Capítulo 8

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Editado: 28/ 12/ 2020

Marcas.

Al abrir mis ojos puedo ver el rostro de Nath completamente tranquilo, un poco de su saliva escapa de sus labios y me hace reír un poco... De pronto me rodea con sus brazos y me aferra a su pecho con fuerza, puedo ver su piel frente a mí y divertido muerdo parte de su hombro; él se levanta con prisa mostrandome sus cabellos alborotados y la poca certeza de lo que ocurre... Al mirarme en la cama solo sonríe algo avergonzado.

— ¿Me acabas de morder? —rie sosteniendo su hombro.

—Fue una pequeña revancha, —muerdo levemente mi labio — ¿Te dolió?

—No... —sube a horcajadas sobre mí — ¿Quieres morder más?

Dudoso admiró su piel, de pronto él se tumba sobre la cama y rápidamente me toma por el brazo haciéndome subir a horcajadas sobre él, le sigo como él quiere. Nath sonríe.

—Todo ésto es tuyo... Eres libre de hacer lo que te plazca.

Con las manos bajo su nuca él sonríe ampliamente, dedicándole una sonrisa beso suave y lentamente su boca para luego bajar hasta su cuello y morderlo... Él se queja estremeciéndose un poco, pero al subir mi mirada puedo verlo sonreír con entusiasmo, mis manos bajan por su pecho al igual que mi boca dejando besos y mordidas en todo su torso hasta bajar a su cintura, y apenas un poco más abajo... Puedo escucharlo quejarse levemente del dolor, pero por mi parte... ¿Cómo no me iba a gustar esto? Levantándome de su cuerpo limpio levemente mis labios y él no tarda en levantarse hasta encontrarse con mi boca, aferrándose a mi cintura y mi rostro me hace seguir con el beso que cada vez se vuelve más feroz entre respiros profundos y jadeos... De pronto se aleja y une su frente con la mía, mi mirada sube hacia la suya y ambos nos sonreímos con complicidad mientras nuestras respiraciones agitadas chocan entremezclandose.

—Eres tan excitante... Me vuelves loco.

—Puedo sentirlo. —muevo levemente mis caderas.

Sus labios viajan a mi cuello mientras sus manos me presionan contra su entrepierna, entre besos y leves succiones viaja de mi mentón a mi clavícula haciéndome frotar mi trasero contra su miembro erecto; mis manos viajan por sus hombros adentrandose bajo su camisa para sentir la tensión de su espalda al poner fuerza sobre mí.

— ¿Qué eres?... ¿Por qué te deseo tanto?... Eddward...

Mis ojos se cierran permitiendo a mis otros sentidos recibir sus caricias con más profundidad, mi piel se eriza al sentir su entrepierna caliente bajo mi cuerpo y solo puedo gemir aferrándome a su cabello entre mi deseo que de desborda.

—Me estoy volviendo tan desesperado por tí... Eres mucho peor que una droga...

Mi mente estaba tan confusa que no pude emitir palabras, y al abrir los ojos solo me puedo percatar de que ahora estoy debajo suyo en la cama; mis manos son detenidas por una sola de las suyas mientras con la otra comienza a subir mi pijama y palpando mi vientre y pecho... Cerrando los ojos solo puedo tragar saliva ante la intensidad de sus toques, el sentimiento de sus labios separandose lentamente de mi piel, y su lengua que viaja por todo mi vientre dibujando líneas sin final y luego marcas...

— ¿Te puedo dar la vuelta?

— ¿Qué... Que piensas hacer Nath? —mis ojos se abren.

—Dejarte marcas por todos lados... ¿Me lo permites?

Ante mi asentimiento él me deja levantarme, quitando mi camisa le doy la espalda permaneciendo de rodillas mientras mis manos se aferran a la tela de mi pantalón. Puedo sentir su mirada recorrer mi cuerpo, y al regresar levemente la mirada puedo ver cómo intenta controlarse... Entre mi excitación muevo mi mano hasta su pierna y levemente subo acariciando su piel hasta llegar al bulto de su pantalón, él da un pequeño brinco de sorpresa y jadea levemente.

