Episodio 3

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El día llegó, como predijo la carta de aviso que le seleccionaba al proyecto del que ONU había hablado llegó a sus manos. Y ya días después por fin se encontrada en el avión junto a otros países de diferentes lugares del mundo, viajando a través del mar para llegar al que sería su nuevo hogar por tiempo indefinido. Por alguna razón Rusia venía acompañándole, no tenía idea de porque le había llegado la carta y al preguntarle siempre evitaba hablar del tema. Miró a los asientos de al lado y vio a Alemania, él también había sido traído aquí junto a alguien sentado a su lado que le odiaba con todo su corazón. Se encontró con su feroz mirada, así que desvió la suya hacía algún otro lugar del avión. Weimar estaba aquí, México, Chile, Argentina, Perú, Francia, Estados Unidos, España, ambos Corea, China, Italia Fascista con su hijo, e incluso la familia japonesa junto al extraño de la máscara, entre otros pocos países más que iban en el avión.

Y finalmente, después de horas de viaje, finalmente tenían la isla a la vista, varios se asomaron por la ventana para mirar la dichosa isla equipada con todas las comodidades existentes, o al menos así la pintaba ONU. Aterrizaron poco después en esa hermosa isla, había unas pocas personas que seguro contrataron para trabajar ahí y mantener las tiendas activas en caso de que necesitaran algo. Fueron guiados fuera del aeropuerto cada quien con sus maletas y pertenencias que habían decidido traer donde un autobús les esperaba para llevarlos a donde se estarían quedando.

Así fue, llegaron a una zona residencial donde fueron dejados frente a la casa en la que viviría cada uno. El soviético y Rusia terminaron viviendo juntos después de tantos años, sería extraño para los dos, pero tal vez era para mejor, de todos modos, le dieron la oportunidad al menor de mudarse cuando quisiera si se sentía demasiado incomodo y URSS también. Algunas casas estaban habitadas por personas comunes que era los que hacían que los negocios funcionaran aquí y que cubrían diferentes necesidades para tener una vida cómoda.

URSS: Esta casa es algo...

Rusia: Pequeña. -terminó la frase mientras miraba alrededor-. Iré a ver las habitaciones viejo.

URSS: Bien. -respondió con voz tranquila mientras dejaba su maleta en el suelo junto a otra un poco más grande que parecía delicada-.

Era una casa acogedora, pequeña como Rusia había dicho, cosa a lo que no estaba acostumbrado si recordaba toda su vida en la vieja pero gran casona en la que vivía en su tierra natal, donde sus hijos solían correr de un lado a otro antes de haberlos lastimado y haber perdido su confianza. Sacudió la cabeza para distraerse de esos recuerdos, luego dio un paseo por la cocina, comedor, incluso el patio trasero que tenía una linda piscina acompañada por el hermoso verdor del pasto. Escuchó algunas voces que reconoció, se asomó por un costado de la casa y pudo ver en la casa de enfrente a Japón mirando las flores del jardín cantando alguna canción en su idioma natal. De reojo pudo ver por las ventanas la silueta de quien pensaba sería el Imperio paseando dentro de la casa, rodó los ojos en molestia, no podía creer que el molestoso imperio vivía ahora justo frente a su casa.

Se dio la vuelta para devolverse a su patio trasero cuando de reojo miró un par de ojos rojos por sobre la cerca que separaba su casa con la de al lado.

URSS: Alemania, ¿qué es esta sorpresa?

Alemania: Hola señor Urss. -saludó con la mano-.

URSS: No creí que te fuera a tocar a nuestro lado. -sonrió levemente-.

Alemania: Yo tampoco, incluso Italia esta a un par de casas de aquí y Japón está enfrente. Es bueno que no estemos tan separados. -sonrió-.

URSS: ¿Sigues siendo buen amigo de ellos?

Alemania: ¡Claro! Lo hemos sido desde pequeños ¿no? Usted lo sabe.

URSS: Es verdad...

Alemania: -escuchó un grito llamarlo desde la casa-. Ya me voy, tengo que seguir ordenando en la nueva casa y después terminar algo de trabajo. ¡Nos vemos! -se fue rápidamente al interior de su nuevo hogar-.

URSS: Creo que ya sé porque lo trajeron aquí... -suspiró antes de sonreír levemente e irse dentro de la casa-.

Tomó sus maletas y subió al segundo piso donde eligió una de las habitaciones vacías como su nuevo lugar de privacidad y comodidad. Comenzó a guardar las pocas cosas que trajo en el closet, las de su otra maleta las colocó en algún lugar cómodo y otros lugares en los que fue acomodando sus cosas dentro de la habitación. Estaba exhausto por el largo viaje en avión y esa cama se veía demasiado cómoda ahora. No lo dudo, se recostó en ella después de quitarse los zapatos y no demoró en quedarse profundamente dormido

ThirdReich: URSS...

URSS: ¡Reich!

ThirdReich: ¿Por qué lo hiciste URSS?

URSS: ¡No! Yo no-

ThirdReich: ¡¿POR QUÉ?! ¡CONFIE EN TI!

URSS: ¡Reich yo no quería!

ThirdReich: ¡TE AMÉ CON TODO MI CORAZÓN!

URSS: ¡Yo también! Por favor

ThirdReich: Entonces

URSS: ¡Por favor escucha!

ThirdReich: ¡¿POR QUÉ ME MATASTE?!

Abrió los ojos rápidamente con un sudor frío recorriéndole el cuerpo, se sentó igual de apresurado mirando a su alrededor con confusión, cierto se habían mudado a una condenada isla por orden de ONU. Pasó su mano por su rostro calmando el alborotado palpitar de su corazón que le había provocado esa pesadilla. Era común hace años tener esa pesadilla y no entendía porque había vuelto a aparecerse en sus sueños. Tal vez necesitaba ir a esa sesión con OMS a que le diera algunos calmantes, sí, tal vez eso podría ayudarle a no pensar en esas cosas. Ya era de tarde, podía ver por la ventana los distintivos colores anaranjados del atardecer, junto con el ruido de la puerta de su habitación siendo tocada. Se levantó para abrir encontrándose con el rostro de Rusia, parecía un poco preocupado.

Rusia: Viejo, dejé comida en la cocina para ti ¿te encuentras bien? -preguntó mirando al mayor-.

URSS: ¿Qué? ¿Por qué lo preguntas? -respondió confundido-.

Rusia: Si bueno, es solo que te escuché no es nada. -desvió la mirada-. Mejor ve a comer algo, dormiste toda la tarde y debes tener hambre

URSS: Tienes razón. -ahora que se sentía más despierto podía sentir su estómago gruñir del hambre-.

Rusia: Por cierto ¿Por qué lo trajiste? -preguntó mirando algo detrás del soviético-.

URSS: ¿Huh? -primero estaba un poco confundido, pero luego lo entendió cuando volteo su mirada y vió algo cubierto con una manta en la pared-. Bueno es agradable, fue un regalo después de todo. -sonrió con una dulce nostalgia-.

Rusia: -soltó un suspiro pesado-. Solo espero que no arruine tú estado de animo como en el pasado -comentó un poco preocupado-.

URSS: Ya estoy mucho mejor comparado a esos tiempos. -refunfuño-.

Rusia: Como digas viejo Iré a visitar a Alemania, ve a comer, nos vemos luego. -sonrió levemente y luego se fue-.

El soviético miró confundido como su segundo hijo mayor se iba de manera apresura ¿tal vez le escuchó hablar entre sueños por esa pesadilla? ¿Acaso aún pensaba que los recuerdos del pasado le atormentaban? Ya no le afectaba tanto como antes por lo que frunció levemente el ceño ante esa posibilidad, antes solía tener pesadillas muy intensas que a veces se tornaban en él caminando por la vieja casona hablando incoherencias o gritando. Ese era un nivel al que realmente no quería volver, así que iría mañana temprano con OMS tal y como China le había sugerido, aparte, el "doctor" ya estaba enterado de su visita por lo que suponía estaría preparado, aunque seguía sin agradarle OMS.

Bajó a la cocina donde efectivamente había comida para él, la cual calentó en el microondas para luego sentarse en el comedor y comerla con tranquilidad. Desde el comedor se podía ver por una de las ventanas hacía la calle de enfrente, por lo que tenía plena vista si alguien pasaba y justo ahí pudo ver a Japón saliendo de su nueva casa yendo animado en dirección a la casa de Alemania. Supuso que el grupito de amigos iba a juntarse en casa de Alemania ahora que todos vivían cerca, pues antes solo podían verse en pocas ocasiones considerando sus estatus y el trabajo que tenía cada uno de por medio. Sonrió levemente, ese pequeño grupo de amigos siempre lograba animarle un poco con solo verlos juntos, no sabía porque, pero le resultaba algo gratificante.

Terminó su comida pocos minutos después, no sabía de donde Rusia había sacado tan buena mano para la cocina, cada vez que tenía la oportunidad de probar su comida nunca le decepcionaba. Dejó limpio todo lo que usó, lo guardó luego de secarlo y fue a sentarse en el cómodo sofá de la sala de estar, aunque no por mucho pues sonó el timbre de la casa. Arrugó la cara, sentía que había hablado con demasiadas personas en poco tiempo. Se levantó de mala gana y fue a abrir la puerta sorprendiéndose en el proceso.

URSS: ¿Qué demonios haces aquí? No te vi en el avión. -dijo con clara sorpresa-.

China: También me da gusto verte. -sonrió levemente-. Le pedí a ONU que me trajera aquí por tu bienestar mental y sorprendentemente accedió solo que me envió en otro avión.

URSS: -se hizo a un lado para dejarlo pasar-. Eres un demente, ¿cómo que por mi bienestar mental? -dijo divertido-.

China: No es del todo mentira. -dijo mientras entraba en la casa y fue a sentarse al sofá-. Soy prácticamente tu único amigo. -sonrió divertido-.

URSS: Eso no es cierto, me llevo bien con Corea del norte y el también esta aquí. -dijo mientras se sentaba en otro de los sofás-.

China: ¿te llevas bien con un jovencito que te admira? -le miró consternado-.

URSS: Es un buen chico es comunista como nosotros. -desvió la mirada con nerviosismo-.

China: -soltó un suspiro resignado-. Es un buen chico, un poco explosivo pero bueno en el fondo.

URSS: Es explosivo si se trata de su hermano, por alguna razón siempre pierde los estribos con el.

China: Es verdad, ha sido así desde niño. -sonrió levemente-. ¿Y Rusia? Creí que estaría viviendo contigo.

URSS: Lo está, fue de visita a casa de Alemania. -dijo sonriendo algo decaído-.

China: ¿Esta el otro chico con él? -preguntó un poco curioso-.

URSS: Sí, así que no podré acercarme a esa casa por nada del mundo.

China: Aún te odia ¿no es así? -suspiró-.

URSS: No lo culpo, yo me odio a mí mismo también por todo lo que pasó por mi culpa. -frunció el ceño apretando sus manos en puños-.

China: -se levantó del sofá y le dio un pequeño golpe en la cabeza con un abanico-. Anímate, ¿deberíamos ir a dar un paseo y conocer mejor el vecindario? Seguro nos encontramos con alguien agradable.

URSS: ¿Cómo al Imperio Japones? -dijo con fastidio-.

China: ¿Acaso vive aquí cerca?

URSS: -soltó un suspiro pesado apuntando a la ventana con fastidio-.

El asiático se dio la vuelta y se asomó por la ventana logrando ver en la casa de enfrente al Imperio Japones regando las plantas del jardín con tranquilidad.

China: Esto debe ser una broma, ¿cómo se le ocurrió a ONU ponerlos tan cerca el uno del otro? -dijo mientras miraba por la ventana-.

URSS: Eso es algo que me encantaría saber. -se apoyó en el respaldo derrotado-.

China: Tal vez lo hizo para que puedan convivir mejor como vecinos y llevarse bien. -se dio la vuelta soltando una risita-.

URSS: Tonterías. -chistó fastidiado de la pura idea-.

China: Venga, levántate. Vamos a dar un paseo. -le animó dándole una suave patada en el pie-.

URSS: Ugh, está bien, hoy andas agresivo ¿no? -dijo resignado mientras se levantaba del sofá-.

China: Estoy agotado por el viaje en avión, pero aquí me tienes haciéndote compañía, así que te aguantas. -sonrió mientras abría el abanico y lo ponía cerca de su boca-.

URSS: Ah, salgamos ya. -refunfuño mientras caminaba hacía la puerta con China detrás-.

Como tenía planeado el asiático, ambos salieron sintiendo la brisa fresca del atardecer, el Imperio ya no estaba en el jardín así que el soviético pudo relajarse y caminar tranquilo por el vecindario junto a su amigo. De vez en cuando hablaban de trivialidades o sobre la apariencia del vecindario en el que estarían viviendo ahora. Urss mencionó sus intenciones de visitar a OMS al día siguiente a China y este no podía más que alegrarse de que su insistencia diera frutos, aunque también le preocupaba que su amigo volviera a recaer en sus antiguos delirios mentales por el trauma. Iban tranquilamente caminando hasta que escucharon gritos que no distinguieron hasta que estuvieron cerca.

¿?: ¡DEJAME EN PAZ! ¡En vez de estar preocupándote por eso deberías preocuparte por los problemas que tienes ahora! ¡Y DEJA DE ECHARME LA MALDITA CULPA! -gritó exasperado-.

¿?: ¡Pero vos sos pelotudo o ¿qué?! ¡Obvio que seguiré preocupándome por eso! ¡Hijo de puta! -grito enojado-.

¿?: Esperen, cálmense... no tienen que pelear en plena calle. -dijo tratando de calmar al par-. Chile, Argentina, no escalemos las cosas ¿sí? Perú diles algo... -susurró mirando al más bajo con preocupación-.

Perú: No te molestes México, una vez empiezan la discusión solo terminara cuando Chile se vaya. -suspiro negando con la cabeza-.

México: Pero... -miró al par que seguía discutiendo-.

Argentina: ¡Al final todo fue tu culpa!

Chile: ¡Ya te dije que no fui yo! ¡ese fue--- -su voz se trabó cuando quería pronunciar el nombre y algunas imágenes horribles pasaron por su cabeza-. Ah...

México: Ay no... -se acercó rápidamente al chico de una estrella-.

Argentina: ¿Otra vez? -dijo con molestia-. No siempre vas a salvarte de las discusiones con ese show tuyo.

México: ¡Cállate Argentina! -dijo agarrando el brazo del nombrado y alejándolo del chico de la estrella-. ¡Mejor ya vete y déjalo solo de una vez!

Perú: Vamos Arge, mejor hazle caso. -miró con seriedad al nombrado-.

Argentina: Tch. -chisto los labios y terminó por irse junto al más bajo-.

Chile: Aah.. Aaah -se llevó las manos a la cabeza-.

México: Tranquilo cuate, solo respira hondo ¿sí? -dijo acariciando su espalda con suavidad en un intento por calmarle-. Eso es...

China agarró la muñeca del soviético para llamar su atención, el mas alto tenía una cara de horror en su rostro y el asiático no esperó más para sacarlo de ahí. Esa escena le había causado una fuerte impresión, se había visto reflejado así mismo en ese jovencito, ¿acaso así es como sus hijos le habían visto por casi toda su infancia y adolescencia? Algunos episodios él ni siquiera los recordaba y esos eran cuando dormía o estaba bajo la fuerte influencia del alcohol que usaba para pasar sus penas e intentar olvidar todo.

URSS: Espera China, ¿acaso él? -seguía siendo arrastrado por el asiático-.

China: Sí, es un efecto del estrés post traumático. No quiero ni pensar lo que ese chico pasó para llegar a ese estado. -dijo sin dirigirle la mirada a su amigo y solo guiarlo lejos de ese lugar-.

//2524 palabras//

Como siempre si hay una falta de ortografía o frase sin sentido por favor avisarme para corregirlo :D
Intentaré que esta temporada sea más corta que la anterior por lo que algunas cosas pasarán más rápido. 💀

-Los dibujos me pertenecen, créditos a mi(? (ʘᴗʘ✿)

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