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El mejor amigo de Andrea, deja sus cosas por el momento en casa de la misma y va al hospital para verla. Fuera se encontraba Robert con una expresión desesperante y triste.

— Señor Robert.

— Alex, ¡qué bueno que estás aquí!.

— Me dijeron que hace días que no va a la casa, deberías descansar.

— No, quiero estar aquí para cuando Andrea despierte.

— ¿Cómo está?, ¿puedo hablar con ella?.

— Lamentablemente no, está en coma, pero los médicos me han dicho que solamente dura entre dos y cuatro semanas, sino despierta en ese tiempo...

— Sino despierta en ese tiempo, ¿qué pasa?.

— Puede pasar a estado vegetativo.

— Eso no sucederá, verás como se recupera. ¿Puedo entrar a verla?.

— Por supuesto, yo iré por un café.

Alex se sentó al lado de Andrea y sujetando la mano, le contó lo que había sucedido con Cleo y sus sospechas. Por muy fuerte que intentaba ser, una lágrima cayó de sus ojos, no creía que su mejor amiga estuviera en esa situación. Cinco minutos después llega Robert y el muchacho se dispone a investigar.

Recoge las cosas de la casa de Andrea y se va a una de huéspedes que era pequeña y alejada. Estaba a unas dos horas de la mansión.

"Muy bien Alex, piensa, debes conseguir todas las pruebas necesarias, ya que todas se perdieron en el accidente".

El chico recupera los mensajes del móvil de Yudith y algo en su interior le dice que investigue los números. En efecto, cada móvil fue comprado por Rubén, Rafael y Ruth. Afortunadamente había hecho copia de todos los mensajes enviados a Andrea, pero un número en particular le hizo pensar.

El primer mensaje fue enviado por un celular cuya línea estaba a nombre de Luisa Morales Farramola. Al seguir investigando dos semanas más, descubre que la ex empleada también estaba en complot con el grupo de estafadores.

Alex consiguió todas las pruebas necesarias, conversaciones a través de mensajes de texto, llamadas, fotos, videos, entre un millón de cosas más. Él mismo había sido su propio detective privado. Solamente necesitaba a Andrea despierta y en buenas condiciones para que ella pudiera denunciar.

Pasaron los días y el jovencito se propuso descubrir la muerte de Cleo. Así que hizo una visita sorpresa a la mansión, siendo recibido por Ruth y Roxana. Con la excusa de conocer la casa entra al cuarto de la nana y empieza a observar cada rincón. Cuando decidió irse, dió un último vistazo y observó que en la esquina de una pata de la mesa de madera al lado de la cama de Cleo,y en la alfombra, había una pequeña mancha de sangre seca.

Pensando como recuperar dicha prueba, buscaba rápido y nervioso por toda la habitación y encuentra para su suerte una pequeña tijerita, la agarró y cortó un pedazo de la alfombra que estaba debajo de la mecita. Guardó el pedazo de tela en una bolsa de plástico y salió corriendo.

Pero como nada se le escapaba a Roxana, porque le gustaba tener todo bajo control, siguió al muchacho y lo vió haciendo su trabajo.

Alex pensó que todo estaba listo, pero se equivocó. Aquella tarde Roxana lo siguió y pudo ver dónde vivía, fichando así su próxima víctima. Al día siguiente el mejor amigo va al hospital para saber de Andrea.

La cínica aprovecha dicha oportunidad para vaciar  gasolina alrededor y una cantidad considerable lanzó por una ventana que estaba abierta de la casa, para luego quemarla.

No dejó rastro alguno de evidencia, esperó que alguien viera el humo y avisara a los bomberos, los cuales llegaron minutos después al lugar y calmaron el fuego.

Intrigada por saber cómo quedó aquella pequeña casa, pregunta entre la multitud de personas las condiciones en las que quedó.

"DESTROZADA NO QUEDÓ NADA DENTRO, NO HAY RASTRO DE ABSOLUTAMENTE NADA".

Las palabras de aquel hombre fueron música para los oídos de Roxana, la cuál se fue sumamente complacida, sin ser vista nuevamente.

Mientras en el hospital.

¡Enfermera, enfermera!.

Los gritos de Álex y Robert se escuchaban casi en todo el hospital, Andrea había despertado después de tres semanas en coma. Llegan corriendo y la chequean, llaman al médico y empiezan a hacerle análisis a la muchacha.

Después de una extensa revisión los médicos se acercan a Robert el cuál estaba entusiasmado.

