Epílogo

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Epílogo:

¿Qué fue eso? ¿Acaso era un Ángel...o un Demonio lo que la había salvado?. Los ojos de Twilight se volvieron como platos, como los de una Lechuza que mira sorprendida hacia un objetivo, una presa, pero aquí, la chica peli agua-marina no podía creer que esa persona, sí, aquella misma que había intentado matar a Athena en el Pasado, cuando era una recién nacida con aquella "Daga Dorada", se interpusiera en su camino, siendo atravesado en el pecho por Eris. Ésta misma quedó callada, una expresión fría pero luego, tras unos segundos, cambió para ser una de puro horror cuando vio que el cuerpo de su hermano era atravesado por ella.

La sangre fluía por el pecho y la Armadura que él portaba estaba sumamente dañada por el impacto. Unas cuantas gotas empaparon el suelo cubierto de escombros. ¿Qué estaba haciendo allí? ¿Por qué se había movido así?. Él la había matado, el cuerpo de Cadence, aquel "Recipiente" que la Diosa Maligna había ocupado, estaba vacío, la "Manzana Dorada" yacía destruida pero aquel rubio lo hizo. Sus manos tocaron, por unos finos segundos, el rostro de su hermano y éste cayó de rodillas al piso.

- Saga.- Dijo Twilight sin palabras.

- Hermano...- Quedó Eris helada por lo que acababa de ver.

No dijo nada, simplemente se volvió a poner de pie. ¿Qué Dios iba a caer de rodillas ante su verdugo?. Palabras de un destino que había sido escrito por ellos, desde el comienzo.

- No...No podía permitir que te salieras con la tuya, Eris.- Le habló aquella voz, una que reconocieron Aioria, Milo y los otros.

- Saga.- Dijeron ellos y fueron a auxiliarlo pero el Caballero Dorado se giró hacia ellos.

- ¡No vengan!.- Les ordenó y ambos frenaron su marcha. Luego de eso, su voz se "tranquilizó".- No voy a permitir que ni tú ni Ares sigan manchando lo que fui en el Pasado: Yo era uno de los Caballeros Dorados más poderosos pero mi lado oscuro me corrompió, cometí actos horribles pero no busco una redención fácil...¡mi última misión será evitar que destruyas la Tierra, Eris!.- Bramó el oponente con severidad y de ahí se preparó para cargar hacia ella, la cual permanecía en un estado de catarsis.

Lo había dicho fuerte y claro. El puño luminoso de Saga iba directo hacia ella, solo se necesitaría un golpe para terminar con la desgracia que afloraba sobre la Tierra. Una serie de vibraciones llegaron hasta el mismísimo Templo, dando a entender que no era una buena señal para los presentes. El Cosmos de Saga aumentaba, su Armadura roja había pasado a ser una de color dorado y con ello, estando a pocos centímetros de herir a la Diosa Maligna, llevó a que ésta reaccionara y se defendiera.

- ¡Eres un idiota!.- Bramó la chica y detuvo al oponente pero éste tuvo la suficiente fuerza como para abrirse camino entre sus "Saintia-Dríades" e hiriendo a la Diosa de largos cabellos negros con su poder. Sin embargo, ésta lo detuvo una vez más con su resistencia.- ¡¿Crees que me podrás destruir con una simple herida de tu puño?! ¡Jajajaa, me río de tu infortunio, es una lástima que Athena esté al borde de la Muerte!.- Se burló de éste, pero los ojos de Saga mostraban una tenaz determinación, aún estando en sus últimas.

- Twilight.- Le llamó el rubio y ella lo escuchó.- A pesar de todas estas desgracias ocurridas, siempre he sido y seré un Caballero Dorado de Athena, aún con los actos cometidos en el Pasado y ahora, ya no me importa lo que ocurra. Mi lealtad es hacia la única Diosa que respondo, por eso.- Dijo y cerró los ojos.- te dejo el camino liberado para tú y tus amigas derroten a Eris.- Les encomendó esa misión a ellas, sobre todo a la hermana de Cadence.

- Saga...- Dijo la chica sin palabras y de ahí los últimos vestigios de la Armadura roja explotaron, la Dorada salió volando hacia los Cielos, despidiéndose de su Portador, llevando a que el resplandor fuera muy fuerte y ella se cubriera los ojos.-

- Hasta aquí has llegado, Hermano. No...- En ese momento, tras una expresión burlona, Eris lo miró con asco al rubio.- Mejor dicho, Caballero Dorado Saga de Géminis.- Sentenció con frialdad y tras atravesarle el pecho del rubio, éste permaneció de pie ante las heridas y sus últimos minutos.- Hmm, no me esperaba de que alguien como tú pudiera herirme de esa manera.- Sostuvo y sintió la sangre que caía de su mejilla derecha contra el piso, pero ésta llegó a abrirse un poco más.- ¿Qué...Qué...? ¡¿Qué has hecho?!.- Preguntó y sintió el ardor del fuego sobre su piel.

- Mi Cosmos...las Estrellas mismas...serán tu perdición, Eris.- Fueron las últimas palabras del Caballero Dorado Saga de Géminis, quien murió de pie frente a la rival, dejando a Twilight sin palabras y con unas lágrimas que bajaban por sus mejillas.

Repasaba en su mente el punto de inicio de todo aquello: Ella se iba a reunir con Cadence, quien volvería tras muchos años estando afuera para convertirse en una Saintia, aquel día había conocido a Saori, aunque no por las buenas debido a la personalidad seria de la nieta de Mitsumasa Kido junto a Rainbow Dash, la cual era su Secretaria. Cuando las cosas estaban poniéndose con viento a favor, fue donde apareció la primera de las "Dríades" lideradas por la Teniente de Eris, Até de la Ruina y de ahí fue en donde todo se terminó por hundir. Se preguntaba si valía la pena luchar por un Mundo que estaba condenado, los terremotos aumentaban cada vez más, Junk se aproximó hacia una de las puertas y observó lo inevitable.

- Santo Dios...¡nos dirigimos hacia la Tierra!.- Alertó el extranjero.- Si no lo desviamos pronto, todo habrá terminado.- Advirtió seriamente.- Twilight, de prisa, usa el "Kanzashi", es nuestra única esperanza.- Intentó en convencerla pero la joven no respondía.

- No te puedes dar por vencida ahora, tenemos una misión que cumplir.- Le dijo Rainbow Dash pero la chica no podía hacer nada.

- ¿Para qué? ¿Todo esto para nada?. Fue todo en vano, Athena morirá y con ello, todo rastro de esperanza para el Mundo.- Sostuvo la peli agua-marina, mientras que las lágrimas caían hacia el suelo, empapándolo como lluvia.

Sus amigas la escucharon, no podían creer que estuviera diciendo eso, sin embargo, la acompañaron. Eris, por su parte, contemplaba lo que se vendría más adelante. Ya podía verlo: Un verdadero Cataclismo por todo el Mundo. Los Humanos estarían en guerra, odiándose, matándose, cometiendo actos terribles gracias a las "Semillas Malignas" que habían germinado en cada uno de ellos y eso le daba mucho más poder, ansias de triunfo. Extendió sus manos, una sonrisa cruzó su rostro, dejó que los aires de la victoria inundaran su ser.

En la Tierra, ningún medio periodístico o científico podía explicar lo que estaba ocurriendo. El pánico había cundido en todas las direcciones, el caos se apoderaba de cada calle de las grandes ciudades, en donde se producían disturbios, saqueos, robos, suicidios. Los más creyentes tenían la teoría de que era el Fin del Mundo, el pago por todo por todos los Pecados cometidos por el Ser Humano. Otros lo consideraban un "Acto de la Madre Naturaleza" por el daño que le hacían al único Planeta que era el hogar de las personas. Una de todas ellas podía ser "certera" pero no la oficial.

Los terremotos y volcanes desgarraban el Planeta, los tsunamis inundaban las zonas costeras, el fuego que consumía ciudades y amenazaba los bosques, las lluvias que cubrían los grandes Centros Urbanos bajo las aguas y eso se repetía por todo el Mundo. Nada parecía hallar su significado u origen, sino de que empezaba a desatarse y se extendía como una peste. El peligro mayor lo representaba aquel Cuerpo Celeste, el cual colisionaría dentro de unas pocas horas y las Saintias debían hacer algo urgente.

Twilight seguía devastada, Eris lo disfrutaba, no había nadie en su camino que le impidiera llegar para cumplir con su misión. Su sonrisa estaba "grabada" en el rostro, había ganado, ya estaba todo terminado, el juego finalizó. Las pocas energías que Athena conservaba se estaban agotando, ya la rival estaba intacta, sin ninguno que amenazara su ascenso al poder. El sacrificio de Saga, para ella, fue en vano, todas esas luchas también lo fueron, mientras que las lágrimas caían aún más, culpándose por todo, si tan solo hubiera seguido su camino, ella no hubiera elegido ser una Saintia, Cadence estaría con ella y su padre.

- "Hermana, papa...mama...cuánto lo siento".- Se disculpó la joven por lo ocurrido.- "Falle en mi misión".-Pensó y en ese momento, todo el ambiente quedó sumergido en una intensa Oscuridad. Sus amigas, Eris, los que estaban allí fueron "engullidos" por la misma y solo quedó la muchacha de Caballo Menor, de rodillas contra el piso.

Silencio, eso era lo único que se podía apreciar en aquellos momentos. De pronto, una Luz Dorada emergió desde el Centro de aquel manto, abriéndose camino, dispersando a la misma y encontrándose con aquella Saintia, la cual alzó la mirada, sus ojos se entrecerraron por el brillo que emitía aquella "Fuente de Luz", pero que no podía ver si era un Ángel o alguien más.

- ¿Morí? ¿Ya se acabó todo?.- Preguntó Twilight pero el resplandor no dijo nada por un rato.- Ya veo, tú solo puedes verme pero no me puedes oír.-

- Twilight.- Le llamó aquella voz, una tan familiar que despertó su asombro.-

- No...No puede ser...¡Señorita Athena!.- La reconoció la chica en esos momentos.

- Así es.- Le dijo con esa voz tranquila y dulce, como si se tratara de una madre que se preocupa por sus hijos, pero para la peli agua-marina, aquello debía de ser una deshonra al haberle fallado.- No te des por vencida, aún no termina esta lucha, debes continuar.- Le animó.

- ¿Cómo? ¿Cómo puedo hacerlo?. Es como si una "Barrera" me impidiera seguir adelante.- Quiso saber la chica y de ahí, en sus manos, un fulgor dorado emergió desde su interior junto a las "manos" de Athena que tomaban las de ella. Por un momento la vio al rostro, ese mismo que expresaba tranquilidad y serenidad a todos los que combatían por ella junto a las imágenes de los que habían peleado cuando fue alcanzada por aquella "Flecha Dorada" y que gracias a sus Caballeros de Bronce pudo salvarse, ahora era el turno de Twilight de brillar.

- Aún no ha terminado esta pelea, por lo que no es cuestión de rendirse. Yo sé que puedes. Mírate, llegaste hasta con tus amigas, ¿crees que ahora te daría ganas de rendirte?. Eris busca debilitarte, pero tú nunca te darías por vencida ahora.- Sostuvo Athena, mirándola a los ojos.- Yo confío en ti, lo mismo ellas, no te rindas, Twilight.- Le animó.- Y verás de que existe un Futuro para todos aquellos que anhelan vivir en la Tierra.

Pronto, la joven se secó las lágrimas, Athena estaba en lo correcto, no se podía rendir ahora. No era el momento ni nunca, ella era una Saintia, se había convertido desde el mismo día en el que Eris atacó la Mansión de la Familia Kido, el sacrificio que Cadence había hecho por su hermana no podía ser en vano, así que fue juntando valentía para dar una última pelea, una por la que el premio mayor era el Futuro del Mundo.

Y aquel manto oscuro comenzó a desaparecer para siempre del lugar, dando paso a una muchacha peli agua-marina, quien se hallaba de pie y miraba a la oponente a los ojos. Una vez que se paró, la muchacha clavó sus orbes en los de la rival, tanteó con su mano derecha la palma y allí lo sintió: El "Kanzashi Dorado" estaba, aún, en su poder.

- ¿Así que has sobrevivido y abierto los ojos, Twilight?.- Preguntó Eris a ella, pero la chica la miró con una nueva "forma".

- Mis ojos siempre han estado abiertos, porque estaba en mi destino ser una Saintia. Le juré a la Señorita Athena y a mi hermana, Cadence, de que la salvaría, así como también detendré tu plan de conquista por una buena vez. Te pondré fin y nunca más volverás a lastimar a la Humanidad, así como también liberaré a mi madre de tu asquerosa esencia.- Juró la joven, quien se preparó para dar un combate, mientras que sus manos se unían a ella, colocando sus manos en los hombros de la joven.

- Estamos contigo.- Le respaldó Rainbow Dash.

- Acabemos con esta desgracia.- Pidió Rarity, quien sentía dolor por la pérdida de Saga, pero aún así se mantuvo firme.

- Solo veo dolor ante Eris, pero ya no más.- Añadió Applejack.

- Jajajaja, que comience la fiesta.- Dijo Sunset, haciéndose tronar los nudillos.

- Daremos todo por ti, amiga.- Agregó Pinkie Pie, emocionada.

- Avanza, no te detengas, que el Futuro está en nuestras manos.- Finalizó Fluttershy y de ahí, las chicas se prepararon para el final.

- Está decidido: Sus muertes son inmediatas.- Auguró Eris y con ello, lanzó un golpe hacia ellas, el cual fue detenido por Milo y Aioria.

En la Entrada al Templo Principal, Mayura y Aeson se abrieron camino para ver qué estaba ocurriendo, ya que una serie de explosiones sacudía todo el lugar.

- "Espero que no sea demasiado tarde. Pude sentir un enorme Cosmos abriéndose camino dentro de este sitio...Twilight, chicas".- Pensó la joven ciega y al llegar allí, Aeson la detuvo.

- Espere.- Apuntó el muchacho de la gabardina y bufanda militar, quien presentía de que el momento más duro había llegado. Tomó a Mayura de las manos y la condujo cerca de los demás.

- ¿Eh?.- Se giró Shaina con Marín.

- Señorita Mayura y Aeson, ¿qué hacen aquí?.- Preguntó la pelirroja hacia ambos.

- No hay tiempo que responder, mi "Semilla Maligna" fue la que nos condujo hasta este lugar, sin embargo, por algún motivo, ya no puedo sentir la malvada esencia de Eris.- Le contó la rubia ciega.

- Esto se debe a una sola cosa: El "Kanzashi Dorado" ha recibido un gran poder, uno que sirvió para Eris al principio, pero que ahora se ha revelado: Ares, mejor dicho, Saga de Géminis y la Diosa Athena los están respaldando.- Sostuvo el joven Santo de la Copa.

En efecto, las palabras de aquel muchacho estaban en lo correcto al referirse al artefacto que Twilight portaba, siendo la única "Arma" que podía poner a Eris. Ni más bien terminó de hablar, la Saintia de Equuleus se lanzó contra su adversaria, seguida por sus amigas, quienes se encargarían de mantener a raya a las otras "Saintias-Dríade", mientras que Pseudos de Mentiras permanecía a un lado de la batalla, ya que aquella mujer no era más la Diosa a la que admiraba, sino de que era "otra".

- ¿Tienes miedo, Pseudos?.- Preguntó Martín, quien estaba herido por su combate contra aquellas versiones alternas, sangraba pero su honor y orgullo estaban intactos.-

- No sé cómo describirlo, Señor Martín. Es raro, pero aquella persona a la que veo, ya no es más mi Diosa, por algún motivo, siento una extraña preocupación que invade mi ser y me impide sacar una respuesta final.- Respondió la Dríade.- No importa lo que pase, si ella cae, yo también desapareceré.

- Pero ¿no temes a que tu existencia ya no esté más aquí?.- Quiso saber Junk Hurk, cosa que ella respondió con un movimiento de cabeza.

- Tal vez halle también mi camino. Si nací de los deseos de los Humanos, aquellos que eran malvados, entonces puede renacer como una mejor persona.- Aportó y fue entonces que, proviniendo de Eris, un rayo atravesó el pecho de la Dríade Pseudos de la Mentira, quien sintió una profunda molestia, un dolor pero no gritó.

- ¡Desgraciada!.- Intentó Junk en detener a Eris pero Martín y Shaina lo detuvieron.

- No mueras en vano...porque...tal vez...nos volvamos a ver, pero desde otra perspectiva.- Le prometió aquel personaje, mientras que su "Semilla Maligna" pasaba a formar parte de las "filas" del enemigo.

- ¡Qué ingenuas que son!.- Exclamó, burlonamente, Eris y los atacó a todos por igual, mandando a volar a los mismos hasta estrellarlos contra el suelo, pero las Saintias ofrecieron resistencia.

Con cada paso que daban, en medio de aquel devastador "huracán" de poder, Twilight solo necesitaba un golpe, uno solo para terminar con la Diosa Maligna. Vio a sus amigas lanzarle todas sus técnicas que aprendieron, manteniendo ocupada a la misma y fue allí donde vio una "brecha" en esas "líneas", una que le podía servir. El viento movía sus cabellos, pensó en las palabras que Seiya de Pegaso le había dado cuando se conocieron en las afueras del "Torneo Galáctico", las de sus amigas y allí lo supo: No estaba sola, nunca lo estuvo. Cadence la estaba esperando, lo mismo su padre, aquellas personas que estaban de su lado todo ese tiempo, eran como su "Familia", por lo que se juntó valor, determinó lo que sus acciones harían y de ahí, encendiendo su Cosmos a más no poder, llamó la atención de Eris, la cual se volteó y la observó desafiante.

- ¿Así que vienes para morir junto a las demás?.- Preguntó con burla.

- No he venido para morir en vano, sino para devolverte al lugar al que perteneces.- Le respondió Twilight y fue entonces que cargó contra ella.

- Que así sea.- Sentenció la peli negra rival y le lanzó su ofensiva.

- "Tú puedes, tus amigas cuentan contigo, no tengas miedo, convierte al mismo en una Fortaleza. Haz que tu corazón arda por defender a los que amas. Conviértete en las "Alas" de la Saintia que eres".- Insuflaba sus ánimos en aquellos momentos, sus puños colisionaron con los de Eris, ambos ataque chocaron y provocaron todo un "vendaval" que destruía todo a su paso, como el techo, las columnas, el propio suelo comenzó a quebrarse ante el "terremoto". Las escaleras que daban al Trono Imperial y éste mismo se quebraron y cayeron convertidas en escombros. Las amigas de Twilight observaron todo, el papel que ellas hicieron dio resultado, ahora todo dependía de la chica peli agua-marina.

- Twilight, Twilight, ¡Twilight! ¡Twilight!.- Le animaban a viva voz, llevando a que ésta se sintiera más determinada en sus acciones.

- ¿Sabes una cosa, hija?. Fue un lindo momento con volverte a ver. Ahora que sabes la historia tuya y de Cadence, estoy segura de que podrás sentirte complacida de tener las respuestas que buscabas.- Sostuvo Eris, mientras que su contrincante la miraba fríamente.

- Gracias por ello.- Le "agradeció".- Pero tú no eres mi madre, ella nos quería y dio su vida por mi hermana y por mí, tú solo eres una "copia", una Diosa Maligna en su cuerpo, haciéndose pasar por ella como hiciste con Cadence, pero me aseguraré de que nunca más vuelvas a lastimar a nadie más. Tu tiempo se termina, Eris.- Le dijo con seriedad y con ello, redobló su ataque.

- ¿Qué? ¡Estás loca!.- Exclamó la oponente pero ella negó con la cabeza.- "No...no lo está...ella decidida a pelear contra mí...¡Las Alas de Equuleus!".- Miró y allí estaba Twilight, elevándose en el aire, de la misma forma en que había derrotado a la Teniente de Eris y Dríade Até de la Ruina, ahora ella estaba yendo hacia donde estaba su rival.

- ¡Hasta aquí llegas, Eris, se acabó!.- Exclamó la joven y la peli negra se defendió.

- ¡Esto aún no acaba, mocosa! ¡No puedes vencer a una Diosa, tú solo eres una Saintia!.- Se burló de su oponente, pero no ocultando el hecho de que su final estaba cerca.

Twilight no dijo nada, permaneció callada, en un momento dado, una explosión, una batida de alas provocó que se levantara todo un tendal de polvo, llevando a que ella volara y cayera como una bomba en picada hacia el objetivo. Alzó ambas manos, todo su cuerpo brillaba como el Sol, mientras que Eris se cubría los ojos y se preparaba para darle el golpe moral, la peli agua-marina preparó el "Kanzashi". Una sola oportunidad, no habría una segunda, ese era el momento decisivo de todo.

- ¡"EQUULEUS ROLLING CRASH"!.- Exclamó, lanzó su ofensiva, su puño brillaba y destellaba con un fulgor que eclipsaba todo a su paso. Eris sonrió y de ahí atacó...de ahí, cundió el silencio tras una nueva explosión de poder.