—Enserio que no te gustará que te lo haga sin control...

—Pero ya tienes experiencia en ésto Nath... Se que deseas hacerlo Nath, y además... Así podrías dejar de preguntarte si yo siento algo por Kevin...

Un grito ahogado escapa de mi boca al sentir sus dientes sobre mi hombro, su lengua lame la herida con cuidado y finalmente besa mi cuello mientras sus manos palpan mis piernas.

—No lo menciones... ¿Quieres hacerlo? Bien, hagámoslo.

Con una delicadeza increíble deslizo su mano por mi mejilla sujetandome con completa suavidad, sus labios se acercaron y dulcemente inicio un suave besos contra mis labios. Al abrir mis ojos puedo verlo besar mi mejilla y como poco a poco desciende con delicadeza por mi cuello... Suavemente comienza a recostarme en la cama hasta tenerme bajo su cuerpo, su mano desliza con cariño mi mejilla mientras sus ojos estudian los míos y una leve sonrisa pinta su cara. Depositando un último suave beso en mis labios descendió por mi estómago lamiendo y besando un poco mis pezones para después dejarlos al control de sus manos mientras él muerde levemente mi vientre y lo besa yendo más abajo con sus labios.

—No quiero que esto sea solo... Sexo de un rato, y quiero que lo entiendas... Aquí y ahora —sus ojos me miran con seriedad —te estoy haciendo el amor.

Se deshizo de mi pantalón y sus labios hicieron un camino de besos por mi pierna hasta llegar a mis tobillos mientras dejaba unas marcas a lo largo del camino. Sus labios vuelven a mi boca luego de tal paseo que me hizo estremecer y solo logra que me estremezca aún más mientras mis manos rodean su cuello y él presiona su entrepierna contra mí. Una de sus manos viaja por mi espalda baja dándome escalofríos, pero suavemente desciende adentrandose bajo mi boxer que poco a poco abandona más mi piel entre sus caricias a mis glúteos; entre jadeos recibo sus labios en mi cuello mientras él me toca por todas partes.

—Nath...

— ¿Que pasa bebé?

—Me duele... Abajo...

—Tranquilo...

De pronto saco mi boxer por completo y sacando su miembro lo unió junto al mío mientras nuestros labios seguían unidos en un beso, su mano de pronto guía a la mía a continuar.

— ¿Puedes hacerte cargo de ésto?

—S... Si...

Suavemente deslizo mis dedos sobre su miembro haciéndolo estremecer y finalmente hago lo encomendado, comienzo a masturbarnos. De pronto un líquido frío cae sobre mi trasero y ni siquiera necesito pregunta por lo que viene después; sus viajan desde mis glúteos metiendo el líquido en mi interior, es una sensación extraña así que solo trato de concentrar mi mente en su rostro, en la excitación y concentración de su mirada... En el sudor que resbala por su firme pecho y en esos cabellos rebeldes que le molestan la vista, poco a poco comienzo a masturbarnos más veloz mente por la excitación de mirarlo en tal estado por mi causa... El segundo dedo me avisa de su entrada al tocar mi piel y yo solo cierro los ojos sintiendo como un leve dolor me invade.

—Relajate bebé, solo concéntrate en tu mano... Acaricia el mío si eso te distrae más... O tócame, haz lo que te plazca Eddward.

Sus ojos se encuentran con los míos y él se inclina sobre mí besando mis pezones, mis manos viajan por sus hombros acariciando levemente su espalda, pero al sentir el ritmo de sus dedos en mi interior comienzo a entrelazar mis dedos entre sus cabello apretandolos levemente y luego peinandolos, me inclinó para besar su frente y solo hecho mi cabeza contra las mantas estremeciéndome mientras tocó su espalda. El tercer dedo entra con cuidado y mi cuerpo se estremece sin más, él continua distrayendo mi cuerpo, pero... El dolor ha desaparecido poco a poco y ahora mismo... Siento corrientes eléctricas viajar por mi piel hasta mi mente... Mis ojos se cierran y entre quejidos y suspiros intento cubrir mis labios.... El latir de mi corazón, creo que puede oírlo.

