𝟬𝟯𝟴 | don't break your promise

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038. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗧𝗛𝗜𝗥𝗧𝗬-𝗘𝗜𝗚𝗛𝗧──

── 𝖽𝗈𝗇'𝗍 𝖻𝗋𝖾𝖺𝗄 𝗒𝗈𝗎𝗋 𝗉𝗋𝗈𝗆𝗂𝗌𝖾 •˖* 📼 ☄️

(Les agradezco por el apoyo, y en recompensa, les daré un interesante y loco plot para este acto <3)

AUN CUANDO QUIERES ALEJARTE DE ALGUIEN, no puedes hacerlo, y es normal, es el instinto humano. Porque es bien sabido que necesitamos hablar...tocas a los que amamos, es casi tan importante como el aire que respiramos.

Yo soy débil, lo acepto, intente tener contacto cero con Harry, pero no pude hacerlo, me resultaba algo completamente difícil, aunque no hablo tan seguido como él quisiera.

Parte de las vacaciones habían pasado, no puedo decir que fueron las mejores que tuve, pero me entretuve, mi abuelo se encargó de aquello. Pues para no verme encerrada en mi cuarto, me ordenaba ir a cuidar flores, o pintar. También me enseñó a cocinar.

─ Milan Lupin.

Ese era mi llamado, Harry James Potter había solicitado mi presencia frente a aquel espejo. Se supone que lo iba a hacer en una hora aun, por eso pensé que tenía tiempo de vivir un rato más en la biblioteca de mi abuelo.

No estoy, siguiente. ─susurre, tomando el espejo, pues eran las once de la noche y mi abuelo dormía.

Nuestras llamadas siempre son a medianoche . . .

Estoy aburrido desde que me desperté ─comenzó a contar, como ya lo hemos hecho antes, unas tres veces o eso creo, me cuenta lo que le pasó mientras yo hago mis cosas, claro, sosteniendo el espejo frente a mí para que vea mi rostro ─. Me encantaría que tengamos pegamos este espejo todo el día, o mejor aún, vernos en persona.

¿No te han dicho nada aún? ─pregunté algo confundida ─. Es decir, Dumbledore o alguien de la orden, por si pasarás el verano con los Weasley, podrías ver a los chicos. 

No me han dicho nada, solamente que me tengo que reportar vivo cada tres días.

Es por tu seguridad.

Eso ya lo sé.

Entonces deja de resoplar ─murmuré, levantándome junto a tres libros ─. Si no me reporto viva en los próximos tres minutos, buscate otra novia.

Pasaría por el pasillo de la habitación de mi abuelo, era la única forma de salir hacia el jardín, donde había más luz para leer y podría hablar en un tono normal de voz.

¡Llegue viva! ─chillé, sentandome en el suelo, detrás de la fuente para que nadie me vea desde la casa, solo por precaución ─. No tienes que buscarte otra chica. Pero bueno, ¿De que quieres hablar hoy?

Siempre nuestras conversaciones empezaban bien, pero luego terminaban con cosas tristes, pero no porque lo pidamos, o quisiéramos hablar de eso, sino porque es nuestra vida, y lamentablemente no la podemos cambiar.

Creo que por eso también es que no aceptó hacerlas tan seguidas, siento que en cualquier momento terminaremos en un tema que no queremos tocar...

¿Hablaste con Hermione o Ron? ─preguntó él, mientras yo fruncía mi ceño al ver que traje el libro El arte de la Guerra, creo que lo tome de casualidad.

¿Hablar de? 

No lo sé, de cualquier cosa. Tú y Herms siempre son amigas por correo, todo el día, todos los días del verano.

Si hable con ellos, no te preocupes ─sonreí ─. Ahora, quiero saber una cosa, ¿como estas?

¿Tu como estas? ─contraatacó.

Ambos nos miramos por el reflejo de nuestros espejos y comenzamos a reír. Sin embargo, poco a poco las sonrisas en nuestro rostro fueron disminuyendo, y la magia de la noche hizo sus sucios trucos, haciendo que lleguemos al punto que no queríamos llegar.

Recordar lo que pasó en el Ministerio.









━━━━━━━━⋆✩⋆━━━━━━━━









MI MENTE RECUERDA MUCHO LAS PALABRAS DE HERMIONE, aquellas que me dijo en un intento de consolarme luego de lo que paso con Theodore Nott cuando teníamos catorce años: Las personas no cambian de una semana a otra.

La verdad no se que tan cierto sea esa frase, puede ser que para algunos encaje, para otros no. Personalmente, yo creo que las personas si pueden cambiar de un día al otro, pueden cambiar tan rápido como cosas pasen en sus vidas. No lo sé, tal vez la muerte de alguien, el abandono de un padre, una madre, incluso terminar una amistad, o como en el caso de Theo, por amenazas de sus padres.

Pero bueno, yo intento no cambiar, no solo por mis amigos y familia, si no por mi misma. Me gusta como soy, me gusta cómo actúo y estoy dispuesta a mejorar si es necesario, pero, ¿y si las circunstancias te obligan a cambiar?

─ ¿Me has estado escuchando? ─preguntó mi padre, un tanto enojado ─. Milan, no puedes estar comportándote así. No eres así, tú no eres grosera.

Me regaño, esta era de las pocas veces que lo hacía, pero me lo merecía. Era verdad, no le estaba escuchando, no sé que había dicho, y creo que ya lleva hablando desde hace ya unos veinte minutos. 

─ Lo siento. ─balbucee, mirando mis botas.

Soltó un suspiro de pesadez. ─ Irás a la casa de los Weasley, ahí pasarás en resto del verano. ─mencionó él, haciendo que yo abra los ojos de par en par.

─ ¡Papá! ─pedí, para que me deje aquí hasta tenga que regresar a Hogwarts.

─ Tal vez hablar con tus amigos te cambie el humor. Y en una semana más, llegará Harry, así podras disculparte por despedirte de esa manera de él en la estación del tren.

─ Papá, con todo respeto...si sabes que no puedes meterte en mi relación, ¿verdad?

─ Cuando eres grosera si me puedo meter, yo no te eduque así.

No tuve más remedio que asentí ─. Antes que sigas con él tema de Harry, ayer hable con él por el espejo que dejó...tío Canuto.

─ Pueden ayudarse entre los dos. ─murmuró.

Volví a asentí, para luego ladear un poco mi cabeza. ─ ¿Algo más?

─ Una abrazo de mi pequeña hija, a la cual no he visto en todo el verano.

No dude en correr en su dirección y lanzarme a sus brazos para darle aquel abrazo que tanto yo necesitaba. Hice tambalear un poco a mi viejo padre, a quien los años y el gen licántropo ya le pasaban factura. Las canas en su cabella, las cicatrices y las ojeras se notaban aún más, y sumandole a todo eso el cansancio por trabajar en la Orden.

─ No se que pueda estar pasando por tu cabeza ─lo escuche decir, y supongo que lo hizo porque sintió que estoy sollozando mientras lo sigo abrazando ─. Pero si necesitas ayuda, debes pedirla. Si no confias en mi...podrías hablarlo con Molly, con Arthur.

─ Oh, papá ─me despegue un poco de él, para así mirarlo, dándome cuenta que sus ojos estaban cristalizados ─. Confió en ti, y solo estoy un poco triste, y necesitaba pensar en todo. Yo estaré bien, no tienes porque preocuparte.

─ Siempre me preocuparas, siempre serás pequeña. No importa que en unas semanas ya cumplas los dieciséis años.

─ No te pongas triste, aunque yo sea una anciana, siempre voy a necesitare a mi papá, y espero estés ahí cuando te necesite. ¿Promesa?

─ Promesa.

No rompas esa promesa . . .









━━━━━━━━⋆✩⋆━━━━━━━━









A PESAR QUE TONKS ESTABA TRISTE, se tomó el tiempo de venir y llevarme personalmente a la casa de los Weasley. La verdad es que no se si papá se lo pidió, pero ella y yo nos llevamos muy bien, así que supongo que por esa parte, accedió, además, no es que tuviera muchas más opciones, nadie quería retrasar mi llegada a la madriguera.

Aunque al principio yo no quise ir, creo que en verdad me puede hacer bien, antes de...encontrar una manera de protegerlos.

En fin, el viaje no duró mucho, y siendo sinceros, fue un poco aburrido, aunque no me queje, de todas formas yo tampoco quería hablar. Tonks no tenía las intenciones de hacerlo, es decir, sigue triste por todo lo que pasó, ni siquiera puede usar sus habilidades de metamorfomaga para transformar su cabello o alguna parte de su cuerpo. No desde que piensa que la muerte de Sirius fue su culpa, por no saber luchar bien.

Mi padre la estuvo consolando, soy consciente de ello, pero aun así, la chica sigue consumida por la tristeza.

─ Hasta aquí llegó, corazón. ─comentó ella, besando mi frente y desapareciendo ante mis ojos justo cuando vio que la puerta de la madriguera se estaba abriendo.

Giré y de inmediato me encontré con la señora Weasley, quien me esperaba con una gran sonrisa, moviendo sus manos e indicándome que entre.

─ ¡Cariño! ─chilló mientras me acercaba, y apenas lo hice, me dió un gran abrazo, comenzando a apachurrarme como si no me hubiera visto hace mil años, o como si yo hubiera regresado de la guerra o algo así ─. Mirate, que delgada estás, seguro no comiste bien. Acabo de terminar de cocinas, llegaste a la hora perfecta...¿¡Merlín, viniste sola?

─ Buenas tardes para usted también, señora Molly ─sonreí con amabilidad, mientras me soltaba luego de tanto amor ─. No vine sola, Tonks me dejo, pero de inmediato se tuvo que ir, estaba muy ocupada.

