✓3✓

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Llegamos a casa, para nuestra suerte mis padres irían a cenar a un restaurante y se quedarían en un hotel esa noche. Juli y yo compramos bebida e invitamos a nuestros novios, vaya locura. Rafael era rubio, alto y de ojos azules, tenía pinta de modelo de revista, mi amiga tenía buen gusto para los hombres.

Entraron por la puerta de la cocina y empezamos a tomar. Después de dos botellas de vino, los cuatros estábamos muy borrachos y a Rubén se le ocurrió jugar a verdad o reto. No se en que momento, los cuatros estábamos desnudos. Julia empezó a besar a Rafael...

— ¿No te vas a unir? —me preguntó, casi gimiendo, ya que Rafa la estaba tocando y se notaba muy excitada.

Nos miramos y reímos al mismo tiempo, entonces Rubén me agarra por las nalgas y me empieza a besar. No pasó siquiera un minuto y los cuatros empezamos a tener sexo en la misma habitación.

— Esto está muy aburrido —comenté— todos se miraron preguntándose a que me refería.

— Julia acércate — le dije mirando su hermosos trasero.

Ella se paró frente a mí y sin decir una palabra más, comenzó a besarme; sentí una sensación muy rara, me gustaba en realidad lo que estaba pasando. Rafa y Rubén se quedaron mirándonos un buen tiempo hasta que se acercaron a nosotras y empezaron a tocarnos, sentía que explotaría en cualquier momento.

Rubén desliza sus labios por toda mi espalda, con pequeños besos llegando hasta mi delicado "tesoro" , comenzó a besarlo con delicadeza, provocando que me estremeciera aun más, dejando escapar algunos gemidos.

Luego empezó a introducir sus dedos mientras seguía lamiendo, Julia se unió a él y tenía a los dos haciéndome sexo oral. Rafa no se quedó atrás, me levantó y de un tirón ,colocó mi cuerpo en cuatro puntos, Julia y Rubén se acostaron boca arriba para seguir su tarea y Rafa empezó a penetrarme por detrás. Rube y Juli tenías sexo mientras hacían de las suyas conmigo.

Estuvimos así como cinco o seis minutos hasta que no aguanté más y tuve un gran orgasmo. Sin fuerzas caí a un lado de la cama y vi a Rubén y a Rafa penetrando a Julia a la vez, ella tenía una cara de placer indescriptible, primero se corrió Julia y después ambos chicos al unísono. Terminamos fatigados y envueltos en una risa total.

Tomé mi cel para ver la hora y eran como las seis de la mañana, pero no me preocupé, porque mis padres no llegarían hasta las una de la tarde, así que nos acostamos desnudos y Rubén trajo cigarrillos para fumar.

El alcohol empezó a hacer efecto con más fuerza, la verdad es que todo me daba vueltas y en media hora todos quedamos rendidos en la cama, desnudos y abrazados los cuatro.

Nos despertó la señorita Luisa tocando a la puerta, era nuestra empleada dese hace tres años, gracias a dios era educada y llamó antes de entrar sino esto sería un problema.

—Enseguida voy —le grité mientras me arreglaba un poco— sabía que Luisa era una chica reservada y a pesar de su juventud tenía que trabajar para sostener a su madre enferma, la admiraba mucho, era una mujer trabajadora, pero seguía siendo una empleada.

Me acerqué a la puerta y saque la cabeza para saludarla y para mí sorpresa me susurra.

—Tranquila no le diré a nadie que estás acompañada.

Me quede rígida y con los ojos abiertos, no sabía que decir, pero tragué en seco y cerré la puerta lentamente. A pesar de caerme bien, no me fiaba de ningún empleado, ya que harían cualquiera cosa por tal de ganar más plata.

Tenía que ingeniármelas, para que los chicos salieran, pero no se me ocurría absolutamente nada... ¡vaya lío en el que nos hemos metido!.

Fue entonces cuando sentí un ruido raro fuera de mi habitación, me asomé y pude ver a Luisa corriendo para los cuartos de los empleados, le dije a Julia y a los chicos que no se movieran de ahí y que si sentían algún ruido se escondieran bajo la cama. Agarré mi teléfono y seguí a Luisa.

— ¡Vaya vaya!, así que robando dinero —dije cruzando mis brazos y levantando una de mis cejas.

—Señora por favor no le diga a nadie,mi madre está muy enferma

— Jumm, ¡señorita! —Corregí raspando mi garganta— cómo se atrevió a decirme así, no soy tan vieja .

Se arrodilló suplicándome y siendo sincera no me gustaba que nadie se humillara frente a mi, así que le dije que se levantara y que no hiciera más esas cosas, sino tendría que decirle a papá.

Le di la espalda y cuando iba saliendo, me giré hacia ella...

— De hecho puedes ayudarme en algo —susurré señalándole con el dedo y sonríendo.

Dos de la tarde...

Mis padres habían llegado a la una y media, el plan de la empleada funcionó a la perfección. Daría mi vida por grabar el momento en el que Julia, Rubén y Rafa salieron de puntillas por el jardín con sus zapatos en las manos.

Mis padres me preguntaron lo usual,
"¿qué tal la tarde?", ¿cómo estuvo la pijamada con Julia?", cosas así.

A cada pregunta un mar de risas se desataba a causa de los recuerdos de esa noche. Afortunadamente no preguntaron el por qué de mis carcajadas.

Me sorprendió que ellos mismos me dieran la idea de pasar la noche en casa de mi amiga. Decían que por ser una chica ejemplar en la escuela y devota a su religión, me merecía estar con mis amigos, obviamente de la iglesia.
Gracias a ellos tuve una noche divertida junto a mi súper mejor amiga.

Esa noche, ocurrió un accidente con Iván, el padre de Julia.
La loca de la pulga que no se separaba de mi, me había contado una historia sobre Rafael y ella. Era tan graciosa que no faltó nada para hacerme encima y tuve que salir corriendo al baño.

Justo cuando abrí la puerta, estaba él saliendo en toalla, tropezamos y aquello que cubría la parte inferior de su cuerpo cayó al suelo, dejándolo al descubierto totalmente.

No sé si fue casualidad o si realmente mi instinto de loba desquiciada quiso tocar lo que estaba entre sus piernas, pero mi mano rozó con él y enseguida tuvo una erección de esas que no había visto jamás y me dejé caer en sus brazos acompañada de un beso pasional, dejando pasear por mi entrepierna su majestuosidad.

Gracias a Dios reaccionamos a tiempo y no llegamos a cometer la locura más deseosa de mi vida.
Sin decir una palabra más, recogió su toalla y salió disparado como una bala del baño hacia su habitación.
Mas el calor que sentía, se apoderaba de mi cuerpo, mis manos recorrían mi cuerpo, una cosa llevo a la otra y me fui al cuarto de Julia.
La besé, mis manos desenfrenadas empezaron a darle placer y ella a mí.

Creo que te estás volviendo loca!".

Era lo que en mi mente me gritaba y  rebotaba una y otra vez en mis pensamientos. Después de media hora, Julia y yo nos encontrabamos exhaustas acostadas desnudas en la cama  después de habernos saciado totalmente.

"¿Cómo era posible quitarme las ganas con su hija?, esto no está nada bien..."

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro