— ¿Dónde está? —va apuntando a todos en la casa.

— Aarón, baja esa arma —estira sus manos intentando persuadir y llegar al muchacho.

— ¿Dónde está? —Dispara a la puerta principal, rompiendo el cristal de la misma.

♪ ¡Oh!, me falta el aire, y el corazón tucun tucun tucun tucun, hoy, va a correr sangre, ya se por donde se mueve ese bu. ♪

En la habitación se escuchaba "Es épico", de Canserbero.

— Supongo que este sea mi celular —revisándolo abre la galería y empieza a observar, los buenos momentos que no recordaba.

Así es Andrea.

¿Y tú quién eres?.

Ah cierto me has perdido. Bueno... soy tu conciencia, alias memoria.

Un gusto conciencia. Jajajajaja

— Qué canción más extraña, voy a descansar un poco, dormiré.

Andrea se queda dormida sin enterarse que en la sala de estar, aún continuaba una peligrosa  pela.

— Llama a la policía —interviene Iván hablándole a Robert, que estaba paralizado.

— ¡Los lleno de agujeros a todos si levantan el teléfono!.

— Cálmate Aarón —grita Julia desesperada y asustada.

— ¿¡Dónde está Andrea!? —nuevamente amenaza a todos con el arma.

— Por encima de mi cadáver le harás algo —se para frente al muchacho, impidiendo su paso.

— Si así lo deseas.

— ¿Enloqueciste? —interviene Julia llorando.

El jovencito se quedó inmóvil mirando al cuerpo de Robert con un hueco en el pecho, para luego mirar a todos con una mezcla de ira y nervios, mientras que Iván intentaba calmar a Julia. Entre todo ese desastre llega Roxana, Ruth, Yudith y Luisa. Algo se avecinaba y no era nada bueno.

— ¿Uwu que pasó aquí? —pregunta emocionada Roxana— había fiesta y no me invitaron, que mal educados —cruza la puerta por el cristal roto, haciendo que sus tacones trituraran los pedacitos de vidrios que estaban en el suelo.

Todo quedó en silencio con aquellas palabras. Aarón al escuchar la voz de la mujer, se gira bruscamente y levanta el arma apuntándola. El resto de las mujeres que llegaron con la hermana de Robert, no muevieron un músculo, pero la psicópata se acerca al muchacho.

— ¿Conmigo?, no cariño —se acerca al chico haciendo que el arma tocará su frente— me sentaré para ver el show, precioso —con la punta de sus dedos quita el arma y se sienta en uno de los muebles.

Nadie hablaba, ni decía nada, simplemente miraban con espanto a Roxana que yacía sentada riendo, al lado del cuerpo de su hermano desangrándose. Cuando Aarón se decide  subir a la habitación de Andrea, Ruth ve a Robert en el suelo, entra corriendo seguida por Yudith y llegan al cuerpo. Luisa sin creer lo que sucedía, entra intrigada y temorosa, pero al ver el cuerpo de su ex patrón en esas condiciones, se arrincona en una esquina para llorar de la impresión.

— ¡No mueras Robert no mueras!.

— ¡Deja de fingir, tu no lo amas!.

— ¿De qué hablas Yudith?. Sabías que Robert debía morir desde un principio —susurra.

— ¡No!. ¡Mi amor, despierta, despierta!.

Yudith le gritaba a su amor, con esperanzas de que despertara de su eterno sueño, Roxana le guiña un ojo a Ruth y ambas sonríen. Cuando Aarón estaba por llegar casi al último escalón para matar a Andrea, fue cortada la electricidad. Un grito muy fuerte salió de la garganta de Julia y Luisa, haciendo estremecer a todos en la casa.

— ¡AH!.

Se escuchó en todo el salón la exclamación de dolor de Aarón al rodar por las escaleras y golpearse con el primer escalón, para quedar inconsciente.

— Despierta cariño.

— ¿Quién eres?.

— Eso no importa, vine a traerte algo de beber.

— ¿Por qué hay tanta oscuridad?, ¿por qué estás en mi habitación?.

— La electricidad fue cortada hace poco, vine a ser amable contigo, para que no pasarás calor con este jugo que te he traído.

— Disculpa, espero que me entiendas, es que he estado confusa.

— Claro que lo entiendo querida. Agarra el vaso —alumbra con la linterna de su celular.

— ¡Ah!, qué luz tan molesta, pero gracias por el jugo.

— Por nada.

— Estaba delicioso, aunque un poco amargo.

— Bueno, no soy muy buena en la cocina. ¿Podemos conversar?.

— ¡Claro!. ¿Puedes contarme de mi familia?, ¿de quién soy?.

— Obviamente.

— Muchas gracias.

— Te llamas Andrea, tienes dieciocho años, cumplidos el viernes pasado, tienes dinero de sobra, mucho dinero, tan así, que si no deseas trabajar, te alcanzará para vivir con los mayores lujos del mundo.

— Es decir, que mi familia es...

— ¿Sucede algo?.

— Me siento mareada.

— Acuéstate en la cama.

— No, no, hace mucho calor, mejor me doy un baño en la bañadera.

— Perfecto.

— ¿Me acompañas?.

— Obviamente.

Andrea abre el grifo y entra en la bañera,cuando de repente, queda en un estado que no puede moverse, su cuerpo no responde y la bañadera se llena cada vez más. Aquella sospechosa mujer se acerca con una hoja de navaja y una sonrisa amplia. La joven dentro del agua abre sus ojos del miedo.

Cayendo la noche, estuvieron a oscuras alrededor de dos horas, nadie se movía, ni hablaba, solo se escuchaba los sollozos de una adolescente y una mujer asustadas. Todo cambió cuando se escuchó a Iván llamando desde su celular a la policía, provocando un ambiente más tenso y callando a las dos mujeres nerviosas.

Habían pasado apenas treinta minutos y luces rojas y azules alumbraban la casa, haciendo saber que la policía había llegado. Una luz blanca de una linterna iluminaba el rostro de todos en el lugar.

— ¿Alguien herido?.

—Julia responde— el padre de mi mejor amiga tiene un disparo en el pecho, creo que está muerto.

— Tranquilícese señorita, sacaremos a todos de aquí.

En ese preciso momento regresa como cuando presentan un show en el teatro la electricidad, para darle paso al detective que logra ver el enorme charco de aquel líquido rojo, al que llamamos sangre, que hay alrededor de Robert y a los demás en los respectivos lugares donde estaban, antes de cortarse la corriente. Agarra su radio y pide refuerzos.

— Hay un hombre muy mal herido —se acerca y le toma el pulso— realmente muerto.

— Copiado detective López, estamos en camino.

Sigue caminando unos metros más llegando a Aarón, el cuál se va levantando con una mano en la cabeza, expresando un profundo dolor por la caída de antes. Al ver al oficial, dirige su vista al arma que estaba a pocos centímetros de su mano derecha, el experimentado policía se percata de sus intenciones, lo mira fijo y lentamente va sacando su pistola. Aarón sin perder tiempo se tira a recogerla y lo apunta recibiendo dos disparos; uno en su hombro y el otro en la pierna.
Rápidamente López se agacha para esposarlo y pide una ambulancia.

Quince minutos después llega el resto de oficiales y los paramédicos, los cuales se llevan a Aarón. Los refuerzos, dirigidos por el señor López, rodearon la casa, para asegurarse de no haber otro loco con un arma de fuego. Después de su recorrido, todos se concentran en la sala de estar y una desesperada chica pregunta por su amiga.

— Andrea, ¿dónde está?.

— Cálmese, ¿quién es Andrea?.

— Oficial... Andrea, es la hija del hombre que se están llevando en esa camilla muerto.

— ¿Segura que está en la casa?.

— Segu...

— Debe estar en su habitación —habla Iván bastante preocupado— sufrió un accidente y perdió la memoria.

— Escúchenme todos, hay una chica en su habitación y en condiciones difíciles, tuvo un accidente y tiene pérdida de memoria.

— Señor López, ¿llamo a otra ambulancia? —pregunta una oficial.

— Claro, mi hermosa oficial Cooper.

— ¡Ay señor López!, usted no cambia.

La mujer se sonroja y sale de la sala de estar para realizar sus funciones y llamar la ambulancia.
El agente con un grupo de compañeros suben a la habitación de Andrea y lo que ven, es una escena demasiada tranquila.
Todo estaba en perfecto orden y el sonido del grifo abierto que provenía del baño del cuarto, era para nada agradable. Caminaron unos pasos más y llegaron a la puerta de dicho baño, que estaba entreabierta  y una cantidad de agua corría bajo los pies de los oficiales, llenándose casi por completa la habitación

— ¡Señorita Andrea!.

Nadie responde

— ¡Soy el oficial López y he venido a ponerla a salvo!.

Al seguir todo en aquel desesperante silencio y el sonido del agua corriendo, López decide entrar lentamente. En sus años de trabajo, nunca había presenciado tan espantosa escena.