Chiaroscuro

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Noah— una voz no deja de llamarme con urgencia, como si necesitara mi ayuda.— ¡Noah! ¿Dónde estás?

Es extraño, desconozco esa voz, pero algo me hace sentir extrañamente familiar, como si la hubiera escuchado antes, pero a su mismo tiempo fuera nueva para mí. Además, ¿cómo es que conoce mi nombre? Todo está oscuro y apenas puedo ver dos orbes morados brillando al fondo de la estancia, aunque sea un sueño, noto el frío calando en mis venas, aunque, al tratar de frotarme los brazos para aliviar la sensación, mi cuerpo no responde, como si estuviera paralizado por las esferas flotantes de ese tono violáceo.

Es extraño como parecen calar dentro de mí, leyendo mi psique como quien lee un libro, un libro de apenas treinta páginas, dada mi historia. Pero, pensándolo bien, mi vida ha sido una senda de dudas y pérdida durante mis primeros siete años.

En primer lugar, perdí a mi padre biológico por un supuesto accidente, aunque después de todo lo que ha dicho Black acerca de mi familia, es posible que fuera asesinado y que el asesino lo hiciera parecer un accidente. ¿Quién sabe? Espero cualquier cosa de aquellos que mataron a mi madre, me refiero a la reina de este mundo al que Black dice que pertenezco.

Y por supuesto, no podía faltar el hecho de que pertenezco a otro mundo, que soy una princesa, hija primogénita de una reina asesinada por un poderoso rey de los que no conozco nada. Probablemente ella tratara de protegerme, pero, ¿no habría sido mejor que me hubiera dejado en esta dimensión? Me habría criado entrenando para poder derrotar al rey que asesinó a mi madre y a su hija, que al parecer ahora gobierna aquí.

—Noah— la voz me saca de mis pensamientos de golpe, sonando ahora más cerca, mucho más poderosa— Al fin puedo contactar contigo después de todo este tiempo.

Trago saliva, asustada por la cercanía y lo profunda que se escucha la voz femenina, casi como un ronroneo que me recorre toda la columna como un escalofrío. Aunque no es del todo desagradable, lo que realmente se hace desagradable es el hecho de que los orbes violáceos han desaparecido de su lugar anterior, ahora desplazándose a la vez a unos metros de mí, en la oscuridad.

No me hace falta mirarlo dos veces para caer en la cuenta de que realmente no son dos bolas, sino dos ojos que me observan.

Noto que estoy temblando al tomar una larga y profunda respiración, claro que estoy temblando, el aire apesta a azufre y a un hedor extraño que no soy capaz de localizar ni atribuir a ningún tipo de animal.

¿A qué clase de animal le brillan los ojos de esa forma en la oscuridad? Además, es imposible sentirse tan pequeña en presencia de un gato, ni siquiera con un gran felino como un león. Está claro que no es un animal que haya visto alguna vez.

Recorro con la mirada la estancia, con la mirada, parece una cueva, así que lo que quiera que sea ese animal, es un ser nocturno, o al menos acostumbrado a la oscuridad.

Detengo la mirada en algo que sobresale de la oscuridad, una especie de cola de reptil de escamas oscuras que en seguida se repliega hacia la oscuridad ante mi mirada, lo que provoca que mi cuerpo responda de una vez por todas, permitiéndome dar un paso atrás.

Que yo sepa, solo existe una criatura que corresponda ante estas características que el ser ante mí. Parecería imposible sino fuera porque Black me trajo aquí a través de un viaje interdimensional usando su propia sangre.

—Un...— trago saliva antes de pronunciar la palabra en voz alta, armándome de valor— dragón.

La criatura sale de entre las sombras, revelando su imponente forma de escamas del color de la obsidiana, sus membranosas alas replegadas a los lados de su cuerpo, sus largos cuernos oscuros sobresaliendo de su cabeza, su hocico expulsando un denso humo.

—Al fin contestas, pensé que no sabías hablar.— su voz hace que tropiece cayendo hacia atrás, pero con rapidez me sostiene con su cola, colocándome en el sitio de antes sin hacer movimientos bruscos, creo que puede notar lo asustada que estoy, debe ser porque me lee la mente, no porque estoy temblando de pies a cabeza— Me has despertado, Noah.

—Lo siento...— es la única respuesta que me viene a la cabeza y que puedo articular sin temblar de pies a cabeza.

Emite un gruñido extraño, recogiendo la cola de nuevo, acostándose en el suelo, lo que hace que relaje los hombros y el cuerpo entero, tras caer en cuenta de este hecho, ya que, al parecer, desde el primer momento, mi cerebro parecía estar buscando una posible ruta de escape.

—No es malo, Noah, tenía que despertar, te ayudaré en tu lucha contra la Reina Blanca.— su voz suena ahora más suave, como si comprendiera finalmente lo mucho que me atemoriza su presencia— Tú y yo debemos luchar juntas contra ella.

—¿L-luchar, contigo... Contra la Reina Blanca?— trago saliva, de una forma que probablemente haga eco en toda la caverna— ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué despiertas ahora? ¿Quién te ha...?

—Princesa— me detiene, es la primera vez que alguien se refiere a mí de tal forma, de alguna manera, se siente extraño, como si no me perteneciera— Primero debes aprender a usar tu propio poder y eso conlleva mucho tiempo y esfuerzo.

—Pero tengo que hacer las cosas rápido, debo volver con mi familia. Y si lo me doy prisa mis padres van a creer que me pasó algo malo...— empiezo a hablar atropelladamente de nuevo.

—No puedes precipitar las cosas, tienes que entrenar, hacerte fuerte para tener posibilidades contra ella. No estará sola, estás luchas nunca se llevan a cabo en solitario, Noah. Y tú tampoco debes hacerlo, necesitas a ese chico, Black, a tu lado. Es poderoso— para ser una dragona, habla de una forma inesperadamente racional, más que yo, incluso— Y yo también estaré ahí en todo momento, pero no de la forma que piensas. Me comunicaré contigo, tu mente está abierta a la mía, así es como hablo contigo ahora.

En lugar de contestar, tomo una larga respiración y asiento en silencio, pasándome las manos por el rostro, agotada de esta extraña conversación.

—¿Cómo te llamas? Tendré que saber tu nombre para hacerte saber que necesito hablar contigo.

Su mirada pasa de la confianza a la confusión de una forma tan rápida que llega a ser divertido. Evito una pequeña sonrisa, es triste que no conozca su propio nombre, al fin y al cabo.

—¿No tienes nombre?— ella niega con la cabeza, así que, con toda la tranquilidad del mundo, me dejo caer al suelo para sentarme, con mis ojos fijos en los suyos.— Entonces podría darte un nombre.

—Que no sea nada raro, me temo que se te ocurra algún nombre de mascota— mira hacia otro lado -sí que es expresiva-, como fingiendo indignación al ver que voy a intervenir— No soy una mascota, Noah.

Eso me hace reír, así que me recuesto en el frío suelo de piedra, mirando el techo con el ceño levemente fruncido para pensar.

Es una dragona, oscura, con ojos violeta, que expulsa humo por la nariz y puede hablarme en la mente, además de que parece haberme adoptado de alguna forma. Sus escamas son del color de la...

—¡Obsidiana!— grito poniéndome en pie de un salto.

Cuando quiero darme cuenta, estoy de pie en la habitación de la cabaña de Black, quien me observa desde la entrada con su ya icónica sonrisa ladina y los brazos cruzados sobre el pecho.

En un principio, vuelvo a sentir vergüenza -ya me ha pasado demasiadas veces con él-, pero inmediatamente después frunzo el ceño al fijarme en sus ojos, que vuelven a ser de ese extraño tono claro. Hay algo inquietante en ese color, algo que no me hace sentir cómoda, que hace que su mirada ya no me observe con diversión, sino con una frialdad que cala hasta mis huesos.

Le recorro con la mirada, cautelosa, descubriendo su gema, idéntica a la que llevo en el colgante. Lo único diferente es...

Su tono blanquecino en la parte de abajo, que hace que mi respiración se detenga por unos segundos sin que apenas me percate de ello.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro