Capítulo XVIII: Asesinos sueltos (Parte II)

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Capítulo XVIII: Asesinos sueltos (Parte II)

La zona de obras en construcción se hallaba a cinco cuadras al Noroeste de la "Central de la Policía", lugar al que Lincoln, Lana, Lynn, el Comandante Morrison, el Sargento McCree, la Capitana Oxton, el Comandante "Hunk" y Amelie Lacroix fueron para encontrar aquellas planchas y láminas de acero y hierro, cuyo segundo material era empleado en las ventanas de los hoteles del Sur de EEUU, sobre todo en el Estado de La Florida que servían como defensa ante los vientos de los huracanes, así evitando un desastre dentro de los edificios.

El "Segundo Grupo" que estaba integrado Lori, Bobby, Ronnie, Pavel, la Jefa Médica Angela Ziegler y Lisa habían partido hacia las estaciones de servicio para juntar la mayor cantidad de bidones de combustible y así contar con el suficiente para el viaje y el "Tercer Grupo" formado por Gyul, Dimitri, Luna, el Teniente Primero Alexander, Leni, "Sombra" y las Hermanas Chang habían salido en busca de todas las municiones de aquella armería, así como también ir a por los Señores Loud y las mascotas y un par de cosas en aquel domicilio.

- Muy bien, es aquí.- Dijo Lana, viendo que estaban delante de las puertas de aquellas obras.

El sitio en cuestión estaba siendo construido para unas lujosas torres residenciales, siendo la mayoría que iban a ser ocupadas por las familias ricas de Royal Woods, pero ahora, con aquel "Brote del Virus G" sobre la Ciudad, los obreros habían sido sacados de allí, ya que estaban a sueldo de "Umbrella" y más cuando podía verse una enorme bandera colgada en el esqueleto de aquella edificación, la cual se movía con el viento a más no poder. Lincoln fue el primero en ingresar, viendo que no había peligro a la vista, solo materiales, maquinaria y desolación, así que los demás le siguieron el paso.

- Muy bien, busquen todo lo que podamos llevar.- Pidió Lynn a los presentes.

La búsqueda no fue sencilla, ya que contaban con muchos materiales de construcción y las planchas de hierro y acero no iba a ser fácil de hallar, debido a que éstas eran puestas en alguna zona segura para evitar ser robadas por alguna banda de delincuentes.

- Excelente.- Dijo Lana, quien encontró herramientas como martillos, sopletes, máscaras para cubrirse el rostro y otros materiales sumamente importantes.

- Por aquí no hay nada.- Dijo Lincoln, el cual examinó el perímetro de la periferia.

- ¿Nada?. Mmmm, ya sé, habrá que ir hacia el interior del edificio.- Propuso el Sargento McCree.-

- ¿Por qué?.- Preguntó Lynn con dudas.

- Este tipo de materias va fijado a las ventanas, siempre y no solo por huracanes, sino también cuando es temporada de tornados.- Le contó Lena, quien estaba examinando la altura y ver si encontraban una escalera que los llevara hacia arriba.

Por su parte, Amelie se hallaba con Mark, éstos traían consigo alambres de espino, un buen diseño para la furgoneta de los "SWAT", ya que con ella iban a poder abrirse camino entre las hordas de Zombies y experimentos sueltos de "Umbrella". Sin embargo, la francesa, viendo que estaban alejados del grupo, se detuvo, dejando caer aquellas cosas que tenía encima.

- ¿Amelie?.- Preguntó Mark a ella, viendo como se movía con majestuosidad y deteniéndose sobre unos ladrillos que estaban apilados ordenadamente.

- Estoy bien, Comandante, no pasa nada.- Respondió la francesa seriamente.

- No, no lo estás, te vi así desde que salieron Junkrat y la Doctora Zhou hacia la "Central de Umbrella", ¿qué le ocurre?.- Quiso saber el chico de Kazajistán.

¿Debería decirle la verdad?. Las imágenes de su cabeza se proyectaban como una película, podía ver que los recuerdos le azotaban la mente y ella no podía sacarse eso de encima. Parpadeó, Mark estaba frente a ella, mirándola con seriedad, cruzado de brazos y mirando de que no hubiera algún Zombie o "B.O.W" cerca, por lo que la chica suspiró profundamente y alzó la cabeza para verlo.

- Debí haber sido yo la que fuera allí y no Mei.- Repuso con brusquedad.

- ¿Por qué? ¿Qué pasó con ello?.- Interrogó Mark y ahí fue donde las cosas tomaron un camino distinto.

- Mark, yo no fui enviada por el "Servicio Secreto de Francia" para investigar sobre el paradero de mi novio.- Comenzó con decirle la verdad y viéndolo a los ojos.

- Un momento...- Intentó en detenerla, pero fue más rápida.

- Mi novio, Gerard Lacroix murió hace tres meses atrás, en un misterioso accidente automovilístico en Niza, pero muchos lo consideraron un atentado contra él, debido a que estuvo investigando las acciones sospechosas de "Umbrella" y ellos, al parecer, no les encantó la idea de que un agente estuviera hurgando donde no debía y por eso lo asesinaron. Eso pienso yo y para ello te mentí a ti y a todos los demás, diciendo que me enviaron para esa misión pero no.- Relató con cada palabra que expresaba y lujo de detalle aquella trama.

- ¿Te enviaron para eso? ¿Para destruirnos?.- Le cuestionó Mark a la francesa.

- No contra ti, sino contra tus Jefes, aquellos que mataron a Gerard como si fuera un condenado. Ellos...¡Ellos mataron a mi novio y todo porque iba a decir la verdad!.- Exclamó, derramando lágrimas ante lo ocurrido y sintiendo rabia.

No lo podía creer, algo en su interior le había estado diciendo que no podía confiarse de ella, no por el hecho de ser una enviada por el Gobierno de Francia, sino porque ella había estado engañando a los presentes todo este tipo; pero al ver las lágrimas que ésta derramaba a más no poder, sintió pena. Si él hubiera perdido a su hermano porque "Umbrella" los tenía como "Carne de Cañón", también se sentiría así: Culpable, molesto, con grandes deseos de venganza, así que procedió con sentarse a su lado y la rodeó con sus brazos, acercándola para que llorara contra su pecho.

- Tranquila, no te preocupes por ello. Todo está bien.- Le auguró el joven peli negro, sacándose el casco y la máscara anti-gas.

- ¿Cómo crees que puede ser así? ¿Cómo?. Yo soy el enemigo.- Intentó saber aquello, pero el muchacho la tomó del rostro con suavidad.

- Aquí todos somos el enemigo de "Umbrella". Estamos solos, pero a la vez podremos vencerlos y vamos a salir vivos de ésta. Te lo prometo.- Dio su palabra y ánimos para seguir adelante.

- Pero, ¿cómo le explicaré esto a mis Superiores?. Si yo iba hacia la "Central de Umbrella" era para obtener esas investigaciones por la que Mei y Junkrat fueron allí, así los podría destruir por dentro.- Dudó la muchacha, pero Mark no la soltó.

- Ven conmigo, vayamos juntos a París. Empecemos de nuevo.- Le sugirió como un camino que podía tomarse, pero ella no era de ese tipo de gente que lo aceptaba fácilmente, sino que llevaría su tiempo. Fue entonces que el Kazajo la abrazó un rato largo y de ahí, virando para verla a los ojos, éste le dio un tierno beso en los labios, sellando esa "Promesa" de que iban a salir todos de allí, sin importar las consecuencias ni tampoco el tiempo.

- De acuerdo, Mark: Me voy con ustedes.- Tomó Amelie la decisión final, con sus mejillas ruborizadas y él no la soltó, dejó que ella lo tomara por la nuca para volverlo a besar y éste la rodeó por la cintura, sintiendo su piel suave y ese perfume parisino que impregnaba con un dulce aroma sus fosas nasales, como si fuera "Magia" que lo hipnotizaba.

Volviendo con Lana y los otros, Lena y McCree subían las escaleras junto a Lincoln, Lynn y la rubia gemela. Iban con calma, evitando no tirar ningún objeto que estaba desperdigado, ya que podía llamar la atención de cualquier enemigo que rondaba por los alrededores. En un momento dado, Lincoln detuvo la marcha de los presentes, abajo podía verse al Comandante Morrison vigilando la zona, con su arma en ristre y a la espera de toparse con algún enemigo. Éste se giró, hizo una seña de que todo estaba bien y prosiguieron con el avance.

Las cosas iban bien hasta que Lynn tomó al albino y lo condujo hacia el otro lado de aquella obra en construcción, topándose con un par de herramientas que necesitara su hermanita rubia para construir aquella "Fortaleza Móvil".

- ¿Chicos?.- Preguntó la Capitana Oxton, quien los veía irse por otro camino.

- Encontramos unas herramientas para Lana, luego vamos con ustedes.- Prometió Lynn, mientras que la inglesa asentía con la cabeza.

- De acuerdo, si necesitan, nos avisan.- Les pidió y una vez que salió de allí, la castaña se dirigió hacia su hermano, al cual le tomó de las manos, llevando a que éste la mirara a los ojos.

Tragó saliva, su hermana mayor se veía preciosa con sus cabellos atados en una cola de caballo, además de utilizar una camisa negra sin mangas y que revelaba su abdomen plano, una chaqueta roja con el emblema de las "Valquirias", guantes sin dedos negros, zapatos marrones y jeans azul oscuro, mostrado su figura bien "moldeada". Ésta se acercó a un lado de su rostro y le besó el cuello con suavidad, llevando a que el chico sintiera esa "Electricidad" que atravesaba su cuerpo, haciendo que su sangre corriera a toda velocidad y como su respiración se agitaba hasta llegar al nivel en el que su hermana lo besaba en los labios, sintiendo la suavidad de su hermano y él, sin ceder ante nada, la tomaba por detrás, sujetando sus nalgas, apoyándose contra una pared por un buen rato.

Mientras tanto, en una de las estaciones de servicio, la primera del camino, el "Segundo Grupo" estaba a cargo de conseguir todo el combustible suficiente para el furgón de los "SWAT" pero los surtidores de ese lugar estaban vacíos, por lo que debieron irse hacia otra más cercana, teniendo de paso el "Centro Comercial de Royal Woods", lugar donde estaba la armería y de allí irían hacia la Casa Loud para buscar a los padres y las mascotas de los chicos.

Volviendo con el "Primer Grupo", Mercy iba acompañada por Pavel, el cual no se quedó en la "Central" y prefirió ir con ellos. Aquel pelirrojo estaba al lado de aquella suiza rubia, vigilando de que nada malo le pasara, mientras que montaban guardia junto al Comandante Morrison.

- ¿Qué piensas hacer cuando todo esto acabe?.- Dirigió Pavel una pregunta a ella, tomándola por sorpresa.

- Bueno, tal vez vaya a Suiza por un tiempo y así sane estas heridas de ver tanta muerte y destrucción.- Sostuvo ella pero se encogió de hombros.- Sin embargo, eso lo tengo en duda, también hay mucha gente que va a necesitar ayuda y me apenaría mucho verlos sufrir.- Decía con aquel tan preocupado y lleno de amabilidad, siendo escuchada por Pavel.

- "Dios...Sigue siendo igual de dulce y preocupada como cuando la conocí en la Universidad".- Pensó "The Boy" con asombro.

- ¿Pasha? ¿Te pasa algo?.- Preguntó Mercy al chico, quien tenía la mirada perdida.

- ¿Eh? No...No, tra...tranquila, estoy bien.- Mintió, no lo estaba, sentía algo por aquella rubia suiza.

- Pasha, no me mientas.- Le habló ella con un tono divertido en su voz y al no poder contener esas emociones reprimidas por tanto tiempo, el pelirrojo la tomó de la cintura y la besó dulcemente en los labios a aquella chica.

Mientras tanto, Junkrat y Mei llegaban hacia la "Central de Umbrella". Un inmenso edificio de varias plantas, casi "rozando" los Cielos, pero que en su entrada, a pesar de parecer desértico, daba la impresión de que no estaban solos. El australiano revisó el lugar, éste estaba vacío y de ahí le hizo una señal a la asiática para que se metiera dentro, topándose con un cuadro dantesco: Cientos de cuerpos yacían sin vida por el piso, bajo enormes charcos de sangre, llevando a que Mei se horrorizara y ahogara un grito de dolor en su voz.

- No, ¡No!...Fred, Jeffrey, Susana, Anthony, no...¡No, por favor!.- Lloraba la pobre china castaña, mientras que Junkrat colocaba su mano en los hombros de la chica y ésta se giraba al ver y sentir el abrazo que aquel rubio le daba.

La china lo abrazó con fuerza, no quería soltarse de él por ningún segundo, sintiendo el contacto de sus pechos contra su cuerpo y éste acariciaba sus cabellos, dejando que ella derramara lágrimas por todo el sufrimiento por el que estaba pasando.

- Lo lamento mucho, Mei.- Le ofreció sus más profundos sentimientos de pesar.

- Junkrat, ¿por qué? ¿Por qué tenían que ser ellos?. Eran mis compañeros de trabajo, tenían sus vidas.- Quería saber la joven, pero el australiano la miró a los ojos, en un intento por calmar su dolor.

- Hey.- Le habló con tranquilidad y secando sus lágrimas.- Tranquila, ¿sí?. Entiendo tu dolor, pero no puedes darte por vencida en estos momentos, Mei. Hay que seguir.- Le animó a la joven.

- Pero...¿cómo? ¿Qué clase de Futuro nos puede deparar a todos? ¿Saldremos de aquí con vida?.- Quería saber ella, estando en un profundo pozo de angustia y sin obtener las respuestas que deseaba tener.

- Tranquila, no dejes que el miedo te tome por asalto. Saldremos de aquí, ¿sí?.- Le dijo como promesa.- ¿Confías en mí?.- Preguntó con un tono calmado y mirando esos preciosos ojos que tenía ella, sin soltarla del abrazo.

Tardó unos minutos en reaccionar hasta, que, finalmente, soltó aquella respuesta.

- Sí, tienes razón: Vamos a salir de aquí.- Dijo la joven, sintiéndose un poco mejor, en el sentido emocional.

- Así se habla, Copo de Nieve. Ahora, ven y salgamos de aquí. Busquemos lo que necesitas, no me fío de esos cuerpos ahí tirados, pueden levantarse en cualquier momento.- Sostuvo el muchacho y ambos tomaron el ascensor hasta el piso 20, lugar en el que Mei tenía su laboratorio y en el cual podían hallar lo que el Dr. Richard Foster le había enviado a la joven científica. Esperaban poder hallarlo antes de que fuera tarde.

Llegaron hasta aquel piso, encontraron el laboratorio y Oficina de Mei, la cual era muy espaciosa. La científica tomó asiento y tuvo la suerte de que su sitio tuviera luz, ya que muchas partes del edificio no contaban con aquel suministro eléctrico y algunas de éstas titilaban por los pasillos, dando una atmósfera de terror. El australiano caminó hasta el pasillo, todo estaba despejado pero no paraba de darle una mala espina, de ahí, mientras que la china buscaba en su computadora aquella información, el otro observó por las Cámaras de Seguridad, sin ninguna novedad.

- ¡Lo tengo!.- Exclamó la científica, mientras que abría unos "Archivos" enviados por su colega.

Junkrat fue hasta ella, quien comenzó a leer aquella información sumamente importante.

"Estimada Dra. Mei Ling-Zhou: Usted y yo hemos sido conscientes del peligro que representan las amenazas, no solo exteriores, los ataques y secuestros contra las celebridades de la "Corporación Umbrella", sino también el riesgo de que un desastre o una fuga de material biológica pueda tomarnos a todos por sorpresa. La "Dirección" me ha tildado de loco, pero no es así.

Usted ha sido una de las muy pocas que me entendió y por eso quiero dejarle establecido que he diseñado una cura contra el "Virus G". Se encuentra en mi laboratorio, todos los componentes están listos, solo necesitará llevar a cabo la creación de la misma y así podrá a todas las personas que pueda, pero no deje que "Umbrella" se apodere de mis investigaciones.

Por favor, guárdelas, ponga a salvo las mismas.

Esos son mis últimos deseos, Dra. Zhou. Tengo confianza en usted.

Muchas gracias: Dr. Richard Foster".

Ese era el mensaje que le habían dejado para que se hiciera cargo de dicha tarea. Con pesar y lágrimas en los ojos, reconociendo que el destino de su amigo ya estaba sellado, la china castaña tomó un Pendrive y comenzó a guardar toda la información enviada hasta ella, mientras que Junkrat le ponía sus manos en los hombros.

- ¿Todo bien?.- Preguntó él a ella.

- Sí. De ahora en adelante, las cosas van a ir mejorando.- Prometió la china, pero, por desgracia, una fuerte explosión tomó a los dos por sorpresa.

Junkrat corrió hacia las Cámaras de Seguridad y para su horror, el francotirador del "U.S.S" fue testigo de cómo un gigantesco "Mr X" ingresaba en las instalaciones, habiendo derribado las puertas con un gran estruendo y avanzando hacia donde estaban ellos. Se detuvo frente a una de las cámaras, los miró con esos ojos desprovistos de vida y con sus gigantescas manos las destruyó una por una.

- ¡Un "Tyrant"!.- Exclamó Mei con horror.-

- Lo habrán enviado para destruir toda clase de evidencias, no quieren que nada salga a la luz.- Teorizó Junkrat y fue hasta la chica.- ¿Cuánto le queda de descarga?.

- Poco, no más de 1 minuto.- Respondió Mei y de ahí terminó.- ¡Sí, listo, vámonos!.-

Salieron de su Laboratorio y Oficina, pero no pudieron ir por las escaleras, ya que el "Mr X" los estaría esperando abajo o peor aún, iba hacia ellos, en camino, así tuvieron que ir subiendo. Los ascensores habían sido inutilizados y la única vía era subir. Pronto, ambos llegaron al Laboratorio del Dr. Richard Foster, en el cual buscaron el antídoto contra el "Virus G".

- ¿Oyes algo?.- Preguntó la china al australiano, quien tenía su oreja izquierda apoyada contra las paredes y luego en el piso, sin embargo, una mueca de horror se dibujó en su rostro, por lo que corrió hacia donde estaba aquella joven, agarrándola justo a tiempo para cuando estallaban las paredes laterales, arrojando escombros por todo el laboratorio.

- ¡HIJO DE PUTA, NOS TENDÍAS UNA TRAMPA!.- Gritó el rubio.- ¡Mei, de prisa, busca el antídoto y abre las llaves del gas, yo lo voy a distraer a este calvito!.- Le encargó aquella misión a la china, quien asintió y comenzó a ir por el segundo objetivo.

Mientras que la castaña iba en busca del antídoto, el rival llegó a alzar sus poderosos puños, llegando a destruir otra de las tuberías, provocando que una intensa fuga de gas se hiciera sentir por los alrededores.

- ¡Oye, pelado, te tengo algo: Pablito clavó un clavito en un calvito y ese eres tú, Jajajajajaja!.- Se burló "Spectre" del aquel oponente, quien fue hasta él, trazando un arco con sus brazos pero era esquivado.- ¡OLÉ, TE ESTÁS PONIENDO UN TANTO VIEJO, JAJAJAJAJA!.- Le seguía provocando.

- ¡La tengo!.- Festejó Mei, ya que halló el maletín con el antídoto y los pasos a seguir para elaborar la cura contra aquella plaga.

- ¡Muy bien, sabía que lo lograrías!.- Le felicitó Junkrat. Éste evadió al rival, tomó a la chica de las manos y apuntó con su rifle hacia aquellas "nubes" de gas.- ¡Y para ti, pelado, mándale saludos a tus amigos en el Infierno!.- Se burló, jaló el gatillo y una bala de aquella arma dio contra aquellos elementos inflamables, provocando una feroz explosión que engulló el Laboratorio del Dr. Richard Foster junto al "Mr X" y comenzaba un "Efecto Dominó, un "Eco" que arrasó con todo aquel piso.

El francotirador y la científica rodaron por el piso, quedaron cara a cara, el uno arriba del otro, mirándose a los ojos y poniéndose de pie, con un zumbido en sus oídos, el cual iba cediendo, mientras que ellos se dirigían hacia el escape, uno que se hallaba en las alturas de aquel edificio.

- Espera, ¿cómo haremos para salir de aquí?.- Preguntó Mei, viendo que Junkrat tomaba un "Garfio Tele-Dirigido", apuntando hacia la azotea de otro edificio.