—Estoy... En mi límite... —desliza la mano por mi pecho —verte así me lleva al límite... Te amo Eddward.

Subiendo mi pierna sobre su hombro comenza a besar mi vientre mordiendoló mientras sus dedos sigue estando dentro de mí, de pronto sus labios suben hacia mi oreja y suavemente suspira para luego morder mi lóbulo y besarlo.

— ¿Creés que ya pueda meterlo?

—Tu eres el experto —beso sus labios.

—Mmm... Lo sé, pero estoy un poco impaciente y tengo miedo de lastimarte...

—No lo pienses tanto, solo hazlo ya... Podré resistir.

Tragando grueso Nathan saco sus dedos de mi interior y tomo uno de los condones colocándolo con algo de impaciencia, cubrió el condón con más lubricante y nuevamente se inclina sobre mí mientras observa nuestros cuerpos estar a punto de unirse.

—Bien... —me mira —abrazame si quieres... ¿O prefieres besarnos para distraerte?

—Las dos cosas —tiendo mis brazos sobre sus hombros —por favor.

Él ríe levemente avergonzado —Tus palabras son órdenes.

Nuestros labios de unen y puedo sentir su miembro jugar cerca de mi entrada, pero de pronto se aparta... Por alguna razón parece estar mucho más asustado que yo. Atrayendo su cara logro que vuelva a besarme, una vez más tranquilo le ayudo a entrar en mí, él sonríe al sentir nuestra unión y de pronto el olor de su cuerpo me llena... Canela y Menta... Mis ojos se cierran disfrutando de la unión mientras olvidó el dolor que me provoca.

—Eres tan... Estrecho Eddward...

—Ey... Bésame un poco más...

—Soy un excelente besador —bromea — ¿Cierto?

Entre nuestra leve risa me sujeta firmemente de la cintura conteniendose de moverse; su lengua viajo sobre mis labios y se adentro tocando mi paladar y mejillas, acariciando bajo mi lengua, poco a poco el calor me llenaba y la sensación de mi boca era lo único que podía percibir... Hasta que sus caderas comenzaron a moverse con suavidad. Mi mano en su pecho y la otra aferrandose a su espalda, el dolor desapareció un rato después y todo comenzó a ser placer... Quería que Nath hiciera lo que quisiera conmigo... Pero sus labios solo se concentran en mi cuello como si de un vampiro se tratase.

— ¿Quieres sentarte sobre mi regazo? —aparta mis cabellos —quiero ver tú cara, que la luz del sol la ilumine por completo.

Ante mi asentimiento él se acomodó contra la cabecera de la cama sin separarse de mi cuerpo; impulsandome de sus hombros comencé a moverme recibiendo ayuda de sus manos en mi cadera, pero al poco rato trate de cubrir mi boca para evitar cualquier ruido indecoroso... Después de todo su servicio está en la mansión. Finalmente cubrí mis gemidos contra su hombro, pero él no tardó mucho en separarme.

—Quiero ver tu cara... —desliza su mano por mi mejilla —quiero verla enrojecida mientras gimes y jadeas mi nombre... Vamos lindura...

— ¡Aah... Nath... Eres... Eres... Mngh... Aaah... Nathan... Mmm... Más... Hazlo más —ruego contra sus labios —golpea más ahí... Mngh.... Si... Natha... Nathan...!

—Mierda... —aprieta su agarré a mi cintura —asi de perfecta la imaginé... —besa mi mejilla.

Sus manos en mi cintura me levantan y presionan contra nuestra unión mientras nuestras respiraciones y gemidos profundo chocan entre si... Nuestros labios y pechos se rozan y yo solo puedo contraerme contra su cuerpo gimiendo su nombre... Él pronuncia el mío y a duras penas ambos podemos decirlos completamente antes de que las sensaciones nos invadan. Cuando sentía que estaba a apunto de venirme Nathan mordió fuertemente mi cuello y ambos terminamos al mismo tiempo... Agitado y susfados nos pusimos a descansar contra el cuerpo del otro sin movernos. Pero mi interior se siente raro, caliente... Palpitante, deseoso de más... De Nath... Mis labios buscan los suyos y suavementr le robó un beso para después dejarme caer contra su hombro dirigiendo mis suspiros a su cuello.

Él ríe pasando la mano entre sus cabellos —Te amo... —me mira —en serio te amo, yo nunca antes —rie negando —habia sentido ésto de esta forma.. fue... Fue... ¡Fue tan especial! —me abraza con fuerza — ¡Te adoro!

Ante su alegría solo le permito abrazarme, las fuerzas han abandonado mi cuerpo y no puedo corresponder su abrazo con la misma fuerza, apenas y puedo sostenerme de su pecho. De pronto mi cuerpo se eriza, me contraígo contra su pecho sintiendo como sale de mi interior.

—Oh... Oh... Lo siento bebé, —besa mi mejilla —lo hice sin avisar... Al menos... Al menos no me corrí dentro tuyo, aunque... La verdad hubiera Sido maravilloso... Todo contigo es maravilloso.

— ¡Basta! —aparto su cara entre un risa —deja de jugar Nath, ¿Puedes ayudarme a ir a la ducha?

Nath no lo dudo y luego de amarrar la condón comenzó a subir su boxer, me toma en brazos sin previo aviso y mis mejillas se acaloran de inmediato...

— ¿Qué... Que haces?

—Llevandote a la ducha bebé,

—Quiero ayudarte a limpiar tu cuerpo.

— ¡Nath!

Él ríe y besa mi nariz; al estar dentro me deja en la tina de baño, suavemente besa mis labios y abre el grifo dejando correr el agua, entre un suspiro saca su boxer delante mío y se mete conmigo en la tina... De hecho, no es nada molesto recargar mi cuerpo de Nathan mientras su brazos me rodean con cariño, cerrando los ojos siento su dedo recorrer mi cuello y solo inclinó mi cabeza permitiendole hacerlo.

—Oh, vaya... Necesitaras usar bufanda cariño.

La sorpresa me llena — ¡Nath!

—Lo siento bebé, no me pude resistir... No creí que fuera a dejarte tan... Marcado.

— ¡Eso es porqué mordiste demasiado mi cuello! —observo mi cuerpo completamente lleno de marcas —pareces un... Vampiro... —musito avergonzado ante las mordidas en mis piernas.

—Bueno... Al menos así nadie va a querer propasarse contigo.

Él se aferra a mí cuerpo y yo no puedo evitar cerrar mis ojos y aferrarme a su agarré, él sonríe contra mi piel. Apenas nuestra ducha termina me saca en brazos hacia la habitación y por esta vez él se encarga de secar mi cabello. Me pidió un momento, saco un líquido de su cajón y me pidió abrir mis piernas para él... Apenas y lo dude, le dejé ponerme eso y él enseguida beso mis labios para tomar asiento a mi lado luego de dejar nuestra ropa en la cama.

— ¿Y si bajamos a comer? —cuestiono desdoblando mi ropa.

—Creo que contigo me llene... —rie —pero si, hay que bajar.

Una vez abajo tuvimos una comida tranquila y Nath pidió a su mayordomo que fuera a la tienda por algunas cosas para cubrir... Mis marcas... Al subir a su habitación terminamos recostados en un sillón uno encima del otro.

—Tenia pensado llevarte mañana a un río de cerca, pero... ¿Qué te apetece hacer hoy?

—Mmm... No lo sé, leer algo, o podríamos jugar vídeojuegos...

— ¡Lo segundo me ha gustado más!

Entre mi risa sujeto sus mejillas para besar sus labios, él sonríe. Comenzamos con los videojuegos y luego saltamos a los libros con una única regla, nada de libros de cómic para Nath. Y en todo el rato él no me soltó ni un segundo, se la paso acariciando mi cabello y besando mi cuello, mis mejillas, mirándome.

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