Capítulo 27

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Capítulo 27: La Batalla contra Manía de Locura había terminado, aquella Dríade sin rostro, esa Sombra, había sido completamente destruida pero Até no estaba contenta, estaba harta de las bajas en las filas del Ejército de Eris, harta de que su Señora estuviera siendo tan caritativa y dulce con los Santos Traidores, así que había decidido ir ella misma por la cabeza de Athena y de Twilight, a cualquier precio y estando ella bajo la extrema y severa vigilancia de Rigel, el cual no tenía confianza en aquella mujer.

Pero en su intento de acabar con aquellos dos enemigos, Mu de Aries había llegado y cuestionó a Twilight de haber bajado la guardia en aquellos momentos tan tensos.

Por su parte, Rigel había llegado al Salón del Trono Imperial, lugar en el que Cadence-Eris estaba sentada y disfrutaba de todo el espectáculo que le estaban dando sus Sirvientes, pero al pie de las escaleras, algo detuvo al rubio de Orión.

- ¿Quién está ahí? Nadie puede entrar aquí a menos que al Señorita Eris lo llame inmediatamente. Preguntó el rubio, quien se volteó y detrás de una de las columnas se hallaba un misterioso personaje oculto.

- Jejeje, vaya que tu voz se ha vuelto mandona, no creas que eres el único que tiene aquí un trato especial. Advirtió el misterioso personaje, el cual se burlaba de Rigel.

- ¡Pe...Pero si es...!. Exclamó y de ahí apareció aquel sujeto que había sido humillado por Sunset durante el fallido asalto al Santuario.

- Tanto tiempo sin vernos, Rigel, nunca creí volver a verte de este modo. Respondió aquel sujeto, quien salió de las sombras y que reconocía a Rigel.

- ¡Señor Aeson! Por qué, ¡¿por qué está usted aquí?!. Preguntó el rubio hacia el Santo de Copa.

- Las Dríades toman la forma que su Diosa desea, no me sorprende que escogiera mi alma. Ahora solo tenemos una misión: Proteger al Ser Divino que nos dio vida. [Respondió el joven de bufanda militar, quien le decía acerca del papel que ejercían ahora.]

- Dice la Señorita Eris que ¿Cadence la eligió?. Entonces...ella ya...Iba a decir Rigel, pero fue detenido por Aeson.

- No sigas, Rigel, las palabras pueden causar Maldiciones. Pidió el muchacho de Copa que no siguiera hablando más.

- El Ser Divino que acaba de nacer y se encuentra tras esa Puerta. [Señaló el rubio de Orión hacia las escaleras que llevaban hacia la entrada.] Su Cosmo se consume, no ¿se incrementa todavía más con sufrimiento? No, ¿regocijo?. Observaba y trataba de analizar esa situación, pero ya Aeson le seguía ordenando de que no hablara más.

- Rigel, parece que no tenemos mucho tiempo. Debemos darnos prisa y traer a Twilight aquí. Pidió Aeson en modo de alerta y se fueron de allí, mientras que se veía el incremento del Poder de la Diosa Maligna.

La defensa de Mu persistía las ofensivas con Raíces de Até, cosa que había llamado la atención de Twilight, la cual estaba protegiendo a Saori en aquellos momentos del enemigo.

- "Tanto el piso destruido como todos los escombros ¡están flotando en el aire!. ¡¿Este es su poder?!" Se preguntó para sus adentros la peli agua marina.

- Oh, con que puedes usar la Psicoquinesia en este nivel, aún estando dentro del Templo. [Admiró Até aquellas defensas] ¡Este tipo de poder va muy bien con tu apariencia dócil, Aries!. Pero ya que no estabas invitado a este Banquete, creo que yo personalmente debo darte una bienvenida sangrienta. ¡No creas que un simple Espejo bastará para bloquear mis Espinas otra vez!. [Se burló Até, la cual estaba preparando el siguiente golpe]

- Retrocede. Pidió Mu.

- ¿Eh?. Preguntó Twilight, volteándose hacia él.

En aquel momento, las Espinas atraparon a Mu.

- ¡Señor Ares!. Gritó la chica.

- Me pregunto cuánto resistirás. Se preguntó Até con burla.

- Até, me dijeron que tú eras la Líder de las Dríades así que quiero preguntarte algo: ¿Qué te hizo la Señorita Eris a ti?. Preguntó Mu en su pregunta formal.

- Hum, ¿yo qué sé?. Aunque el Poder de la Señorita Eris actual se incrementa a una velocidad increíble como antes, extraer y sellar el Alma de Athena será muy fácil. Le explicó la mujer.

- Ya veo, así que algo como eso, pero...Sentenció Mu y de golpe, las Raíces comenzaron a quebrarse.

- ¡¿QUÉ?!. Exclamaron sorprendidas Até y Twilight.

- No puedo seguir jugando con un Títere. [Finalizó Mu y las Raíces se dirigieron hacia Até, atrapándola y aprisionándola, mientras que gritaba del dolor] Es evidente que ese no es tu verdadero cuerpo. Escuché que la Dríade Até era una persona obstinada y cautelosa. Y ya que el Santo Dorado que la derrotó está dentro del Templo, no creo que use su verdadero cuerpo para venir a las afueras del Templo. Sostuvo Mu su teoría y de ahí comenzó a escucharse la verdadera voz de Até.

- Jajajaja, no esperaba menos que de un Santo Dorado, todos son unos inocentes. Pero mejor recuerda esto: Nuestro poder, al igual que el de la Señorita Eris, es diferentes como era el de antes. La Batalla Dentro del Templo está en mis manos, después de todo, no seré yo quien obtenga de los Poderes Divinos, jajajajaja. Finalizó aquella mujer, la cual desapareció del campo de batalla.

- Disculpe, ¡muchas gracias!. Agradeció Twilight a Mu, el cual la miró con seriedad.

- Ni lo menciones, esa Armadura de Eqquleus, me dijeron que su Portadora tenía la habilidad de rechazar la Influencia de la Diosa Maligna, me parece que esa carga es muy pesada para ti. [Sostuvo Mu su visión, mientras que la peli agua marina auxiliaba a la inconsciente Saori, para luego arrodillarse y ver qué era lo que le pasaba] La "Marca" de la Diosa Maligna ha comenzado a aparecer, como lo pensé, parece que se extiende una especie de "Sello" creado por Eris. Su condición es crítica, además...a este paso la "Barrera" alrededor del Templo desaparecerá, si eso ocurre, el Poder de la Diosa Maligna se extenderá por todo el Mundo. Dio su diagnóstico el Santo de Aries ante la situación que estaba expuesta Saori.

- Iré donde mi hermana, no, a donde Eris se encuentra, ¡y destruiré el "Sello" de la Señorita Saori!. Juró Twilight, pero Mu no veía que era seguro para ella ir sola.

- No creo que puedas hacerlo, ya hay dos Santos Dorados dentro del Templo. Es más convincente si una Saintia como tú permaneciera al lado de Athena. [Aconsejó el Caballero de la Primera Casa] Sin embargo, no puedo encomendarte a Athena en su condición actual, así que me quedaré a protegerla. Cambió de idea y le pidió que fuera hasta allí.

- Ya protegí suficiente, si voy a arriesgar mi vida, al menos quiero pelear como Saintia de la Señorita Saori, ¡como Saintia de Athena!. Pidió Twilight, cosa que llevó a que el Santo de Aries se dirigiera hacia ella.

- Entiendo, eso es muy valiente de tu parte, entonces déjame preguntarte algo: Mientras observaba la Batalla Anterior, noté que no puedes evitar preocuparte por tu hermana, entonces, ¿qué es la actual Eris para ti? ¿Un Dios Maligno que debe ser derrotado? O tal vez ¿tu hermana de sangre?. Preguntó Mu.

- Ambas. Fue su respuesta.

- Eqquleus, ¿no te ocultas en tu propia fantasía?. [Replantó su pregunta Mu] Aún si es tu hermana quien se convirtió en la Eris actual, es evidente que es el enemigo. Amenaza la vida de Athena e intenta sumir al Mundo en un período de guerra causado por la Discordia.

- Quizás aún carezco del poder para oponerme a la Diosa Maligna y proteger a Athena, pero me hice esa promesa con la Señorita Saori y pienso mantenerla hasta el final. Ella y yo defenderemos a mi hermana, no nos daremos por vencidas. ¡Por eso debo ir hasta donde está mi hermana, para salvar a la Señorita Saori!. Juró Twilight, cosa que tomó por sorpresa a Mu, quien cerró los ojos.

- Creer y mantener tu promesa hacia Athena, ¿así que esta es la voluntad de las Saintias?. Comprendo; sin embargo, te daré un último consejo: La realidad de una batalla no es agradable, sin duda, llegará el momento en que tengas que elegir. Le dejó Mu su consejo de apoyo.

- Sí. Comprendió las palabras de aquel Dorado.

- Deja que yo me encargue de esto y prosigue, Twilight de Eqquleus. Pidió Mu, quien se iba a hacer cargo de cuidar a Saori y derrotar a los Espíritus Malignos.

- ¡Muchas gracias! [Agradeció ella y apareció una intensa Luz] Qué resplandor, ¡¿la Luz cubre mi cuerpo?! ¡Señor Mu!. Señor Mu de Aries. Agradeció la chica e ingresó en aquella Luz.

- Señor Mu de Aries. Escuchó él una voz familiar.

- ¿Mayura de Pavo Real?. [Preguntó el joven al reconocerla.] Parece que nuestro inconveniente causó que se molestara actuar, pero le agradezco de su ayuda en estos momentos. Dijo a aquella mujer.

- No tienes de qué agradecerme, más bien creo que aceleré su muerte. Dijo la chica.