- No podemos usar las escaleras ni el ascensor. Ese infeliz debe seguir vivo, así que...- No tuvo tiempo para completar esa oración, ya que se comenzaron a oír pasos.- Ahí lo tienes.

- Ay, no, le tengo miedo a las alturas.- Dijo ella con temor en su voz.

- Oye, Mei, tranquila, ¿recuerdas lo que te dije? ¿Confías en mí?.- Le volvió a preguntar a la científica, quien asintió con la cabeza.- Bien, ahora, no te sueltes de mí, por lo que pase, no lo hagas, quédate aferrada a mí. Solo será una cuestión de segundos.- Le prometió el rubio, quien disparó hacia un "Punto de Anclaje", se estiró un cable de fibra reforzado y colocó la "Tirolesa", la cual estaba lista para lanzarlos hacia la seguridad.

- ¡Ahí viene!.- Alertó la científica del "Mr X", quien tiró abajo las puertas que daban a la terraza con un poderoso golpe de sus puños, mientras que se veían unas lenguas de fuego y humo emerger desde el interior.

- ¡Mejor suerte para la próxima, calvito!.- Se burló Junkrat de aquel rival y cuando corrió hacia ellos, el australiano y la científica se lanzaron en tirolesa hacia el otro edificio.

Duró unos segundos, por lo que estuvieron a salvo en la azotea de ese mencionado lugar, pero el peligro no cedía aún. Mei lo abrazó con fuerza a Junkrat, agradeciéndole por haberla protegido, incluso le dio un tierno beso en los labios, llevando a que se ruborizara.

Pronto, el francotirador y la científica salieron de aquella edificación con el Pendrive y el maletín del Dr. Richard Foster en sus manos, poniendo rumbo hacia la "Central de la Policía".

A su vez, desde la "Dirección de Umbrella", un emisario llegaba a toda prisa con una noticia sumamente importante, por lo que fueron reunidos todos los miembros de la "Junta Directiva" y así escucharían lo que acababa de llegar ante todos los presentes. Sin embargo, el "Mr X" no se iba a dar por vencido, ya que, desde la terraza de la "Central de Umbrella" se había visto obligado a buscarlos y sin importar las consecuencias.

De vuelta con el grupo de Lori y Bobby, habían dejado atrás la primera estación de servicio, ya que los surtidores se encontraban vacíos, así que pasaron a otra, una que se encontraba a pocas calles de allí. Necesitaban conseguir todo el combustible para aquella furgoneta, la suerte debía estar de su bando y sin rechistar.

- Este surtidor está lleno.- Avisó Bobby a su novia.

- Excelente, vamos a cargar estos bidones.- Pidió Lori y comenzó con el trabajo.

- Aquí también lo está.- Señaló Ronnie Anne.

- Buen trabajo, hermana.- Le felicitó su hermano mayor.-

El chico se sentía pasmado, derrotado, saber que su familia estaba por allí, rondando, perdidos, convertidos en muertos vivientes, yendo hacia ellos o tal vez estaban perdidos. Si esa era la descripción que Ronnie Anne había hecho, solo ella había sido testigo de lo ocurrido en su casa. Por su parte, para la mexicana de cabello negro, recordar que Lincoln y ella nunca habían podido tener una relación, más que nada por el tema de que el chico solo la veía como una amiga, solo podía sentir bronca contra Lynn, aunque prefirió no meterse en ese asunto.

- Te veo un tanto mal, hermano.- Dijo Ronnie a él.

- Estoy bien, Ronnie, tranquila.- Le respondió, mientras que continuaba juntando combustible de unos surtidores.

- No, no lo estás, ¿es por lo de mama, los abuelos, Carlota, Carlitos? ¿No es así?.- Preguntó ella.

Respiró profundamente, era duro aquella escena, saber que eran los únicos que estaban con vida. Fue entonces que el mexicano la abrazó con fuerza, sin soltarla por ningún momento, mientras que ésta notó las lágrimas bajar por sus ojos y caer sobre su campera violeta.

