Capítulo 2

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Editado: 23/ 12/ 2020

En un callejón.

Ahora he terminado en un callejón sin salida, literalmente un callejón sin salida.
Aún cuando el Cul de Sac sea un callejón sin salida, no puedo negar que tiene... Algo lindo en su aura, hay mucha... Vegetación rodeando las casas. Con un suspiro abro la segunda caja de cosas, pero el toque de la puerta me hace levantarme, al abrir puedo ver a un chico un poco más bajo que yo, algo robusto y con el cabello negro y corto, aunque lo cubre con una gorra hacia atrás que deja ver algunos cabellos salir por delante.

—Bien... —me analiza elevando la ceja —Acabemos con ésto, —me da una canasta —mi madre envía eso, y... Hola.

—Aa... Bien, —bajo mi cubre bocas — ¡Dile que gracias! ¡Oh y... —tiendo mi muñeca con los guantes de látex —soy Eddward Marion por cierto! Y viviré solo aquí.

—Soy... —Dice sorprendido —Eddward Skipper —estrecha mi muñeca para luego llevar las manos a sus bolsillos —aunque mis amigos me llaman Eddy, pero bueno... Tal parece nos llamamos igual, —sonríe tranquilo —y que suerte la tuya —se inclina mirando el interior de la casa —yo aún tengo que venir a recibir vecinos por vivir con mis padres...

Entre una risa doy un asentimiento —Pues es un placer Eddy, ¿Te parece pasar? —señalo el interior —traje un pastel conmigo de parte de mi madre, y es demasiado como para que lo coma solo...

— ¡Oh, pues venga! —me abraza por el hombro —soy bueno para comer pastel, ¡Vamos por una gran rebana de pastel cabeza de calcetín!

— ¿Cabeza de... —cuestiono confuso —Calcetín?

—Tu sombrero —apunta mi cabeza mientras abre la nevera por su cuenta —parece una calceta.

Mi risa se hace del momento. Al final de cuentas se marchó entrada la noche, lastimosamente no había llegado muy temprano así que aún con su ayuda no pude terminar de desempacar, con sus cosas tomadas se detiene dando media vuelta sobre su talón.

—Mañana te voy a presentar con alguien, —sonrie animado —y sobre tu ingreso... ¿Ya tienes todo listo?

—Aun me faltan algunos papeles, ¿Te parece acompañarme luego?

—Si, podemos hacerlo mañana mismo, y de paso te presentaré a todos los demás vecinos de nuestra edad —se aleja entre el sacudir de su mano al aire — ¡Por cierto! —se gira levemente —el idiota que vive enfrente —señala detrás suyo —igual vive solo.

Observo la casa para luego asentir — ¡Oh, y Eddy! Por favor dile a tu madre que la comida a estado deliciosa y que de verdad se lo...

—Si, si... —sonríe despidiéndose.

Apenas lo pierdo de vista cierro la puerta de mi casa. Terminé de acomodar las cosas en mi recámara y tome una ducha tranquila, ahora estoy en mi cama secando mi cabello mientras observo la gran ventana a mi lado... Seriamente debo pensar en poner una cortina o el vecino de enfrente, y cualquier persona que pase por la calle terminará viéndome en bata. Extiendo la toalla en un buen lugar para que se seque, y al volver puedo ver una motocicleta aparcar en la casa de enfrente, un chico baja de ella y luego de quitarse el casco se pone una gorra para adentrarse en su casa; sin más que hacer apagó la luz de la habitación y me tumbó en la cama mirando la estrellas por la ventana. Mañana será un nuevo día, con nueva gente, una nueva vida... Puedo olvidar lo que ocurrió en la otra ciudad, lo haré.

[Mañana siguiente]

Con los rayos del sol pintando un nuevo horizonte, me levanté temprano por la mañana y comencé con un desayuno para luego desempacar más cosas en la casa, apenas terminó con lo último de la cocina cuando escucho el timbre de la puerta, respondí y me apresure a abrir encontrándome con un Eddy muy tranquilo y un... Tipo de gran mosculatura y altura detrás suyo, cualquiera diría que parece muy... Aterrador, pero al verlo perdido siguiendo una mariposa con la mirada mientras sonire, bueno... Hasta puedo decir que se ve algo tierno.

—Si, hola cabeza de calcetín, —sonrie levantando sus gafas —el grandote se llama Ed, y espero que tengas algo para comer —se adentra en la casa —porque mi madre no dejó nada.

—Oh... —elevo la mano — ¡Hola Ed, por favor pasa y tomen asiento, les traeré un poco de cereal!

— ¡Doble d me cae bien! —se adentra cerrando la puerta con brusquedad.

— ¡Oye, buena esa grandote! ¿¡Ya lo oíste!? ¡Te ha dado tú segundo apodo! Aunque el primero es el mejor —alardea —pero bueno...

Mientras ellos tomaban su desayuno yo seguía acomodando algunas cosas en la casa pues mi madre había empacado bastante; al terminar tomamos camino a la escuela mientras me comentaban de algunos vecinos del vecindario y posiblemente compañeros de escuela. Al bajar del bus me llevan con los primeros dos, la hermana de Ed, Shara, y el amigo de ella, Jimmy; Shara parece tener una brusca personalidad y de hecho parece que ambos tienen algo de precaución al hablar con ella, mientas que Jimmy parece ser muy relajado, algo temeroso, pero con una personalidad linda, me agradó apenas lo miré, y además tienen un increíble gusto en moda.

—Entonces Eddward, —me analiza — ¿Vivirás solo en el callejón desde ahora?... —ante mi asentir ella suspira y tiende su mano a mí —Bueno, si necesitas algo no dudes en pasar a vernos, digo... —mira con desprecio a Eddy —se ve que tú no eres tan idiota como ese pequeño duende...

— ¡Entonces —toma a Shara por los hombros —nos vemos después Edd! —con una sonrisa en cara de despide llevándola consigo.

—Vamos cabeza de calcetín, —me rodea del hombro —vayamos a arreglar tus papeles, y de preferencia no debería de hablar con esa loca... ¡Oh, mirá, ahí viene Nazz!

Completamente embelesado me señala a una chica rubia muy linda, ella nos sonríe y todo parece ir en cámara lenta mientras nos saluda con la mano, su cabello rebota al compás de su pecho mostrado bajo una blusa pegada que nos deja ver claramente la perforación en su ombligo.

—Ey Chicos, ¿Quién viene con ustedes el día de hoy?

—Un placer —estrecho su mano —soy Eddward Marion.

—Un tercer Ed, —me apunta divertida —pues vaya, hola.

—Aunque a diferencia de ellos mi nombre tiene dos D —comento con confianza.

— ¡Es doble D, Nazz! —espeta animado el grandote.

Ella sonríe —Oye muy bien, —choca los puños con él —eso no suena nada mal, —vuelve la vista a mí —bueno, es un gusto, en fin, tengo que ir a dejar algunos papeles —apunta la escuela —nos vemos más tarde chicos, y Doble d —entorna la mirada pensativa —quiza luego podamos ir a tomar alguna soda o algo... O solo platicar.

— ¡Oh, pero claro! ¡Será un tremendo placer!

Apenas nos despedimos siento el codo de Eddy terminar sobre mi estómago, rápidamente dirijo la mirada a él.

—Es hermosa, ¿No lo creés?

—Verdaderamente linda Eddy.

—Pronto será mi novia —expresa convencido pasando la mano sobre su cabello —lo he intentado desde la secundaria, pero se que ahora tendré suerte.

—Bien, pues te deseo suerte amigo mío.

Mientras esas palabras salían de mi boca sentí como alguien me empujó, quiero pensar que por error, pero aún así mi enfado sale en forma de un suspiro mientras Eddy me ayuda a ponerme de pie para luego ir a hacerle frente a un pelirrojo que entorna la mirada contestando a la lucha de palabras, detrás de ambos puedo ver a un chico con cabello color aqua que se mantiene con la mirada en el móvil totalmente ajeno a las palabras de ambos chicos mientras yo termino de limpiar mi ropa.

—Señores por favor, —me interpongo entre ambos —tranquilos.

Aún ante la extrañeza que dirigía su mirada hacia mí, el pelirrojo me empujó nuevamente y tomó a Eddy por el cuello de la camisa, me giré exasperado en busca de ayuda del grandullon, pero Ed está ocupado tonteando. Al subir la mirada me encuentro con unos ojos color esmeralda que me inspeccionan, de pronto el chico que no apartaba la vista de su celular los empuja lejos por el pecho haciéndolos tambalear su punto de caer, y me rodea por los hombros sonriendo coquetamente.

— ¿Qué tenemos aquí? —acerca su cara admirando mi rostro —tus mejillas son gigantes, —jala mi piel — ¡Eres una lindura por dónde lo vea!

—Po... Por favor, te ruego que... Que sueltes mis... Mis mejillas... Duele...

— ¡Ey Nath, suelta a doble D! —me jala contra su pecho — ¡Él dice que le duele!