Ella asintió. ─ Tú maleta fue enviada aquí por tu padre, la deje en la habitación de Ginny, ya sabes donde está, así que acomódate, siéntete como en casa.

─ Muchas gracias. 

Sabía que Hermione está aquí desde hace unos días, aunque tuvo que convencer a sus padres de seguir en Hogwarts y todo eso; incluso ellos desde el mundo muggle, se enteran de lo que pasa, ya no es un secreto. Y ahora que recuerdo...no le conteste esa carta, así que la castaña me golpeara apenas me vea.

─ ¡No supe nada de ti en años, Milan! ─se quejó Ron apenas me vio, bajando las escaleras sin cuidado alguno, para luego saltar a mi y darme un fuerte abrazo. En ese instante me di cuenta que había él había crecido un montón en todo este tiempo ─. Te quedaste muy bajita, eh.

─ Primero tu madre diciendo que estoy muy delgada, ¿ahora tu? ─dije entre risas ─. Y por cierto, hola para ti también.

─ ¿Hola? ¡hola! ─reclamó Hermione, viniendo hacia nosotros, haciendo que Ron se separe de mi de inmediato, y se esconda detrás de la pared que teníamos al lado ─. ¡No respondiste mi carta! ¡Yo preocupada!

De pronto, Ginny paso por nuestro lado, simplemente dirigiéndose al comedor, y sin girar ni nada, dijo:

─ ¿Vienen a comer?

─ ¿Los niños de ahora no dicen hola

─ ¡Milan! ─chilló Ginny, quien parece que apenas me vió ─. ¡Pensé que Hermione discutía con Ron, lo hacen desde que ella llegó!

─ ¡Ginevra! ─regaño su hermano.

─ ¡Qué me digas Ginny, animal!

Espero que este caos Weasley cure un poquito mi corazón, es lo que más deseo. 

Hermione decidió perdonarme por no responderle la carta, en su lugar me dió un abrazo y juntas esperamos a que nos sirvieran la comida, y luego, junto a Ron salimos al patio. 

Ginny no vino con nosotros, pues la señora Weasley le dijo que tenía que ayudarla con los "Acontecimientos futuros", no se a que se referían, pero algo tenía que ver con una carta de Bill.

─ ¿Quieres hablar con nosotros? ─preguntó Ron, mientras seguía comiendo a toda prisa, como si le quitarían su comida ─. Sabes que puedes confiar en nosotros, y creemos que estas rara desde la muerte de Sirius.

─ Si, no nos respondiste las cartas que te enviamos, supongo que con Harry ha sido lo mismo. Creo que necesitas hablar. ─coincidió Hermione.

─ Habló con Harry de vez en cuando, por el espejo que nos dejó Sirius como obsequió. ─murmuré, dejando mi plato de lado y comenzando a mirar mis manos.

─ Así que los dos estuvimos hablas de ti...

─ ¿Hablaron de mi? ─inquirí ─. ¿Sobre que, ah?

Ambos se miraron entre si, como si ahora les pareciera mala idea lo que dijeron. Por la expresión de ambos, podía darme cuenta que estaban pensando en que decir, medir sus palabras, y conmigo nunca hacían eso a menos que fuera algo grave, para que no me sintiera tan mal ante la noticia.

─ De tu madre...

─ Del último tema que quiero hablar, es de esa mujer ─señalé de inmediato, frunciendo el ceño y luego pasar mi mirada por ambos ─. Esperen, ¿estuvieron hablando de esa mujer y de mi...a mis espaldas?

Ambos se miraron.

─ ¿Y qué dijeron? 

─ N-no ─titubeo Hermione ─. Solo hablábamos de que ella es mortifaga...y que asesino a Sirius y tu lo viste y que en Hogwarts no tocaste el tema...solo llorabas y-y...

─ Lo que Hermione quiere decir ─Ron tomó la palabra, pues ahora la antes nombrada estaba muy nerviosa ─, es que tendrás que hablar con Harry sobre lo que paso, para que no tengan malos entendidos.

Yo suspire, tenía miedo por donde iba el tema.

─ No tengo por que hablar con Harry sobre eso si no quiero, ¿verdad? ─enarque una ceja, mirando a ambos ─. Yo no tengo nada que ver con lo que pasó, Harry no me puede odiar por eso, yo no tengo que ver nada con los mortifagos, con esa mujer, o con Voldemort.

─ ¡No! ─saltó Hermione ─. No te decimos por eso, si no porque no has hablado de Harry sobre naca, creo que eso eventualmente los distanciara. 

─ Fueron las vacaciones lo que nos alejó un poco, no otra cosa. ─me encogí de hombros, no muy convencida por mi propia respuesta.

─ ¿Cuantas veces hablaste con él?

─ Tres...pero porque estuve ocupada, mi abuelo me hacía pintar, cuidar las plantas, y luego estaba cansada, y dormía...

─ Sabemos que puedes aguantar el sueño para hablar. ─recalcó Hermione.

