16. Cody, no estas solo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Mi padre estaría en casa, vaya suerte que tenía.

Necesitaba encontrar la manera de que mi padre no le hiciera ninguna pregunta a Cody, el no necesitaba saber el embrollo en el que estaba metida.

—¿Eres amigo de mi hija?— pregunto, empezando su interrogatorio.

Oh, mierda.

Cubro mi rostro con mis manos, avergonzada por la situación y esperando que Cody no vaya a arruinarlo.

—Sí, es mi mejor amiga.

Su respuesta me dejó sin habla.

Una sonrisa se posó en mi rostro, enternecida por lo que dijo.

—Si, así que, si me disculpas, Cody y yo tenemos que irnos a... discutir algo de la tarea, ¿cierto, Cody?— interrumpí, cortando la conversación.

—Ohh, claro. No los interrumpo más.— dijo.

—Adiós, señor Smith.— se despidió el rubio, antes de que lo tomara del brazo y empezáramos a subir los escalones.

Llegamos a la puerta que daba a mi habitación, para posteriormente abrirla y entrar en ella.

—Gracias.— le digo. —Creí que mi padre te haría un interrogatorio policiaco ahí mismo en la sala.

—No es tan malo como parece.— dice.

—Eso lo dices porque no vives con el, pero a veces puede ser un grano en el trasero, junto con mi madre.— explicó, un poco cortante en mi respuesta.

—¿Por qué?— pregunta en tono inocente.

—Pueden ser bastante... metiches.— alegó. —Se preocupan demasiado por mi, y a veces me abruman.— digo en tono exhausto.

—Al menos se preocupan por ti.— murmura Cody, acostándose en mi cama con las manos en su cabeza.

—Todos los padres lo hacen.— hablo, como si fuera obvio.

—No en mi familia.— dice.

Miro a Cody con evidente confusión en mi rostro, sin entender a qué se refería con eso último.

—¿Qué quieres decir con eso?— pregunto, bastante confundida. —Perdón, si no quieres decirme esta bien, a veces puedo ser muy insistente.— me disculpo, apenada por mi imprudencia.

—No, tranquila. Quiero hacerlo.— pasa sus manos por su pelo, despeinando su cabello rubio, con evidente aflicción en sus ojos.

Espero en silencio a su lado, esperando a que él esté listo para empezar a contármelo.

El exhala sonoramente, como si intentara reunir fuerzas para empezar a hablar.

Encaminó mi mano a la suya, tratando de decirle: "Tranquilo, tú puedes, estoy aquí." Esperando que él pueda saberlo.

—Cuando era niño, era muy apegado a mi madre, pasaba todo el día con ella: cocinando, hablando, jugando, ayudándome en mis tareas, entre otras cosas. Éramos como uña y mugre.— explica.

>> Cuando cumplí once años, mis padres se divorciaron. Creí que sería normal, pues la mayoría de los matrimonios terminaban así. Pero después de que firmaran los papeles, no vi a mi madre de nuevo.

Cody mordía su labio inferior, tratando de reprimir sus ganas de llorar.

Verlo tan... vulnerable, me hacia sentir impotente, por no poder hacer nada para ayudarlo.

>> Mi padre me dijo que él se había quedado con mi custodia completa y la de mi hermana Claire. Ahora, mi madre solo habla por teléfono de vez en cuando, pero no la hemos visto en siete años.

—¿Por eso dices que tu padre no se preocupa por ti?—indague.

El asintió.

—En el divorcio, a él no le importo que mi hermana y yo quedáramos sin madre, solo quería vengarse de ella porque le pidió el divorcio.— explicó, mientras limpiaba lágrimas rebeldes, que escapaban de sus ojos. —Es una mierda.

—Sí, lo es.—concorde.

Después de su confesión ambos quedamos en completo silencio.

—¿Tu padre te obliga a practicar fútbol?— pregunte.

—Sí. Solo le importa eso, ni siquiera le pone atención a mis calificaciones o a mi hermana Claire, la deja de lado siempre.— dice, con tristeza. —Dice que le recuerda a mi madre.— habla, con despecho y enojo.

Recostamos nuestras cabezas una a la otra, mientras ambos exhalamos con pesar.

—Lo siento mucho, Cody. No quise hacerte recordar cosas tristes.— le dije.

—Tranquila, me sirvió desahogarme.— dijo, en tono tranquilo. —Gracias por escucharme, Lisa.

Yo solo le doy una sonrisa de boca cerrada.

—Siempre.— respondí.—Cody, no estás solo.

Él dio un leve apretón a mi mano, en agradecimiento.

Después de eso, mi habitación se sumió en un silencio sepulcral, sin que nada ni nadie lo perturbara.

Hasta que un sonido de mensaje se anunció.

—Es el mío.— anunció Cody.

Él toma su celular para verificar quién es, cuando ve la pantalla la expresión de Cody se tensa y cambia a una expresión más seria.

—¿Quién es?— le pregunto.

—Mi padre.

A la mención de este, Cody y yo nos quedamos en silencio sin que ninguno dijera nada.

—¿Por qué?— finalmente preguntó yo.

—Hoy tengo entrenamiento, pero lo olvidé.— dice, con simpleza.

—Debes de ir.— demandó, poniéndome de pie de la cama. —¿Por qué no te mueves?

—Ya no me importa, Lisa.— informa.

—Cody, se que piensas que lo haces por tu padre, pero tienes talento. De verdad, tu puedes hacerlo.— le ánimo.

El me mira con molestia, pero finalmente se levanta junto a mi.

—Está bien, vamos.— accede.

Bajamos las escaleras de la casa hasta llegar a la planta baja y darnos cuenta de que mi padre ya se ha ido.

—Vaya, mi padre ya se fue.— dije, con ironía.

—Vamos.— Cody toma mi mano y me jala hasta salir de la casa y llegar a su auto.

—Yo de copiloto.— demandó en un grito, haciendo que Cody soltara una risa.

—Obviamente, no dejaría que manejaras a mi bebé, Smith.— suelta, haciendo que yo haga una mueca de ofendida.

—Mejor ya sube, o no llegarás a la práctica.— insisto.

Empezamos nuestro recorrido al instituto en un día libre.

Vaya, jamás pensé decir eso.

—¿Puedo poner música?— pregunto.

—Claro, pero que no sea One Direction.— dice.

Yo rio ante su comentario.

—¿Te gusta Britney Spears?— pregunto.

—Obviamente, es la princesa del pop.— anima.

Conectó en las bocinas del automóvil mi celular para buscar la canción y finalmente ponerla.

La música empieza a sonar, mientras yo hago el intento de "bailar", mientras Cody solo me mira como si estuviera loca.

—¿Se supone que estás bailando?— musita, con una sonrisa de burla en el rostro.

Muevo mis hombros como si hiciera una ola, y apunto mis dedos hacia el.

—Si.

—Pareces un gusano retorciéndose.— bromea, mientras yo le doy un golpe en el brazo.

—Oh cállate, Rhodes.— digo, con leve tono de indignación.

La letra de la canción hace su aparición y empiezo a cantarla.

Baby, can't you see. I'm calling, i guy like you.— empiezo a cantar, como si supiera la letra de la canción.

Cody finalmente suelta una risa sonora, obviamente en burla hacia mi manera de cantar.

—¿De que te ríes?— pregunto, indignada. —¿Acaso tu puedes hacerlo mejor?— lo reto.

—Sí, si puedo.

—Hazlo.

El me mira con los ojos entrecerrados, como si intentara que retirara mi argumento.

Too high, can't come down. Losing my head, spinning round and round.— canta, haciéndome reír ante su imitación de Britney Spears.