Manteniendo las palmas en alto, el chico de ojos esmeralda se aparta pidiendo la paz contra el gran Ed, los otros dos ahora tienen la posición de antes mientras nos mirán perdiendo su inspiración de lucha, el pelirrojo arroja a Eddy al suelo ya sin ganas de luchar

— ¿Quién es éste? —se cruza de brazos señalandome con la cabeza.

— ¡Estúpida cabeza de zanahoria, él es Eddward Marion, con doble D, tú vecino de enfrente!

—Genial, —menciona con disgusto —otro Ed.

—Por favor Ed, —trato de apartarme de su pecho —te ruego me sueltes...

El grandote no tardó en liberarme, luego de acomodar mi ropa me acerco al peliaqua tendiendo mi mano con una sonrisa en cara, él me mirá sonriente.

—Un gusto, mi nombre es Eddward Marion.

—Muy educado, —sonrie ampliamente besando mis nudillos —yo soy Nathan Goldberg, puedes llamarme Nath si gustas y... —deja caer sus palmas sobre mis mejillas — ¡Me encantan estas obras de arte!

Entre una leve risa me encargo de apartar sus manos, y entre el sobar de mis mejillas llegó hacia el pelirrojo que luego de inspeccionar mi persona, bufa entornando la mirada e ignorando mi acercamiento, pero antes de bajar mi mano Nath la toma nuevamente.

— ¡Él es Kevin, deportista y futuro profesional!

—Ah... —aparto la mirada de sus ojos para dirigirla hacia el chico detrás suyo —bueno, es un placer conocerlos —dedico una sonrisa al peliaqua —pero... —aparto mi mano sujetando el hombro de Eddy —nosotros ya nos íbamos, con su permiso.

Me escapada estaba siendo perfecta hasta que siento sus manos sobre mis hombros, me gira sin dificultad y de pronto besa mis mejillas para darme una amplia sonrisa, aún cuando es algo extraño solo le dedicó una sonrisa y emprendo la huida al lado de mis amigos hacia el interior del instituto; regresando la mirada puedo verlo seguir despidiéndose con la mano hasta que Kevin comienza a jalarlo del cuello de la camisa alejándolo, puedo verlos marcharse y como Nath no aparta su miras de mí.

—Normalmente... ¿Esa es su forma de saludar a la gente?

—Nath es extraño, —informa mi compañero de menor estatura —a las chicas les suele besar la mano y rodearlas por el hombro... Con nosotros fue distinto —rasca su sien —nos dió la mano y luego nos empujó... En fin —exhala un suspiro —es un idiota al igual que el barbilla de pala.

—Me parece que a él no le caí muy bien, ¿Cierto?

—A Kevin no le gustan los Ed's —informa el de mayor estatura.

—No lo pude haber dicho mejor, —limpia su cerilla con su dedo sin mostrar importancia a la charla —nos odia desde pequeños... —sonrie —antes el cabezota y yo hacíamos estafas en el callejón, nada muy grande... Bueno, si, a veces... Pero como sea, él nos odiaba y sigue odiando.

Eso no parece ser muy bueno que digamos, la cuestión al odio de aquel chico me invadió la mente haciéndome regresar la mirada hacia el exterior por la ventana, puedo ver a Kevin retener a Nathan de su intención de huir... De pronto sonríe mientras sujeta a su amigo por el hombro y entonces... Su mirada se encuentra con la mía, su rostro se ensombrence... Una persona que odia a primera vista. Luego de hacer el papeleo salimos con dirección al Cul de Sac, y al pasar cerca de un callejón un ruido nos llama la atención... De pronto, frente a nosotros rueda un contenedor de basura que hace retroceder al gran Ed hasta esconderse detrás mío junto a Eddy.

Curioso me acerco con intención de revisado el contenedor, pero antes de poder tocarlo un chico sale de su interior... O bueno... El trasero de un chico. Empujandose con fuerza logro salir por completo rodando por la acera hasta caer sentado, en sus manos tiene un tablón con una cara dibujada, y al notarnos se levanta con prisa acercándose a nosotros y haciéndome retroceder ante su suciedad, Eddy y Ed se separan más tranquilos.

—Eres tú Johnny —menciona sin gusto.

— ¡Si! —me apunta —oye, ¿Quién es éste?

—Soy Eddward Marion con... Doble D.

—Con que... Doble d ¿He? —acerca el tablón a su cara —tablon ¿Que piensas de él?

El silencio se hizo tras la boca hecha de pintura sobre aquella tabla, dudoso admiró de reojo a mis amigos que lo ignoran completamente.

— ¡Mm-Mm! —me sonríe —a tablón le caes bien, ¡Excelente, seamos amigos! Pero bueno... Ahora debo ir a la escuela, íbamos a dejar algunos papeles cuando un ave loca nos atacó y tuvimos que escondernos.

— ¡Aves malas! —grita Ed cubriéndose detrás de Eddy.

—Grandote —suspira girandose a él —el perico te mordió porque quisiste acariciar su cabeza, solo supéralo... —nos hace avanzar — ¡Nos vemos Johnny!

—Johnny... —menciono pensativo.

—Es Rarito, —se acerca tratando de rodear mi oído con su mano —al igual que Edd, así que no le prestes tanta atención.

Entre una sonrisa doy un asentimiento. Al llegar a mi casa nos vemos detenidos por las manos de Eddy que nos jalan antes de que habrá mi puerta.

—Haber Grandullon, utiliza la cabeza... Ya le presentamos a tú insoportable hermana...

— ¡Shara!

—Si, si, ya se sabe el nombre, luego Jimmy, la hermosa Nazz, el idiota de Kevin... El raro de Nath, y Johnny, ¿Quién falta? ¿Cuál era su nombre?

— ¡Rolf!

— ¡Eso es! —se gira hacia mí —Rolf no vive exactamente en el callejón, tiene una tipo granja más adentro en el bosque, pero bueno —rasca su nuca —no lo vimos así que...

— ¡E... Eddy!

— ¡Wilfred! ¡No corras de tu dueño pequeño mal agradecido!

Bajando un poco mi gorro puedo ver cómo Eddy gira recibiendo al cerdo directo en su cara haciéndolo caer de lleno al suelo, por instinto termino encogido en espera de cualquier golpe... Ni siquiera pude ver de dónde salió tal animal... Solo lo miré venir.

— ¡Oh, mi pequeño Wilfred...! —lo sostiene frunciendo el ceño — ¿Cuántas veces te he dicho que no caigas encima de la gente? ¡Malo Wilfred, Malo!

El tipo alto y músculos regañaba a su mascota muy severamente, escuchando su asentó solo me acerco para ayudar a Eddy a ponerse de pie, él enseguida se enfurece tomando camino hacia el chico peliazul y apuntando su nariz.

— ¿¡A tí cuántas veces se te tiene que repetir que no saques a pasear a tus bestias raras!?

—Perqueño Eddy, —aparta la mano de mi amigo aplicando fuerza —deberias considerar mi estatura y fuerza, como para atreverte a puntar mi nariz.

— ¡O... Oye! —expresa dolido.

Siendo soltado Eddy retrocedia pidiendo calma mientras se acercaba a mí haciéndome retroceder por igual, pero el ceño fruncido del tipo cedió cuando el gran Ed grito su nombre, de pronto elevó la mirada buscando el lugar de donde salían aquellas palabras; erguido recibió a Ed en brazos mientras el cerdo estaba a sus pies rodeandolos con entusiasmo. Eddy y yo nos miramos con extrañes.

—¡Ugh, solo dejen de hacer eso! Parecen pareja.

—El pequeño Eddy está celoso de que el gran Rolf tiene más aprecio de tú parte que él, —sonrie presionando la nariz de Ed —vamos grandote, ponte en pie.

Eddy dejó caer un golpe sobre su propia frente mientras Ed seguía las órdenes del peliazul de gran tamaño, tomando a su cerdo en manos se acerca hacia mí inspeccionandome con mucha diligencia.

—Ho... Hola, —musito incómodo —mi nombre es Eddward... O si prefieres llamarme doble D...

—Chico doble D —apunta la casa — ¿Vives aquí?

—Me acabo de mudar, anoche Eddy fue muy amable de ayudarme a acomodar algunas cosas...

— ¿Vendrás a la escuela con Rolf?

—Si... Si lo haré...

—Bien, espero que chico Doble D sea inteligente, matemáticas es muy difícil para Rolf, muchos números y letras... ¿Por qué hay letras? Rolf no entiende.

—Pues déjame informarte que tienes suerte, soy muy listo para la escuela, y matemáticas es una materia sencilla, las "letras" son utilizadas como una incógnitas en la ecuación y...

Apenas comenzaba con mi explicación, pero el chico ya ponía completa atención en como Ed hacia cosquillas en el estómago del cerdo con su propia boca, Eddy por si parte seguía sacando la cerilla de su oído y la pegaba en su propia ropa. Soltando un suspiro vuelvo a sonreír.

—Bien Rolf, ha Sido un gusto conocerte, pero aún tengo cosas que desempacar y seguro... ¿Wilfred? —el pequeño cerdo chilla subiendo la mirada —querra seguir con su paseo.