─ ¿Es día de "ataquemos a Milan"? ─pregunté con molestia y en voz alta, tomando mi plato y levantandome ─. Merlin, vine a pasar vacaciones aquí para distraerme un poco, pero parece que solo quieren interrogarme como a criminal.

Gire sobre mis talones y comencé a irme hacia adentro. Aunque apenas crucé la puerta de la casa, mi estómago se revolvió por lo mal que les hable.

Así que sin poder seguir con aquel sentimiento, regrese por donde vine, viéndolos mirarse entre ellos con expresiones lastimeras, avancé un poco más, quedando frente a Ron y Hermione.

─ Lo siento.









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narrador omnisciente . . .

La habitación que Ginny compartía con las chicas estaba en completo silencio, y era de esperarse, pues ya eran horas muy avanzadas de la noche, y con la señora Weasley de guardiana, tuvieron que acostarse temprano por orden de la misma.

Milan por su parte, se le hacía imposible conciliar el sueño, la verdad no tiene un motivo aparente, o tal vez si, se quedo pensando en la conversación que tuvo con Ron y Hermione, así que para distraer su mente, decidió tomar un libro e internarse en el hermoso mundo de la literatura, al menos hasta que el sueño la venciera y pudiera descansar de una vez por todas.

De pronto, y en la parte más interesante de la historia, escuchó un ruido proveniente de la planta baja. Rápidamente ella pensó que se trataba del señor Arthur, que ahora con su nuevo empleo, suele llegar muy tarde, o eso le dijeron.

No le tomo importancia, y devolvió su vista al libro, al menos hasta que escucho una pequeña vocecilla pasar hacia la habitación de los gemelos, así que se levantó para así verificar su no se había vuelto loca. Con mucho cuidado, caminó de puntillas y pego su oído en la puerta.

Efectivamente, es Harry.

Pensó ella, y un sentimiento de alegría le invadió el cuerpo, porque como dijo antes: aunque te quieras alejar de alguien, no puedes hacerlo, y más si quieres mucho a esa persona.

Estratégicamente la menor de los Lupin espero pacientemente a que las luces del pasillo fueran apagadas, y que Molly Weasley se regresara a su habitación en la planta baja. Así que luego de varios minutos, y una vez todo estuvo despejado, verificó que tanto Ginny como Hermione estuvieran dormidas, para luego salir de puntillas de ahí.

Camino hacia la antigua habitación de los gemelos, y sin pensarselo mucho, entro, cerrando la puerta detrás de ella, y llevándose el dedo índice a la los labios, indicándole a Harry que no haga ningún ruido.

─ Hola. ─balbuceó Harry en voz muy bajita, parpadeando un par de veces para asegurarse que la chica que tenía enfrente era real, y no una alucinación por el sueño y las grandes cantidades de comida que Molly Weasley le ofreció.

─ Hola. ─murmuró ella, que no había pensando mucho en su plan. 

Milan solo pensó como llegaría a esta habitación, más no que diría al llegar y ver a su novio.

Así que como si ambos estuvieran hechizados, o locos por tomar alguna poción extraña, tan solo se veían, avanzando poco a poco hasta quedar a pocos centimetros del otro. 

Pasaron unos minutos más de este juego de miradas, porque la verdad es que hubieran seguido así toda la noche, pero Harry no pudo resistir más, y tomó con ambas manos el rostro de su novia, plantandole un dulce beso.

─ Te extrañe. ─dijo él en voz muy bajita.

─ Y-yo...también. ─coincidió Milan, para despues sin previo aviso lanzarse a los brazos del azabache, quien la levanto unos centimetros del suelo y la hizo girar, hasta que finalmente la dejó en el suelo, feliz al verla sonreír un poco.

Milan tomó la mano de Harry con sumo cuidado, guiandolo hacia la cama que había en un rincón, con un miedo intenso que las conversaciones que ocurrieron en el verano por medio del espejo vengan aquí, a la realidad, y terminen en aquel trágico suceso del ministerio. A pesar que ella no hizo nada malo, el terror seguía ahí.

Mientras tanto Harry apreciaba la presencia de su novia aquí, aunque también tenía miedo. Pero no por una traición de Milan o algo por el estilo, sabía que ella no le haría algo malo. Él temía que ella no lo hablara con él nunca, y que este no se enterara de como se ha sentido ella en todo este tiempo, o de que piensa sobre lo que pasó, y que todo eso le afecte a ambos.

También sabía que Milan no tenía nada que ver con su madre, y mucho menos de los que paso con Sirius, eso no la involucraba a ella.

Así que conociendo a la rubia desde primero, y sabiendo que ella ahora no quiere hablar, y que solo quiere contacto humano, pasó su brazo por la espalda de la chica, atrayéndola a él en un abrazo.

Y así se quedaron, sin hablar, solo dos almas conectadas por un gesto a la luz de la luna.

Lo que ninguno de los dos sabía, es que detrás de aquella puerta se encontraban Hermione y Ron, peleándose en silencio para poder escuchar o ver que pasaba dentro de esa habitación donde se encontraban sus amigos.

