Estamos frente la noria y hacemos fila para subirnos en la próxima vuelta.

—¡Haru! —gritan. Miro hacia donde proviene y me encuentro a una chica. Es una chica muy bonita, de cabellos castaños, piel nívea, esbelta, alta y de unos hermosos ojos miel.

Haru no se mueve.

—¿Quién es ella?

—Mi peor pesadilla –murmura. Y yo no despego la mirada de esa linda chica que está a un lado de Haru y que, aún teniendo unos zapatos con plataforma, se pone de puntillas para besar a Haru en la mejilla.

—¿Cómo has estado? —pregunta mientras se aleja.

Y yo jalo a Haru hacia mí y le limpio el pintalabios rojo de esa muchacha.

—¿Quién eres tú? —gruño y ella ríe.

—¿No me recuerdas, Makoto? —sonríe y muestra sus dientes blancos—. Soy la prometida de Haru, Aki Yazaki —responde y me quedo helado. ¿Prometida? ¿Haru casarse con ella?

—¿Qué? —suelto sin querer—. ¿Haru?

Volteo y miro a mi novio.

—Eso pasó hace ya mucho tiempo —responde él, molesto.

—¡Ahora Haru se casará conmigo! —chillo.

Ella sonríe con picardía.

—Supongo —responde—. Bueno, me tengo que ir, nos vemos.

Y se aleja, dejando un sabor agrio en mí.

Miro a Haru.

—Lo cierto es que está más linda —dice y me mira.