Capitulo I

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Dixième scénario

Paredes de tercepelo de color rojo, decorado con lineas doradas, lamparas puesta en cada pared, alfombra verde italiana y muebles del siglo XV.  El camarote, se dividia en cuatro: la sala, el comedor, la alcoba y el baño. Todo su departamento entraba en aquel camarote, sus años de marine lo habían acostumbrado a una habitación de paredes gris y con tres hombres.

Según su experiencia sobre las habitaciones nunca fueron cómodas. Las camas eran duras ,las paredes tenían colores deprimente, entraba la húmeda. Entraba de la peor forma el  frío o calor dependiendo de como este clima, y habia un 80% de probalidad de que termines siendo homosexual.

Pero esto era muy diferente.

En cámara lenta, Noah se tiro sobre la suave cama envolviendose entre las sabanas y colchas de algodón. Su cabeza se apoyo sobre la almohada de plumas de ganso. Solto cómodos suspiros, el mar junto aquella cama nube, antes de caer al sueño profundo pudo ver un puerto desde lejos.

Puerto Calvi

Entro los arapes sucios de su mente, juegan la muerte y la vida. Ambas luchan con sus soldaditos, una  quiere que todos mueran otra quiere que todos vivan, como dos niñas pequeñas caprichosas se aburren de jugar y dejan a los soladitos en el suelo.

Decimo escenario.

Es como lo llaman, arrastrandose sobre la sangre de compañeros y amigos, cree ver lo que sera su salida. ¿Sera el paraiso? ¿El infierno? ¿Sera la salida donde estan los demas seres humanos?

No lo sabe y aquellas dos manos no estan dispuesta que lo sepa.

Los jadeos, eran el unico ruido en la habitacion. Mientras el Marine intentaba relajarse y volver a su realidad, la pobre mucama con temor erizando su piel, vio como el Marine lentamente soltó su muñeca, dejando un tono rojizo con pequeñas manchas moradas. El rubio vio aquella muñeca, y luego a la mucama, quien mantiene  la vista baja con miedo, siente la culpabilidad hacerse presente en la boca de la estomago, antes de poder decir algo la bocina del barco resono.

—Ya llegamos a la Comuna de Carsegé.- murmuro con temor la joven Noah, observo como la castaña escapaba del camarote en pequeños sollozo. En ese momento se sintió un monstruo.

Una sonrisa, que era mas una mueca, se apodero de su joven rostro. El joven Smith, no lo negaría extrañaba los muelles y sobre todo los barcos. Desde que tiene memoria el y su madre iban al río Reuss, solían rentar un barco y fingía ser piratas.Navegando por los siete mares, en la mente de Noah seguian fresco aquellos recuerdos de su infancia.

Con su mochila en el hombro y con la maleta sostenida con la mano. Camino por el muelle, recordando cuando volvía de una misión y Judhit lo esperaba con una gran sonrisa en el rostro, portando ese tan encantador vestidp blanco con un abrigo elegante de color beish, su melena castaña suelta y una sonrisa encantodora y hermosa sonrisa. La brisa lo golpeo en el rostro, obligandolo a dejar a aquellos recuerdos llenos de dolor.

Camino guiandose con la poca informacion que un hombre barbon le propocino. Se topo con una enpinada colina, si este trantamiento no funcionaba mataria a Malfoy.

Las casas eran del siglo XIX, estaban en un buen estado, estaban pintandas de colores opacos pero que transmitian una aura armoniosa. Las partes de adelante estaban con maderas llenas de flores, a pesar de ser tener exportación de pescado. Aquel olor de pescado no se sentia, sentia el olor fresco y rico de tortas en las ventanas. Habían niños jugando por las aceras.

"Que bello pueblo "

Aunque el marine lo odiaba, tenia que darle la razon a Richard. La Comuna es hermosa, solo había un problema. Parecía que los franceses no eran muy animados en tener turista, en especial como el.  Malfoy, habia advertido que la comuna: era el esteriotipo de Pueblo pequeño de Europa, solo omitio la parte de los pueblerinos amables. Ahora, era mal visto de la buena y mala forma.

Tantos por mujeres y hombres.

Entre sus bolsillos  saco el papel arrugado, donde estaba escrito la dirección del consultorio del psicologo. Leyendo aquel pedazo de papel, recordo la advertencia de Richard.

"-Recuerda, Noah cuando entres al consultorio no mires a los ojos- dijo Richard entregándole el papel a Noah, el joven miro confundido a su terapeuta-amigo.

-. ¿Por que no? — pregunto alzando una ceja, en su mirada la confuncion era obvia. Richard solo suspiro y como  única Respuesta fue: Solo  no mires a los ojos  "

Con la duda atormentando en  mente Noah se dirigió a la calle: nuit de deux , oficinas doces segun el papel en sus manos. Ligeramente esperaba que este trantamiento lo ayudara, como lo suficiente para volver a su antigua vida y quizas en ella, una vez mas probas el decimo escensrio

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