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007. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗦𝗘𝗩𝗘𝗡──

── 𝖼𝗋𝖾𝖺𝗆 𝖼𝗈𝗈𝗄𝗂𝖾𝗌 •˖* 📼 ☄️

𝗥 𝗨 𝗡 𝗔 𝗪 𝗔 𝗬    .    𝗩 𝗢 𝗟   𝗢 𝗡 𝗘

─ ¡Merlín nos bendiga! 

Lo primero que hice al notar la presencia de los maestros y direcitor fue esconder el mapa del merodeador en mi abrigo, mientras los adultos se acercaban a nosotras.

Milan rápidamente escondió el mapa del merodeadores en su abrigo, ya que no podía hacer nada más que eso, ya que el director se había acercado a ambas.

─ Director ─titubee muy nerviosa, mirando a Hazel en busca de una salida, definitivamente esto no era parte del plan ─. Juro que no es lo que parece.

No teniamos escapatoria, así que solo suspire. Probablemente nos castiguen, pero valía la pena venir a cumplir mi promesa con Harry.

─ Ya que ─dijo Hazel en rendición.

─ ¿Señoritas Lupin y Longbottom que hacen aquí?  ─se preguntó el director mientras los demás se adentraban.

Mire a Harry para que no fuese a hablar ni salvarme de esta, pues yo solita me había metido en esto, y si me catigarán, que lo hagan.

─ Es... en realidad todo mi culpa, profesor Dumbledore ─Hazel admitió, dando un paso al frente, asumiendo toda la culpa ─. Le pedí a Mily que viniera conmigo para... desearle suerte a Cedric.

Dumbledore pareció entenderlo, o eso creo, así que dijo:

─ El amor de jóvenes.

Vi a Hazel abrir los ojos de par en par, al igual que Cedric, ambos parecían como si se hubieran atragantado o algo así.

─ ¿Qué? No, no, solo somos amigos ─aseguró la castaña, mientras Cedric asentía de acuerdo y con los nervios a más no poder.

Va a explotar 

─ Si, eh... profesor, no quisimos meternos en problemas.

Sentía que no era justo Hazel se lleve toda la culpa, no es que ella me hubiera obligado o algo así.

─ Profesor ─mire por última vez a Harry antes de mi triste destino ─. También es mi culpa, debi estar en las gradas con el resto.

Dumbledore nos miro por unos segundos, y luego de hizo una seña al señor Filch, y este se acercó rápidamente.

─ Señorita Lupin, su castigo será no presenciar la primera prueba ─rayos, bueno, al menos pude ver a Harry ─ Y ustedes señorita Longbottom, regresara a su castigo.

Nos miramos entre si, sabiendo que estas eran las consecuencias de nuestros actos, y sin más remedio, y resignandonos a no ver la primera prueba, fuimos escoltadas por Filch hasta el salón de castigos.

Una vez ambas estuvimos dentro, vimos como Filch se iba, supongo a seguir supervizando todo en la primera prueba.

─ Mira el lado bueno ─le dije a Hazel, mientas me sentaba en uno de los pupitres de la sala ─. Viste a tu amado y yo me meti en otra aventura.

─ No creo que él lo vea de esa forma. ─dijo entre sonrisas, y haciendo que sus mejillas se pongan rojas, haciendome acordar a Nevi cuando le dicen algún cumplido o la felicitan.

─ Eso lo dices porque no viste toda la perspectiva. ─señale, recordando las palabras de Cedric, y no solo eso, sus actitudes.

─ Lamento haberte metido en problemas, no debí haberte pedido ayuda desde un inicio ─Hazel se disculpo conmigo, un poco apena por la situación.

─ No te preocupes, si yo estuviera en tu lugar, me hubiera gustado que alguien me ayude a salir. ─la tranquilice con mis palabras, sonriendo levemente.

Ella bajo la mirada con más tranquilidad ─ Te ayudaría con cualquier cosa, por eso somos amigas, ¿O no?

Hazel titubeo al decir esto último, lo cuál se me hizo extraño, ya saben, por todo lo que Neville me conto de su hermana.

─ Claro que somos amigas, hasta la pregunta me ofende. ─solté, aligerando el ambiente tenso que se había formado.

Conozco desde hace poco a Hazel, pero la considero una buena amiga, es fácil conectar con ella.

─ Ya, lo siento, no soy... muy buena haciendo amigas ─admitió provocando que la mire con confusión al escuchar que está vez lo confeso.

─ Pero... ¿que dices?. Desde que te conozco te he visto hacer amigos. ─murmuro.

─ Bueno, digamos que... en realidad nadie es aceptado totalmente en la sociedad ─soltó, haciendome confurdir aún más.

Sin embargo, analicé sus palabras por algunos segundos, llegando a una conclusión, o eso creo. ─ Algo te paso antes de venir a Hogwarts, ¿no es así?

Ella asintió con delicadeza y con los ojos cristalizados ante los recuerdos que llegaban a su mente.

No puedo imaginar todo lo que ella ha pasado.

─ Las personas como esa chica de Slytherin con la que me he peleado son las mismas que me han acosado toda mi vida ─guardo silencio, ya que su voz cada vez se ponía más entrecortada ─. Y, cuando llegue aquí me prometí que no dejaría que pasara lo mismo, que no tendría más miedo y... que seria valiente, cuando vi lo que le hacían a Neville recordé todas las golpizas me llevé por no querer defenderme.

Me acerque a ella. ─ Las personas son crueles. Lo siento...no se lo que se siente pasar por todo eso, pero lo he visto. No sabes cuantas veces he defendido a Neville...espera... él... Tu hermano... ¿sabe de todo esto?

Negó ─ Si se entera seria un desastre... el cree que tenia muchos amigos allá así que, nadie más que tú lo sabe ahora.

─ Seré un tumba ─aseguró Milan, dándole un medio abrazo a Hazel, reconfortandola un poco─, si quieres hablar, aquí estaré. Sin embargo, largos años de ocultar mis cosas me han hecho saber que es mejor contarselo a la gente que te quiere...

Una corriente extraña paso por mi cuerpo, haciendome sobresaltar muchas veces, sabiendo que yo no seguía mi propio consejo.

La vi recargar su mejilla en su mano, mientras me veía con un poco de diversión.

─ Ahora que estamos en terapia ─ambas reímos ante el comentario ─. Si quieres contar algo, este es el momento.

Hice un muequita, finalmente aceptando, creo que era el momento de contarle a alguien sobre lo que me pasa, ¿no?

─ ¿Prometes ser una tumba?

Hazel asintió con obviedad ─ Pero claro que si, soy mejor guardando secretos como cualquiera, no tienes idea de los secretos que Eugene ha soltado sobre si mismo en estas últimas semanas

Solté una última risilla, antes de adoptar un semblante serio por lo que contaría.

─ El verano pasado, cuando... mi padre y yo salimos por unas pequeñas vacaciones, no sólo fue para ver los campos y demás. Él iba a ayudar a un amigo. ─conté.

Refiriendome a que ayudamos a tío Canuto en algunas cosas, no personalmente, pero tuvimos que viajar para hacer unos encargos.

─ Me perdí por entrar en mi mundo ─seguí, haciendo una muequita, sabiendo que esto era algo raro que me pasa, de la nada suelo desconectarme del mundo, odio hacer eso, pero no puedo evitarlo ─... estaba en un mercado muggle, al no ver a papá me asuste, era un lugar nuevo, así que empecé a caminar, buscando algo familiar. Y me tope con una señora aterradora...

Mi voz empezo a salir temblorosa, en verdad, hasta este momento, no sabí lo duro que era contar esto.

De pronto, sentí a Hazel colocar su mano sobre la mía.

─ Está bien si no quieres seguir, no quiero que te presiones, Mily.

─ Esta bien, creo que necesito decirlo ─hizo un pequeña mueca, sorbiendo mi nariz ─. Detrás de esa mujer, detrás de la suciedad y ropa vieja, reconocí a...a mi mamá...o eso creo, se parece mucho a la mujer que hay en una fotografía vieja que encontre en mi antigua casa.

Hazel me miro confundida, supongo que por Neville, sabe que soy huerfana de madre, como todo el mundo.

─ Creí que estaba muerta, papá dijo que lo estaba ─murmuró ─. Tenía la marca del quien-tu-sabes en el brazo. Ella al verme, grito mil y un cosas, diciendo que yo era una desgracia para su sangre, que nunca quiso tenerme... Luego simplemente me empujó y se fue.

Se sintió feo, estar ahí, en el suelo, sintiendome rechazada por la persona que me dio la vida.

─ No le digas a nadie, no quiero que me vean como una traidora o algo así. Hija de una mortifaga, nadie confiaría en mí...y menos Harry.

Le pedí, sabiendo como todos me mirarían raro, y hablarían cosas de mi. 

─ Está bien, no le diré a nadie, es nuestro secreto, ¿Vale?

─ Eres buena, Hazel ─murmure ─. La gente es tonta si no ve eso.

La castaña frunció su ceño sin borrar su sonrisa ─ Tu también eres muy buena, en todo lo que haces y muy inteligente a decir verdad.

Nos quedamos en silencio unos segundos, al menos hasta que yo volví a hablar, tratando de borrar el amargo momento ocasionado por los recuerdos con mi madre...si es que se le puede llamar así.

─ He visto cosas ─miro con malicicia a Hazel ─. Ya sabes, tú...Cedric.

Ella trago saliva.

─ Si sientes algo por alguien, díselo, no saben cuando lo puedes perder, y si pasa, te arrepentirás toda tu vida.

Hazel asintió con delicadeza, quedandosé pensando en mis palabras.

─ Sonaste más madura que yo y eso que soy mayor que tu ─mencionó rompiendo el silencio en unas carcajadas ─. Aunque tampoco te quedas atrás, si Harry y tu no se confiesan, voy a tirar a uno de los dos por las escaleras.

Quedé helada ante su comentario. ¿Harry y yo? ¿como pareja?

Eso no pasaría.

Yo iba a refutar algo, sin embargo, las puertas del salon se abrieron de par en par, dejando pasar al director, a la profesor Mcgonagall y a Flitwick.

─ Señoritas. ─habló Dumbledore con voz firme, haciendo que ambas nos levantaramos y le miraramos con seriedad, ignorando el hecho que segundos antes nos estabamos riendo a carcajadas mientras nos molestabamos.

─ Profesor Dumbledore, debo decir que si alguien debe quedar castigado, tomaré los castigos que le de a Milan y los haré por mi cuenta, como dije, fue...todo mi culpa.

─ Admiro su valentía, señorita Longbottom pero, me temo que no hay ningún castigo.

¿Que? 

Yo ya estaba preparandome mentalmente para decirle a mi papá por una carta que me habían castigado por hacer el bien...como las últimas 20 veces el año pasado.

Aunque, no tuve que decirle por cartas, el presenciaba solito como era castigada. 

─ ¿Ah, no? ─me pregunte cuando el director negó.

Giré a ver a Hazel, haciendo que ambas nos miraramos con confusión. ─Creí que...

─ No dire que lo que hicieron estuvo mal, pero entiendo la emoción que puede emitir estos tipos de eventos y el impulso de vivir, también fui joven ─sonrió con melancolía ─. Señorita Lupin, puede volver con toda confianza y sin castigo alguno, en cambio, usted, señorita Longbottom, tendrá que volver a su castigo actual y procurar no meterse en problemas otra vez.

Nos habíamos perdido la primera prueba, pero nos habíamos tenido la una a la otra, desahogandonos de cosas que nos agobiaban.

Creo que esto fue aún mejor. Otra aventura más a mi gran lista.







ESTABA CON UNA ESPECIE DE DIADEMA DE ESTRELLAS, las cuales de movían por si solas, haciendo una especie de baile raro en mi cabeza.

Si, increíble. Es un pequeño hechizo que aprendí, cortesía de Charlie Weasley.

En fin, regresando a mi presente. 

Todos los de Gryffindor y yo, nos encontrabamos esperando a que Harry aparezca, ya que, los gemelos se habían ocupado de hacer una fiesta en la sala común y llenar está misma de golosinas y demás dulces, para así celebrar el triunfo del azabache, al cual yo no había visto desde la tienda de campeones, antes de la primera prueba.

─ Vas a hacer un hueco en el suelo si siguen haciendo eso. ─Fred señalo mi pierna derecha, la cual dejaba toquesitos con mi talon, cada vez más impaciente, ya que los chicos se estaban tardando.

─ Estoy esperando a mis amigos. ─confesé, aunque era más que obvio que él lo sabía.

─ ¿A todos? ¿O solo a Harry?

─ No lo he visto después de la prueba, dijeron que fue a enfermería. ─respondí.

─ No lo negaste.

Giré a ver a Fred con los brazos cruzados. ─ Es mi amigo, me preocupo.

─ Milan, te conozco desde los seis, no me puedes mentir compañera de crimenes de Ron...

Sin embargo, deje de prestarle atención cuando vi el cuadro de la Dama Gorda abrirse, dejando entrar a tres chicos.

Corrí a abrarzar a Harry, y si no fuera por la venda que tiene en su brazo, lo hubiera apachurrado como a mi peluche de conejo.

─ Lo hiciste genial. ─murmuré con una sonrisilla, sintiendo como él se las arreglaba para abrazarme con un solo brazo.

─ Pero no lo viste. ─recordó con diversión.

─ Pero se que lo hiciste geníal. ─asegure, mirando tambien las heridas que tenía en su rostro.

─ ¿Estás bien? ─inquirí, y Harry asintió repetidas veces.

─ Milan ─llamó Ron, señalando mi diadema ─, no hacias eso desde...¡tus ocho años!

Si, es cierto, aunque a mis ocho años aún no tneía una varita propia, pero me las arreglaba para que uno de los Weasleys mayores las hiciera en mi.

─ Es muy divertido, no se porque lo deje de hacer. ─comenté, caminando junto a los chicos.

Tome mi varita y murmure un hechizo, atrayendo tres cervezas de mantequilla, y colcoandolas en sus manos, mientras yo tomaba unas cuantas galletas.

Y juntos, nos sentabamos en una de las butacas libres.

─ Lo dejaste de hacer porque maduraste ─señalo Hermione con diversión ─...o algo así.

─ ¡Hey! ─me quejé, para después señalar con mi mano un estandarte en colgado, el cual tenía un dibujo de Harry volando en su escoba, el cual se movía ─. Miren, lo hice yo, ¿les gusta?

Harry giro a verme. ─. Si, me gusta...

─ Estás son para ti, señorita. ─sonrió Lee Jordan, dejando en mis manos una cajita con más galletas, haciendome sonreír aún más al ver que estás tenían más crema de las que había tomado de la mesa de bocadillos.

─ Gracias. ─sonreí, imaginando como hoy iba a salir empachada de ricas galletas.

Quise volver a mi platica con el azabache, sin embargo, Jordan capto la atención de todos en sala.

─ ¡Jo, cómo pesa! ─exclamó Lee, cargando el huevo de oro, ganado por Harry en la primera prueba ─. ¡Vamos, Harrý, ábrelo! ¡A ver lo que hay dentro!

─ Se supone que tiene que resolver la pista por sí mismo ─objetó Hermione a mi lado ─. Son las reglas del torneo.

Me acerqué a ella, susurrandole al oído. ─ Se supone que tambien debía averiguar por si mismo como burlar al dragón.

Mi mejor amiga rió con culpabilidad, mientras más chicos se únian a la redondela formada a nuestro alrededor, pidiendo en coro que Harry abrá el huevo de oro.

Lo cuál hizo, solo que cuando apenas lo abrió, un ruido chirriante y muy molesto se escucho, haciendo que tenga que cubrirme los oídos con ambas manos, aunque seguía escuchandolo aquel ruido...más que eso, chillido, parecía que torturaran a alguien o algo por el estilo.

─ ¡Cierrralo! ─grito Fred.

─ ¿Qué era eso? ─inquirí, sacudiendo mi cabeza, tratando de disipar un poco el molesto ruido cuando Harry lo cerro.

─ Sonaba como una banshee, tal vez te hagan burlar a una de ellas, Harry. ─señalo Seamus.

Y así, nuestros amigos empezaron a crear un millon de teorías sobre el origen del ruido, y los posibles escenarios para la segunda prueba.

─ ¿Quieres un trozo de tarta de mermelada, Hermione? ─le ofreció Fred. 

Hermione miró con desconfianza la fuente que él le ofrecía. 

Él sonrió.─ No te preocupes, no le he hecho nada ─le aseguró ─. Con las que hay quetener cuidado es con las galletas de crema.

Deje la galleta que había tomado de la caja que Jordan me había dado, en definitiva no la iba a meter en mi boca.

─ ¡Esas no tienen nada, bonita! ─chilló Jordan desde el otro extremo de la sala, haciendome reír y mirar a Harry y ofrecerle galletas.

─ ¿Quieres?

─ No. ─negó, un tanto molesto, o eso creo.

¿Esta enojado porque Jordan me dio galletas a mi y no a él?







ESTABA LEYENDO LOS LIBROS que saque de la biblioteca. Estaba haciendo frío, pero aún así, me gustaba salir a leer un poco al patio.

Además, estaba muy abrigada...con ropa que no reconocía como mía. Creo que está bufanda es de Harry o de Ron...no lo sé, pero no es mía.

Pasé las páginas con magia, ya que sostenía el libro en el aire, porque mientras leía, le estaba dando los últimos toques a los dibujos que hacía para Hermione y la P.E.D.D.O.

Puedo ser multitareas...o no hacer nada, conmigo no hay punto medio.

Mills...

Levanté la mirada, y sin pensarlo demasiado, deje mis cosas y corri hasta los brazos de Theo, quien correspondió al abrazo que le daba, sin embargo, me separe de él al escucharlo soltar un ruidito de dolor.

─ Perdón, ¿te lastime? ─pregunté preocupada ─. No medí mis fuerzas, me alegro verte y...

Él coloco su dedo indicé en mis labios, obligandome a dejar de hablar.

─ No me lastimaste, estoy bien. ─me aseguró.

Fruncí el ceño, dispuesta a no dejar esto así. Siempre lo abrazo así, no es la primera vez, nunca había soltado un chillido de dolor.

Era muy raro.

Tome la manga de su chaqueta, sacandosela, mientras él se resistía un poco, pero al final cedió.

En la parte de sus hombros, casi dando a la espalda, tenía varios moretones en color morado, y otros de verde.

─ ¿Fue tu papá? ─inquirí con él ceño fruncido por el coraje.

─ No...─lo miré con severidad ─. Si, fue mi papá.

Suspire con pesadez, viendo las heridas en sus nudillos tambien. 

Está no era la primera vez de esto.

─ Pero...

─ No quieres hablar de esto, pero debes ─señale ─, no puedes ignorar que tu padre te golpea por cosas insignificantes. Parare de hablar de esto, no quiero enojarme tan temprano en la mañana.

─ ¿Me extrañaste? ─preguntó con una sonrisa de lado.

