𝟬𝟮𝟱 | Looking at the stars

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025. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗧𝗪𝗘𝗡𝗧𝗬 𝗙𝗜𝗩𝗘 ──

── 𝖫𝗈𝗈𝗄𝗂𝗇𝗀 𝖺𝗍 𝗍𝗁𝖾 𝗌𝗍𝖺𝗋𝗌 •˖* 📼 ☄️

(no se olviden de votar y comentar)

HARRY PASABA SU BRAZO POR MIS HOMBROS, mientras yo sonreía, era enorme la cantidad de cosas que habíamos comprado. Además, que él no se quejo ni una sola vez de las miles de veces que comence a ver libros y me demore.

─ ¿Que haremos con todo esto? ─pregunté con emoción, abriendo las dos bolsas repletas de cosas que cargaba.

Pues Harry era quien llevaba los diez libros que compre, si, diez libros.

─ La verdadera pregunta es, ¿donde guardaras todos estos libros? 

─ Bueno, en vacaciones me las llevo a mi casa ─dije sin preocuparme demasiado ─. Ya es problema de mi papá donde los guarda, la verdad es que ya no se donde guarda todos los libros que tenemos. Ya sabes, el como profesor, y yo como amante de la lectura.

─ Siento que las paredes de tu casa estan hechas de libros.

─ No me sorprendería ─balbucee ─. Tal vez mi padre construyo nuestra casa a base de eso.

Ambos seguimos caminando, y de reojo vi como un grupo de chicas comenzaba a señalarnos disimuladamente y luego murmurar algo entre ellas.

─ Creo que parecemos novios. ─murmuré, levantando mi vista para así verlo enarcar ambas cejas.

─ ¿Novios? ¿Tu crees?

─ Creo que los amigos no andan así de juntos. 

─ Nosotros sí ─aseguró, como si no entendiera a que viene mi comentario ─. Hemos sido así desde pequeños.

─ Pero ya tenemos quince, ¿no lo ves raro?

─ No, ¿tu si?

Yo hice una muequita mientras lo pensaba. No debería importanme lo que murmuran las demás chicas, que dicen sobre como me comporto y así.

─ No, no lo veo raro ─sonreí de oreja a oreja ─. ¿Vamos a sentarnos cerca del lago?

─ Tu mandas.

─ ¿Yo mando?

─ Eres buena lider, ¿viste lo que hiciste hoy? ─dijo, dejando palmatidas en mi brazo, y mirandome con orgullo ─. Además, no hubiera podido hacerlo sin ti, gracias por eso, Milan.

─ No tienes nada que agradecerme. Todo es mérito tuyo, esa gente vino por ti, no por mi, no por Hermione ni por Ron, solo por ti. 

─ Inspiras a la gente ─dijo, soltandome y colocandosé frente a mi ─, ellos te siguen, das confianza, eso es una caracteristica increíble. Tal vez es lo que más admiro de ti.

─ ¿Me admiras? ─entrecerre los ojos.

─ ¿Como no hacerlo? Muchas personas lo hacen.

─ No creo, pero me siento feliz por tus palabras, Harry ─me puse de puntillas y le deje un rápido beso en su mejilla ─. Es que...

Comencé a caminar, casi con una aire soñador.

─ Intento hacer cosas que pueda contar en un futuro sin avergonzarme, quiero ser alguien que podre recordar con amor y no decir: "¿Porque hice esas cosas?" "¿Porque dije eso?" "Hubiera hecho mejor las cosas"

─ ¿Entonces piensas en el futuro? ─interrogo, y yo asentí, sintiendolo seguirme ─. ¿Como nos ves en el futuro? ─dijo, pero pareció arrepentirse, así que trato de arreglarlo ─. Es decir, a todos nosotros...a Ron, Hermione, Hazel y Cedric, a ti.

─ Oh, bueno ─lo pense por unos segundos ─. A Hazel y Cedric, obviamente lo veo felizmente casados; a Ron y Hermione...siento que si no se pelearan tanto, tendrían algo muy hermoso, y yo, bueno, me veo muerta y enterrada.

─ ¡Milan! ─regaño, llegando a mi lado en menos de un segundo, con la expresión de preocupación.

─ ¿Que? ─reí a carcajadas, tanto que tuve que sujetar mi estomago, pues ya comenzaba a dolerme de tanto reír ─. ¡Hubieras visto tu cara de espanto!

Él nego divertido, por fin entendió que yo solo lo decía de chiste, no me veo muerta y enterrada, me veo...no lo sé, viajando por el mundo antes de ponerme a trabajar, ayudando a mi padre a que descanse....

Pero luego recuerdo algo.

El señor tenebroso . . .

─ Hey ─paso su mano libre por la luna ─, nunca dijiste como me veías a mi.

Muerto y enterrado ─bromee, aunque despues me puse muy "seria" ─. Bien, te veo felizmente casado, con tío Sirius viviendo en tu casa, y a tu esposa queriendo hecharlo por metiche.

─ ¿Quien sería mi esposa? ─interrogo.

─ No lo sé ─confesé, encogiendome de hombros ─. Tal vez la conozcas en un futuro.

─ ¿Tú serias mi esposa?

Aquel comentario me agarro desprevenida, no espere que dijera algo así. Millones de mariposas revoloteaban en mi estomago, una felicidad inmensa me albergo, y solo atine sonreír.

Yo...esposa de Harry.

Nisiquiera somos novios . . .
Aún.








─ ¿Que tal fue tu cita no cita con Harry? ─preguntó Hermione, quien dejaba dos palitos encantados tejiendo unos gorros y calcetas ─. Nunca me contaste...últimamente ya no me cuentas nada.

─ ¿Celosa de Padma y Parvati? ─inquirí con burla.

─ No, claro que no. Todos tenemos más amigos. ─se encogió de hombros.

Yo comencé a reír, dejando a Sookie de lado y me aproxime a ella.

─ Eres mi  mejor amiga ─aseguré con una sonrisa, comenzando a abrazarla fuertemente ─. Nunca te dejaría por nada ni por nadie, pero es que no te encontraba por ningun lado, apenas nos veíamos en clases y para dormir. 

─  Si, se que somos mejores amigas ─comentó en risillas ─. Solo me gusta hacerte drama de vez en cuando.

─ ¡Merlin, Hermione! ─la solté, completamente indignada ─ ¡No puedo creerlo! ¡Esas son mis lineas!

Iba a seguir indignandome por su pronta acción, pero se escucho una sirena, ya caracteristica para nosotras aquí en Gryffindor, pues sonaba cada vez que algún chico intentara subir hacia la habitación de las chicas.

Nos miramos entre nosotras y salimos.

Hermione fue la primera en bajar por el tobogan de piedra que se había formado, y yo baje detrás de ella.

─ ¡¿Porque ellas si pueden subir a nuestro cuarto y nosotros no al de ellas?! ─escuche quejarse a Ron.

─ Bueno, es una norma anticuada ─explicó Hermione, mientras yo aterrizaba limpiamente encima de una suave alfombra ─, pero en Historia deHogwarts se dice que los fundadores del colegio creían que los chicos eran menos dignos de confianzaque las chicas. En fin, ¿para qué querían subir? 

─ ¡Para verlas! ─exclamó Ron.

─ Vaya, me siento halagada. ─dije, moviendo mis hombros con gracia.

─ ¡No es por eso! ─chilló Ron, señalando el tablero de anunción, así que Herms y yo nos acercamos para así poder leer ─ ¡Alguien se ha chivado! ─soltó con indignación, señalando el tablón de anunción.

Donde había un "Decreto de enzeñanza n°24"

─ No es posible. ─asegure con simpleza, pues confiaba demasiado en lo que yo había hecho, debió ser otra cosa.

─ ¡Que ingenua eres! ─explotó Ron ─  ¿Crees que porque tú eres honrada y digna de confianza...?

─ No es por eso, yo le hice un embrujo al pergamino que todos firmamos, creeanme, no falle. Si alguien se atreve a contarle sobre eso a Umbridge, nos daremos cuenta.

─ ¿A donde vas? ─preguntó Harry, cuando comence a caminar hacia el cuadro de la Señora Gorda.

─ A matar a alguien. ─solté.

No pasaron ni dos segundos, y Harry y Ron de encontraban a mi lado, tomandome cada uno de un brazo, evitando que siga avanzando.

─ No puedes matar a Umbridge. ─murmuró Ron, muy espantado.

─ Eso te metera en muchos problemas, ¡No te dejare! ─aseguró Harry.

─ Claro que no mataré a nadie ─termine por decir, riendome mientras lo hacia ─. Solo iré a verificar si este anunció esta tambien en las demás salas comunes.

─ ¿Como verificaras si tambien esta en Slytherin? ─escuche preguntar a Hermione, y por el tono que uso, sabía perfectamente a que se refería.

─ Descuida. Los gemelos tienen negocios en todas las casas, me ayudare con ellos ─aseguré, zafandome de Harry y Ron ─. Los veó en el desayuno.







A HARRY LO HABÍA AFECTADO MUCHO AQUEL DECRETO, pues al final pudimos deducir que el equipo de Quidditch sería cerrado, y yo se que el deporte es su lugar seguro.

Así que nos sentamos en la parte de atrás en la clase de Historia de la Magia, porque Harry estaba en otro mundo. Se invirtieron los papeles, ahora él era quien hacia garabatos en mis blanquecinos brazos, mientras él profesor Binns daba su habitual discurso.

Apoyé mi cabeza en mi brazo libre, pues ya no había lugar para dibujar algo, así que solo se concentraba en mi otro brazo. Lo mire mientras lo hacia, su mirada estaba perdida, y nisiquiera hablaba.

─ Si quieres puedo fingir mi muerte, tendrías que llevar mi cádaver a enfermería y saldríamos de aquí. ─murmuré en voz casi inaudible, para que así el profesor Binns no me regañara.

Él nego, comenzando a bajar la manga de mi uniforme, pues había ocupado cada lugar de mis bracitos para garabatear.

Así que imito mi posición, apoyando su cabeza en uno de sus brazos, mirandome, aunque...una vez se acomodo, su vista fue hasta la pulsera que yo le había dado, y que ahora llevaba.

Iba comenzar a hablarle en voz muy bajita, pero vi algo en la ventana, así que le di un pequeño golpecito por debajo de la mesa.

No me hizo caso.

Coloque mi mano en su brazo y comencé a moverlo, señalando la ventana.

No me hizo caso.

Coloque mis manos en sus dos mejillas, haciendo girar su cabeza con brusquedad hacia la ventana. 

Por fin.

Él se levanto y con mucho sigilo fue hasta la ventana, abriendola y cuidando que él profesor no lo viera. Yo lo observaba expectante, pues espere a que Hedwig le diera la carta y se fuera volando, pero no fue así.

A los segundos vi a Harry traerse a su mascota hasta la mesa, colocandola en su regazo.

─ ¡Esta herida! ─susurro, agachando la cabeza ─. Le pasa algo en el ala...

Si, su ala estaba en una postura muy extraña, y tenía unas cuantas plumas al reves, además, que la pobre lechuza andaba temblando.

Harry me miraba con preocupación, buscando respuestas en mi, pero no sabía que hacer, antes iría corriendo donde Hagrid pero ahora...

─ La profesora Grubbly-Plank ─murmuré, y al parecer eso prendió un foquito en su cabeza.

─ ¡Profesor Binns! ─dijo Harry en voz alta, levantandosé y escondiendo a Hedwig detrás de él ─, no me encuentro muy bien.

─ ¿No se encuetra bien? ─preguntó el maestro vagamente..

─ No, me encuentro muy mal.

─ Si, bueno, ya ─repuso el profesro Binns ─, ande a la enfermería.

Apenas dijo eso, Harry salió corriendo cual rayo.







LA BRISA DEL AIRE HACIA QUE MI PIEL SE ERIZARA, pues estar frente al lago a estas horas, y en esta temporada, era un poco malo, pero, la compañía hacia que no nos importara mucho tener un psoible resfriado. 

Hazel Longbottom, una chica de belleza increible, y de un corazón inmenso; ella se a convertido en una persona muy importante en mi vida, tanto que cuando pasamos mucho tiempo sin saber algo de la otra, hacemos estas salidas.

─ ¿Cómo crees que vivan los animales bajo el Lago? ─la escuche preguntar en voz alta, sin despegar la vista de su dibujo.

─ Creo que el frio congelo tu cerebro ─murmure en un tono comico ─. Ocuparas a uno de tus amigos para abrir la puerta de tu sala común, no creo que puedas resolver el acertijo así. ─termine por hacer una mueca extraña y graciosa.

Ella levanto la mirada ─ Si, bueno, llama a Cedric para que lo caliente.

Yo fruncí el ceño, demorandome un tiempo el captar lo dicho por ella, pues no comprendía como ayudaría Cedric a calentar su...

─ ¡Merlin! ¡Hay menores aquí! Yo, por ejemplo.

Haze comenzó a reír a carcajadas, mientras yo formaba una mueca ─ Ya no eres tan menor, Milan, además, no es algo fuera de lo normal, ¿Quieres que te de la platica?

─ Quince años, soy pequeña todavía ─comence a bromear ─. Y bueno...la platica me la dieron los gemelos cuando yo tenía como ocho, así que he escuchado de todo.

─ Si, pero, dudo que esa platica haya sido... ya sabes, adecuada, conoces a Fred y a George ─volvió la mirada al pergamino ─. Cuando tu y Harry empiecen a salir, les daré la platica a ambos, con Cedric, aunque tenga que llevarlo también de las orejas.

Agité la cabeza, haciendo mover varios de mis mechones ─. ¿Porque yo saldría con Harry?

Hazel miró el pasto ─ Porque son almas gemelas.

─ Bueno, creo que ya estamos...en planes ─me ruborice un poco, y sin pensarlo, decidí contarle a ella lo sucedido en el verano ─. En vacaciones ocurrieron momento, y bueno, ahora creo que vamos bien. ─dije aquello muy feliz.

La castaña rápidamente me miro, ─ ¿Qué? ¿Por qué no me dijiste? ¡Creí que nos contabamos todo!

─ Creo...¡Creo! ─remarque, tratando de ignorar a Hazel, por miedo a la reaccion que tendra ─. Que tal vez el y yo estabamos a punto de besarnos, claro, si no nos hubieran llamado para cenar.

─ Espera, ¿Que? Todo este tiempo creí que ustedes seguían sin aceptarlo, espera... deja proceso eso...─ella se me quedo mirando ─ ¡Ay, por Merlín! No me enojo contigo porque no me dijiste solo porque estoy feliz por ambos.

─ Yo pienso que solo necesitamos un momento perfecto, o tan solo un momento. ─sonrei ─. Espero que sea pronto, siento que este año, con la bruja rosa, ocurrirán cosas muy malas.

Negó ─ Y no eres la única, espero que se vaya pronto, pero volviendo al tema, ¿Por qué no me lo contaste? Sé que no es obligatorio pero... me hubiera gustado chillar de la felicidad contigo y buscar una manera de que Harry y tu tuvieran ese momento desde que inicio el año.

─ Solo se dio ─hice un pequeño movimiento de manos ─. La verdad es que me agrada contarte todo, no me juzgas por nada, es lindo. Y con respecto a Harry y yo...no estaba segura que el quisiera que lo supieran, no le ha dicho ni a Ron, aunque el ya sospecha.

─ Por supuesto que no te voy a juzgar ─sonrió con sinceridad ─. A mi también me agrada hablar contigo, desde ahora hay que contarnos todo, ¿Si?

─ Vale ─asentí repetidas veces.

─ Y, bueno, aprovechando que nos contaremos todo...─balbuceo ella, ahciendo que la mire confundida.

En su mano, yacía una ciatriz con la frase "No debo decir mentiras", entre esta, habían restos de sangre seca. Yo me quede viendo eso, abriendo ligeramente la boca, por la familiaridad del castigo.

─ Merlin...─balbucee ─. Tu tambien estabas castigada...Harry tambien tiene las marcas en la mano. ¡Maldita bruja rosa!

Hazel rió ligeramente, pero la sentí diferente, pues sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

─ Lo se, es malo, ¿No? Es peor cuando recién salgo de los castigos pero... terminaran pronto, al menos eso espero.

─No debemos dejar las cosas así. Tambien lo estaba pensando desde que descubrí lo de Harry ─conte con preocupación ─. Debemos hacer algo, pero aún no se que. ─hizo una muñequita, sintiendosé algo mal por no tener una respuesta.

