cadenas, haz que aparezcan.

—Si.

En un parpadeo de esos ojos fríamente azules una cadena se comenzó a iluminar desde un collar grueso en su cuello, hasta una cadena de un color brillante azul hacia la mano de su dueña, Mabel miró el grillete en su muñeca sujeto a las cadenas y sonrió de lado siguiendo su camino hasta la habitación principal, su habitación. Al entrar la joven suspiró mirando a su hermano placidamente dormido en su cama, posó el libro sobre las sábanas bien arregladas y acercando una silla rosa con sus poderes para enseguida tomar asiento frente a su hermano sujetando su mano.

—Tan Débil... —pronunció con tristeza — ¿Acaso siempre debo ser más fuerte que tú? —suspiró recargando se de su silla —No sé cómo te dejaste engañar por ese maldito demonio, pero no te sientas completamente mal —Dijo dirigiendo su fría mirada al gran ventanal frente a ella —El muy desgraciado es un tanto listo, al menos más que Will —Dirigió la mirada a su hermano —Fue tan fácil dominar a Will, pero él es mucho más fuerte... ¿Qué te habrá dicho? —cuestiona tranquilamente acariciando la mano de su hermano —Algo sobre nuestros tíos... O quizá nuestros difuntos padres... —exhalando un suspiro se levantó de su asiento —En fin, he encontrado un hechizo para descubrir que te hizo ese pedazo de estiércol, si descubró lo que es, quizá puedo revertirlo... —levantandose miro de reojo al chico en la cama —Deséame suerte hermano.

Y con ello la joven se acercó a la pared de la habitación y ejecutando un mecanismo secreto hizo abrir una puerta, al centro de la habitación un joven albino se encontraba leyendo con tranquilidad sobre un sofá rojo, el lugar tenía ventanas creadas con la magia de la castaña y el tobillo del joven se encontraba apresado por una cadena.

Ella sonrió animada — ¡Gideon cariño! —pronunció entre su avance al regazo del chico abrazándose por su cuello ella lo hizo mirarla —Necesito tú ayuda —pronuncio con una sonrisa extremadamente dulce —Ya sabes cómo están las cosas haya afuera —mencionaba más calmada sentada de mejor forma sobre el joven para hablar de mejor forma —Dipper fue engañado por ese mediodemonio y sigue sin despertar, un loco tratando de dominar nuestra dimensión, Will sin ninguna pista y Pacífica perdida en otra dimensión —pronunció llamando por fin la atención del joven —Bla, bla, bla —atrajo sus libros con sus poderes — ¿me ayudas a ver si ese hechizo despertara a Dipper de una vez por todas?.

El joven dudó al verla apuntar el hechizo del libro y sujetando la página susurro —Pacifica... —la miró con seriedad — ¿Qué ocurrió con Pacífica?

—Ha... —Dudó con molestia —Tu amiguita... Bueno, ella se aventó a un portal que abrí hacía otra dimensión y ya no la volvimos a ver —se cruzó de brazos molesta sin mirarlo —No es como si no hubiera intentado traerla de regreso, pero por alguna razón no puedo salir de esta dimensión.

— ¿Otra dimensión? —pronunció perdido de la información —Tenemos que sacarla de ahí —Dijo seriamente —Ella podría estar en peligro...

Molesta gruño sobre su regazo — ¡Gideon cariño! —pronunció entre una sonrisa amenazante —Enserio no me hagas enojar —Dijo cariñosamente acariciando su mejilla —Sabes que te adoro, pero tú amiga... Bueno, no es el caso —Suspiro divertida.

Algo molesto dudó, pero cerrando el libro la miró con seriedad haciéndola suspirar tontamente —Mabel, seriamente hablando, Si Will te lo dió es porque es verdad ¡Ese tipo de verdad está loco por ti! —pronunció con firmeza sacudiendo la un poco por los hombros —Y no creo que quiera mentirte en nada, es como tu mascota, lo que digas, lo hará sin trampas.

Sosteniendo las mejillas del joven albino solo sonrió — ¿A qué quieres llegar con eso mi pequeño Gideon? Yo sé que él me adora, ese fue el trató —Dijo animada mirando las cadenas en su brazo —Que él sería mi acompañante.

—Con todo el tiempo que ha pasado deberías darte cuenta que no solo es tu fiel acompañante —pronunció con la mirada desviada —Yo no estuve cuando firmaste ese trato y no sé qué decidiste pactar con él, pero tengo ojos Mabel, y no soy el único que lo nota, Bill está enamorado de tí, no solo te sigue por ese trato.

Dejando su pose pensativa de lado la joven comenzó a reír animada sujetando su vientre ante el dolor de la risa.

— ¡No me hagas reír tanto! —pronunció limpiando una leve lágrima de su mejilla — ¿Un demonio enamorado de mi? ¡Por favor! ¡Eso es completamente imposible!

—Eres lista Mabel —Dijo con seriedad y molestia pintada en el rostro —Dijiste la última vez que Bill es un semi demonio, más poderoso que Will... ¿Estas segura de que Will no es un semi demonio por igual? Si ese fuera el caso —la miró directo — ¿Qué le impediría enamorarse de ti?

La joven dejo la risa de lado y bajando la mirada un poco molesta se levantó del regazo de su prisionero para mirarlo directo.

—Will no es un semi demonio —pronunció con una voz enfadada.

Él sonrió —Vaya —pronunció divertido recargando su barbilla de su mano —Te has enfadado conmigo.

Con las mejillas rojas ella entró en cuenta — ¡No es así! No lo hice... —pronunció a lo bajo para enseguida subir la mirada con una sonrisa —Bueno, querido, me voy —Dijo animada elevando el libro de hechizos —Mas tarde traeré nuestra cena, gracias por ayudarme con lo de Dipper y tú amiga —Dudosa se detuvo mirándolo de reojo —Y lo siento, aunque quisiera ayudarla por ti... Hay algo que me impide dejar esta dimensión, de verdad, lo digo de verdad.

El joven de dentro solo suspiró cerrando los ojos mientras la joven castaña salía hacia la habitación principal, exhalando un suspiro con la puerta a sus espaldas cerrada avanzó hacia su hermano dormido y tomó uno de sus rizos para enseguida besar su frente y salir con dirección a la cocina. Muchas ideas pasaban por la mente de la joven haciéndola enojar, pero solo quería continuar fingiendo su calma entre el caminar, estaba molesta y triste, pero nadie iba a saberlo. Una vez abajo se detuvo frente a la puerta de la cocina y con sus emociones en fila se adentro mirando a Will con un cuchillo en mano preparando sushi sobre la barra de mármol.

—Tengo el rizo de mi hermano —Dijo con seriedad.

—La posión ya está preparada —Decia sin prisas limpiando sus manos del delantal —Solo deme el rizo mi reina.

Con un suspiro ella se acercó —Como siempre Will, lo tienes todo listo... por cierto, mientras hablaba con Gideon una idea recorrió mi mente —Lo miró directo una vez sentada en un banco de cerca — ¿Porque no podemos salir de esta dimensión?

El hombre mezclo todo —Es... Bueno —Dijo sin ganas de contar la razón.

—No tienes ni idea —Se apresuró a decir descansando la mejilla en su palma —Esta bien, ya me lo habías platicado, eres de los menores y tú familia te negó mucha información junto a Bill y otros dos.

—Lo siento mi reina, Somos los más débiles de todos y Bill es medio humano, fácilmente somos la deshonra de nuestros hermanos...

Ella sonrió levemente, jugando con los lindos utensilios de cocina de Will —Si, está bien, estaba pensando que ese tonto quizá es el causante de ésto, quizá nos puso un hechizo encima y al estar unidos —dirigió la mirada a sus cadenas —Ninguno de los dos pueda salir de aquí.

Sin prestarle real atención él asintió —Podria ser mi reina... —Una nube azul explotó sobre la posición —Ya está.

— ¿Qué es? —Dijo desde la barra poniendo total atención.

—Un encantamiento de atadura, lo atrapo dentro de su propia cabeza, debe estar luchando consigo mismo en estos momentos —explicó dirigiendo la mirada a su reina.

— ¿En su cabeza? —Dijo dudosa, mordiendo su uña la joven dirigió una mirada sería a su demonio —Es imposible, las veces que fuimos a su dimensión él se encontraba con Dipper, pensé que quizá solo era como me habías dicho, quizá solo mire su alma arrancada de su cuerpo... Pero... lo toque.

El demonio bajo la mirada — ¿Puede ser... Quizá él está logrando avanzar en su salida, cuando Bill crea las burbujas él intentará salir como mi reina intenta entrar.

—Si... —pronunció dudosa para enseguida golpear la barra con furia — ¡O quizá solo me está engañando! —gruño furiosa dejándose caer en su asiento —No entiendo para qué demonios quiere está dimensión.