—Ajá, mucho mejor que yo.— me burlo.

—Canto hermoso, y lo sabes Smith.— bromea.

Niego con la cabeza, mientras sigue insistiendo en que tiene una voz privilegiada y debería ir a America's Got Talent.

—Estaciónate aquí.— le digo, observando el edificio color ladrillo.

Cody da la vuelta y se estaciona donde le dije, para después bajarnos.

—¿Segura que no quieres ir a otro lugar? Es decir, no tienes porque venir.— pide, sonando un poco apenado.

—Sí, segura.— afirmó.

Cody resopla dándose por vencido, y encaminándonos a la puerta principal del instituto.

—¿Qué hora es?— me pregunta.

—La 1:37.

—Ya llegue cuarenta y siete minutos tarde, no vale la pena ir.— vuelve a excusarse.

—Ya estamos aquí, muévete.

—Ash, contigo no se puede Smith.— se queja.

Llegamos hacia la puerta principal y entramos a la escuela. Para luego encaminarnos hacia la puerta que da al campo.

Al abrirla un grito ensordecedor nos recibe.

—¡Rhodes, que bueno que decidiste aparecer!— grita el entrenador Cooper, mientras hace sonar su silbato.

Observo a varios adolescentes vestidos con el uniforme del equipo de americano color rojo, mientras corren por la cancha.

—No iba a venir.— dice Cody.

Yo le doy un leve golpe con el codo para que no sea imprudente.

—En vez de hablar, cámbiate y ponte a correr.— asigna el entrenador. —Veinte vueltas más por llegar tarde.

Cody rueda los ojos fastidiado.

—Veo que trajiste a tu novia, Rhodes.— grita uno de sus compañeros del equipo. —¿La trajiste a verte caer?— dice, en tono burlesco.

—Si, claro, como sea.— responde el. —¿Quieres quedarte?— me pregunta en el oído.

—¡Deja de coquetear!— vuelve a gritar el entrenador.

—Voy.— dice, esperando mi respuesta.

—Voy a dar una vuelta por la escuela, no te preocupes, Cody.— lo tranquilizó. —Tu ve a entrenar.

—Está bien.—accede, para después dirigirse a las duchas.

Yo camino hacia el interior del instituto, para buscará algo que hacer mientras Cody entrena.

Camino por el pasillo sin ningún lugar en particular, observando los casilleros color azul mientras los tocó con mi mano izquierda.

Tamborileo mis dedos en las puertas de los casilleros, haciéndolos sonar en medio del pasillo solitario, sin ningún ruido alrededor.

Hasta que escucho algo.

Las teclas de un piano empiezan a tocar una melodía suave que capta mi total atención.

Escucho con atención para poder dirigirme hacia donde está.

Me paro frente al salón donde la melodía se escucha más fuerte, acercándome a la pequeña ventanilla qué hay en la puerta para poder ver qué hay dentro.

Y lo veo.

Matthew yace sentado en un banco de cuero negro frente a un gran piano color obscuro, mientras sus dedos se mueven de un lado a otro con demasiada concentración.

Él no puede verme, pero yo a él si.

Su cabello negro despeinado. Su espalda y hombros relajados.

Una sonrisa se escapa de mis labios.

Y entonces pasa, el voltea.

Y yo, me encojo debajo de la ventanilla para que no pueda verme pero no lo logro.

Me encojo y me hago bolita, esperando que no abra la puerta.

Pero lo hace.

—¿Lisa?— pregunta, con duda.

—Hola.— saludó, mientras volteo hacia arriba.

Tengo que hablar con el.

╔═══❖•ೋ° °ೋ•❖═══╗

¡Hola! ♥️

Por fin apareció Matthew. 💜

¿Lo extrañaban?🥰

¿Qué opinan de la amistad de Cody y Lisa?💙☺️

¿Les gusto el capítulo?😊

Adiós🌻

Angiee_D💖

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro