Capítulo 31🏹

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Sube monstruo
Brooklyn
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Seguía en silencio a la pelirroja mientras ambas corríamos por el bosque hasta el punto donde dijo que debían estar las dagas enterradas en la corteza de un árbol. Tenía mis dudas, pero viendo la actitud poco hostil de Liz algo dentro de mi hizo que confiara en ella y las alarmas de mi sistema se apagaron. Quería ayudar a Angelic yo realmente la quiero no importa si está o no con mi hermano ella seguirá siendo mi hermana mayor por siempre. Mis padres a pesar de mis protestas y lloriqueos no me llevaron con ellos porque sería peligroso. Pero agradecía que no me hayan dejado a cargo de una niñera molesta que ni siquiera me presta atención.

- Es aquí, en ese árbol están las dagas - con su mirada Liz me guió hasta donde estaban enterradas dos dagas, pero eran demasiado altas para que logre alcanzarlas.

- Está muy alto, no llego - me queje acercándome al árbol que tampoco tenía ramas bajas para que pudiera escalarlo o al menos subir un poco para tomar las armas. A mis espaldas escuche las pisadas de la pelirroja acercarse y antes de que pueda preguntar algo ella me responde.

- Súbete a mis hombros - deje de mirar hacia arriba para verla a ella, de seguro estaba bromeando conmigo. - Sube monstruo no tenemos mucho tiempo - haciendo caso omiso de su insulto me subí sobre sus hombros usando el árbol para no caerme. Liz comenzó a levantarse conmigo en sus hombros y gracias a eso pude sacar las dagas que se encontraban muy bien enterradas en la corteza. Con algo de fuerza sobre humana logre sacar las dos dagas que con mucho cuidado de no tocar a Liz las tire a un costado. Esta bajo de forma lenta y me baje de sus hombros para tomar las dagas y verla para saber a dónde debíamos correr ahora.

Liz se transformó en loba aullándole a la luna durante un corto tiempo, con su enorme cabeza me indicó que me subiera a su lomo. Ella se agacho y yo con algo de miedo y sumo cuidado de no tocarla con las dagas me monte en ella. Aferrándome a su pelaje la carrera comenzó siendo un viaje agitado y con el viento frio chocando contra mi cara. En los costados pude ver a lobos normales corriendo alado de nosotras mientras aullaban todos juntos a la luna. Supongo que es normal que los lobos acompañen a los licántropos son casi como su familia ¿no?

Luego de al menos cinco minutos de carrera siendo acompañadas por los lobos ellos frenan de golpe dejándonos solas mientras Liz no se detiene. Mire hacia atrás viendo como aquellos animales se alejaban corriendo hacia el lado contrario.

¿Eso debería ser una señal o es que entramos en territorio de otra manada?

La loba se detiene frente a un lugar donde corre un rio y tiene un pequeño acantilado con rocas. Liz vuelve a su estado humano acercándose peligrosamente hacia ese acantilado, veía como olfateaba algo mientras que con la mirada buscaba. Aferrando las dagas a mi pecho vi aparecer una mano aferrándose a las rocas y luego salió otra afirmandose con mas fuerza. Quise gritar, pero mi voz quedo atorada en mi garganta al ver emerger la cabeza de Angelic toda mojada por aquel acantilado. La pelirroja fue en su ayuda dándole una mano para que terminara de subir dejando ver un vestido rojo empapado y todo su cuerpo temblaba.

Felicidad me invadió al ver a Angelic bien y viva tenia algunos rasguños, pero supongo que es por la caída o por escalar. Corriendo hacia ella la abrace sin usar mucha fuerza y teniendo cuidado por las dagas. Ella correspondió mi abrazo con mucha fuerza y besando repetidas veces mi cabeza. Separándonos le entregue lo que le pertenece y ella acariciando mi mejilla con amor me sonrió.

- Gracias a las dos, pero ahora deben irse - sus ojos azules viajaron de mi a la loba mientras ella se alejaba indicándonos que debíamos huir. Pero yo no quería huir, quiero ayudarla.

- Vamos debo ponerte a salvo sino Angelic me matara - el brazo de Liz sobre mi hombro me enojo como ella podía dejar irse tan tranquila a Angelic.

- ¿Eres tonta? ¿Cómo puedes dejar que se valla, así como así? - aparte su mano de mi hombro mirándola con enojo los adultos me hacían enfadar y mucho por cosas como estas. Si crecer es comenzar a tener ideas tontas no quiero hacerlo, prefiero seguir siendo así de pequeña y que los adultos piensen que no me doy cuenta de las cosas.

- Escucha pequeña fiera te llevare a casa y vendré a ayudar a Angelic esta manada no te conoce y a la primera que te vean tu cabeza será lo primero que vuele por los aires - sus palabras fueron duras pero acertadas yo no sabía nada acerca de quienes tenían a Angelic o si quiera fue solo Haider y Liz quienes la secuestraron. Desde que nací mis padres me enseñaron a temerle a los lobos puesto que son nuestros enemigos naturales. Pero habían excepciones como las de ahora.

Subiéndome al lomo de la loba esta comenzó a correr de nuevo hacia mi casa, pero esta vez tomando un atajo. Algo que no debió hacer puesto que desde lejos pudimos ver ambas como muchas personas venían avanzando hacia nosotras con antorchas. La loba giro tomando otro rumbo rodeando desde lejos a los lobos y hasta incluso valius llegue a percibir. Liz aumento la velocidad llegando antes de lo previsto a mi casa y frenando algo de golpe se agacho para dejar bajarme. Camine dos pasos antes de darme vuelta y correr de nuevo hacia ella hundiendo mis manos en su suave pelaje conformando lo que sería un abrazo.

- Cuida a Angelic ella es buena y sé que tú también lo eres - susurre en su oído para soltarla y salir corriendo hacia la casa. Un aullido se escuchó mientras que yo abría la puerta del fondo ingresando a la seguridad de mi hogar.

Angelic
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Comienzo a correr alejándome de Brook y Liz para que el lobo no las encuentre y aullidos hacen que vuelva a caer al suelo. La silueta de un lobo blanco llama mi atención al verlo observarme entre las ramas escondidas de los árboles. Verlo me trasmitía una paz inmensa, poco a poco se fue acercando hacia donde yo estaba. Frete a mí se transformó en humana haciendo que mi mandíbula se caiga al suelo.

Mika Haider estaba frente a mí con el mismo vestido negro con el cual la había visto en una foto que Diego me enseño de ella. En su pecho descansaba la cadena con el símbolo de la tribu a la que pertenecía la mujer de descendencia aborigen. Su cabello negro azabache era movido por el viento suave y dándome su mano ella me ayudo a ponerme de pie.

- Debes detenerlo - y acercándose hacia mi beso mi mejilla para luego desvanecerse en el aire. Los aullidos del alfa me hicieron reaccionar y volver a correr por el bosque ahora sintiendo que debía cumplir con la petición de Mika.

Escondiéndome detrás de un árbol aprieto las dagas en mi pecho llorando de felicidad. Al fin tenía algo con que defenderme de este loco, estaba regresando de nuevo al sitio donde había comenzado toda esta persecución. Cayéndome justo en la entrada vuelvo a ponerme en pie con mis piernas flaqueando por el excesivo esfuerzo que había impuesto para huir. Escuchando sus pisadas detrás de mi corro un poco más para luego darme la vuelta y ponerme en modo de defensa.

Lo veía acercarse de forma amenazante gruñendome entre dientes, solo una vez había enfrentado un alfa en la academia y por poco y muero de no ser por la ayuda de Ben. Ahora estaba sola rodeada de lobos y a punto de enfrentar a un alfa que no se detendría hasta que mi cabeza este en el suelo.

- ¿Qué esperas? - hable apenas sonriendo para ganar algo de confianza queriendo borrar mis pensamientos negativos y llenarme de valor para enfrentar de una vez al alfa.

Gruñidos de su parte hacían que temblara de miedo, pero jamás se lo demostraría siempre me mostraría fuerte, aunque por dentro quisiera cerrar mis ojos y que todo acabe. Abalanzándose encima de mi quede debajo de ese monstruo, pero usando las dagas impedí que me mordiera. Su mandíbula sangraba y rápido se alejó por el fuerte dolor que debía comenzar a sentir en donde lo corte. Me puse en pie viendo como gruñía con más rabia viéndome ya directo para atacarme y corriendo hacia el intenté clavarle un puñal en su espalda. Termine cayendo al suelo mientras él se alejaba un poco hacia atrás, sonriendo arroje la otra daga que dio en su ojo. Con su distracción clave otra navaja en su lomo, pero otro lobo me embistió impidiendo que vuelva a golpearlo. Haider aullaba de dolor teniendo enterrada mi navaja todavía en su vista yo desde el suelo veía como el segundo lobo me gruñía poniéndose delante de Leo.

Viéndome acorralada intentaba pensar en cómo derrotar a este lobo, pero una flecha fue enterrada en su cuello. Los presentes comenzaron a huir en todas las direcciones y el lobo con la flecha en su cuello intento morderme la pierna. Esquivando su envestida enterré mi daga en su cabeza una y otra vez. Hasta que sentí colmillos morder mi brazo, Haider había tomado ventaja de mi distracción. Sacando la navaja de su ojo la volví a enterrar en su mandíbula al tiempo que más flechas le caían al alfa que por dolor soltó mi brazo.

- Angelic ya estamos aquí - mi madre se tiro encima mío abrazándome con fuerza sollozando mientras besaba repetidas beses mis mejillas. Como pude la abracé sin importarme mucho el dolor de la mordida en mi brazo, con lágrimas cayendo por mis mejillas me sentí segura. De reojo vi como muchos peleaban con los otros lobos y todo se había vuelto una verdadera batalla campal.

- Mamá debo ayudarlos - mi progenitora negó con la cabeza viéndome con horror - Debo hacerlo Liz y Cold... ellos me ayudaron - alejando sus manos de mi rostro me puse de pie buscando con la mirada al chico mudo y la pelirroja.

- ¡Cold! - grito al ver que uno de los valius está por atacarlo, comienzo a correr en esa dirección y poniéndome delante del chico cierro mis ojos esperando el golpe. Eso jamás sucede porque mi cuerpo es rodeado en un abrazo por parte de alguien que conocía muy bien. Carter.

- Estas con vida - susurra a mi oído mientras sentía sus lágrimas mojar mi cuello. Devolviéndole el abrazo lo estreche contra mi cuerpo, pero teniendo cuidado por mi brazo.

- Luego seguimos con esto ahora él me ayudo y Liz también dile a los demás que no les hagan daño están de nuestro lado - grite encima de todo el ruido que había a nuestro alrededor se estaba llevando a cabo una masacre y mucha sangre inocente estaba corriendo por culpa de Haider.

Continué ayudando a los demás peleando sin importarme que mi brazo dolía como los mil infiernos. A mi lado peleaba Liz en su forma lobuna neutralizando a todo enemigo que se nos acercara. Los pocos que quedaban en pie se rindieron y su alfa mal herido continuaba queriendo luchar. Sin muchas fuerzas él se transformó en un humano estando muy mal herido y su único guardia fiel estaba a su lado.

- Todo esto ¿por una cazadora? - artículo de forma lenta y con algo de dificultad el alfa se le notaba cansado y las heridas que tenia se denotaban graves. Su ojo palpitaba cubriendo su rostro de sangre y las flechas permanecían enterradas en su piel.

De su espalda saco un arma que puso en estado de alerta a todos y el apunto hacia Liz soltando el primer disparo. Todo fue muy rápido cuando quise gritar Cold había recibido el balazo y cayo a los pies de la pelirroja. Mi padre disparo una flecha al lobo mientras que mi madre y madrastra al acompañante del alfa. Otro disparo salió del arma y Haider finalmente cayo por el impacto de la flecha de mi tía Sofía.

Un frió comenzó a crecer en mi vientre y mirando hacia esa zona pude ver la mancha oscura que comenzaba a crecer.

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Quedan cinco capítulos para terminar.

Perdón por no actualizar ayer tuve un arranque de semana complicado y me olvide que debía actualizar.

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