17. Hablemos

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Matthew Dawson

La chillona voz de Jennifer es lo único que llena el ambiente.

No logro distinguir si sigue hablando sobre su anterior novio—o algo parecido— quien era "perfecto" o ahora habla sobre su Pomerania.

¿Por qué hacía esto?

Yo solamente asentía de vez en cuando para no ser irrespetuoso, pero no estaba poniendo ni la mínima atención a lo que decía.

—¿Estás de acuerdo?— pregunto, sacándome de mi trance.

—¿Qué? ¿Sobre qué?— habló finalmente, sin saber qué preguntó.

—Sobre ir al instituto— dice.

Mierda, ahora no podría irme.

Mi plan era hacer parecer como si alguien me llamara e ir a la escuela.

Para, por fin, estar solo.

Solo mis pensamientos y yo.

Pero ahora, ese plan se había estropeado por la sugerencia de Jennifer.

Umm... sobre eso, iba a decirte que— empiezo a explicar pero antes, ella coloca un dedo sobre mis labios para guardar silencio.

—Espera, tengo una llamada— avisa, tomando el teléfono y pegándolo a su oreja. —Hola.— saluda, de manera nerviosa mientras se aleja.

Jennifer empieza a caminar en dirección contraria a la acera del parque en el que estamos, dejándome atrás confundido.

¿Por qué habría contestado de esa forma?

Decidí no darle vueltas al asunto y no meterme en donde no me incumbe.

A fin de cuentas, no éramos nada.

Como Lisa y yo.

Lisa.

¿Que estará haciendo ella ahora?

Muevo la cabeza, haciendo que esos pensamientos se vayan.

Lisa y yo nunca fuimos nada.

Aunque yo quisiera que lo fuéramos.

Ella estaba con el imbecil de Cody Rhodes, y tenía que aceptarlo.

Si pudiera...

No. No somos nada, no tengo porque pedirle explicaciones.

Pero... podría hablar con ella, ¿cierto?

Seguíamos siendo amigos, o al menos, eso creía yo.

Estaba decidido, el lunes hablaría con Lisa para aclarar las cosas. Preguntar qué pasó, por qué se alejó.

Eso me haría sentir mejor.

De sorpresa, Jennifer regresa caminando a paso apresurado hacía mi.

—Matti— me llama, en tono chillón.

Matti...

Hace años no escuchaba ese apodo.

—Matthew— la corrijo rápidamente, cortante.

Jennifer luce sorprendida por el tono que utilizó, pero no menciona nada volviendo a lucir feliz y tranquila.

—Matthew— corrige, extrañada. —Iba a decirte que tengo que ir a un lugar, es sumamente importante.

—¿Quieres que te lleve?— pregunto, pero se niega.

—Eres muy amable, pero vendrán a recogerme—explica.

—¿Segura?— insisto. —Tengo mi auto.

A pesar de que Jennifer no era mucho de mi agrado, no iba a permitir que se fuera sola.

—Sí, segura— repite, sonriendo. —Pero gracias, Matthew— agradece.

Yo solamente le sonrió en respuesta, para después despedirme.

—Adiós, Jennifer— me despido, acercándome para darle un abrazo el cual ella acepta.

—Nos vemos luego, Matthew— se despide igual, para después dar la vuelta e irse.

Me quedo unos minutos, observando como se aleja hasta que desaparece y puedo irme.

¿Por qué Jennifer estaría tan nerviosa después de su llamada?

Jennifer Grey

Hablar con Matthew era... relajante.

Liberador.

La única persona que no me interrumpía cuando hablaba o me juzgaba por lo que decía.

Lisa tenía buen gusto en muchachos, había que admitirlo.

El plan consistía en que tengo que estar con Matthew el mayor tiempo posible para evitar que se encontrara con Lisa.

E intentar lograr que Matthew se olvidara de sus sentimientos por Lisa, eso iba a ser tarea difícil.

Él no dejaba de decirme lo buena chica, lo hermosa y lo divertida que era.

Y cuando hablaba de ella sus ojos adquirían un brillo que cualquier chica envidiaría.

¿Cómo competía con eso?

"Eres Jennifer Grey, tú puedes seducirlo y listo, problema resuelto"

Las palabras de William se repetían una y otra vez en mi cabeza.

¿Por qué me había metido en este embrollo en primer lugar?

Solo iba a ser una pequeña broma a Lisa, o al menos, así fue como empezó.

Pero... después la vi con Cody, y eso me enfureció.

Demasiado.

Y ahora... aquí estamos.

