doce

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12

     EL GENERAL GRIEVOUS PARECIÓ DISFRUTAR CADA SEGUNDO DE AGONÍA. En realidad no le pareció, estaba completamente segura.

     Luego de unas horas, le indicó al droide que se detuviera. Él estaba esperando a que yo dijera algo, más se llevó una desilusión cuando vio que no iba a lograr que me saliera una palabra de la boca.

     —Esto va a tomar más tiempo de lo que esperaba—murmuró malhumorado para sí mismo.

     —¿Creías que me sacarías información tan fácil?

     —Vas a hablar—afirmó—Y si no hablas, entonces morirás.

     Le dediqué una pequeña sonrisa.

     —¿Sabes por qué, después de todo, sé quién de nosotros va a morir?—pregunté—El odio hace a la gente estúpida, y los estúpidos terminan siempre muertos.

     Levantó la mano y le pegó un manotazo al droide, que le hubiera gustado dármelo a mí y se retiró de la habitación, no sin antes ordenar que continuaran.

* * *

     Venus se encontraba en el sistema Utapau. Parecía que era el lugar que el General Grievous había elegido para esconderse esta vez. Había ido a una misión cerca de ese lugar una vez, poco antes de volver a encontrarse con Padme luego de 10 años.

     Padme

     Quitó ese nombre de la mente y miró por la ventana. Las pesadillas duraron un tiempo pero ya no lo atormentaban más, y él esperaba que así continuará. Ella se había ido y nada de lo que pensara podría traerla de vuelta.

      Amara y el Maestro Windu harían una distracción, para que Anakin y Obi-Wan pudieran entrar sin problemas.

     —Entraremos cuando los droides salgan a buscarlos—dijo Skywalker—Será más fácil de encontrarla.

     —Este plan puede salir mal de tantas formas—le dijo su Maestro.

      —¿Alguna vez escuchaste un plan de Venus? Los míos son una genialidad comparados con ellos.

      No perdieron más tiempo y comenzaron con la ejecución del plan. Anakin y Obi-Wan ingresaron una vez que el lugar se encontraba más despejado y caminaron con cuidado. Se dirigieron al piso donde se encontraban los prisioneros, pero el pasillo se dividía por dos caminos.

     —Ve por la derecha, yo iré por la izquierda—dijo Obi-Wan y le pasó un comunicador—si la encuentras, avisame, y espérame allí.

     Anakin asintió y tomó el camino de la derecha, no sin antes mirar como su maestro se iba por el otro lado. Había una celda con una puerta de hierro una al lado de la otra, no podía abrirlas todas, por lo que se dejo guiar por la fuerza hasta que le indicara donde se encontraba Venus.

     Luego de un minuto, se paró de golpe. Tomó el comunicador entre sus manos.

     —La encontré—murmuró Anakin. Tomó su sable y comenzó a abrir la puerta. Cuando terminó, Obi-Wan ya se encontraba allí.

* * *

     Sentí que las ataduras de las muñecas y de los tobillos se soltaban y caí al suelo de bruces. Me costaba respirar. Sentí como unos brazos me rodearon por completo; me costaba mantener los ojos abiertos.

     —Venus...mantente despierta—escuché como me agitaba el cuerpo levemente cuando mis ojos amenazaban con cerrarse—¿me oyes? No cierres los ojos.

     —No debieron arriesgarse en venir—hablé

     —No íbamos a dejarte aquí, eres una de nosotros—Anakin me levantó del suelo y me cargó hacia la puerta—. Además, te lo debía. Y no me gusta deberle nada a nadie.—dijo frunciendo el ceño.—Estamos a mano, ¿no?

     —Una vez que salgamos de aquí, estaremos a mano—confirmé.

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