─ Si ─conteste, mientras tiraba de su muñeca, llevandolo a donde yo estaba antes, para que así, él me acompañara ─, estuve castigada...luego ya no. Harry salió vivo de la prueba.

─ ¿Hicieron algo? ─inquirió de buena forma, lo cual era raro, y más porque esata vez no me prohibio por hablar de Harry en medio de nuestra charla.

─ Harry y yo no, pero hubo una fiesta en mi sala común. Jordan me regalo una caja de galletas no encantadas por los gemelos. ─conté, tomando mi pincel y retocando las letras negras que dicen "Liberación de los elfos domesticos"

─ ¿Te regalo galletas? ─preguntó molesto, o eso creo.

─ Por Merlin, solo eran galletas, no es que me pidiera matrimonio o algo así. ─suspire, recordandome que no fue el unico enojado conmigo porque me regalaran galletas.







─ No se porque estás indiganada, Herms, tú y Krum...─iba a seguir hablando, pero ella me cubrió la boca con la mano, al ver que Harry y Ron venían a la mesa.

─ ¿De que hablaban? ─preguntó Harry, mientras se sentaba frente a mi en la mesa.

─ Nada interesante. ─respondió Hermione por ambas, mientras me miraba con severidad para que así yo no revelara nada.

Le quité el periodico a mi amiga, leyendo con más cuidado la noticia en la que la nombraban.

Sin embargo, unas risillas y luego ver a Harry atragantarse con su propio jugo, mientras era mirado por Cho.

Yo simplemente mire aquello confundida, mientras Hermione soltaba risillas de burla a mi lado.

─ Milan esta cel...

La mire con los ojos entrecerrados.

─ No me hagas hablar porque...

─ ¡Bien! ¡Paro! ¡Yo no dije nada! ─aseguró Hermione, para luego volver a releer la página del periodico donde menciona que ahora "Engañaba a Harry con Viktor Krum"

Era absolutamente divertido ver esto.

─ Gracias, Nigel. ─escuchamos decir al niño, que le acaba de entregar un paquete a Ron, enviado por la señora Weasley.

─ Creo que quiere comerse a Harry. ─solté divertida, viendo como el pequeño rubio miraba a Harry con mucha atención, mas que eso, admiración.

─ Ahora no, Nigel, luego. ─medio Ron, haciendo que este se vaya.

─ ¿Qué le dijiste al pobre de Nigel? ─inquirí.

─ Le dije que le conseguíría un autógrafo de Harry.

─ Ni yo tengo uno. ─refunfuñe con diversión.

─ Te puedo hacer uno. ─Harry siguió con él juego.

─ Firmalo en una tarta de manzana y regalamela, sería muy feliz. ─sonreí, mientras Ron abría el regalo.

Lo vimos levantarse, sosteniendo en sus manos lo que parecía ser un traje extraño, más que eso, una tunica rara y muy antigüa, de la cual Hermione, Harry yo nos burlabamos.

─ Te hace juego con los ojos, ¿viene con sombrero? ─Harry empezaba a molestar a su mejor amigo, rebuscando en la caja, por si había algo más de lo cual burlarse ─, ajá.

Sacó una especie de pieza que venía junto a la túnica.

─ Deja eso, Harry ─murmuro Ron con molestía, acercandosé a su hermana menor ─. Ginny, debe ser tuyo.

─ Yo nno me pongo esa cosa. ─soltó la pelirroja aterrada, haciendo que las carcajadas estallaran en mi.

─ ¿Qué pasa con ustedes? ─nos preguntó Ron entre molestía y confusión.

─ ¡No son para Ginny, son para tí! ─exclamó Hermione entre risas.

─ Es un traje de gala, tonto ─señale ─. Una túnica para ser más precisos.

─ ¿Túnicas para que? ─inquirió Ron, muy atemorizado pro mi respuesta, y creo que más por el hecho que imagina que deba usar el traje.

─ Creo que oí que habría un traje de navidad. ─contesté, pensando en cuando me enviarían mi vestido de gala.

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