- No, el Camino de los Santos siempre ha sido el de la Muerte, tal como aquellos Santos de Bronce que se levantaron contra el Patriarca. [Mencionó el Arriano]. Es verdad, tal como ellos, quizás solo quiero creer en aquellos jóvenes con una convicción fuerte en sus corazones.

- "Estoy envuelta en la Luz que que el Señor Mu creó, ¡¿adónde me lleva?!" [Se preguntó Twilight, mientras que aparecía ante las Puertas de aquel bastión] Esta es...¡la Entrada del Templo!. Reconoció aquel sitio y se dispuso a ingresar en él a toda prisa.

- ¿Entonces esa chica ha entrado al Templo?. No dejaré que nadie obtenga la "Manzana Dorada". [Advirtió Até y veía aquel artefacto] Tendré su cabeza antes que nadie y así seré la única digna de devoción a la Señorita Eris. Si, esa chica y los Santos Dorados también, como quiero aplastarlos con mis propias manos en este momento. Pero aún no es suficiente, peleen aún más, escorias y así produzcan más poder. Pidió Até, la cual quería que aumentara esa intensidad.

La Batalla del Salón del Trono Imperial no parecía tener fin, los dos Caballeros Aioria de Leo y Saga de Géminis, los cuales no parecían rendirse por nada en el Mundo, ambos estaban enfrascados en una lucha eterna.

- Mal...Maldición, a este paso la batalla no avanzará ni se resolverá nada. Pero...¡justo ahora, cualquier movimiento equivocado podría convertirse en una apertura por la cual lanzar un ataque fatal!. Maldijo Aioria la desventaja.

- Jejeje, ¿Qué ocurre, Aioria?. No me digas que pretendes iniciar una "Guerra de los Mil Días". Quiso saber Saga con burla.

- ¡¿Pero qué?!. Preguntó el Santo del Templo del León.

- Ya te lo dije: Los Dioses me otorgaron una nueva vida, así, he consagrado un Poder Superior al de los Humanos, ¡un poder que sobrepasa la imaginación de alguien como tú!. Sentenció el peli azul con burla y desprecio.

- "El Poder de Saga ¡SE INCREMENTA RÁPIDAMENTE"!. Pensó Aioria con sorpresa, mientras que el rival se lanzaba con su puño hacia él.

- ¡Y LA PRUEBA DE ELLO TE LA MOSTRARÉ AQUÍ Y AHORA!. Exclamó el enemigo.

- Imposible, ¡¿acaso va a...?! ¡UGH!. Se preguntó el joven rubio, quien veía como su rival preparaba su nueva jugada.

- ¡"EXPLOSIÓN DE GALAXIAS"!. [Lanzó el peli azul su ofensiva, destruyendo todo el Salón del Trono Imperial y provocando una gran destrucción, además de que el rival cayera al piso herido].

- "Ugh...Ugh...sin duda esa fue la "Galaxian Explosion" de Saga. No...era algo más fuerte". Pensó el Santo Dorado de Leo herido.

- ¿Qué tal? Y ahora que utilicé la mitad de mi poder, para que tuvieras un momento como éste, ahora apenas puedes moverte y estás al borde de la Muerte. Pero sería aburrido aniquilarte sin que comprendas todo el alcance de mi poder. Advirtió Saga, quien iba a continuar divirtiéndose con el "invitado".

- "¿Qué dijo?". Preguntó Aioria y de golpe, el rival lo tomó con fuerza del cuello, alzándolo en el aire.

- Aioria, no puedes proteger a la Tierra con un poder como el tuyo, estos Humanos Incompletos no pueden vivir sin estar sometidos por un poder mayor. Tal como cuando estaba bajo mi control. Pero hay una manera en que incluso alguien como tú pueda proteger a la Tierra, convirtiéndola en parte de mí, el Futuro Gobernante de la Tierra. Sentenció Saga, mostrando sus verdaderas intenciones, mientras que presionaba sobre el cuello del joven.

- ¡Ugh! ¡ME NIEGO!. Exclamó el joven, aún ejerciendo resistencia.

- Eso pensé, entonces muere. [Finalizó Saga con una sonrisa malvada, pero en aquellos momentos, la Cúpula del Salón del Trono Imperial estalló, inundando el lugar con escombros y entonces el rival miró hacia un nuevo personaje recién llegado] Hum, sería mejor si murieran al instante. Observó y entre las ruinas, emergió el Caballero Dorado Milo de Escorpio, quien había rescatado a Aioria de Leo de las garras del enemigo.

Ufff, Dios, las cosas se han puesto más fuertes e interesantes: Milo ha llegado al frente de batalla, mientras que Twilight se abre camino hacia donde está su hermana y a su vez tenemos a Até, la cual ansía tener todo el poder en sus manos, mientras que las Dríades que ella comanda, mueren en el campo de batalla como insectos. Ahora ¿qué pasará?. No se vayan a perder el capítulo que viene :3. Saludos para FreedomGundam96, lady-saintiasailor y PoLucy :D.

Cuídense y que tengan un buen día Martes.

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