Capítulo XII

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Capítulo XII: Estallido

Los Ejércitos del "Olimpo" se hallaban listos para marchar con rumbo hacia el Santuario, sin embargo, Artemisa había llegado hasta el Palacio Imperial, justo cuando varios Dioses salían de allí tras reunirse con Zeus y Hera, además de felicitar y mostrar sus respetos hacia Geo por la captura de Athena. La rubia-blanquecina fue recibida por dos Guardias que le dejaron pasar, encontrándose con el extenso Salón del Trono, sitio en el cual ocupaban su puesto aquellos dos Dioses de suma importancia. Contempló el vasto poder que emanaban dichos emplazamientos, el color, la forma y el diseño integraban todo para la pareja, pero para aquella joven, de que sus Fuerzas fueran enviadas a una guerra de la que no volverían con vida, le hacía revolver el estómago y más cuando se metieron en su "territorio". Justo en aquel momento, Junk Hurk reapareció, extendiendo su brazo derecho en señal de "Alto" para la muchacha, quien debió hacer y no cometer una locura como enfrentarse contra el "Guardaespaldas" de Geo.

- El Señor Zeus y la Señorita Hera están muy ocupadas en estos momentos, Diosa Artemisa. ¿Qué desea?.- Preguntó el peli negro-gris, cosa que llevó a que la joven lo mirara con esos preciosos ojos que tenía y de ahí, en su interior, fue formulando la pregunta que iba a efectuar a continuación.

- Mis tropas no irán a la lucha. Eso es lo que necesito decirle a Zeus y Hera.- Le dijo su situación, pero el otro negó con la cabeza, mirándola con seriedad.

- Aunque usted diga que no, las Fuerzas del "Templo de la Luna" deben dar el mayor apoyo en el asalto contra el Santuario. Son órdenes expresadas por el matrimonio de este lugar. Si desobedece, se la considerará una rebelde.- Le advirtió Junk, llevando a que Artemisa frunciera el ceño.

- Usted no está en una posición de poder como para impedir hablar con ellos. Ahora, quítese del camino o lo lamentará.- Le advirtió, invocando su Arco de Caza Dorado y las Flechas, la cual una de ellas se tensó.- Hazte a un lado o lo lamentarás.-

Junk no respondió, permaneció en su puesto, no iba a permitir que aquella mujer interfiriera en los planes del matrimonio, por lo que estaba listo para todo y si debía matarla o dejarla al borde de la Muerte, entonces lo haría sin rechistar. La cuerda estaba lista para lanzar el proyectil hasta que las puertas que daban hacia la morada de Zeus y Hera se abrieron, revelando a los mismos salir de allí para ver lo que estaba ocurriendo en ese momento. Una tensión se apoderó del Salón del Trono, una que podría explotar en cualquier instante.

- ¿Acaso hay algún problema, Artemisa?.- Inquirió la esposa del "Padre de los Dioses" a ella, la cual se dirigió con la mirada para responder.

- Señorita Hera, me niego rotundamente de que mis Fuerzas vayan al combate contra el Santuario. Ya está, hemos ganado, ¿qué más quieren?.- Exigió saber la rubia-blanquecina, cosa que llevó a que Zeus interviniera.

- Es un foco de rebeldes ese sitio, Artemisa. No podemos dejarlo de pie, sería como perdonar a una plaga de langostas por destruir los cultivos.- Dijo el hombre con un tono de calma, cosa que llevó a que la otra frunciera el ceño. No quería hacerlo enojar, allí demostrar tener una muy mala cara pero, respirando con profundidad, la Diosa decidió tomar una decisión.

- Déjenme a ir a mí para verificar de que el asalto sea un éxito.- Pidió y eso dejó sorprendidos a los padres de Geo y a Junk.-

- Hmmm.- Quedó Zeus pensativo un momento. No era mala idea, ella tenía un buen mando con sus tropas, además de que ya había demostrado ser una hábil Guerrera cuando el Santuario había invadido el "Olimpo" tiempo atrás.- De acuerdo, tienes nuestra autorización para ir allí, Artemisa.

- No los decepcionaré.- Prometió la joven y se fue de allí, mientras que Junk la observaba hasta perderse en las puertas.

- Hay algo que no me gusta de ella.- Dijo Hera, cosa que le sacó las palabras de la boca al "Guardaespaldas" de Geo.- Ella se está comportando de un modo demasiado extraño.

- No pienso castigarla, es parte del "Olimpo", además, matarla sería enfrentarse a la ira del "Templo de la Luna" y de su gente.- Advirtió su marido con tono serio.- Se la vigilará, pero no más de eso.

- Si me permite, Mi Señor.- Oyeron la voz del "Guardaespaldas" de Geo, quien dio unos pasos hacia ellos y se detuvo para hacer una reverencia.- Yo me ocuparé de ella, si lo desean.

- Eres muy amable, Junk, pero te necesitamos en las posibles defensas del "Olimpo". Uno nunca sabe si esos estúpidos vendrán hasta aquí para querer rescatar a su preciada Athena.- Le dijo Hera, colocando sus manos en los hombros del peli negro-gris.

- Sus órdenes serán respetadas, Lady Hera.- Comprendió aquello y partió de allí para hacerse cargo de las fortificaciones.

Artemisa llegó hasta donde se hallaban las Fuerzas del "Olimpo", las cuales iniciaron la marcha hacia el Santuario. Desde el balcón que daban hacia el exterior, Zeus y Hera vieron con orgullo a aquellas tropas que se dirigían para un destino brillante. Sin embargo, al lado de sus padres, Geo notaba con frialdad la participación de Artemisa, por lo que se alejó de allí, caminando por los pasillos hasta llegar a una celda subterránea, en la cual permanecía el alma de Athena encadenada a la pared, esperando su juicio por la traición cometida en contra de los Dioses. Ella oyó cómo se abrían las puertas, un Guardia abrió con su llave y lo dejó pasar.

Allí, sus pasos fueron tranquilos hasta quedar cara a cara con ella, quien le dedicó una mirada en sus ojos, esperando la respuesta que le daría esa persona.

- ¿Así que...tus Caballeros van a defender tu Santuario?.- Preguntó con seriedad y luego le dedicó una sonrisa burlona.- Hay que ser un idiota como para mantener una posición totalmente inútil, Athena. ¿Crees que podrán contra todos nosotros?. Piensa, Athena, piensa: No existe forma alguna de derrotar al "Olimpo", no podrían ni el Dios que los Cristianos y otras religiones creen. Este sitio es un baluarte inexpugnable.

- Te equivocas, Geo, ellos jamás se rendirían: Vendrán hasta aquí para detener sus planes. Me cuesta creer que los Dioses puedan ser tan bárbaros: Destruir Ciudades enteras, condenar a muerte a incontables vidas valiosas. Ellos también se equivocan, cometen en el mismo error que Apolo llevó a cabo y terminó muriendo. Abre los ojos, otros buscarán obtener beneficios.- Intentó Athena en hacerle ver la realidad de las cosas, pero él negó con la cabeza y desenfundó su Espada.

- No vuelvas, nunca en tu miserable vida, a decir eso contra el "Olimpo". Nosotros, los Dioses, no somos unos patéticos seres misericordiosos. Les damos esto a aquellos que lo merecen, pero si los que están pidiendo perdón, vuelven a cometer los mismos errores: Asesinan, destruyen el Medio Ambiente, cometen cientos de atrocidades pero "Ay, perdónalos, que son pobres almas torturadas". Ellos nunca lo entenderán, vivirán sumergidos en esa tontería para siempre, como un sueño inalcanzable y luego se regresa al mismo punto de inicio.- Le dio aquella "reflexión" suya, cosa que no intimidó a ese espíritu que tenía a pocos metros.- Que descanses, dentro de poco se iniciará tu juicio, traidora.

Tras hablarle, él se retiró del lugar, partiendo hacia la puerta y dándole la orden al Guardia de que la cerrara con llave, dejando a la chica sola, quien alzó la cabeza y de ahí respiró profundamente.

- "Amigos, por favor, protejan a la Tierra y al Santuario. Es una orden, no dejen que caigan".- Pidió la peli lila, quien estaba decidida en aceptar su castigo.

De vuelta en la Tierra, aún con el estupor causado por la captura de Athena, la situación se estaba tornando mucho más complicada. Las tropas del Santuario se hallaban tomando posiciones defensivas. Los Arqueros iban a los pasos montañosos y la Infantería partía para proteger las aldeas que estaban en la periferia de aquel "Lugar Sagrado", llevando, en algunos casos, a la evacuación de los civiles para alejarse del peligro que podría resultar una lucha de esa manera.

- Oye, Lincoln.- Le llamó Clyde, el cual venía acompañado por Steven y Connie.

- ¿Qué hay, chicos?.- Saludó el joven al moreno y la pareja.- ¿Sucede algo? ¿Cómo está la Señorita Saori?.-

- Está bien, Seiya y los demás están cuidándola, pero Shion nos ha dicho de que debemos prepararnos, el enemigo viene en camino.- Le contó el chico de cabello negro, cruzándose de brazos.- Me temo que ésta no será una lucha como las de antes. Va a cambiar, rotundamente, el aspecto y la situación en la que nos encontramos.- Advirtió a los presentes.

El albino comprendió esas simples palabras. El viento, de golpe, cambió de dirección, soplaba gélido desde las Montañas, el polvo que había sido depositado en el piso se levantó y desapareció bajo un "remolino". Respiró profundamente, girándose y contemplando el ambiente en el que se hallaban. Miró su Espada Imperial, aún podía recordar las palabras amenazadoras de Geo, de que él no iba a olvidarlo, llevaría su cabeza ante el matrimonio de Dioses del "Olimpo". Toda esa "tormenta" en su mente lo alejaba de la realidad, por lo que Clyde puso su mano sobre sus hombros.

- Deberías irte a dar un descanso, amigo.- Le recomendó pero éste negó con la cabeza.

- ¿Y si llega el enemigo?. Es cuestión de tiempo, no pienso dejar este sitio.- Se negó con retirarse, a pesar de las sugerencias que le ofrecían. El chico tenía tenacidad, aquella ofensa que Geo le había hecho debía saldarse, aún si podía darle una herida con su arma, pero eso le llevaría su tiempo. El cansancio le fue afectando hasta que, de golpe, casi se resbala hacia atrás, siendo atrapado por Clyde.

- ¿Decías?. Estaremos bien, no te preocupes, tú ve a descansar, haz hecho mucho por los demás.- Le animó el moreno.

- Está bien, lo haré, pero si pasa algo, ya saben.- Pidió, como única condición y se retiró para recuperar sus fuerzas por un rato.

Mientras que Lincoln se dirigía para darse un descanso, Mabel y Dipper permanecían al lado de Peridot y Ronaldo, los cuales observaban los pasos montañosos. Aún no había señal alguna de los enviados por el "Olimpo", pero eso iba a verse en cualquier momento y más cuando se produjeran los primeros combates.

- Esto es una locura.- Sostuvo la gemela de Dipper.- Llevarse a la Señorita Saori... es un crimen que no podemos tolerar. ¿Por qué seguimos aquí, esperando?. Debemos atacar el "Olimpo" y rescatarla.- Sugirió la chica, cosa que su gemelo negó con la cabeza.

- No en este momento, debemos aprovechar que se produzca una "brecha". ¿Recuerdas todas esas caras "nuevas", hermana?.- Preguntó el castaño y ella asintió con la cabeza.

De golpe, algo sucedió con el viento, se había detenido y de ahí empezó a soplar con más fuerza. Los Cielos seguían nublados, iban adquiriendo un nuevo tono en su color y la amenaza de lluvia iba aumentando cada vez más. El olor a tierra y polvo empapados por aquel Elemento impregnó las fosas nasales de los presentes y de ahí, en la lontananza, una "mancha" apareció, por lo que Mabel y Dipper entornaron los ojos, siendo Peridot la que descubrió más sobre esa presencia misteriosa. Sin lugar a dudas, lo que ella vio, terminó por dejarla helada.

- ¿Peridot?.- Preguntó Ronaldo a la Gema del "Planeta Madre", la cual estaba silenciosa por un rato.

- Que den la alarma: Ahí vienen.- Anunció ella con seriedad y el chico que le acompañaba asintió con la cabeza.- No hagamos ruido, si nos detectan, es allí donde estaremos en graves problemas.-

- Excelente, es una muy idea.- Le felicitó Ronaldo, dándole un abrazo, llevando a que ésta se ruborizara.

- ¿Crees que tarden en llegar? ¿Por dónde atacarán?.- Quiso saber Brady a los Caballeros que se encontraban allí.

- No lo sabremos hasta que se produzca.- Le tranquilizó Aldebaran de Tauro, sin embargo, el brasilero miró hacia adelante; llamando la atención de todos ellos.

- Ya vienen, avanzan desde el Sur.- Les informó Peridot sobre los movimientos del enemigo.

No se dijo más, la alarma había sonado, pero se evitó causar algún alboroto que les llevara al "Olimpo" a tomar la delantera para atacar de lleno contra el Santuario. Necesitaban tener una buena distracción, ya que los Ejércitos enemigos contaban con una buena superioridad numérica.

- ¡Todos a sus puestos, ahora!.- Se oyó la voz de Seiya de Sagitario junto a los otros. La Batalla del Santuario acababa de comenzar y apenas se estaba viendo la "Punta del Iceberg".

Lincoln fue despertado por todos los movimientos y las voces de alerta. Sus ojos notaron una Luz, una que era Dorada venía desde el interior del Palacio de Athena: Era cálida, ofrecía seguridad, protección, alejaba los malos momentos y la desesperación. Aquella voz estaba llamando a la lucha y acudiría a ésta misma, tomando su Espada y poniéndose en marcha hacia la Explanada.

- Ya están aquí.- Sintió Dimitri esa presencia enemiga, el Cosmos que fluía por su cuerpo empezó a brillar intensamente de un color violeta oscuro.- Que suenen los clarines y los gritos de guerra: Las "Mareas de la Oscuridad" están en su punto álgido.- Sostuvo y con ello pudo sentir, al instante, como los cuernos de batalla llamaban para ir al frente.

("Human 1", OST de "Warcraft II")

https://youtu.be/NB0f6FyCwic

Los Ejércitos del "Olimpo" estaban cruzando los pasos montañosos, no les quedaba mucho para llegar hasta su preciado objetivo. Lo que no sabían era que el enemigo les pisaba los talones y en un momento dado, delante de unas cadenas de Montañas que tenían frente a ellos, con las puertas que daban al Santuario, la Comandante Calisto dio un paso al frente, deteniendo su marcha para examinar un poco más a fondo el terreno.

- ¿Qué sucede?.- Preguntó uno de los Soldados, lo cual terminó por ganarse una mirada severa de parte de la peli plata.

Ella se levantó y caminó hasta los primeros peldaños que daban hacia las escaleras del Santuario, alzó la cabeza y se dispuso para hablar con los que estaban ocultos en las sombras.

- ¡Soy la Comandante Calisto de los Ejércitos del "Olimpo" y Oficial de la Diosa Artemisa: Por órdenes de Zeus y Hera, el Santuario debe pasar a manos del primero tras la retirada de Athena. Tienen un minuto para pensarlo y rendirse pacíficamente!.- Les dio su ultimátum a los que permanecían allí, cosa que nadie iba a responder.

- Jejejeje, esos imbéciles se van a rendir.- Dijo Geo, observando todo desde el "Olimpo", a través de una de las "Visiones" de Chronos.- No serán tan suicidas como para retarnos a una guerra.

- Ya la oyeron: Depongan las armas, es una orden.- Oyeron la voz de Artemisa, la cual se encontraba allí para supervisar todo y con ello, dejó sin palabras hasta a Geo.

- ¡¿Qué está haciendo esa idiota?! ¡La van a matar!.- Exclamó de la furia al ver a esa rubia-blanquecina pidiendo que se resolviera todo pacíficamente.-

Desde las escaleras, Artemisa pudo ver cómo un reconocido muchacho albino bajaba, acompañado por Clyde, Leni, Alexander, Luan, Luna y Lily hasta allí para encarar aquel acto de invasión. Los pasos que daba y su Armadura Divina daban a entender del papel que éste ocupaba. Lo notó con claridad, así que se preparó para recibirlo y ver qué clase de "trato" podían llegar.

- Saludos, Diosa Artemisa. No nos habíamos vuelto a ver desde aquella última "Guerra Santa contra el Olimpo".- Le saludó Lincoln con cortesía ante ella.

- El "Olimpo" de antes ya no existe y no he venido hasta aquí para recordar el Pasado, sino más bien a terminar con éste.- Dijo la rubia-blanquecina.- Los Ejércitos de Zeus y Hera están listos para tomar este lugar e instaurar a una Athena que será 100% leal a nosotros. Ya no hay nada que puedan hacer, ríndanse y serán perdonados.- Les ofreció ese trato para que no hubiera un derramamiento de sangre.

- Me temo que no podrá ser así.- Le espetó el albino con seriedad.-

- ¿Qué has dicho?.- Preguntó la Diosa, entornando los ojos ante semejante respuesta.

- Ustedes llevaron a cabo todo un Cataclismo contra el Mundo, muchos han muerto y quién sabe el número real de caídos, así como también la devastación de Ciudades importantes y el impacto en la Naturaleza. Y no me pienso olvidar lo que ese monstruo de Geo hizo contra mi familia y Athena. Si hay alguien que debería pagar por sus crímenes es él y no la Diosa de este Santuario. No daremos la vuelta, ni mucho menos vamos a izar el pabellón blanco de la rendición: Pelearemos por este Mundo. Será mejor que ustedes se den la vuelta y regresen al "Olimpo", ahora.- Dejó aquella advertencia, llevando a que todo el ambiente quedara bajo un estado de "ebullición", uno que podía estallar en cualquier momento.

Calisto dio un paso al frente.

- ¿Qué? ¿Acaso te vas a defender por ella, Artemisa?.- Le desafió el chico, llevando a que la Comandante lo mirara y quedaran a pocos centímetros.

- Pide disculpas a la Señorita Artemisa.- Ordenó la peli plata.

- ¿Disculpas? ¿Por qué?. Linky dijo la verdad: Ahora váyanse de aquí.- Fue Leni quien lo respaldó.

- Es verdad, además, esta es una causa para luchar: Por el Mundo, por Athena y el Santuario. Son ustedes quienes deberían pedir disculpas, pero esa tontería no servirá de nada, ahora que muchas Ciudades quedaron destruidas y se han perdido incontables vidas.- Sostuvo Alexander con un tono serio en su voz.

Calisto no se iba a dejar aplastar por nadie, sus "Satélites" comenzaron a preparar los arcos y flechas, tensando las cuerdas, apuntando hacia el Santuario.

- Estén preparados.- Pidió Lynn.- Voy va a correr mucha sangre.

- Que los Ancestros y los Dioses nos protejan.- Lanzó Alexander una plegaria y de ahí se fue preparando.

- Aún estamos a tiempo, no desperdicies esto, Hades.- Intentó Artemisa en darle una nueva oportunidad pero el chico se negó.

- Si tengo que ir hasta el "Olimpo" para que rescatemos a Athena, entonces así será.- Prometió el albino, cosa que terminó por destruir los pacíficos intentos de la rubia-blanquecina, quien se retiró en silencio, mirándolo con frialdad.

- Acabas de cometer un gravísimo, Hades. Lo lamentarás.- Sentenció la Comandante Calisto.- ¡"Satélites", prepárense para disparar!.- Ordenó y éstas alzaron sus arcos, prendiendo fuego las teas.- ¡Preparen! ¡Apunten! ¡FUEGO!.- Ordenó y se lanzaron los proyectiles flamígeros.

Desde el otro lado llovieron aquellas flechas contra sus objetivos, muchos de los Soldados levantaron sus Escudos, resguardándose de la lluvia que caía, pero otros no tuvieron tanta suerte. Inmediatamente, llevándose a los que que cayeron y resultaron heridos, los arqueros del Santuario se prepararon para responder. Una oleada tras otra de arqueros emergió desde las Montañas y fue tensando los arcos para disparar. Inmediatamente, una feroz descarga de flechas "llovió" sobre los enemigos que venían desde el "Olimpo".

La Batalla del Santuario había comenzado.

("Orc War Room", Soundtrack de "Warcraft II: Tides of Darkness")

https://youtu.be/3UNJIuiOaGk

Como si de una avalancha que se precipita a toda velocidad, bajando cuesta abajo desde las Montañas, los Ejércitos del "Olimpo" y el Santuario chocaron intensamente. Las primeras bajas empezaron a verse, la sangre que se derramaba contra el suelo y de ahí podía apreciarse cómo se luchaba por salvar o ver caer ese "Sitio Sagrado". Lincoln se encontraba junto a sus hermanas y amigos abriéndose camino, matando a todo rival que se interpusiera en su camino, derrotándolos con su Espada.

En el "Olimpo", Geo frunció el ceño al ver cómo los Ejércitos de Zeus y Hera estaban siendo aplastados por sus rivales. Oyó pasos y notó a cierto peli plata de pie, su mirada seria, cargada de frialdad, llevando a que el chico lo mirara de arriba para abajo. Acto seguido, éste se arrodilló ante el albino y permaneció en su posición un buen rato.

- Rigel de Orión.- Le habló Geo a éste.

- La Señorita Eris me ha mandado ante usted.- Dijo el peli plata, cosa que le provocó repugnancia al albino al oír el nombre de aquella Diosa.

- ¿Qué es lo que quiere esa desgraciada?.- Exigió saber la respuesta a su pregunta, cosa que pudo notar los ojos sin emoción de Rigel. No le tenía mucho cariño a los que eran "Ghost Saints", los odiaba, al igual que a las "Dríades". ¿Qué importaba si enviaba a uno de los Soldados de Eris al frente?. Nada.- Lo he estado pensando y creo que tú podrías cumplir un buen papel en la lucha contra el Santuario. He oído de que tuviste un encuentro con una chica llamada Linka Loud, ¿no es así?. Mis Agentes dicen que es muy bonita, ¿no te gustaría estar con ella?.- Propuso, burlándose de Rigel, cosa que el joven no iba a dejarse atropellar por él, así que se puso de pie y lo encaró.

- No soy tu juguete para que puedas hacer lo que quieras conmigo, ¡¿oíste?!. Iré yo mismo a la Tierra para luchar contra el Santuario y quedarás callado para siempre.- Le espetó con severidad, enfrentándolo cara a cara y de ahí puso rumbo hacia su destino.

- Jejeje, ya veremos, Rigel. Ya veremos.- "Prometió" Geo, burlándose del peli plata y éste dejaba el Salón.

Una vez que salió al exterior, su cuerpo se convirtió en una "Estrella Fugaz" que puso rumbo hacia Grecia. No iba a dejarse humillar por aquel joven arrogante, le demostraría lo que era el poder de un Antiguo Santo de Plata, pero tampoco podía olvidarse de aquella chica con la que había combatido en Royal Woods: Linka de Búho, la Guardiana del Templo de Urano y su destreza para el combate, aquellos dotes que lo dejaron impresionado, era algo que no podía sacarse de encima.

Pronto, en un abrir y cerrar de ojos, Rigel de Orión había llegado y puso rumbo hacia el frente de batalla.

- Geo, maldito infeliz, nadie en su patética vida osa burlarse de mí: ¡Te demostraré lo que un ex-Santo de Plata puede hacer!.- Juró el peli plata con furia, apretando los puños y enfilando rumbo hacia el Norte.

[Los combates acaban de iniciar y van a ponerse más complicados, en especial para el próximo capítulo. Les aviso de que tomaré una semana de descanso para pensar en el resto de episodios, un pequeño "Break" hasta el Miércoles que viene. Pero no se preocupen, ese día vuelvo a escribir y no me detengo hasta que lleguemos al Capítulo 21, el cual será el Epílogo y que se estrenará el 2 de Julio, día de mi cumpleaños.

Espero que les guste este capítulo, amigos. Mando saludos para Linterna Verde Franco, marati2011, FreedomGundam96, lady-saintiasailor, RCurrent, eltíorob95, El Caballero de las Antorchas, J0nas Nagera y los demás.

Cuídense, amigos y nos vemos dentro de una semana.

Buen comienzo de día Jueves para todos ustedes, Camaradas.].

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