◈EPÍLOGO◈

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Veinte años después

659, 660, 661, 662, 663, 664, 665...

Por amor a Chaos, su mano estaba tan dolorida como la de un portero que evitaba múltiples atajadas al mismo tiempo, llevaba autografiando y firmando sus ejemplares desde la mañana y ya casi siendo las diez de la noche no había terminado, sorprendentemente, aún habían bastantes personas en el auditorio de la universidad. Realmente no era su primer libro, había escrito algunos antes de diversos temas y géneros: un Glosario filosófico actualizado, una Epístola del tema la Corrupción, un poemario llamado "La guillotina del Marqués", entre otros; pero ahora había sacado su primer novela, "Reemplazado", la trágica historia del amor unilateral de su protagonista y su posterior asesinato por el demonio cambia formas que arrasó con el pueblo de Morbens, un sitio del que jamás se volvió a saber.

Por supuesto, contó con el patrocinio de ciertos amigos y de la universidad para hacer del evento algo grande, siendo una convención en que el autor del fenómeno del momento diera entrevistas con la prensa y populares escritores, además de agradecer el apoyo que tuvo el libro conviviendo con lectores, fanáticos, simples estudiantes, y otros para firmarles los ejemplares, siempre y cuando fuesen originales. Además, sus alumnos también hicieron de esto más una fiesta, llevando bocadillos y bebidas y montando un escenario de baile y música ambientada; quien hubiese dicho que todos sus alumnos del curso de filosofía y literatura se habrían puesto de acuerdo para hacer uno de los eventos más importantes de la universidad en que daba clases.

Shadow firmó el último libro además de estrechar la mano del entusiasmado chico por conocer a su autor favorito, al verlo irse se estiró en la silla y movió sus muñecas doloridas, suspirando en paz antes de que sus colegas llegaron a interrumpirla. La primera fue Rouge.

—¿Se siente bien ser el centro de atención, cariño? —su amiga nunca dejó de usar un tono tan empalagoso y cursi con él, pero al final se terminó acostumbrando; la mujer vestía un glamuroso vestido rojo tinto con detalles dorados, una cartera a juego y unos tacones de punta delgada, y estaba más que feliz de presumir su vestimenta aún si su amigo rodó los ojos fastidiado, riendo divertida por verlo encogerse en la silla—. Hey, vamos, ¿por qué la cara larga?

—Lo único que quisiera es irme a dormir, y parece que será lo que menos haga hoy —se quejó, un codazo en la nuca lo distrajo para enfocarse ahora en un erizo albo sentarse sobre la mesa y un echidna seguirlo, haciendo a un lado los bolígrafos en el proceso, unos cuantos cayeron pero nadie le tomó importancia.

—Nadie dijo que la fama fuera fácil, afróntalo y aguántate, disfruta a tus fans al menos, ellos además de apoyo te llenaron los bolsillos —exclamó risueño, saludando a un par de jovencitas que caminaron cerca, el echidna negó ante el comportamiento infantil y hasta tonto de su mejor amigo, absteniéndose de decirle algo solo porque en silencio disfrutaba de ver la irritación del escritor.

—¿Por qué mi padre decidió invitarlos...? —preguntó al aire, viendo no solo a ese trío molesto, sino también a la sala en general, plagada de sus compañeros de secundaria y universidad; su padre feliz conversando a la lejanía, presumiendo a su hijo con todo el que se le pusiera enfrente.

Rouge era una bella arquitecta, famosa en el pueblo y solicitada también en la ciudad, una soltera feliz e independiente que disfrutaba de su trabajo y gozaba en darse viajes por el mundo. Silver, un exitoso ingeniero civil que vivía en la metrópolis, a él podrían preguntarle y afirmaba tener de todo: una linda novia, casa propia, auto del año, trabajo estable, amigos y compañeros agradables, etc. A Knuckles algunos le pedían su autógrafo, no siendo raro al tratarse del actual campeón nacional de boxeo, un hombre con músculos bastante trabajados y físico admirable, pero también contando con el título de sociólogo. Y es que sus amigos y compañeros antiguos rondaban casi los cuarenta años, y ninguno realmente parecía denotar su edad, el comportamiento y pensamiento seguían igual de frescos a como de adolescentes, claro que más maduros y con responsabilidades, mas podía apreciar la honestidad y dinamismo de ellos, interiormente, lo agradeció. Station Square no los cambió.