- No quiero perderte, Ronnie. Por favor, no hagas una tontería como querer enfrentarte a ellos.- Le pidió a ella, llevando a que la joven tuviera que luchar contra su orgullo, su lado de matón barrial, cerrando los ojos y de ahí pasaba con responder al abrazo.

- Te lo prometo, Bobby, es una promesa.- Juró ella, sin soltarse del agarre por ningún momento.

Lori los observaba, no quería meterse en esos momentos, sabía bien que su novio y su hermana necesitaba un momento a solas, reconociendo el destino de la familia de aquellos, solo esperaba saber y rogar de que los suyos estuvieran a salvo. El relato de Lily había sido incompleto, no podía dejar de darle vueltas al asunto cuando se trataba de que sus padres estaban allí, todavía, en la Casa Loud, esperando a ser salvados.

- Hoy estamos todos sentimentales.- Habló Luna y justo en ese momento, Dimitri llegaba con unos bidones de combustible cargados.

- Sí.- Respondió el estudiante de Rusia y Japón, tomando asiento a su lado.- Son los momentos previos a la "Prueba Máxima", aquella a la que nos dirá si podemos "aprobar" o no.- Sostuvo el muchacho seriamente, acomodándose sus lentes de Sol Aviador y el reflejo del Sol dio contra el cristal, llevando a que la castaña lo viera a los ojos.

- Oye, hay algo que no te pregunté.- Dijo y él sintió como la mano de Luna tocaba la de éste.- ¿Cómo es que te salvaste de los muertos vivientes?. Tu historia es increíble, te abriste camino con un hacha, debió ser fuerte.

- Y que lo digas, lo fue: Y pensar que iba a estar empezando las clases en la "Universidad de Royal Woods", siendo un ambiente tan tranquilo, pacífico y de golpe, los Zombies mataron a todos mis futuros compañeros, profesores y hasta al Decano. Tuve que abrirme camino con esta hacha para poder salvarme, aunque no lo veo como una "aventura", sino más bien como el azar. A cualquier le pudo haber pasado esto y todo dependía de la astucia, la inteligencia y no ser un orgulloso.- Apuntó el muchacho y de ahí sintió como Luna se recostaba contra su pecho.

- Lo que hiciste antes...con mis amigos...yo...yo creí que los iba a poder salvar, pero no te culpo de eso: Es como bien dijo Mark: Una vez que te atacan, ya no hay vuelta atrás.- Dijo con pesar, recordando la escena en la que había llegado hasta el garaje de Sully y cuando los encontraron convertidos en Zombies, devorando a sus familias y había sido Dimitri el que tuvo que sacarlos de su miseria, para que después incendiaran el domicilio para evitar que se levantaran.

La castaña se acurrucó aún más contra él, buscando su protección, agarrándolo por la cintura, intentando salir de aquella pesadilla junto a los demás.

- Cuando estaba en las calles, antes de encontrarlos a ustedes.- Comenzó a relatar el ruso-japonés.- Había oído gritar a una persona, estaba corriendo de los Zombies. Yo estaba a pocos metros, corrí y al doblar por una calle, fue tarde, podía ver como ellos lo habían atrapado y le estaban comiendo toda la carne y los órganos. Lo único que sentí en ese momento era decepción, odio contra mí mismo por haberle fallado a ese chico. Yo solo quería salvarlo y a cambio terminé partiéndole el cráneo como si fuera una sandía para evitar que se volviera a levantar.- Recordó aquellas escenas y el momento de rabia que tuvo al blandir el hacha contra aquellos enemigos, matándolos a todos como si nada.

Luna se quedó sin palabras ante ese hecho.

- No sabes cuánto lo lamento. ¿Era un amigo tuyo?.- Preguntó ella con pesar.

Dimitri negó con la cabeza.

- Era un civil cualquiera. Tenía la confianza de que podría salvarlo, de que eran tres Zombies, pero cuando llegué, otros dos más lo tenían atrapado y ya era tarde. No pude salvarlo.- Contó con lamentación en su voz.

- Oye, no te sientas culpable. Hiciste lo que pudiste, no es tu culpa.- Le animó la joven, tomándolo por el rostro con suavidad.- Gracias a ti, pudiste sacar de la miseria a mis amigos, mira si llegaba a tener que verlos ahora, aquí, de pie, con esa mirada perdida. Ni yo misma podría matarlos.- Sostuvo y ambos permanecieron en silencio.- Pero...hay veces en las que me pregunto si realmente vamos a salir vivos de ésta y si lo hacemos, ¿qué clase de Futuro nos deparará a nosotros?.- Quería saber, ya que sus sueños de ser una Estrella de la Música junto a sus amigos se habían esfumado, convertido en cenizas.

- Eso lo sabremos cuando salgamos de aquí. Uno no puede vaticinar lo que ocurrirá más adelante.- Aportó el chico y pudo ver como la castaña le miraba otra vez.

- ¿Sabes?. Creí que simplemente seríamos amigos, pero empiezo a sentir cosas hacia ti, es como si tuviera un hormiguero y esto lleva días así. Algo me impide expresarlo pero...- Luna no tuvo más tiempo para poder sostenerlo y ocultarlo, ya que apoyó sus manos sobre las solapas de la gabardina "Trench" marrón de Dimitri y lo besó en los labios, dejando a ambos chicos ruborizados a más no poder, sintiendo el calor del amor que les invadía en cuerpo y alma.

Lori los miró, se sentía bien consigo misma y sobre todo de que su hermana hubiera hallado a su "Alma Gemela", siendo aquel estudiante de Rusia y Japón. A su vez, Leni y Alexander se encontraban en aquella armería, juntando todas las municiones necesarias, acompañados por Gyul, las Hermanas Chang y "Sombra".

- Uhhh, qué buena esta arma.- Dijo la mexicana al tener su Subfusil Uzi con probarlo y lanzar una ráfaga que mató a un grupo de Zombies por los alrededores.

Sintió la mano del hermano de Mark sobre sus hombros, llevando a que se volteara para verlo de cerca.

- Jejejeje, tú podrías ser una buena tiradora en el "U.S.S".- Dijo el joven peli negro.

- ¿Y yo?.- Preguntó Sid, quien estaba tirado sobre sus pies, abrazándolo y con la mirada romántica junto a su hermana Adelaida.

- Sí, por favor, Señor K-Pop, ¿nosotras podemos ser como usted?.- Añadió la peli negra asiática, llevando a que Gyul tragara saliva y más al recordar las palabras de Mark de que ahora estaba teniendo a su "Club de Fans".

- Niñas, ¿ustedes no tienen parientes?.- Preguntó Gyul a ellas, pero éstas negaron con la cabeza.

- Toda nuestra familia murió cuando los muertos vivientes atacaron.- Relató Sid, quien cambió su tono de emoción a tristeza.

El peli negro se quedó sin palabras ante lo que estaba por oír.

- Sí, fue horrible, perdimos a todos ellos. Sid me agarró del brazo y huimos de allí, sin poder hacer nada, solo correr y alejarnos de ellos. Los Zombies atacaron a todos los nuestros, era como vivir una pesadilla. Tal vez duraron unos segundos en los que todo quedó en silencio. Nos ocultamos en unos cestos de basura vacíos hasta que nos encontraron.- Relató Adelaida, siendo escuchadas por Gyul y "Sombra".

En aquel momento, el peli negro las abrazó con fuerza, reconociendo el dolor que ellas estaban pasando y de que no quería separarse de él. "Sombra" las miró, podían ser celos, pero no podía culparlas, ella no tenía familia y ese chico era el único que lo podía considerar como su "Hermano", uno que era confiable.

- Bueno, chicas, será mejor que vayamos cargando estos bidones de regreso y tranquilas, que vamos a salir de aquí.- Les prometió el Virólogo, mientras que se iban dirigiendo hacia los surtidores para cargar aquellos objetos.

Pronto, los presentes iban a tener ante sus ojos algo que se acercaba, una importante decisión y que tenía, como resultado", el Futuro de cada uno de ellos allí reunidos y con la esperanza de dejar aquella pesadilla en la que todos estaban metidos.

Pronto, desde el Congreso de EEUU, una votación de suma importancia se estaba llevando a cabo, el panel de votos encendido y los Representantes de las Cámaras iban preparándose para poner su sufragio ante una importante cuestión relacionada con el incidente biológico en la Ciudad. 

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