Hablaba con Matthew sobre mi vida y... Cody.

Pero a él no parecía afectarle.

—Oye Matt, recordé que tengo que ir al instituto, ¿me acompañas?— pregunté, recordando esas clases particulares que tenía que tomar.

Matthew no contestó, sumido en su propio mundo sin prestarme atención alguna.

—¿Estás de acuerdo?— pregunté, llamando por fin su atención.

—¿Qué? ¿Sobre qué?— hablo, sin saber cual era mi pregunta.

—Sobre ir al instituto— aclaró.

Él parece pensar su respuesta un largo rato mientras caminamos, hasta que por fin habla.

Umm... sobre eso— empieza a hablar, pero mi timbre de llamada lo interrumpe.

Lo tomo y observo el nombre que aparecía.

William.

Rápidamente, le hago una seña con el dedo a Matthew para que callase.

—Hola.— contestó en tono nervioso.

—¿Qué tal va tu cita, Grey?— pregunta, de manera cínica y burlesca William al otro lado de la línea.

—¿Te importa?— refuto, soltando un bufido.

—Sí, si es sobre mi novia, sí me importa— aclara, con obviedad.

—Ex-novia— le aclaró yo, haciéndolo enojar.

—Pronto volverá a ser mía— dice, en un tono que hasta a mi me asusto.

—Ella cree que tú y yo estamos juntos, genio— dije.

—No, creía eso. Ahora Lisa piensa que sales con Matthew.— aclaro.

Claro, y sospechaba que yo te estaba ayudando.

No iba a mencionarle nada sobre mi encuentro con Lisa en el parque.

—¿Recuérdame por qué mierda te estoy ayudando?— pregunté, otra vez, en tono cansado.

Trataba de encontrar un argumento que justificara todo esto, pero no lo había.

¿Celos?

¿Diversión?

No lo sabía, vaya estupidez.

—Me ayudas porque no quieres que tu noviecito te cambie— aclaro.

—Cody no es mi novio.

Aunque quisiera...

—Bueno, no te hablaba para eso. Necesito verte— dijo, dejándome sorprendida por lo último.

—¿Por qué?— pregunte.

—Porque tu fiesta va a ser en cinco días y necesitas saber qué vas a hacer— explico.

¿Qué?

—¿Disculpa?— rechiste, empezando a enojarme.

—Lo que escuchaste, princesa.— ordenó, soltando una risa.

Pase mi una mano por mi cabello, tratando de encontrar paciencia y no gritarle.

—Bien— solté, cansada. —Ven por mi, estoy en el parque Sídney Memorial, no tardes.

—No los haré, cariño— contesta para después colgar la llamada.

Inhalo y exhalo aire para intentar relajarme.

Camino a paso apresurado hacia donde Matthew se encuentra.

—Matti— lo llamo.

Él voltea a verme, pero su expresión es seria.

—Matthew— me corrige.

Me sorprendo ante su tono, pero no menciono nada.

—Matthew— me corrijo. —Tengo que ir a un lugar, es sumamente importante.

—¿Quieres que te lleve?— se ofrece de manera amable, aunque yo me niego.

—Eres muy amable, pero vendrán a recogerme.

—¿Segura?— insiste.

¿Por qué tenía que ser tan amable?

Complicaba más todo.

—Sí, segura. Pero gracias Matthew— agradesco. —Eres muy amable.

—Adiós, Jennifer— se despide, sonriendo para después acercarse y darme un abrazo.

Al principio me sorprendo, pero eso no evita que lo corresponda.

—Adiós, Matthew— me despido, para después empezar a caminar hacia otra dirección.

Mientras camino volteo a ver si Matthew sigue ahí, pero ya se ha ido.

Suelto un sonoro suspiro y me siento en la banqueta a esperar a William.

Minutos después él llega.

—Sube preciosa.— ofrece, bajando el vidrio del auto dejando ver su rostro.

—Enserio, deja de decirme así— me quejo, rodando los ojos para después tomar asiento.

Y él arranca.

Y repito de nuevo en mi cabeza.

¿En que mierda me he metido?

*

Matthew Dawson

Empujó la puerta del salón de música para poder entrar en el.

No hay nadie ahí, a excepción de varios instrumentos.

Una trompeta, un acordeón, un violín, un violonchelo, y un piano.

Una sonrisa se me escapa al ver ese último instrumento, así que rápidamente tomó el pequeño banco de cuero negro y me siento frente al gran piano frente a mi.

Posicionó mis dedos en las teclas, pero sin moverlos.

Y me quedo estático.

¿Qué podía tocar?

Tocar el piano me ayudaba a desahogarme, como si estuviera en mi pequeño mundo.

Al pensar eso último, una canción en particular vino a mi mente y con una sonrisa melancólica empecé a tocar.

Can't Help Falling In Love de Elvis Presley.

Inhalo y exhalo aire antes de empezar a tocar.

Y, ahora si, mis dedos comienzan a moverse por encima de las teclas, empezando a escucharse la música.

Y lo único que ocupa mi mente en ese momento es algo en particular.

O alguien en particular.

Lisa.

¿Donde estarás ahora?

¿Qué ocurrió?

Todas esas preguntas cruzan mi mente, preguntas que quiero decirle.

Más no puedo.

Como quisiera, solo hoy, que estuviera aquí.

Volteo a la puerta del salón para ver si hay alguien, y entonces la veo.

Lisa, viéndome desde la ventanilla de la puerta.

Ella se encoge, pero ya la he visto.

Camino hacia la puerta y la abro.

Ella yace echa bolita en el suelo, como si no pudiera verla.

—¿Lisa?— pregunto, llamándole.

Ella voltea hacia arriba y me ve.

—Hola— responde.

—Tenemos que hablar— demandó, para después ofrecerle mi mano y ponerla de pie.

—Gracias— agradece.

—No hay de que— respondo, sin soltar su mano.

¿Por qué no la suelto?

Lisa mira con una sonrisa divertida mi mano y la suya entrelazadas, así que rápidamente la suelto avergonzado.

—Lo siento.

—Tranquilo.

Ninguno dice nada por un momento, más por el hecho de que no saber qué decir.

Quiero hablar con ella, pero ninguna palabra sale de mi boca.

—¿Podemos hablar?— pregunto, a pesar de lo que dije al principio.

Lisa asiente en respuesta, para después pasar a la sala de música y sentarse en el banco de cuero del piano.

—¿De qué quieres hablar?— pregunta, dejándome bastante sorprendido.

¿En serio estaba preguntando eso?

—¿En serio preguntas eso?— digo, en tono bastante molesto y sin ocultarlo.

Lisa se nota sorprendida por el tono de voz que utilicé, así que rápidamente me arrepiento.

—Lo siento, me exalte— me disculpo.

—No te disculpes— dice.

Yo bufo.

—Es solo que... no entiendo qué haces con el idiota de Cody, porque ya no me hablas. Explícamelo, Lisa— demandó, haciendo notar lo frustrante que es la situación.

Ella muerde su labio solamente.

Tomo mi cabello y lo despeino con mis manos violentamente.

—Habla, Lisa. ¿Qué pasó?— indagó, agachándome a su altura y tomando su mano.

Ella solo se mantiene con la cabeza gacha, aún sin hablar.

¿En que estás pensando Lisa Smith?

Lisa Smith

Ni siquiera se que estoy pensando.

Mi mente está en blanco y toda mi atención está en su mano sobre la mía.

Se oía tan frustrado.

Como si en verdad no entendiera el que me puso así.

—¿Acaso no sabes?— pregunto, en tono molesto.

Matthew niega con la cabeza.

—Explícame.— pide.

Me levanto violentamente del banco ocasionando que este se vaya hacia atrás, haciendo un ruido estrepitoso.

Y que Matthew también se levante del suelo.

—Por favor, Matthew, no te hagas el inocente— demando, demasiado molesta.

El enojo y la frustración es lo único que recorre mi mente en este momento, nublando mi juicio y lo que digo.

El me mira confundido, con el ceño fruncido, haciéndolo ver tierno.

¡Basta, no es el momento para pensar en eso!

¿Qué ocurrió?— pregunta.

—Mejor ve y pregúntaselo a Jennifer— es lo único que digo, para después ir a la puerta, abrirla y salir a través de ella.

Porque eso es lo que siempre hago, huir del problema, en vez de enfrentarlo.

Tal vez, Will y yo no somos tan diferentes.

Salgo de ahí, dejando a Matthew bastante confundido.

Mas no me persigue.

Y eso duele.

Mis ojos se llenan de lágrimas de frustración.

Maldita Jennifer.

Maldito Matthew.

Camino hacia la parte bajo las gradas y ahí me derrumbo.

Lloro y ni siquiera se el porqué.

¿Por enojo?

¿Frustración?

No lo se, pero necesitaba hacerlo o iba a explotar.

Después de llorar, limpio mis mojadas mejillas y sorbo mi nariz.

