Capítulo 25

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Editado: 16/ 01/ 2021

Arruinar tú vida.

Hoy es viernes, y al día siguiente de nuestra plática Jim decidió que no quería volver a su casa... Por más que Nath hablo con él y que yo traté de convencerlo el pequeño no quiso ceder, así que nada funcionó. Dijo que no quería volver a esa casa donde él solo era una sombra deambulante por enormes pasillos llenos de polvo y soledad, tal cual lo dijo.

Nathan salió temprano de la casa, y en este momento Jim está terminando de bañarse, me ha pedido que salgamos por lo que lo estoy esperando fuera del baño, ya he tomado su ropa y ahora estoy leyendo un cómic que me dejó... Pero aunque parezca tan calmado la verdad es que estoy un poco preocupado, no conozco de nada al padre de Nath, y según me dicen que no les prestan atención en casa, pero... ¿Y si eso de mandarlo a un internado es verdad? Si él se fuera solo para alejarlo de Jim, yo... No, yo no quiero que él se aleje de mí, para una persona normal es difícil encontrar a una persona tan buena como él, y para un chico Gay tan promedio como yo será mucho más difícil encontrar a alguien igual de genial... Pensar que pueden alejarlo de mí cuando apenas lo he encontrado, él quiere estar conmigo y yo quiero estar con él... Se que no se rendirá con lo nuestro y yo no pienso rendirme tampoco. Ahora saldremos a la ciudad y trataré de convencer a Jim sobre volver, él tiene que hacerlo... O Nath se irá.

— ¿Edd?

— ¿¡Ha!? ¿Qué pasa? —trago grueso para luego sonreír —sigues todo mojado Jim...

Dejando el cómic de lado me acerco para secar sus cabellos y mientras sus enormes ojos verdes me miran yo solo puedo secar sus hombros con total culpa, es un buen niño, me agrada... Pero si quiero que Nath se quedé aquí... Él tiene que irse.

— ¿Estás bien? Cuando salí estabas perdido en el espacio...

— ¿Ha? —niego con una sonrisa —No, estoy bien.

Él eleva sus brazos y aunque no lo entiendo en un princio, cuando me hace señas con su mirada hacia la ropa puedo comprender lo que pide; tomando su camisa la tomo para ponérsela.

—Solo digamos que... Puede que Nath... Se vaya.

—Eso es imposible, Nath me ama, y no creo que...

—Él no se va a marchar por que quiera, lo que yo digo es que posiblemente su padre...

Un golpe fuerte se escucha en la parte de abajo, el azotar de la puerta que es seguido por la voz de Nath, « ¡Cálmate maldita sea, escúchame! ¿¡Qué acaso eres una niña pequeña!? ¡Escúchame maldita sea!» rápidamente le colocó la camisa a Jim y apenas le estoy poniendo el pantalón cuando la puerta se abre con dureza haciéndonos volver la mirada... Ante mí una mujer se detiene con odio en su mirada, ella se acerca con el sonar de sus tacones y lo último que puedo oír es el golpe que me atina en la mejilla, y veo como aleja a Jim de mí.

— ¡Maldita sea! —la empuja pasando a mi lado — ¿¡Qué te has creído maldita bruja loca!?

Nath me mirá con una enorme preocupación en la mirada mientras observa la herida en mi mejilla, su mano acaricia el lugar afectado mientras me pide perdón sin siquiera abrir los labios... Yo le sonrío levemente negando, y él hace una mueca que intenta ser una sonrisa... Pero al instante se gira con el odio en la mirada.

— ¡No tienes ningún derecho de entrar así a mi casa! ¡Y mucho menos de tocarlo a él! ¡Discúlpate maldita bruja!

Sostengo el brazo de Nath tratando de evitar que siga con aquella lucha, y puedo ver cómo Jim lucha por soltarse del agarré de su madre... Él pequeño parece molesto y atinando un pisotón sobre el tacón de su madre logra liberarse cayendo al suelo y corriendo rápidamente hacia mí para abrazarse a mi cintura.

— ¡Ves lo que has hecho! ¡Ese estúpido muchachito —se encoge tocando su herida —estaba tocando a tu hermano, y ni siquiera eso te importa!

— ¡Estás loca, él no me hacía nada malo! —grita Jim.

— ¡Y ahora le contesta a su madre! —se cruza de brazos enfadada — ¡NATHAN GOLDBERG, tendrás verdaderos problemas cuando le diga a tu padre!

— ¡No! —bajo la mirada manteniendo mis puños cerrados a los costados — ¡No por favor, no le diga nada a su padre! ¡Yo me disculpó, ha Sido por completo mi culpa y si quiere golpearme de nuevo tiene todo el derecho de hacerlo!

Mi mirada permanece en el suelo mirando hacia la alfombra mientras ruego y pido a dios porque el padre de Nath no se enteré de este incidente, pero siento de inmediato como Nath me sostiene de los hombros.

—No lo hagas... —me dice incómodo.

— ¡Pero Nath, si tu padre...! —Digo aterrado.

— ¡No tengo tiempo para estupideces! ¡Jim Straud Goldberg, al auto ahora mismo! —lo jala del brazo — ¡Y tú! —lo mira con furia — ¡Espera noticias de tu padre! Mientras que con el otro mocoso... Lo dejaré pasar por esta vez.

Jim es llevado de su mano, el pequeño lucha queriendo volver hacia nosotros y el corazón se me encoge al saber que no puedo ayudarlo y hacerlo permanecer aquí... Mi mirada va hacia Nath que aprieta su mirada temblorosa al igual que sus dientes, puedo sentir lo mucho que se esfuerza en no ir y ayudar a su hermano.

—Na... Nath...

Sus ojos regresan a mí y él asiente tratando de relajarse, pasa la mano por su rostro con fuerza.

—Si, todo está bien...

De pronto se aleja hasta tomar su celular y yo me acerco apresurado tomando su mano, él me sonríe y comienza a anotar un número... De pronto me besa la frente para decirme que todo estará bien.

—Si, soy Nathan Goldberg, quisiera retirar el trece por ciento de dinero de mi cuenta, y por favor evité el papeleo anotando lo retirado y que no se note mucho... Recomendaré su banco a los amigos empresarios de mi padre y a los míos por supuesto, mandaré a alguien por el dinero así que por favor apresure el movimiento, gracias... —cuelga para mirarme —bien, ayúdame a tomar un poco de ropa nene.

— ¿Qué... Qué harás Nath?

—Es mujer tiene bien domado a mi padre, —saca una maleta con prisa —me tengo que ir... Nos vamos... —se acerca a la puerta — ¡Christopher!

De pronto corre fuera y yo enseguida comienzo a llenar su maleta con sus cosas sin pedir más explicación, yo... Lo que sea por estar con Nath, lo haré. Cuando el volvió al cuarto beso rápidamente mi frente, he terminado de llenar su enorme maleta y él no duda en tomarme de la  mano llevándome al piso de abajo; Christopher nos mirá con una sonrisa mientras nos extiende las llaves del coche de Nath.

—Gracias Christ, —se detiene pensativo —pidele por favor a tu sobrino que arregle todo en la escuela, —regresa dándole un abrazo —nos vemos hasta se le olvide a mi padre amigo mío.

—Suerte joven Nath, y por favor cuide se él joven Edd.

Cuando salimos no pude encontrar su auto de costumbre, frente a nosotros está un auto antiguo de esos que ya es difícil ver en esta época... Él sube las cosas en el asiento de atrás mientras yo me subo al asiento de copiloto; Nath abraza una última vez a Christopher y luego se sube al auto conmigo, le colocó su cinturón y el mío mientras él se encarga de sacarnos de su propiedad.

— ¿Ahora dónde vamos?

—A tu casa Nene, tenemos que pasar por tus cosas... Todo estará bien, confía en mí.

Por alguna razón sentía que esas palabras no iban directamente dirigidas a mí, puedo ver cómo traga saliva y como sus dedos se mueven nerviosamente sobre la palanca de velocidades... Suavemente sostengo su mano obteniendo su mirada sobre mí.

—Todo estará bien.

Por un momento me sonríe y suavemente entrelaza sus dedos con los míos, él suspira más tranquilo mientras se aferra a mí. Apenas llegamos a mi casa salímos rapidamente con dirección al interior de mi casa, vamos a huir, lo vamos a hacer.

[Nathan]

Nos vamos a ir, no me voy a separar de él; mi última advertencia fue dada junto a varios golpes, y se muy bien que está vez él si cumplirá lo que dijo... Así que me iré con Eddward, él es la personado que más me ha hecho feliz en toda mi vida, mi iré con él y si es necesario trabajaré, daré todo por él. Salimos con prisa teniendo sus maletas y mochila a hombro, mientras él se asegura de tener sus tarjetas y cosas necesarias yo puedo percatarme de la presencia de Kevin recargado en el auto.

—Ke... Kevin, ¿Qué necesitas? —cuestiona nervioso.

Eddward no duda mucho en avanzar metiendo sus maletas a mi auto, yo trago grueso y le sigo para dejar sus maletas por igual, veo de reojo a Kevin.

—En realidad nada... Solo se me hizo extraño, auto ¿Nuevo? —acaricia el capote —No, no lo creo... Maletas, —se asoma dentro —y parecen muy apresurados a decir verdad... —nos mirá — ¿Qué hacen Nath?

Bajo mi mirada, Kevin comprende todo lo que siento con solo mirar mi cara, sujeto la mano de Eddward para tratar de tranquilizarme... Creo que él nota mi nerviosismo pues sujeta mi mano volviendome un poco a la realidad, sin mirar la cara de Kevin tomó un profunda respiración y tragandome mis nervios me animo a hablar.

—Jim se escapó de casa para venir, su madre vino hace no mucho tiempo... Edd lo estaba vistiendo, y ella... Ya sabes cómo es, te dije lo que mi padre me haría si volvía a causar problemas a esa mujer.

Suspira —No creo que le vaya a hacer nada a Eddward, lo que ella tiene, bien sabemos ambos que es contra ti... Estamos a punto de iniciar con los exámenes, si Edd se va...

— ¡Lo sé! —grito completamente irritado.

No quería gritarlo, pero lo hice... Sin pensar lo grité, estoy alterado, muy alterado... Se que mi egoísmo por no dejarlo con otra gente podría arruinarle su vida. Comienzo a ver borroso y entonces las lágrimas comienzan a fluir... Aprieto mis ojos sin saber cómo actuar. Pero de pronto el suave y cálido toque de Eddward termina sobre mi mejilla, él no duda en abrazarme contra su cuerpo dejándome descansar en su hombro... Mis nervios, mis dudas, todo se desvanece al estar a su lado... Me siento bien, a salvó... Y feliz.

—Lo sé, pero... —lo abrazo —no quiero alejarme de él, yo de verdad te estoy haciendo mal ¿Cierto? Tú... Deberías de concentrarte por completo en tus estudios y no... Jugar conmigo cada que yo lo deseo...

—Tú también deberías de hace eso tonto... —acaricia mi cabello —soy listo, y tengo una increíble beca... Solo necesito pedir un cambio de escuela y te seguro que me lo darán, iré contigo Nath, quiero ir contigo... —se acerca a mi oído —en el auto de tu madre, por siempre... Viajar en carretera a tu lado.

—Tienes razón —sonrio alejándome del abrazo —eres listo, pero aún así ¿te has preguntado lo que pensaran tus padres sobre ésto?

Mi bebé se queda paralizado ante ese pensamiento, lo piensa bastante mientras que Kevin permanece muy tranquilo recargado del auto, sin poder permitirmelo descanso mi mano en el gorro de Edd y lo hago mirarme subiendo su mentón.

—Volvere a más tardar en un mes, y vendré directo a tu casa.

Él me abraza con desespero mientras intenta contener sus lágrimas.

—Perdon... Perdóname... Nathan, yo de verdad quiero ir contigo.

—Tranquilo bebé, —beso su mejilla —entiendo que hay padres que si valen la pena.

—Te enviaré mensajes cada día, te llamaré y te estaré esperando.

—Que sea cada noche a las ocho bebé, —beso su frente —volveré sin problemas así que no te preocupes tanto.

Nuestro abrazo continua y mientras Kevin se acerca al auto para sacar las cosas de mi Eddward, yo me acerco a los labios de mi chico besandolo con añorazan... Apenas Kevin saca la maletas yo me dirijo a mi lugar detrás del volante, mientras enciendo el coche puedo ver a Edd al lado de Kevin, él se mantiene mirándome desde la acera con esa mirada cristalina y un leve sonrisa... Sin decir nada más solo arranco el coche marchandome del callejón. No tengo un lugar al cual ir, así que simplemente buscaré un pequeño pueblo y me quedaré en un hotel, mientras que Christopher se ocupará de buscar una manera para que el dinero me llegue cuanto antes sin que los gorilas de mi padre lo sigan. Un mensaje llega a mi celular y al detenerme en el semáforo me aventuró a verlo, «Te amo» son las palabras enviadas por Eddward, así que apretando el celular solo aceleró sobre la carretera.

[Edd, callejón]

Después de mandarle el mensaje Kevin sujeta mi hombro como apoyo, al volver mi mirada puedo ver cómo su vista está perdida hacia aquella calle por la cual Nathan a desaparecido hace apenas unos segundos... Su agarré es fuerte y sus ojos se entrecierran con algo de inquietud, y yo suspiro acercándome a su pecho para llorar un poco; con un suspiro deja mi maleta en el suelo y me sujeta de mejor manera permitiendome desahogarme contra su cuerpo.

—Él estará bien... No te preocupes.

Permanecemos un momento así, y luego él me separa de su cuerpo, Kevin suspirá y poniendome mi mochila al cuello me toma del hombro guiandome a mi casa, dejando las cosas en la escalera puedo verlo ir hacia mi sofá mientras yo tomó camino a la nevera tomando un poco de té frío y una soda para él; al llegar al sofá solo tomo asiento a su lado dandole la soda.

—Esa vez Nath escapó a mi casa... Llegó con varios moretones en la cara, su ojo izquierdo estaba casi por completo cerrado y la mejilla derecha era un lío a punto de estallar, su labio estaba partido... Me sorprendió ver qué las heridas no dejarán marcas, pero supongo que su padre sabe utilizar bien su dinero... No solo fue en la cara... Su espalda estaba a reventar de golpes —suspira abrumado —aunque ahora de verdad se ve mejor, ¿No lo creés? Ni siquiera se nota que su padre sea un maldito de primera.

—Si... Él, bueno... No se nota que haya recibido golpes tan... Severos como dices alguna vez...

—Si... —rie enfriando su cuello con la lata de soda —cuando llegó sus manos estaban tan molidas que temblaban sin necesidad de poner presión, parecía que se había detenido a pelear en algún callejón... —traga grueso —mientras recuperaba el aire frente a mí puerta, al subir su mirada, esa sonrisa estúpida fue lo primero que ví seguido de un "Ey, mi padre me golpeó un poco, ¿Me puedo quedar un rato en lo que pasa la hinchazón? " Sus lágrimas caían y ni siquiera tenía claro si él podía controlar eso o no... Se que él estará bien, siempre lo está, así que... Trata de estar tranquilo... Lo más que puedas.

Kevin baja la mirada y dejando la lata de lado aprieta sus manos entre si con impotencia, todo su rostro me muestra duda, él no está seguro de nada... Sin más me levanto hasta tomar sus manos y poniéndome de rodillas frente a él lo hago mirarme.

—Yo también estoy preocupado por él.

Sin poder detenerlo, la primer lágrima de Kevin cae sobre mi mano, pero en su rol de mostrarse fuerte solo limpia rápidamente su rostro para asentir a mis palabras evitando el verme.

— ¡Bueno! Y ahora que he venido... ¿Tienes comida?

Él sonríe como de costumbre, como si nada pasará y sin más se levanta tomando camino a la cocina, apenas me calmó lo sigo mirando como busca algo en la nevera.

—Dejamelo a mí Kevin, cocinare algo rápido.

—Gracias doble D, —toma asiento en la barra —a decir verdad solo quería que te quedarás para que me alimentaras mejor.

Entre mi sonrisa comienzo a sacar los ingredientes para prepararle un poco de comida nutritiva. Por la noche, luego de que Kevin se marchará llegó a mi celular un mensaje a eso de las ocho en punto, tal cual dijo Nathan.

=Nathan=
-Mi celular estará apagado todo el día, así que no te preocupes si no te contesto... Te extraño.

=Eddward=
-Te extrañó mucho más, estoy preocupado por tí... Aún cuando Kevin intenta tranquilizarme no puedo evitarlo.
-Nath, ¿No podrías volver y esconderte en mi casa?

=Nathan=
-Eso quisiera Nene.
-pero mi viejo es capaz de poner patas arriba el vecindario por encontrarme, en especial si está muy molesto.
-Trata de no preocuparte tanto, duerme bien, no quiero que termines enfermo por mi culpa, ya verás que el mes pasará rápido.
-Mañana buscaré trabajo y tú tienes clases, sería bueno si dormimos. Te amo Eddward.

=Eddward=
-Yo también te amo, mucho.
-Buenas noches Nathan, cuídate.

=Nathan=
-Buenas noches nené, sueña conmigo abrazándote.

Veo la pantalla de mi celular en la obscuridad de mi habitación mientras releí una y otra vez su último mensaje; finalmente exhaló un suspiro y dejando el celular a mi lado en la cama por primera vez, me giró en la cama dispuesto a dormir pensando en él, apenas cierro mis ojos y me abrazo a la almohada ahora solitaria a mi lado, un olor a vainilla llena mi nariz.

—Cuidate Nath, te amó.

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