─ Ve a dormir, Ronald. ─reprendió Granger en voz casi inaudible, mientras miraba por una pequeña rendija a Harry abrazar a Milan.

─ Tu tambien vete.

Ambos se pelearon por telepatía, dándose duras miradas que terminaron con Hermione arrastrando a Ron lejos de esa habitación. Una vez ahí, la castaña lo soltó por fin, y aligeró su mirada.

─ Creo que nos equivocamos con Milan ─se abrazó a si misma, haciendo una mueca de lado ─. Ella tal vez solo esta teniendo sus malos días. Mirala ahora, con Harry.

─ ¿Porque tuvimos que hablar de ella mientras no estaba? ─preguntó Ron con algo de culpa, dándose cuenta que eso estuvo mal.

─ Si, es verdad. Además, la juzgamos mal, me hubiera puesto de mal humor si lo primero que hacen mis amigos al verme luego de varias semanas me atacaran con preguntas así.

─ Bien, ¿entonces puedo ir a separarlos? ─preguntó Ron, señalando a la habitación ─. No deben tener nada hasta el matrimonio.

─ ¡Ronald! ─regaño Hermione, llevándose de inmediato la mano a la boca por el ruido que había hecho, así que para lo siguiente que dijo, bajó considerablemente su tono de voz ─. Seguro Milan vendrá en un rato.

Milan nunca regresó a la habitación de las chicas.









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SALÍ DE PUNTILLAS DE LA HABITACIÓN DE HARRY, la verdad es que no sé en que momento nos quedamos dormidos, el punto es que le dije a mi novio que si ahora alguien venía y le preguntaba algo, él finja demencia, y que diga que aun no me ha visto, que yo ya le inventaría algo a Hermione y a Ginny sobre mi ausencia al despertar.

Aunque creo que ya es muy tarde en la mañana, así que mi plan de pasar desapercibida no daría frutos, y solo lo confirme cuando me encontré a Ron en los pasillos de la madriguera.

─ Yo...venía del...baño, si, del baño.

─ A quien quieres engañar. ─me tomó de los hombros, dándome media vuelta en mi sitio y empujándome otra vez hacia dentro de la habitación de Harry.

Yo comencé a luchar con todas mis fuerzas, para así zafarme del agarre de Ron, pero me resultó imposible, así que termino ganando. Y lo más gracioso de todo esto, es que en realidad Harry si fingió demencia, pues cuando me vió su cara fue de asombro, como si fuera la primera vez que me vió.

A decir verdad, actua muy bien.

─ ¿Me he perdido el desayun...?

─ No, de hecho, aquí te lo traje. ─mencionó Ron con burla, empujándome hacia la cama donde Harry estaba.

─ H-hola...─titubee, mirando al azabache.

Había caído muy cerca de él, es más, creo que estaba aplastando sus piernas por las forma tan brusca en la que Ron me tiro. Así que solo me volví a acomodar en la cama, viendo como Hermione ya estaba aquí, probablemente entró mientras yo pretendía huir.

─ Bueno, Harry, regresando a tu pregunta, mamá te traerá la comida. ─comentó el pelirrojo, para luego cruzarse de brazos y mirar a su mejor amigo con una risilla.

─ Y por cierto, ya los cubrimos. ─añadió Hermione con algo de enfado.

─ ¿Cubrirnos de...? ─Harry siguió con el juego.

─ No se hagan, ya sabemos que ambos durmieron aquí. La señora Molly estaba sospechando, pero Ron se inventó que Milan quería salir a tomar aire fresco, y que Harry aún no despertaba.

─ Gracias. ─murmuré. 

─ Si, es nuestra forma de decir lo siento por lo que pasó cuando llegaste. ─Ron se encogió de hombros, muy apenado, y Hermione coincidió con él.

─ ¿Qué sucedió? 

Yo mire a Harry. ─ Nada, solo que Ron me hizo una broma hace unas semanas, y Hermione ya sabía y no me dijo nada.

Los chicos supieron que no quería hablar más de ese tema, así que decidimos poner toda nuestra atención en Harry, y decidimos interrogarlo sobre su aventura con Dumbledore.

─ ¿Que ha pasado?

─ No gran cosa ─respondió, sin entender muy bien nuestra pregunta, porque claramente no nos referíamos a eso ─. ¿No sabes que he estado todo este tiempo encerrado en casa de mis tíos?

─ ¡Anda ya! ─protestó Ron ─. ¡Fuiste a no sé dónde con Dumbledore! 

─ Bah, nada emocionante. Sólo quería que lo ayudara a convencer a un antiguo profesor para que aceptara un empleo en Hogwarts. Se llama Horace Slughorn. 

Harry nos empezó a contar un poco sobre aquel nuevo maestro de Defensa Contra las Artes Oscuras, y como este antes era jefe de la casa Slytherin y uno que otro dato más.

─ No lo sé ─respondió Harry ─. Pero no puede ser peor que la profesora Umbridge, ¿no?

─ Yo conozco a alguien peor que ella ─terció una voz desde el umbral. La hermana pequeña de Ron entró arrastrando los pies, con gesto de fastidio ─. ¡Hola, Harry! 

─ ¿Y a ti qué te pasa? ─preguntó Ron. 

─ Es ella, me estaba volviendo loca.

─ ¿Yo? ─inquirí, señalandome a mi misma.

─ Tú no, a ti te queremos ─soltó Hermione, y Ginny asintió─. ¿Pero ella qué hizo esta vez?

─ Es que me habla de una manera... ¡Como si yo tuviera tres años!

─ Ya lo sé ─consoló Herms ─. Es muy creída.

─ Merlin, chicas, ella solo es amable, y muy linda con todos. ─mencione, defendiendo a capa y espada a la chica.

─ ¡Nuestra propia amiga en nuestra contra! ─se quejó Ginny.

Yo solo resople, sabiendo que a pesar que muchas veces ya les dije que no es justo que se burlen de Fleur, ellas simplemente no entienden. Y para sumarle a todo esto, la chica Delacour llegó con la bandeja con comida, del desayuno de Harry, con la señora Molly detrás de ella.

Y no porque se lleven bien y andén de arriba para abajo juntas, todo lo contrario, la mujer Weasley parece resentir de ella. 

A todo esto, se preguntaran, ¿porque ella está aquí?

Bueno, ¡Se va a casar con Bill!. Lo cual se me hace increíble, ambos siento que son una pareja que se complementan, y funcionarán muy bien, mis mayores deseos para ambos, no espero el momento de ir a su boda, ya iré planeando un regalo.

─¿No se acostumbra uno a ella viviendo en la misma casa? ─le preguntó Harry una vez las dos mujeres se fueron.

─ Sí, claro, pero cuando te la encuentras por sorpresa...

─ No querrás que se quede aquí para siempre, ¿verdad? ─preguntó Ginny a Ron con incredulidad. Pero su hermano se limitó a encogerse de hombros, así que agregó ─: Pues mamá va a hacer todo lo que pueda para impedirlo, me apuesto lo que quieras

─ ¿Y cómo va a impedirlo? ─inquirió Harry, mientras yo le robaba un poco del pan que le habían traído.

─ No para de invitar a Tonks a cenar. Me parece que alberga esperanzas de que Bill se enamore de ella. Y yo también lo espero; preferiría mil veces tener a Tonks en la familia. 

─ No lo sé, Tonks está triste, no creo que ahora busque novio o algo parecido ─interrumpí ─. Según se, mi padre la ha consolado mucho.

─ Es cierto, pues últimamente no está muy risueña ─. Las últimas veces que ha venido a casa parecía Myrtle la Llorona.

─ No seas injusto con ella ─le espetó Hermione─. Todavía no ha superado lo que pasó en... ya sabes... ¡Era su primo!

Y llegamos otra vez a lo que pasó en el Ministerio . . .

─¡Pero si Tonks y Sirius apenas se conocían! ─arguyó Ron─. Sirius pasó un montón de años en Azkaban, y antes de que lo encerraran allí sus familias casi no se habían visto.

─No se trata de eso ─aclaró Hermione─. ¡Ella está convencida de que Sirius murió por su culpa!

─ ¿De dónde ha sacado eso? ─inquirió Harry.

Yo quería preguntar lo mismo, no sabía mucho sobre qué le pasaba por la cabeza, solo me había enterado que estaba muy triste, rozando la depresión, y que tenía problemas para usar sus habilidades de metamorfomaga.

─ Bueno, ella peleó contra Mihrimah Grey, ¿no? Supongo que cree que si hubiera acabado con ella, Mihrimah no habría matado a Sirius.

No dije ni una sola palabra, y me enfoque en mis manos. No quería ver la reacción de Harry o algo ante el tema.

Afortunadamente, ellos cambiaron el rumbo de la conversación.

Hermione se enfocó en un pequeño telescopio que habían dejado los gemelos, y Harry nos comentó que este año recibirá clases particulares, dictadas por Dumbledore. Además de explicarlos sobre la profecía, y los artículos que se publicaban estos días en el profeta que tenían que ver con él.

─ Aquella esfera de cristal que se rompió no era el único registro de la profecía. Yo la escuché entera en el despacho de Dumbledore; fue a él a quien se la hicieron, por eso pudo revelármela. Según ella ─tomó una bocanada de aire y prosiguió ─, al parecer soy yo quien acabará con Voldemort. Al menos, vaticinaba que ninguno de los dos podría vivir mientras el otro siguiera con vida.

Los cuatro nos miramos en silencio. Y entonces, se oyó un fuerte golpe, y Hermione desaparecía detrás de una nime de humo negro.

─ Creo que ella partió de este mundo, que triste, ¿bailamos...?

Antes que pueda terminaran de hablar, ella volvió a aparecer, con el telescopio en la mano y un ojo amoratado, como si hubiera sido participe de una pelea.

─ Lo he apretado y...¡Me ha dado un puñetazo!

─ Eso te pasa por chismosa ─me burle, pero recibí su mirada de "te asesinare mientras duermes" ─. La señora Weasley seguro te lo curará.

Hablamos un rato más de la profecía, era imposible olvidar el tema. Aunque creo que Harry no nos estaba prestando mucha atención. Así que luego de un buen rato, comenzamos a debatir sobre cuando llegaban las notas de los TIMOS, y por fin mi novio se unió a la conversación, asegurando que Dumbledore le dijo que hoy llagarían.

Como era de esperarse, Hermione fue la primera en salir corriendo de aquí e irse a la cocina, para así esperar sus TIMOS, y claro, ser curada por la señora Weasley.

Luego de una hora, yo tambien baje, esta vez ya cambiada y junto a Harry y Ron.

Todos ahora estábamos reunidos, discutiendo sobre las posibilidades de reprobar y cosas así, mientras claro, veíamos a la señora Weasley fracasar en la curación del ojo de Hermione, que seguía igual de morado.

De pronto, un grupo de lechuzas llamó nuestra atención, estas volaron directo hacia la madriguera, eran cuatro hermosos ejemplares, y cuando ya sobrevolaban el sendero que conducía hasta la casa, vimos que cada una llevaba un gran sobre cuadrado.

Las dejamos entrar, y una a una las cuatro lechuzas se posaron en la mesa, y levantaron sus patas.

Vi a mis amigos tomar sus sobres, así que yo también hice lo mismo, aunque me encontraba nerviosa. Claro, no al punto de Hermione, que temblaba, pero si...le temía un poquito al resultado.

TÍTULO INDISPENSABLE DE MAGIA ORDINARIAAPROBADOS:

 Extraordinario (E)Supera las expectativas (S)Aceptable (A)SUSPENSOS: Insatisfactorio (I)Desastroso (D)Trol (T) 

RESULTADOS DE MILAN AUTUMN LUPIN 

Astronomía: E

Cuidado de Criaturas Mágicas: E

Encantamientos: E

Defensa Contra las Artes Oscuras: E 

Aritmancia: E

Estudio de Runas Antiguas: S

 Herbología: S 

Historia de la Magia: E

Pociones: E

Transformaciones: E

Levante mi mirada. ─ ¿Alguien me explica por tengo un extraordinario en pociones?

Creí que en esa materia me iría muy mal.

Bueno, eso no me importaba mucho ahora. Mi cabeza viajo a otros rumbos, porque en estos momentos solo quería darle las notas a mi padre, y escuchar una felicitación de su parte o algo, pero sabía que no lo tenía cerca, y no lo culpo. 

Solo quería compartir este logro con él, es todo.









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LOS DÍAS PASABAN, y no hicimos cosas muy interesantes en todo este tiempo, tan solo jugamos quidditch en los límites de la madriguera, pues no había nada mejor que hacer.

Nuestras vacaciones por el momento parecían ser tranquilas y pacíficas, pero comenzaron a anunciarse muertes, desapariciones y extraños accidentes en El Profeta, así que eso nos tuvo algo intranquilos. Y a veces los adultos nos contaban de estos sucesos antes que salieran en el diario.

Como era de esperarse, el cumpleaños de Harry se paso algo raro, bueno, hubo pastel de cumpleaños, pero ya saben, las malas noticias sobre todo lo que pasaba en el mundo mágico opaco todo.

Lo único bueno es que papá vino, estuvo un rato aquí, contó personalmente lo que pasaba, y luego de compartir una merienda con nosotros, se fue.

Al día siguiente, las cartas de Hogwarts y nuestra lista de libros llegó.

─ ¡Ahora tendrás la misma categoría que los prefectos! ─exclamó Hermione ─. ¡Y podrás utilizar nuestro cuarto de baño especial!

─ Y que a Milan le parta un rayo. ─murmure con burla, pues estaba feliz porque a mi novio lo nombraran capitán del equipo de quidditch.

─ Te cuelas en el baño de prefectos desde el año pasado. ─me acusó ella, señalándome con el dedo índice.

─ Es cierto. ─reí, admitiendo aquello.

─ ¡Vaya! Me acuerdo de cuando Charlie llevaba una como ésta ─comentó Ron examinando con regocijo la insignia de su amigo ─. ¡Qué pasada, Harry, eres mi capitán! Suponiendo que me incluyas otra vez en el equipo, claro. ¡Ja, ja, ja!

─ No lo incluyas. ─le "susurre" a Harry.

─ ¡No se vale, ella tiene preferencia! ─se quejó Ron, mientras yo solo reía.

─ Bueno, me temo que ahora que ya tenéis vuestras listas no podremos aplazar mucho más la excursión al callejón Diagon ─se lamentó la señora Weasley mientras repasaba la lista de libros de Ron─. Iremos el sábado, si tu padre no tiene que trabajar. No pienso ir de compras sin él. 

Todos coincidimos. 

Un tiempo despues, y mientras nosotros estabamos conversando en el jardín, Bill paso por nuestro lado y dejó caer una carta en mis manos.

─ Tu abuelo la envió, anda, leela. Estoy de salida y si quieres responderle algo podría hacerlo por ti antes de irme, para que sea más rapido. ─se ofreció y yo asentí, porque ahora todo pasaba por un control mágico puesto por el ministerio.

En fin, rápidamente abrí el sobre y comencé a leer su contenido.


Querida Milan;

Una caja llena de libros y tu útiles llegaron a casa hace unas horas. Tienes una túnica nueva y una mochila. Tú padre tal vez se le hizo más fácil enviarlo aquí, pero te lo puedo hacer alcanzar en el tren, o lo hago aparecer a la casa de tus amigos, como prefieras.


─ Que extraño ─murmuré ─. Mi abuelo dice que papá ya me compro mis útiles y libros, si quiero que me los envié aquí.

─ Seguro se adelanto, tal vez por eso no te dejó dinero la última vez que vino. ─Bill se encogió de hombros.

─ Debe ser eso. Le responderé que lo envié aquí, ¿está bien?

─ Si, yo le hago saber. 









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ESA MISMA TARDE, un baúl con todos mis útiles llegó a la casa Weasley. Así que con ayuda de los chicos, lo metí en la casa, pues este había aparecido en el jardín.

─ ¿Qué es eso, niños? ─preguntó la señora Weasley, frunciendo el ceño mientras yo me arrodillaba en el suelo y comenzaba a abrir el candado del baúl.

─ Mi padre ya me compro todo lo que usare este año, señora Molly. ─respondí con alegría.

La mujer vino hacia mi, y coloco una de sus manos en mi hombro, y con la otra, comenzó a rebuscar en sus bolsillos, sacando finalmente de ahí una pequeña bolsa.

─ Tu padre me dejó el dinero a mi, querida. Quería que te compre una túnica nueva y los libros. ─dijo.

Aquello me sorprendió, pero no le di vueltas al asunto.

─ Quizá fue tía Haley, la última vez que nos vimos dijo que quería hacerme un regalo.

La vi asentir con desconfianza, y luego se sentó en uno de los sofás cercano, al igual que mis amigos. En fin por mi parte me las arregle para abrir el candado, y luego por consiguiente, el baúl.

Dentro pude ver de primeras en una bolsa de estas para guardar trajes, dentr una túnica, con una etiqueta al lado que tenía mis medidas, lo que me confirmo un poco que fuera tía Haley, quien antes había insinuado que algún día me pediría un vestido, y me midió para no tener que llevarme con ella y que fuera una sorpresa. Puedo usar esa información para mi túnica.

La saque con cuidado y deje a un lado. Al abrir espacio, note como a un lado había una caja, la cual abrí, encontrándome con zapatos para la escuela, estaban hermosos, pues tenían un poco de tacón, no tan exagerado, pero eran los que me gustaban.

─ Vaya, Haley se lució, te envio muchas cosas. ─soltó Ginny, sonriendo al ver todo.

Hermione se sentó a mi lado, viendo todo lo que tenía.

─ También tienes los libros de este año, ¿me los prestas? ─preguntó y yo asentí, tomando estos y colocándolos en sus manos ─. Gracias, quiero ir revisando los temas que tocaremos.

Seguí con el contenido del baúl.

Abajo había otra de estas bolsas de trajes, donde había un vestido, es cual era muy elegante, de color negro y venía acompañado con unos guantes a conjunto, lo cual confirmaba mis sospechas.

Luego lo demás tan solo eran plumas nuevas y así, probablemente tía Haley quería sorprender a su sobrina favorita dándole todo nuevo.

─ Mira, una nota. ─señaló Ginny.

Y era cierto, abajo había un papel doblado. 

Lo tomé entre manos y lo abrí por curiosidad, para saber que tornillo se le había zafado a mi tía para enviarme tantas cosas...aunque conociendo los consentidora que es, la verdad es que ahora no me sorprende.

Felicidades por las notas en tus TIMOS,
no eres tan tonta como creía.
Al parecer servirás demasiado.











































▬▬ 𝗟𝗨𝗖𝗬'𝗦 𝗦𝗣𝗔𝗖𝗘 🐝

Milan cuando Neville le diga que algunas
plantas sirven para calmar la ansiedad:

¡HOLAA!

¿Que tal les pareció el primer capítulo de este volumen?

Espero les este gustando y tengas curiosidad, que mis notas de notion parecen la pizarra de Stiles Stilinski cuando investiga algo.

En fin, por ultimo decir que gracias por el apoyo, ya llegamos a 70k de view y voy a llorar brillitos, los pomodoro <3

▬ With love, Lucy Rhee (Potter)
palabras; 6090.

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