─ Creo que con la ED hacemos algo, pero tienes razón, aunque siendo del ministerio dudo que podamos hacer algo ─ella volvió a colocar su túnica sobre su mano.

─ Eso sí ─suspire ─. Mi papá habla cosas muy malas de ella, ya sabes, por el odio a los licántropos y prejuicios que tiene.

─ Es una muy mala persona ─la castaña negó, limpiando sus ojos y volviendo la mirada a su pergamino ─. Bueno, te hice una mándala.

Ella me termino entregando tu trozo de pergamino, haciendome sonreír.

─ Uy, la voy a pintar, va a quedar muy hermosa ─sonreí, viendo a detalle el dibujo y pensando que colores podría usar ─. Haze, ¿cuales son tus colores favoritos?

Ella pensó ─ Azul, morado y... el rojo, definitivamente.

─ Me gusta la paleta de colores...─dije, y de casualidad mire mi reloj ─. Uff, va a pensar que lo deje plantado.

─¿A quien? ─Hazel frunció su ceño.

─ No lo sé, tal vez a alguien de lentes, una cicatriz y hermosos ojos. ─sonreí sin pensarlo ─. Se supone que debía verlo hace diez minutos. ¡Luego te entrego el dibujo!

La sonrisa de Hazel se volvió ancha y asintió, mientras yo me iba con rapidez.

─ Claro ¡Mándale saludos a Harry!







TODO EL DÍA, bueno, despues de clases, me la pase investigando sobre aquel decreto, viendo si esta en todas las salas comunes y sobre como podría afectarnos, además, de ver una forma de como podríamos hacer que re-abrieran el club de Quidditch.

Por palabras de un chico e Slytherin del cual no dire su nombre, supe que el cartel con el decreto tambien esta ahí, y que la profesora Umbridge ni siquiera lo penso, y apenas le pidieron el permiso para re-abrir su equipo de Quidditch.

Pero a Gryffindor dijo "Me lo pensare".

Entre furiosa a la sala común, y vi como mi trio de amigos salto, pero al reconocerme, me llamaron, así que deje mis emociones de lado y me senté frente al fuego, colocandome de rodillas, viendo la cabeza de tío Sirius en el fuego.

Hola tío Sirius ─saludé.

Hola lobita ─saludó él ─. Tú padre dice que esta orgulloso de ti, y que no te olvides de él, que una carta no haría daño.

Dile que no sea dramatico, y que le escribi hace dos días ─respondí, aunque fruncí el ceño─. Pero, ¿porque esta orgulloso?

─ Nos vieron, en Cabeza de Puerco, luego te explicamos. ─murmuro Ron, y yo asentí.

─ Estabamos discutiendo con Sirius un lugar para usar. ─comentó Harry.

Si, este...─tío Sirius pareció pensarlo ─...Había un pasadizo secreto muy espacioso detrás de ese gran espejo del cuarto piso; allíquizá tendríais suficiente espacio para practicar embrujos.

Harry nego. ─ Los gemelos dijeron qeu se derrumbo o algo así.

─ Seguro encontraremos algo ─dije, tratando de pensar un lugar ─, solo...lo encontraremos.

─ Claro que lo haran ─aseguró ─. Yo tambien pensare en algo y se los hare saber...

De pronto, antes de terminar la frase, su expresión de torno tensa y alarmada. Se volvió hacia un lado, y tuve la sensación de que intentaba encontrar algo en la solida pared de ladrillo de la chimenea.

─ ¡Sirius! ─chilló Harry preocupado a mi lado.

Pero él había desaparecido, miramos un segundo las llamas, y leugo nos miramos entre nosotros.

─ ¿alguien sabe que paso? ─inquirí con algo de miedo, sintiendome extraña.

Entonces Hermione soltó un grito ahogado y se puso en pie de un brinco sin apartar la vista del fuego.Entre las llamas había aparecido una mano que buscaba a tientas como si quisiera coger algo; era unamano de dedos cortos y regordetes llenos de feos y anticuados anillos.

Umbridge.






































── LUCY SPACE

Si vieran la perspectiva de Harry, vieran que ahora es bien nervioso, pero tambien romantico, y quiere dar el primer paso en un momento epico.

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