Episodio 5

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El soviético abrió los ojos ante el insistente timbre de su propia casa siendo tocado. Frunció el ceño con enojo al verse interrumpido su descanso, bajó sin siquiera colocarse una camiseta solo en su pantalón de dormir, ni siquiera el parche se había colocado mucho menos unas pantuflas. Abrió la puerta rápidamente en medio del molesto sonido del timbre encontrándose con la cara ahora sorprendida de China por verle sin camiseta.

URSS: ¡China! ¿Qué demonios haces tocando el timbre como loco tan temprano? -preguntó con molestia-.

China: Ah bueno -desvió su avergonzada mirada hacía otro lugar mientras se cubría el rostro con su abanico-. ¡Hoy tienes la cita médica con OMS!

URSS: ¿Qué? -parpadeó unos segundos antes de acordarse-. ¡Mierda es verdad! -salió corriendo a su habitación-.

China: Sabía que lo iba a olvidar. -dijo entrando en la casa y finalmente cerrar la puerta-. ¿Y Rusia? -preguntó en voz alta esperando que el soviético le escuchara-.

URSS: ¡Se quedó con Alemania! -contestó en un grito mientras se vestía rápidamente-.

China: Huh, ¿está con ellos otra vez? -murmuró para sí mismo-.

URSS: Vámonos de aquí antes que OMS me use como sujeto de prueba para sus raras medicinas. -dijo mientras bajaba ya vestido-.

Para sorpresa de ambos, ya había un auto esperándolos fuera de la casa del soviético, supongo que OMS creyó que iba a faltar a su cita como muchas veces hizo en el pasado, la única forma de hacerle ir era llevándole un auto o obligarlo directamente con engaños u otros métodos.

China: Parece que OMS también dudó de tú asistencia. -dijo de manera divertida mientras salía de la casa e iba hacia el auto-.

URSS: Que gracioso. -dijo enfurruñado mientras cerraba la puerta de su casa y se subía al auto-.

Emprendieron el corto viaje hasta la sede de OMS, ósea, hacía el hospital de la isla que no estaba tan concurrido gracias a los pocos habitantes del lugar. Sin perder el tiempo caminaron directo al despacho de OMS, donde en el camino se encontraron a alguien no grato de ver, al menos para el par. El Imperio Japones venía saliendo del despacho de OMS con una bolsa llena de medicamentos, dio una mirada hostil al par, pero no les dirigió la palabra, paso por un lado de ellos ignorándoles cosa que extrañó al par de amigos que sabían que cada encuentro con el japones terminaba en una discusión excepto cuando

China: Está de buen humor. -dijo mientras retomaban su camino al despacho de OMS-.

URSS: Así parece, me dan escalofríos de solo verlo así. -respondió con cara de disgusto-.

China: ¿Qué dices? Tú eras igual en el pasado. -soltó una risita deteniéndose frente a la puerta-.

URSS: No es cierto. -dijo con un rubor leve deteniéndose de igual modo-. Bueno, te veré en un rato.

China: Buena suerte. -sonrió levemente-.

El soviético, se despidió con un gesto de la mano antes de tocar la puerta y escuchar la fría voz de OMS pidiéndole que pasara. Urss obedeció, cuando entró en la oficina de OMS le vio casi inmerso en lo que suponía es la ficha médica de alguno de sus pacientes y como Imperio era el que acababa de salir, lógicamente sería de él.

OMS cerró rápidamente el archivo que estaba en sus manos al percatarse de la cercanía del soviético frente a él. Soltó un pequeño suspiro frotando sus ojos bajo sus lentes, tomó otra carpeta y procedió a abrirla.

OMS: Ha pasado un tiempo Urss. -dijo en forma de saludo mientras miraba las hojas de la carpeta en sus manos-.

URSS: Sí, ha sido un buen tiempo desde que nos vemos te ves destruido. -dijo mientras se sentaba en la silla delante del escritorio de OMS-.

OMS: He tenido un tiempo difícil últimamente. -admitió haciéndose notorias las ojeras bajo sus ojos-. Las discusiones de ONU con la UE me están volviendo loco y no tengo idea que se le pasó por la cabeza para traernos a todos aquí.

URSS: Eso es lo que todos los que estamos aquí nos preguntamos. -sonrió con sarcasmo-.

OMS: Si bueno, olvidemos el tema. -dijo leyendo algunas de las hojas de la carpeta para luego mirar al soviético-. Pensaba que habías mejorado significativamente desde hace años, ¿qué te hizo recaer?

URSS: Si lo supiera no estaría aquí contigo ahora mismo.

OMS: No viniste aquí por voluntad, fue porque China te obligo. -le recriminó con el ceño arrugado-.

URSS: ¿Cómo supiste? -dijo con leve sorpresa-.

OMS: Te conozco de hace años y sé que China es él único aparte de Rusia que se preocupa por ti de esa manera, solo que eres un idiota y no lo notas. -rodo los ojos-.

URSS: Se supone que vine a una consulta para cuidar mi salud y mi propio doctor me trata de idiota, grandioso. -se apoyó en el respaldo con los brazos cruzados-.

OMS: Claro, tengo que hacerte entender que a veces eres muy lento para las cosas Urss. Sobre todo, emocionales.

URSS: ¡Tú-! -se vio interrumpido por la mirada inquisitiva del más joven por lo que se rindió y solo soltó un gruñido molesto-.

OMS: Cuéntame, ¿Qué síntomas has tenido hasta ahora? -preguntó con calma tomando un lápiz para ir anotando-.

URSS: . Me cuesta conciliar el sueño y me despierto entre la noche por las pesadillas.

OMS: ¿Qué más? Sé que esos no pueden ser los únicos síntomas.

URSS: Ugh Sentimientos de culpa entre otros -murmuró, hablar de estas cosas le era incomodo y suponía que OMS entendería-.

OMS: Comprendo, la haz estado pasando mal. -anotó los síntomas en un papel junto con algunos medicamentos-. Por ahora te recetaré algunos medicamentos suaves, si llegas a tener episodios más fuertes como ataques de pánico u otro síntoma que no te deje vivir tranquilo, ven a verme inmediatamente. -dijo mientras se levantaba de su asiento y caminaba hasta un gran estante lleno de cajas de diferentes medicinas-.

URSS: Sí, de todos modos, si no lo hago estoy seguro que China encontrará un modo de arrástrame aquí.

OMS: Y no solo él, seguro que Rusia también lo hace o peor, que trabajen juntos para traerte. -tomó algunas cajas y leyó sus nombres antes de volver a dejarlas en el estante, buscando la correcta-.

URSS: Eso es aterrador. -admitió mirando al menor y luego dirigir la mirada a las diferentes carpetas que estaban sobre el escritorio-.

La sala se quedó en silencio donde solo se oía a OMS moverse por la oficina con tranquilidad mientras buscaba los medicamentos que recetaría al soviético. Este último miraba con atención las cosas sobre el escritorio del doctor, sobre todo una de las carpetas que estaba encima, la miró con atención, la mayoría de las carpetas tenían el nombre y foto del paciente en la portada para que fuera más fácil de identificar a la hora de las revisiones médicas. Esta, en cambio, tenía el cuadro de la foto vacío junto con el lugar donde iría el nombre, debajo de esta se alcanzó a ver otra carpeta logrando distinguir la foto del imperio en ella.

Esto le extraño mucho al soviético, pues la carpeta sin identificar era la que estaba mirando OMS cuando entró en la oficina y ahora sabía que no era del Imperio, ¿acaso de un nuevo paciente recién registrado? ¿pero quién?

Su curiosidad creció, aprovechó que OMS estaba distraído en la búsqueda de sus medicamentos, sigilosamente estiró la mano sin hacer ruido hasta la carpeta, total, debía ser una persona cualquiera por lo que mirar el expediente no heriría a nadie ¿verdad? Agarró la esquina de la carpeta y comenzó a deslizar suavemente hacia si mismo, sin embargo, dio un saltó quitando la mano cuando OMS afirmó la carpeta con la palma de su mano en un estruendoso golpe que resonó en la oficina.

URSS: Mierda, eso me asustó. -admitió mirando los ahora enojados ojos de OMS-.

OMS: ¿Qué crees que estabas haciendo? -preguntó con molestia sin moverse de su posición-.

URSS: Solo tenía curiosidad, nunca dejas la portada de una carpeta vacía. -admitió levantado los hombros quitándole importancia-.

OMS: Aun así, no debes hacer eso. Sabes que la confidencialidad entre un doctor y paciente es estricta para todos. -dejó los medicamentos aún lado para tomar las carpetas y guardarlas dentro del cajón de su escritorio-.

URSS: -miró los medicamentos y luego como guardaba la carpeta-. ¿Quién es?

OMS: Urss -dijo con molestia en su voz-.

URSS: No tienes que decirme todo su historial médico, solo pregunté quien es. -desvió la mirada, la curiosidad lo mataba ahora que OMS lo protegía más-.

OMS: -Soltó un suspiro frotando sus ojos mientras volvía a sentarse-. Es una persona que necesita tratamiento al igual que tú.

URSS: ¿Qué? ¡Eso cualquiera puede adivinarlo! Para que vendría uno aquí de no ser por tratamiento. -refunfuño-. ¿Por qué lo proteges tanto? Normalmente solo dices quien es y ya, después de todos no hay país que no conozca.

OMS: No diré nada además de que su caso es especial, por lo que debemos ser más estrictos con proteger su información.

URSS: Ugh-

OMS: ¡Bien! Presta atención, este medicamento te ayudará a dormir -dijo enseñándole la caja-. Debes tomar una pastilla por noche por un mes, y este otro -enseño la otra cajita-. Te ayudará a mantenerte relajado por el día, puedes tomar solo una pastilla al día, pero si no es suficiente puedes tomar dos con 8 horas de diferencia, ya sabes, en la mañana y luego en la tarde.

URSS: -escuchando con atención a pesar de el obvio cambio de tema en la conversación-. ¿Eso es todo?

OMS: Sí. -guardó los medicamentos y la receta de estos en una bolsa que dejó delante del soviético-. Sería bueno que le pidas ayuda a Rusia, él es mucho más responsable que tú.

URSS: ¿Qué? Soy un adulto ¿porqué haría eso? -tomó la bolsa y se levantó-.

OMS: Ah, no te preocupes, me encargaré de hacerle una llamada por ti. -sonrió de manera frívola-.

URSS: -sintió escalofríos-. Me voy de aquí, volveré en un mes por la siguiente receta. -dijo alejándose hacia la puerta-.

OMS: Quien sabe, tal vez sea antes. -sonrió nuevamente con esa fría sonrisa que les daba escalofríos a todos-.

URSS: O tal vez no vuelva nunca más. -se despidió con un movimiento de mano antes de salir de la oficina-.

El médico vio cerrarse la puerta al tiempo que su sonrisa era borrada por una expresión sin emociones. Acercó su mano suavemente al cajón donde antes había dejado las carpetas, tomó precisamente la que no tenía identificador y por la que Urss casi hacia una escena por simple curiosidad.

OMS: Eso estuvo cerca -dijo abriendo la carpeta-. A futuro nunca pondré a esos dos en citas muy juntas, casi cometo un terrible error. -tomó una foto de la carpeta y la observó un momento-. Después de todo, no siempre se consigue un espécimen como este. -sonrió mirando la foto-.

--------------------------------Horas después--------------------------------

I. Japones: Aquí tienes. -dijo ofreciéndole un vaso con agua junto con unas pastillas al mas bajo sentado en el sofá-.

Reich: Ugh ¿de verdad debo seguir tomando esto? -preguntó enfurruñado mientras aceptaba ambas cosas ofrecidas-.

I. Japones: Claro sí. Esto te ayuda a mantenerte estable y saludable mentalmente.

Reich: Detesto los efectos secundarios. -refunfuño mientras se tomaba las pastillas de mala gana junto con el agua-.

I. Japones: Aunque los soportas muy bien, quizás hoy sea el día en el que no estes somnoliento por ellas. -sonrió dejando un beso en la frente del más bajo-.

Reich: Hmph. ¿Puedo salir a pasear hoy? Estoy muy aburrido -entregó el vaso vacío al imperio y se recostó en el sofá-.

I. Japones: ¿Qué? No, es peligroso. -dijo para nada de acuerdo con la idea-.

Reich: Me enseñaste técnicas de asesinato y auto defensa ¿y dices que es peligroso? -le observó incrédulo-. ¿para mí?

I. Japones: Tú no sabes el tipo de gente que llegó aquí, no los conoces a todos Reich. Es mejor prevenir que lamentar. -dijo antes de retirarse a la cocina para limpiar el vaso-.

Reich: -se levantó molesto del sofá para ir al segundo piso-.

El Imperio escuchó los enojados pasos de su amado dirigiéndose al segundo piso, no podía evitar sentirse culpable por mantenerle encerrado sobre todo ahora que estaba en una isla con muy poca gente comparada a su tierra natal. Pero estaba preocupado, la gente de la era actual es irracional a la hora de actuar contra algo que no les gusta y no se molestan en escuchar o entender ambos lados de la historia. Apenas alguien pudiera enterarse que su amado estaba con vida, arremeterían con todo para hacerle pagar por sus pecados.

Por otro lado, Reich se encontraba vistiéndose con sus ropas oscuras que cubrían todo su cuerpo, se colocó las lentillas que usaba en público junto con la máscara que cubría su rostro y que además distorsionaba su voz para que no le reconocieran, el Imperio había mandado a hacerla de ese modo para el mas bajo, aunque si era incómodo usarla por tiempos muy largos.

Una vez estuvo finalmente cubierto, tomó un pequeño bolso que colgó de manera cruzada desde su cuello a la cintura, abrió la ventana de la habitación apenas sintiendo la brisa de la tarde con toda esa ropa puesta, se fijo que no hubiera nadie mirando antes de saltar por la ventana y caer con cuidado de no hacerse daño. Soltó un suspiro aliviado al notar que el imperio no se había dado cuenta de su escape. Después de todo necesitaba un poco de aire, libertad y sobre todo quería saciar su curiosidad.

Las calles estaban tranquilas, vacías, se notaba que en la isla no habitaba mucha gente y le pareció gracioso que el Imperio le dijera que es peligroso cuando no se veía ni una sola alma a la vista. Finalmente llegó a su destino, un hermoso parque, bellamente adornado con la naturaleza y un pequeño estanque con uno que otro pez nadando tranquilamente en él. Se notaba que las organizaciones a cargo de este proyecto se encargaron que no le faltara nada a las representaciones de países incluso si solo era algo estético.

Reich: Supongo que los que tienen dinero y poder hacen lo que quieren -murmuró antes de sentarse en el pasto-.

Se sentía tranquilo, el lugar estaba silencioso y era relajante para él. El ambiente perfecto para dibujar un poco, uno de sus pocos pasatiempos para liberar su estrés y divertirse de paso, llevó sus manos al bolso que traía consigo, lo abrió sacando una libreta para dibujo junto a un lápiz y goma. Sin esperar más comenzó a dibujar lo que veía de manera tranquila, la habilidad de Reich para el arte había perdurado incluso después de perder la memoria una de las pocas cosas que le quedaban de su antiguo ser y que el Imperio amaba por los recuerdos que le llegaban, aunque esto Reich no lo sabía, toda su identidad fue borrada, al final lo que quedaba solo eran fragmentos.

Los minutos pasaron, el efecto secundario de la pastilla empezaba a sentirse y Reich comprendió que no debió salir luego de tomarlas, su cuerpo estaba demasiado pesado y sus ojos apenas se mantenían abiertos. Cayó de lado en el pasto, en un intento desesperado para mantenerse despierto trató de arrastrarse y levantarse sin éxito. Ustedes dirán que una pastilla no puede provocar semejante efecto, esta pastilla era especial, mejor dicho, ese cóctel de pastillas era especial y único, único para Reich.

Escuchó y vio la silueta de alguien mientras sus ojos se cerraban sin su permiso, ¿piel roja? Oh, un ojo parchado e iris dorada, no, era peligroso, no podía dormirse frente a la persona que le advirtieron era la más peligrosa de todas. Pero su cuerpo no reaccionó y terminó por dormirse con la última imagen de ese extraño acercándose a él.

---------------2642 palabras---------------

Perdon la tardanza, finalmente estoy casi 100% recuperada de mi cirugía (para los que preguntaron y no respondi (mil disculpas) fue una cirugía de columna por escoliosis) aunque es verdad que estoy teniendo problemas con el avance de los capítulos en cuanto a ideas o en cómo llegar a ciertas situaciones (ya saben, relleno xD) espero les haya gustado este cap UwU

-Los dibujos me pertenecen, créditos a mi(? (❁´◡'❁)

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