— Andrea está muy bien, mejor de lo que creíamos.

— Mi hija es una guerrera.

— Debo decirle que está un poco aturdida y desorientada, debe tener paciencia.

— No se preocupe, haré lo que haga falta.

— Hay algo más que debo decirle.

— Dime.

— Si díganos —habla Alex qué había permanecido callado.

— Andrea perdió la memoria, no sabe quién es. Estaremos trabajando con un equipo de médicos para poder ayudarlos.

— No, eso no es verdad, mi niña no.

Robert y Alex salen disparados hacia la habitación y se acercan a la muchacha.

— Mi amor, ¡estás bien, ya estás bien! —pasa su mano por el cabello de la chica.

— ¿Quién eres?.

— Soy tu padre, mi amor.

— No se quién eres, ni quién soy, los médicos me han dicho que tuve un accidente y que había familiares míos aquí.

— Si mi niña, te ayudaremos.

— Hola Andrea —saluda tímidamente.

— ¡Ah!.

— ¿Qué sucede?, dime cariño.

Alex se aleja asustado, el quejido de Andrea lo había dejado helado.

— El rostro de ese chico, trato de recordarlo.

— ¡Alex llama a un médico!.

En menos de diez segundos llega el mismo hombre que los ha atendido desde que llegaron.

— Señor Robert no puede forzar a Andrea, será mucho peor, recuerde, es un proceso largo, le comenté que debía tener paciencia.

— Entiendo, pero... ¿durará mucho?.

— Eso depende de la capacidad de la paciente. Ahora necesita dormir.

— ¿Cuándo podré llevarla a la casa?.

— Cuando terminemos el chequeo completo y si está bien, puedo darle de alta, hasta el momento, se quedará aquí.

— Ya escucharse hijo, debemos irnos.

Andrea se despide confundida y Robert se va a casa llorando acompañado de Alex. Al llegar informa que la muchacha había despertado, dejando una expresión de desagrado y preocupación en los rostros de Ruth y Roxana. Robert sin razón empieza una discusión con su mujer por no haber ido al hospital,el tiempo necesario para preocuparse de Andrea, en ese momento llega Yudith, pero él la ignora completamente, ya que ella tampoco fue capaz de preocuparse por su hija.

En plena discusión Alex recibe una llamada. La dueña de la casa le había puesto una demanda en la cuál debía pagar lo que costaba la casa por haberse quemado. Salió corriendo, no podía creer que sus pruebas habían sido totalmente destruidas.

El pobre chico hace una llamada a sus padres y le explica la situación por la que está pasando y deciden ayudarlo pagando el dinero. Alex llorando llama a Robert y le da detalles de todo lo sucedido.

El padre de su mejor amiga decide acogerlo hasta que el muchacho decida irse. Así pasaron dos días, cuando una mañana, llaman desde el hospital para decir que Andrea podía regresar a casa.

En la tarde, todos recibieron a la princesa de la casa.

Alegría, era lo que se respiraba en aquella casa, excepto por Roxana que observaba a su sobrina pensando si sería real u otro truco de la muchacha.
A la bienvenida asistió casi todo el condominio, incluido Yudith y Rebeca, pero Julia no se apareció y mucho menos su padre.

A pesar de haber transcurrido casi tres días, Robert no se preocupó por Cleo, él creía que la pobre mujer había decidió irse ya que no podía soportar tanto dolor y decidió enterrar el asunto. Comenzaron una vida nueva, sin Yudith, sin Roxana y sin Ruth, ya que había iniciado el proceso de divorcio.

En todo aquel tiempo Rodrigo, el abuelo, se había ido a su casa, todos temían que muriera de tristeza por la muerte de Daysi, así que decidieron regresarlo a vivir en la casa grande. Al enterarse de todo, también se puso en disposición para ayudar a su nieta.

Pasaron así tres semanas. Cuando se acercaba el famoso juicio de Aarón, casualmente todos deciden ir a casa de la muchacha para rendirle cuenta.

¿Casualidad? o ¿plan?.

Hasta Julia había asistido, fue con su uniforme ya que la semana de receso había culminado. A pesar de estar muy molesta, necesitaba saber cómo seguía su mejor amiga, porque a pesar de todo aún la quería. Fue acompañada de su padre Iván.

Todo marchaba bien, se conversaba en la sala de estar. El padre de Andrea e Iván tenían una agradable conversación, mientras que Julia no dejaba de mirar la escalera. En medio de todo ese agradable ambiente, entra hecho un loco y con una arma en la mano, Aarón.

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