—Nuestros hermanos nos odian y nos hace menos —pronunció con un poco de triztesa volviendo a preparar la cena —Su dimensión logró protegerse de él y ahora solo está en el reino de las pesadillas siendo humillado por todos... La última vez que lo ví... Cuando su dimensión lo expulsó... Nuestro padre lo había encerrado y puesto de exhibición para que todos se burlaran de él, comencé a visitarlo más seguido, lo más posible durante el tiempo en que se marcharon a su antigua ciudad... Pero de pronto él solo desapareció y mi padre murió tiempo después.

—Bueno... —pronunció a lo bajo levantándose de su asiento —Nuestra dimensión no será suya, este lugar me pertenece.

Con esas palabras la joven salió de la cocina y en el recibidor observo con breve tristeza el cuadro de sus tíos en una esquina para enseguida girar la mirada y hacer abrir la puerta principal, con la mayor naturalidad del mundo ella se elevó flotando rumbo al pueblo, comenzó a recorrer las calles mientras todos se ocultaban de ella, suspirando descendia  observando a lo lejos a sus dos amigas en la calle, Candy y Glenda quienes con las manos en la cintura la esperaban sonreían al verla llegar y ella les dirigió una fría y leve sonrisa por igual.

—Candy, Glenda —Mencionó levemente — ¿Qué tal todo en el pueblo? ¿Ya han encontrado a la resistencia?

—Presiento que están escondidos en alguna parte del bosque —pronunció candy con su usual voz ronca.

—No hay rastro de ellos en el pueblo, aún cuando tus monstruos hacen guardia —Dijo molesta Glenda.

—Bien —pronunció subiendo a la acera —Tienen permitido buscar en el bosque, pero tengan cuidado, saben que no puedo controlar a todos los monstruos.

Con una sonrisa divertida en cara Glenda hizo chocar sus puños y Candy saco algunos cuchillos.

— ¿Podemos llevar a los gnomos? —cuestionó candy —Esas pequeñas cosas horribles destruyen todo a su paso.

—Claro —Declaro Mabel comenzando a Flotar de nuevo.

Con un fácil hechizo prinunciado en un susurro hizo aparecer una flecha azul que la comenzó a guiar por las calles casi vacías y ocupadas de Gravity Falls. Abriendo la puerta con su mano se vió molesta haciendo explotar la campana sobre la puerta de entrada al restaurante de linda Susan, con mirada desafiante y molesta los observo a todos sorprendiendo los, todo hicieron una reverencia evitando mirar sus ojos.

—Nuestra Reina —Pronunciarón al unisono.

— ¡Susan! —Pronunció molesta dirigiendo la mirada detrás de la barra.

Tragando saliva la mujer de cabello cano bajo la mirada apretando los labios —Mi reina... —pronunció con su linda voz.

— ¿Qué te dije hace tiempo sobre esa estúpida campana de entrada?

—Yo... Lo lamento mucho, no... —se detuvo en seco —No fue mi intensión molestarla, le pido me perdone...

La castaña entrecerró los ojos furiosa y solo suspiró lanzando su cabello detrás de sus hombros, mirándo entre toda la gente buscaba a una sola persona, una pelirroja que molesta tenía una mano sobre la barra y la otra dentro de su sudadera negra. Sonrió levemente localizando a su víctima.

—Wendy, cariño... —Dijo con dulzura.

Todos en el lugar luego de sobresaltarse fueron a sus lugares de antes evitando hacer contacto con la joven de cabellos castaños, la pelirroja por su parte dejó su cerveza en la barra y dirigiendo la mirada a la joven chica apretó los puños.

— ¿Si?... Mi reina —Dijo furiosa casi mordiéndose la lengua.

Con una sonrisa en cara Mabel la miró con superioridad —Tengo un problemilla con Pacífica, necesito tu colaboración... Será en... Otra dimensión.

Con una risa divertida Wendy llevo ambas manos a su sudadera — ¿Otra dimensión? ¿De cuánto estamos hablando? —Dijo con la mirada en alto refiriéndose a dinero.

—Sere buena —Dijo divertida —Una casa para ti sola.

—Buenooo... —sonrió sacando una manopla sobre su mano —Eso me agrada ¿Cuándo debo partir?

—Antes ¿Tienes armas? —rio a lo bajo divertida —Se que si, en fin, lleva unas cuantas, no tengo ni idea de si es una dimensión peligrosa o no, te veo esta tarde —Dijo elevándose —Debajo del castillo.

—Bien —Dijo alejando un poco el cabello de su rostro —Una casa y esa mocosa estará en tus manos en breve, la veo más tarde mi reina.

Entre una mano en son de despedida la chica salió del lugar pensando nuevamente en mil cosas, en su hermano, en la joven perdida, en la duda sobre el trató firmado o hechizo puesto sobre el joven. Al llegar frente a su mansión la joven se detuvo antes de abrir la enorme puerta y apretando su labio menor que temblaba, bajó la mirada sintiendo sus lágrimas caer, con furia la joven hizo abrir las puertas con brusquedad entrando entre fuertes pisadas que agrietaban los azulejos del suelo. Ella subió furiosa mirando aquel cuadro en las esquina y tratando de detener sus lágrimas siguió subiendo, los cuadros, los floreros y arreglos temblaban entre su caminar. Ella se detuvo frente a su puerta y dejándose caer al suelo de rodillas comenzó a llorar contra la fina madera frente a ella ¿Como pudieron capturar así a su hermano? Dormirlo, hacerle lo que le hayan hecho ¿Cómo? Se lo siguió preguntando una y otra vez enojada, triste... Preocupada 

— ¿Mi reina? —pronunció dudoso y preocupado un peliazul detrás de ella.

Entre sus lágrimas le miró dolida limpiando un poco aquella agua salada de sus mejillas y solo trago grueso.

—Mabel... Me llamo Mabel...

Dudoso el joven se hincó a su lado — ¿Puedo abrazarte Mabel? —cuestionó mirándola directo a aquellos ojos cristalinos.

Sin palabras la joven lo atrajo por la corbata y se aferro a su cuerpo, el peliazul suspiro acariciando aquella delicada espalda dolida, sujetado con fuerza el frágil cuerpo frente a él, escuchó las lágrimas de su princesa, de su reina caer al suelo, las sintió mojar su ropa y él... Solo podía sentirse feliz de estar ahí para ella. Luego de un rato un grito en la parte de afuera los hizo sorprenderse a ambos, Mabel avergonzada se separó de su Demonio y lo miró por un segundo para enseguida levantarse y arreglar su ropa.

—Entrare un segundo a ver a Dipper, ve a pedirle un momento.

—Si —asintió entre su levantar —Yo me encargo mi reina.

Con un chasquido el demonio peliazul desapareció y por fin ella pudo exhalar un suspiro mientras abria la puerta para entrar en su habitación, con delicadeza se acercó hacia su hermano deslizando la yema de sus dedos por las sábanas y acercándose a besar la frente del azabache susurró en su oído sin despegar su frente de la de él.

—No me permitiré ser tan débil como tú, lo juró, no caeré —poniendose firme se dirigió a su espejo arreglando su maquillaje —Contraté a Wendy para buscar a Pacífica en la otra dimensión, me está esperando abajo —Dice con una leve sonrisa acariciando sus cabellos —Subó en un rato.

Al salir de su hogar entre su flotar notó enseguida dos miradas directas a ella, una de molestia y desespero dirijido por una pelirroja y una de leve sonrisa dirigida por su demonio quien con una pose firme y con clase la miraba aterrizar frente a él.

—Bien —pronunciaba arreglando su manga —Voy a crear el portal, te doy solo cinco días para volver a este punto con ella, si no vuelves a tiempo o no vuelves con ella considerate exiliada de esta dimensión —le dedica una sonrisa — ¿Te parece bien?

—Bien —Dijo seriamente arreglando su mochila y colocándose la capa.

La castaña asintió y tomando el libro que el peliazul acercó comenzó a recitar un hechizo, un portal se abrió y antes de que aquella peliroja avanzará Mabel se arrojó a través del portal con molestia corriendo lo más posible, Will detuvo a la pelirroja de avanzar y solo miraron como la castaña era atraída fuera del portal por unas cadenas gruesas de color azul que la hicieron terminar en los brazos de su Demonio, molesta la castaña se alejó de quien la sostenía dándoles la espalda.

— ¡Ve ahora! —espetó con furia.

Wendy no dudo, ni se inmutó, ni preguntó nada sobre lo pasado, solo se lanzó hacia el otro lado del portal y comenzó a correr por el bosque sin dudar dejando marcas en los árboles con su hacha. Mabel exhaló un suspiro cerrando el portal sin mirarlo y apretó el puño molesta.

—Lleva la cena a la habitación —avanzó unos pasos — si tu hermano vuelve lo haré añicos.

—Si, mi reina —Dijo haciendo una leve reverencia.

—Y Will —pronunció ya en el aire —Sobre lo que pasó en aquel pasillo... —trago grueso —Sabes que nadie debe saberlo.

El silencio resonó tan sonoro como el aire que hacia volar sus cabello, Will asintió bajando la mirada mientras ella se elevaba hacia la mansión y con una sonrisa él subía la mirada viéndola abrir las enormes puertas con total furia.

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