Inhalo y exhalo aire tratando de tranquilizarme, pero el sentimiento vuelve y las lágrimas también.

Una voz interrumpe mi sesión de lágrimas.

—¿Lisa?— pregunta una voz femenina.

Limpio mi cara rápidamente, tratando de que no se note que he llorado pero estoy casi segura que mis ojos están hinchados.

—¿Si?— contestó y observo a Vanessa aparecer en mi panorama.

—¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras?— pregunta, con preocupación en su voz mientras se acerca a donde me encuentro.

Ella lleva puesto su uniforme del equipo de porristas y su cabello está peinado en una coleta alta.

—No, no es nada— digo, fingiendo una sonrisa.

—No lo estás— dice.

—No te preocupes, Vanessa. Además ya debería irme— avise, poniéndome de pie y empezando a caminar.

—El entrenamiento de Cody aún no termina, aún quedan como unos quince minutos— me notifica, avanzando y posicionándose a mi lado.

—Ohh— pronunció, sin saber qué hacer ahora.

—¿Quieres que lo llame?— pregunta y yo niego.

—No, debo irme.

—Podemos ir a recorrer la escuela, tú y yo— invita, con una sonrisa en el rostro, bastante contagiosa. —¿Si? Por favor.

Viéndola así, tan sonriente y energética... no podía negarme.

—Está bien— accedí finalmente.

Vanessa dio un salto de emoción y agarro mi brazo con el suyo para empezar a caminar.

Ella empezó a hablar sobre varias cosas, pero yo ponía la mínima atención teniendo mi cabeza en otro lado.

O en alguien.

—Lisa.— me llamo, sacándome de mi distracción.

—¿Huh?— respondí.

—¿Estás bien?— pregunto.

—Sí— mentí. —¿Por qué no lo estaría?

Vanessa me dio una mirada de: "¿Crees que te voy a creer después de verte llorar bajo las gradas?"

Mi error.

Solté un suspiro demasiado dramático y después hablé.

—No lo estoy— admití, cerré los ojos para evitar llorar.

Vanessa posicionó su mano en mi hombro, en modo de consuelo.

—¿Es sobre Matthew?— adivina.

—Si.

—¿Qué ocurrió?— pregunta.

—Muchas cosas, no entenderías.— digo, soltando una risa sin humor.

—¿Hay algo en que pueda ayudarte?— se ofrece.

Antes de que pueda responder, Cody llega todo sudado y corriendo hasta llegar a mi lado.

—Hola chicas— saluda, posicionando su brazo en mi hombro.

—Quítate, apestas— digo, riendo.

Cody entrecierra los ojos, mirándome determinante.

Oh no.

Se acerca a mi y ma abraza completamente, dejándome su olor impregnado.

—¡Cody!— exclamó.— Asco.

Cody ríe y yo ruedo los ojos.

—Bueno... Lisa y yo nos vamos, adiós Vanessa— se despide de ella, y después damos la vuelta.

El camino a casa es silencioso, hasta que por fin Cody habla.

—¿Qué ocurrió haya?— pregunta, serio.

—¿A qué te refieres?— digo, tratando de evitar el tema.

—Lisa... tu expresión antes de que caminara hasta tu y Vanessa no era exactamente feliz— responde, y tiene toda la razón.

—Vi a Matthew.— suspiro.

—¿Qué?— dice, notándose confundido.

—Estaba en él aula de música y... hablamos.

—¿Y qué se dijeron?— indaga.

—Nada.

—¿Nada? Lisa, no te creo nada.— dice, rodándome los ojos. —Sabes que puedes confiar en mi.

Le sonrió.

—Lo se— suspiro. —Es solo que no quiero hablar de eso, no ahora. ¿Si?

—Está bien— accede. —Bueno, hemos llegado a tu destino. — avisa, estacionándose en la entrada de mi casa.

—Adiós, Cody— me despido, abrazándolo.

—Adiós, Smith— se despide, dejando un beso en mi coronilla.

Abro la puerta y salgo del auto, para después despedirme de él con la mano.

Pronto sería la fiesta. Tal vez lo mejor sea olvidar a Matthew.

Es lo mejor, ¿no?

╔═══❖•ೋ° °ೋ•❖═══╗

¡Hola!💗

¿Les gusto la sorpresa?😉

Narraron 3 personajes en un capítulo.

Matthew, Jennifer y Lisa.❣️😉

¿Qué opinan de la plática que tuvieron Lisa y Matthew?😕

El siguiente capítulo por fin será la fiesta.😳

Hasta el siguiente capítulo 🌙

Angiee_D💓

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