—Ah, miren quienes llegaron por fin, la parejita inseparable —bromeó el oji-miel, aplaudiendo al recibir a la pareja recién llegada, al menos todos ellos siguieron neutrales y saludaron cordialmente sin hacer ningún comentario despectivo.

—Tú sigues igual de insoportable, Silver... —gruñó el erizo verde, empujándolo de la mesa y sonreír al verlo quejarse por caer directo al suelo, acomodó sus púas y le tendió un pequeño presente al azabache—, felicidades por el libro, no he tenido tiempo de leerlo, pero imagino ha de ser tan bueno como dicen los medios.

—Gracias, de hecho, creo que te gustará porque tarde años en comprender y plasmar lo mítico y la magia al mismo tiempo —bromeó, Scourge asintió regresando a donde su esposo y ser incluidos en la plática del grupo, sin su consentimiento, pero igual no tenían prisa por irse.

Fleetway suspiró rendido al tener que exponer su vida postiza con este grupo, honestamente, no los recordaba tan metiches y parlanchines a como cuando eran jóvenes, y sin embargo, se quedó escuchando las presunciones de Rouge, el alardeo de Silver y la poca participación de Knuckles, su esposo hablaba nada más cuando les preguntaban algo directamente, agradecía el hecho de que Scourge respondiera por él y no tener que forzarse a mentir, le dolía desde hace años hacerlo... Porque en el fondo sabía que lo hacía al sumarse a esta nueva y feliz realidad, todos tan absortos de su trágico y doliente pasado, tan ensimismados en su prosperidad dejando a un lado que una vez lucharon por sobrevivir; teniendo que ver cómo todos los que algún día murieron hoy disfrutaban, y el cómo ninguno de estos adultos recordaba algo... O eso decían.

Silver asistió tres meses con la psicóloga escolar, argumentando tener pesadillas sobre la destrucción del pueblo y un demonio asesinarlo a cada que terminaba el mal sueño, teniendo pocos encuentros con un pequeño "ángel" que le hacía sentir tan querido, y a la vez tan mal, como si ese ser le hiciera falta en la vida real; no se lo contó a nadie, ni a Knuckles siquiera, pero a veces pensaba que más que pesadillas eran visiones de una vida pasada y le mostraban como murió y perdió a alguien especial, por supuesto, esas ideas las tuvo cuando era un adolescente de diecisiete, con el paso del tiempo lo fue olvidando hasta quedar en una etapa olvidable de su vida. Knuckles le avergonzaría decir que tuvo que dormir con su hermana mayor varias veces por ver lo mismo que Silver: su muerte y la destrucción de su hogar y de su familia, despertando no solo con la sensación de pavor e incertidumbre, sino también con el dolor emocional de haber perdido a alguien querido, él jamás lo dijo, simplemente aguardaba en su subconsciente las tétricas imágenes hiperrealistas. Scourge perdió los recuerdos de lo ocurrido y lo relacionado a lo mítico cuando cumplió veinte años, habiendo documentado y escrito todo en un diario que le pidió a Fleetway guardará en la tumba conmemorativa de Sonic, volviéndose así uno más de los que evitaba hablar sobre los vestigios de su vida pasada que seguían atormentándolos.

Pero Shadow fue el que más recordaba y el que incluso lo pasmo y presentó al mundo... "Reemplazado" no era más que esa versión que los otros tres habían olvidado, fue la recreación de sus pesadillas vivientes de las que no podría olvidar aún si pasara mil años, que mejor forma que contarla disfrazando ciertos detalles.

Curiosamente, su protagonista llevaba el nombre de Maurice y era un adolescente de dieciséis, era igual al dibujo que una vez le presentó a su padre, y en el libro siempre alababa sus detalles: un erizo de pelaje azul cielo, con las rebeldes púas caídas sin prisa por encresparse, su piel tersa y fresca como la de un durazno en época de abundante cosecha, y unos ojos profundos, cálidos y volátiles de un precioso verde esmeralda. Vivió bajo la ausencia de sus padres y la presencia de una familia, tenía a dos mejores amigos, idiotas e infantiles, pero que darían la vida por él: Selthon y Knadels, con quiénes anduvo hasta el final, tuvo la mala suerte de haberse enamorado del mariscal de campo (eso incluso al mismo Shadow le pareció bastante cliché, pero en el fondo, planteó al interés amoroso de su protagonista como su versión personal) Terios, quien al final del libro reconoció que también lo amaba, demasiado tarde por mencionar. La trama no estaba alejada de su realidad, pues un día llegó un demonio sediento de venganza, Salbness, y masacró vilmente al pueblo entero, los protagonistas se unieron y le pidieron la ayuda a Anti, un joven médium que encontró la forma de retenerlo, pero a costa de un sacrificio. Terios iba a hacerlo, conteniendo al demonio en su cuerpo y después ser asesinado para terminar con él de una vez, pero en los últimos momentos cambió de lugar con Maurice, no pudiendo hacer nada cuando vio ese acto tan estúpido y sincero de amor, y encima llorar y lamentarse por el resto de su vida al jurarle amarlo en alguna otra. Terminando así con la maldición y dejando solo a cuatro sobrevivientes del tan misterioso Morbens.

Bueno, quizás se desvío un poco en algunas partes, sobre todo en las románticas, pero de cualquier forma extrajo la esencia de sus peculiares sueños, y véanlo, un éxito total, una que otra crítica por el amor homosexual y la romanización del ocultismo, pero nada grave.

Fleetway sacudió disimuladamente la cabeza ante ello, por supuesto que leyó el libro a expensas de su marido, determinando de que estos hombres realmente nunca olvidaron su pasado, que lo disfrazarán y evitaran, era otra cosa distinta. Un mesero pasó cerca ofreciéndoles copas, él aceptó una y bebió unos sorbos antes de que involuntariamente sus ojos cayesen en una de las esquinas del salón, topándose con un ojo terriblemente brillante de color escarlata, lo veía... estaba oculto entre las sombras, lo observaba, los estaba observando de hecho. La impresión fue tanta que terminó por dejar caer la copa y que ésta se destruyera, llamando la atención de los otros; más que por ser tonto, buscó una excusa absurda para agacharse y obligar a su cerebro a volver a la realidad, que dejara de imaginarse cosas y ponerlo a él y a su esposo en ridículo.

—¿Estás bien, qué pasó? —Scourge apartó las manos del ambarino y las cubrió con un pañuelo que le tendió Rouge, estaba tan perdido que no notó cuando uno de los cristales le cortó la mano; no quiso hacer contacto visual con el otro, no ahora precisamente—, ¿Fleet?

—Todo está bien... Solo... Me pareció ver a alguien... —mintió, o bueno, confesó de cierta forma.

Sus oídos se encresparon al escuchar pasos calmados acercarse, de hecho, vio por el rabillo del ojo un par de zapatillas deportivas instalarse casi a su par, se asomó con temor para encontrarse con la cara eufórica de un adolescente de dieciocho años verlo fijamente; aún cuando ayudó a su esposo a levantarlo del suelo, no podía salir del estupor, y a estas alturas ya era bastante obvio.

—Buenas noches, perdón por llegar tarde, ¿me preguntaba si aún estaba firmando sus ejemplares? —preguntó gentilmente, el moreno asintió y recibió el libro, cuando terminó y se lo devolvió, pudo ver mejor al adolescente; tenía el pelaje de un azul oscuro, casi negro, púas caídas, piel preocupantemente pálida, y el ojo derecho de un escarlata y reflejos bermellón, pero había algo curioso, su ojo izquierdo estaba cubierto por un parche, que fácilmente podría quitarse si quisiera.

666...

—Ten, eres el último a quien firmaré por hoy —expuso, vio a su alrededor y se alivió interiormente al no ser el único en sentir de pronto un ambiente tenso y frío. Silver dejó de lado su faceta optimista y agraciada, sustituida por una a la defensiva y preocupada a la vez; Knuckles parecía haber recordado algo muy importante, por eso se le veía tan ido y poco presente, pero que seguía observando el rostro extrañamente familiar del joven; Scourge también tenía esa sensación de haber conocido o saber de él, no obstante, al tener recargado a su esposo sobre su hombro y apenas verlo, no podía expresarse del extraño; Rouge no sabía qué pasaba y porqué de pronto todos se pusieron de roca, lo que sí, es que no vio a ese tipo en toda la convención, pareció haber salido de la nada misma. Y Fleetway... él en serio pareció haber visto a un fantasma, incluso temblaba sobre el cuerpo del peli-verde, sus pupilas dilatadas con emociones confusas atrapadas ahí.

Para aliviar el ambiente, el chico tosió y se dirigió únicamente al profesor, dejando al descubierto una sonrisa ancha y ladina, sin saber si era por complacencia, admiración, o irónica, como si se burlara de ellos—. Me parecieron muy interesantes los temas que abordó, ¿no ha considerado seguir con una secuela? Apuesto a que tendría el mismo o más apoyo que su primera entrega.

Shadow negó y le contó lo mismo que a casi todos los fanáticos, no habría continuación porque no había más historia, y alargarla sin necesidad ni fundamentos sería entorpecerla, creyó que con una sola parte bastaba para explicarla y presentarla. Estuvo apunto de responder resignado, claro, antes de que el murmullo lastimero de Fleetway «Salbness» escapara y todos se quedarán rígidos en sus sitios; el chico se quedó en silencio por un rato, antes de sonreír orgulloso y retroceder; sus dedos llegaron a las esquinas del parche y fueron aflojando las correas, poco a poco quitándolas sin demostrar insistencia, prisa o miedo, todo con simple calma; una vez estuvieron flojas, procedió a quitarse el parche con un aire de dramatismo ansioso, los adultos contuvieron la respiración ante su acto.

El chico ensanchó la sonrisa al punto en que dejó relucir unos bonitos dientes blancos y brillantes, junto a otro detalle: un lucero color verde tóxico destellar en par de su gemelo, exponiendo su heterocromía con total libertad sin importarle el reaccionar de ellos; Fleetway se balanceó hacia atrás sujetándose el pecho, sintiendo a su corazón latir tan rápido que incluso podría romperle la caja torácica, aún sin despegar la mirada del adolescente, negó, con lágrimas acumulándose listas para salir ante cualquier otro movimiento. Scourge se preocupó por el inexplicable estado de su marido, y sin embargo, también el de los otros tres, quienes se sostuvieron abruptamente la cabeza queriendo evadir la jaqueca que los azotó de repente.

Shadow inhaló y exhaló repetidas veces antes de ver una mano abierta en su dirección, vislumbrando al chico ahora tener un rostro más sereno, egocéntrico y altivo, con el ego a nada de ser presumido. Lo vio a él, pero también la silueta del que fue el protagonista de su libro llorar en silencio, y a una figura difícil de describir con orbes dorados como ojos refunfuñar indignado. Podía unir a ambos y como resultado simplemente daría... al muchacho que ahora alzó las manos para hacerse notar, obligando a todos a verle expectante, y es decir todos los del auditorio que pronto cesaron la música y el bullicio por de la nada voltear a ver a un adolescente "común"; sonrió satisfecho por la atención, caminando hacia el centro del sitio y girarse para que nadie se quedará sin apreciarlo, se detuvo de nuevo frente a Shadow, teniendo la osadía de levantar su mentón con uno de sus delgados y pálidos dedos. La sonrisa jamás se esfumó, pero, por fin pudo ver algo de simpatía y honestidad en ella cuando se presentó:

—Me llamo Dark Ogilvie, un gusto.

Amén, por fin después de tres años puedo presumir que Replaced llegó a su fin 😭😭😭😭

En serio, muchas gracias por el apoyo y la paciencia que tuvieron con este libro, les agradezco mucho el hecho de que no lo hubieran abandonado, cada voto y comentario fue un gran incentivo para terminarlo, gracias de verdad ❤️✨

Yyy por si las dudas, no, no habrá segunda parte, el final es abierto como pueden ver. De hecho, me encantaría ver sus teorías de como surgió este nuevo personaje, y que representa realmente, adelante, me encantaría leerlos 👀

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