—Si, chico Edd tiene razón. ¡Nos vemos luego gran Ed! Vamos Wilfred...

—Genial, bueno... —se acerca —el chico de granja es Rolf, ha mejorado un poco su vocabulario desde que llegó —se encoge de hombros —en fin, entremos, te vamos a ayudar a desempacar —toma las llaves del suelo.

— ¡Oh, no hace falta Eddy!

— ¿Qué? ¿Tienes miedo de que rompamos tus cosas?

— ¡No, no es eso!... Es que ya han hecho mucho por mí, me presentaron a los vecinos y anoche me ayudaste a desempacar... Además creo que Ed tiene hambre...

Bueno... El grandote ponía una cara de cachorro mientras sujeta su estómago, y en parte si... Me da un poco de miedo ya que Ed no parece tener tanto tacto, y Eddy se deja llevar con facilidad.

—Bien, —expresa rendido —vayamos por unas quesadillas grandote —acaricia su cabello —entonces nos vemos mañana cabeza de calcetín.

— ¡Gracias por todo Eddy, adiós Ed!

Ellos se marchan mientras Ed sigue meneando la mano en forma de despedida mientras Eddy lo apresura a seguir caminando. Soltando una leve risilla me giró hacia la puerta adentrando la llave en el picaporte.

— ¡Lindura!

Ante tal llamado me giró notando a Nathan del otro lado de la calle, con una sonrisa lo veo estacionar su coche frente a la casa de Kevin, de pronto sale por la ventana de su coche y corre en mi dirección, le saludo con la mano pero en un instante él ya me tiene entre sus brazos; Kevin llega estacionando su moto, nos mirá y quitándose el casco se coloca la gorra mientras Nathan por fin se aleja de mí.

— ¡Oye, estaba pensando que si aún no has terminado de desempacar yo podría ayudarte!

—Oh, eso es muy amable de tú parte, pero Nathan ¿Acaso no venías con...?

— ¿¡De qué demonios hablas imbécil!? —cruza la calle — ¡Dijiste que jugariamos videojuegos!

Nathan de pronto me abraza por el hombro haciéndome quedar contra su pecho, y sin poder evitarlo sostengo mi gorro al sentir que se desliza de mi cabello, Kevin me mirá con disgusto y luego dirige esa mirada molesta a Nathan.

— ¡Podemos jugar otro día hermano! Le ayudaré a la lindura, pero si terminamos pronto, iré enseguida a tú casa.

— ¡Eres un pedazo de mierda Nathan Golberg! ¡Bien iré a mi casa —pasa la calle —y no cuentes con que abrá la maldita puerta cuando llegues!

Al separarme de Nathan puedo ver el rostro de Kevin volver levemente, parece algo... Decaído.

— ¿Está bien... Eso? —apunto a su amigo.

—Si, es solo que hoy está sensible, —expresa sin problemas —es su cumpleaños.

—Entonces deberías ir con él...

Al sujetar su brazo veo un semblante algo molestó, su tono de voz es distinto... Y cara está inclinada como para que no puedo verlo, pero al notar mi mirada él me sonríe ampliamente y solo niega, asintiendo doy media vuelta para abrir mi puerta.

—De verdad pienso que deberías ir con él Nathan —abro la puerta entre un suspiro.

Él ríe sujetando mi hombro —Que gracioso, acabas de llegar y tú primer impresión de él no fue nada buena, pero... —se acerca sonriente —aun así me pides que vaya con él como si te preocupara.

—Somos vecinos, —suspiro, soltando la puerta para alejarme un poco de su contacto —Ademas, siempre he creído que si alguien está pasando un mal momento... No importa si te corre a gritos, muy en el fondo solo necesitan tu presencia cerca.

Sonríe levemente —Lo dices como si ya lo hubieras vivido... O tal vez solo eres "Un voz de la razón" —me toma por la barbilla —creo que no me equivoqué mucho contigo, seriamente eres una lindura.

Con total vergüenza alejo su mano de mi cara, peo él no parece querer irse, al final entra detrás mío en mi casa. Ambos estamos sentados en el sillón, mientras yo desempaco mis cosas él se recarga del sofá mirándome acomodar todo, vaya que tiene una gran confianza.

—Sabes... Normalmente cuando alguien se ofrece a ayudar, pues... Ayuda, —su risa llena la sala —eres realmente raro Nathan, por el tema de no ayudar y por decirme... Lindura, jamás he escuchado que un chico le diga a otro chico "Lindura"... —exhalo un suspiro escuchándolo reír —pero enserio, si tú amigo necesita ayuda deberías estar con él.

—Oye... Te aseguro que no me necesita, de hecho no tiene mucho que acabo de regresar —informa tranquilo —él se la paso solo por dos años y estuvo bien, bueno... No completamente solo, estaban Nazz y los otros también, pero ya me entiendes.

Inseguro de sus palabras le regreso la mirada, él sonríe divertido y se recuesta en el sofá dejando su rostro cerca de mi regazo.

—Tal vez no sea de tú incumbencia, pero Kevin se ha quedado solo desde los diez años, sus padres se fueron a buscar mejores trabajos a otras ciudades y lo dejaron solo... Le mandan dinero para la renta y en navidad a veces se quedan con él, de verdad Kevin tiene muchaaa familia, y te lo juró —me mirá con seriedad—los odia a todos, en especial este día, su cumpleaños fue el día en que ellos se marcharon... El odia pasar este día con la gente, creo que... Le agrada estar solo.

—Bueno... Nuestros casos fueron distintos, yo les pedí a mis padres por este nuevo inicio, así que el estar solo ahora... —exhalando un suspiro me recargo del sofá descansando mi mano sobre el pecho de Nath —es mi decisión, ¿Por qué no lo llevaron con ellos?

—Todo era una excusa —suspira cerrando los ojos —ellos se separaron, y para evitar que Kevin se sintiera tan mal se fueron sin decirle la verdadera razón... Ellos solo se ven desde navidad hasta año nuevo, y a veces uno de ellos no viene...

—Eso es tonto, si lo dejaron solo a tal temprana edad, ¿Cómo no le dolería? Una separación siempre será complicada, pero ellos solo necesitaban no meterlo tanto en todo ese embrollo... Al dejarlo solo no solucionan nada, ahora mismo debe sentirse algo culpable sin razón, y cuando se enteré de la verdadera razón por la que ellos se fueron...

—Por eso trato de evitar que se enteré... —sus ojos se abren —pero dime lindura, cuéntame de tú vida —sonríe tan pícaro como antes.

—Deja de decirme "Lindura" —jalo su mejilla haciendolo reír de dolor —soy un chico... —riendo suelto su mejilla — ¿Acaso eres Gay?

—Pues de verdad eres una lindura de chico y... No, más bien soy Pansexual... Si, así me identifico...

Deteniendo mi risa lo veo sonreír tan tranquilamente como si las palabras que salían de su boca fueran completamente normales, Pansexual, conozco ese término...

— ¿Acaso no habías visto a ningún Pansexual antes? Veras... Lo descubrí en el tiempo que me fuí, salí con chicas, pero también con chicos... A veces ni siquiera era por su físico...

De pronto se incorpora y rodea mi cuerpo con su brazo pegándose a mí, algo dudoso del acercamiento me alejo un poco.

—Encontre a un chico que... Si, era lindo, pero no solo su rostro y cuerpo, él de verdad era... Bueno. —sonrie tomando su móvil —ah, tuvimos una noche juntos, y la verdad no lo sentí diferente a cualquier otra persona... Las chicas con las que lo intenté por ejemplo, yo nunca salí con alguien seriamente, relaciones pasajera por aquí y por allá... Hasta que una chica se enojó de verdad, me obofeteó y me dijo que era un bixesual de mierda por haberla cambiado por un chico... En ese entonces no le tomé mucha importancia, pero creo que no... Creo que soy Pansexual, chico, chica, si tiene algo que me importe... Si siento que encajamos puedo estar con el o ella.

Sin saber que decir comienzo a acomodar más cosas mientras él permanece en el sillón.

—De hecho, no solo me gustan las linduras como tú... Hubo un tiempo en el que me gustó Kevin, y se ve a primera vista que él no es tan delicado como tú, sin ofender, y todos aquellos con los que he estado... Definitivamente soy lo que soy y sin pena.

— ¿Se lo has dicho a Kevin?

La duda comenzó a comerme por dentro, pensar que cuando mi amigo se enteró toda nuestra amistad se fue al... Demonio... Tal vez solo sea una mala experiencia mía, pero si puedo ayudar a que nadie más pase por algo tan horrible como eso...

—No me lo ha preguntado, pero te aseguró —rie animado —que estaría furioso de saber que alguna vez me masturbe pensando en él.

El vaso que estaba por poner en la alacena se resbala de entre mis dedos al escuchar aquella palabras que salen con tal calma de su boca, él comienza a reír, ¿Cómo puede estar tan tranquilo luego de decir eso? Con un suspiro me pongo de cuclillas comenzando a levantar los vidrios del suelo... Mi cuerpo se estremece al sentir su cuerpo cerca del mío y su respiración sobre mi oído.

—Eres un pequeño ángel en las manos de un demonio.

Mis ojos se abren con completa sorpresa, y de un rápido movimiento me pongo de pie para botar los vidrios a la basura, mientras yo tomó la escoba para recoger las demás piezas del suelo él solo ríe recargandose de la mesa, tomando un poco de aire trató de recobrar el control.

—Bueno, supongo que ciertamente lo estaría si le dijeras de una forma tan directa lo que hacías pensando en él.

—Si... Pero después solo comenzaría a reír y me golpearía el hombro, se diría a sí mismo sexy y luego solo me abrazaría por el hombro despeinando mi cabello.

— ¿Por qué estás tan seguro?

—Es Kevin, —se encoge de hombros —él es así, aún recuerdo la vez que molestaron a un chico por leer cómic's, él los golpeó y les quitó todo el dinero para dárselo a aquel chico y que comprará nuevos cómic's por los que le habían destrozado... Aunque claro, con Eddy... Aunque parezca que tienen odio por el otro, la verdad es que son amigos en secreto.

— ¿Amigos? Yo no lo veo así...

—Con el tiempo lo verás... En fin, —golpea la mesa con su palma —me pasé cantando mi vida para tí, y un poco de la de Kevin, —se acerca —te dejé hacer todo aquí, ahora pleno ayudarte.

Y por fin comenzamos a hacer las cosas como se manda. El reloj marca las siete treinta y con un vaso de jugo en mano salgo a la sala mirándolo recostado en el sofá mirando la televisión; con una sonrisa tomo asiento en el suelo mientras colocó los vasos en la mesa de centro, pero de un momento a otro me veo preso de sus labios. Mi corazón late frenético mientras Nath cae al suelo frente a mí, su mano atrayendo mi rostro y la otra atrayendo mi cintura... Su respiración tan agitada como la mía mientras nuestros labios danzan en un beso lleno de necesidad... Es extraño, pero no quiero parar... Y él tampoco piensa hacer eso. Entre un profundo respiro sus labios se alejan de los míos mientras los siento dibujar una sonrisa.

—Solo déjate llevar —susurra.

De pronto me hace subir a horcajadas sobre su regazo y comienza con un nuevo beso, mi mano se aferra a su camisa mientras la otra se desliza por su hombro... Es una locura, pero sus manos se aferran por igual a mi cuerpo y poco a poco sus labios comienzan a viajar por mi cuello. Su pierna se eleva levemente poniendo presión en mi miembro que se erecta...

— ¡Ngh... Nathan...! ¡Nath... ! —susurro contra su oído.

Lo siento estremecerse, su mirada viene a mí mientras su mano viaja bajo mi ropa palpando mi piel desnuda, y yo solo puedo suspirar... De pronto me aferró a su cuello mientras él busca la forma de besar y palpar por completo mi piel... Envuelto en el deseó solo puedo suspirar besando levemente su cuello, haciéndolo sonreírme... Sonreírme... Pero de pronto la puerta es tocada.

—Nath... Nath, la puerta...

—Por favor Lindura, no hagas caso —busca mis labios —quiero que te concentres aquí...

—Pe... Pero Nath...

De pronto lo siento salir volando causando mi caída, aturdido acomodó mi ropa mirando el semblante molestó de Kevin que permanece sobre mí, Nath se queja sujetando su espalda que se había visto herida al chocar contra la mesa. De pronto sonríe, levantándose.

— ¡Maldito Idiota! —lo sujeta por la camisa.

« ¡Sal de aquí! ¡No vuelvas a hablarme maldito Homosexual! » Fue lo primero que se me vino a la mente cuando lo ví sujetarlo con odio por la camisa.

— ¡Idiota, por sexo con un Ed me abandonaste en mí cumpleaños!

— ¡Lo siento, lo siento! —sonrie elevando las manos en son de paz —te dije que él era una lindura.

¿Qué?... No me lo puedo creer, Kevin no le ha dicho nada malo... Solo está molesto porque lo dejó esta tarde. Entre mi confusión me acercó para sujetar el hombro de Kevin.

— ¡Lo siento de verdad, ha Sido mi culpa por no insistirle más para que se marchará!

— ¿De qué hablas? ¡Este idiota estaba apunto de violarte! —lo sacude con enfado.

—Fue casi consensuado —añade tranquilo —mejillas dulces no se negaba a mis caricias... —me guiña un ojo.

— ¡Cállate! Además, el idiota ya debía saber que hoy estaría conmigo.

—Aun así... Gracias lindura por defenderme, pero dime Kevin, —se aparta de su agarré — ¿Cómo entraste?

— ¿He? —apunta la puerta tranquilo —estaba abierto.

— ¿¡Qué!? —cuestiono sorprendido.

—Uppss... —me mira arrepentido —mi culpa.

— ¡Bueno, me importa un carajo! ¡Vamos de una maldita vez! —lo sujeta por el cuello de la camisa — ¡Tienes que comprarme un maldito pastel al menos! —comienza a arrastrarlo fuera.

— ¡Seguimos con ésto luego, lindura!

La puerta azota. ¿Tal vez si le había mencionado algo a Kevin? No... Él me dijo que no se lo había dicho... Y le creó. Aunque mi mente está en blanco y no tengo idea de cómo reaccionar... Sinceramente es bueno saber que aún hay gente buena y abierta a ciertas cosas, pero ahora que lo pienso... ¿¡Por qué demonios le seguí el juego a Nath!? ¿¡Que es lo que tenía en la cabeza!? Y no solo le seguí el juego... ¡Kevin nos vio! Dios mío... Eddward, veniste a iniciar de nuevo pero al final solo has vuelto a ser lo mismo. Poniéndome en cuclillas trato de comprender el como llegué a caer en las redes de Nathan, a final de cuentas solo subo a mi habitación para tomar una ducha... Creo que quizá solo fue un arranque de la adolescencia.

Luego de ponerme un boxer y una camisa bajo para preparar mí cena. Una comida tranquila y subir nuevamente, una vez en cama tomo un libreta y un lápiz en mano... Mañana debo ir a hacer algunas compras, la semana que viene entraré a la escuela, necesito ir por mis útiles escolares y también hacer compras del hogar, ciertamente la comida de la madre de Eddy no durará para siempre. Con las cosas anotadas dejo la hoja sobre el buró de noche y enseguida me acuesto boca abajo en la cama para iniciar mi siesta.

—Ey, oye... —unos labios tocan mi mejilla —venga... ¿No quieres seguir con lo de hace rato?
Aún algo adormilado abro mis ojos levemente, es una voz... Conocida, pero la obscuridad de la noche no me permite ver su rostro por completo... Aún así puedo sentir su sonrisa mientras besa mi mejilla.

— ¿Cómo entraste aquí Nath?

—Sshh... —se cuela bajo mis sábanas —solo trepe por la ventana.

Apartando la mano que acaricia mi mejilla solo puedo girarme hasta terminar cara a cara con él; mis ojos se acostumbran a la obscuridad y levemente puedo ver su sonrisa.

—Oye... Hace rato... Me deje llevar, ¿Está bien? Yo... No soy ese tipo de chico.

— ¿A qué te refieres? —cuestiona con el ceño fruncido — ¿De los que lo hacen con otros chicos? —cuestiona con una leve sonrisa.

—Yo nunca... —confieso apenado —lo he intentado... Pero no... Bueno yo... Yo no soy de los que lo hacen con alguien a quien apenas conocen... —su mano caricia mi cuello mientras él suspira — si algún día lo llegó a hacer sería con alguien a quien realmente quiero...

Nath sonríe y de un momento a otro hace crujir las sábanas mientras se acurruca contra mi cuerpo, sus manos rodean ni cuerpo y puedo sentir su suspiro contra mi cuello... No quiero apartarlo, suavemente poso mi mano sobre su brazo, él está bajo las sábanas, cerca mío.

—La gente es muy engañosa, —aprieta su agarré —tanto los hombres como las mujeres... Si a alguien como yo lo hirieron, te puedo asegurar que buscar a esa persona solo te hará sufrir... Un día te sentirás en el cielo y al otro sentirás como te despedazas en mil pedazos... Fueron dos veces y creí tener suficiente con eso.... Por eso, una sola noche... Una sola noche es mucho mejor, solo placer y no salir herido nunca más.

—Hay... —me aferró a su cuerpo —muchas personas malas en este mundo, ¿Por qué convertirse en una más de ellas?

—Yo no los lastimó... Siempre he Sido sincero, pero contigo yo de verdad quiero... —se aleja para mirarme directamente —solo... Si lo vas a romper, rompelo... Quiero que tú...

Aún sin que termine de decirlo, puedo saber con certeza a lo que se refiere... Apenas lo conozco, nos conocemos de nada, pero... La mirada sincera de Nathan, llena de miedo y a la vez ilusión. Él no parece alguien a quien hayan lastimado, pero sinceramente... yo tampoco lo parezco.

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