Todo quedó en blanco por unos segundos que parecían eternos, de ahí, mirando hacia arriba, sus amigas la vieron, primero pensaron que todo había terminado mal, sin embargo, desde las alturas, Twilight y la Diosa Maligna Eris de la Discordia yacían elevadas, una cerca de la otra, el Kanzashi, ¿en dónde estaba?. Ah, ahí se encontraba, en las manos de la joven y con ello, la ofensiva dio como resultado el triunfo de la Saintia de Equuleus, quien logró atravesar el cuerpo de la rival, liberando a su madre del control que ésta ejercía, drenando las energías que poseía, liberando las de Athena, las Dríades caídas, quienes pudieron descansar en paz y las de Saga de Géminis.

Eris fue abandonando el cuerpo de Olivia, siendo arrastrada hacia el interior del Kanzashi, pero antes de hacerlo, puso sus manos sobre los hombros de la chica, quien la miró de cerca, tosiendo sangre y con pocos minutos de vida, ésta se dirigió hacia ella con una última cosa en mente.

- Lo...has hecho muy bien...una Saintia que logró vencer a la Diosa Maligna de la Discordia, jejejeje, debería sentir furia pero también puedo estar segura de que...estaba equivocada al juzgarte, tan solo porque eras una niña...pero lo lograste...me dejaste sorprendida, así que...te deseo lo mejor, Twilight de Equuleus...buena suerte y que tu Futuro sea el más brillante de todos.- Fueron sus últimas palabras para, después, desaparecer ante la vista de ella, quien reaccionó y con el artefacto en sus manos, la joven lo miró una última vez antes de cerrar sus puños con suavidad y proceder a guardarlo.

- Diste una batalla muy importante, Eris y por ello, tanto mis amigas como yo vamos a cumplir este sueño por Athena. Hoy una Saintia te ha vencido y con ello, el Futuro queda asegurado para toda la Humanidad.- Sostuvo Twilight, mientras que iba descendiendo hacia la superficie.

Sus amigas corrieron hacia ella cuando tocó el suelo, se sentía agotada por lo que Milo de Escorpio la agarró al momento de perder la consciencia.

- No se preocupen, está bien.- Les tranquilizó y de ahí se mostró con un aura de tranquilidad.- Lo han hecho muy bien, chicas, gracias a Twilight y ustedes, la Diosa Eris ha sido vencida.- Les felicitó el Caballero Dorado de Escorpio.

- Pero ¿y la Señorita Athena?.- Quiso saber Applejack.- No ha aparecido, sin embargo, volteándose, tras oír unos pasos, allí la encontraron, caminando junto a Aioria de Leo, quien llevaba el cuerpo sin vida de Saga de Géminis, siendo la escolta de la Diosa, la cual se arrodilló ante ellas.

- Señorita Athena, nosotras...- Iba a decir Rarity ante ese momento de reencuentro, pero ella las miró una por una con esa serenidad que poseía, ese amor imposible de quebrar y con ello alzó la cabeza hacia ellas.

- Lo que hoy han hecho, no solo al salvarme de las garras de Eris, sino de que también demostraron lo que son: Saintias con honor y orgullo en su sangre, aquellas que pelearon por la Justicia, el Mundo, su Diosa y principalmente por el Futuro.- Decía la joven con aquellas lágrimas de la emoción al estar frente a las Heroínas que le salvaron la vida.- Por eso, siempre estaré eternamente agradecidas con ustedes, así como con Saga, quien hizo un último sacrificio al recordar quién era realmente.- De ahí se levantó y pasó sus manos por la cabeza de las chicas, quienes asintieron con firmeza, siendo la última Twilight.- Lo has logrado: Cumpliste tu promesa, me siento orgullosa de ti y de tus amigas. Ahora descansa, lo has conseguido: Te convertiste en las "Alas de la Esperanza".- Depositó ella sus felicitaciones en aquella joven, mientras que tocaba su rostro.- Ahora volvamos al Santuario, de prisa.- Pidió ella y partieron de allí, justo cuando el Templo de la Diosa Maligna Eris se destruía con sus Ejércitos de Dríades y "Phantom", mientras que el "Cometa Neo-Repulse" se alejaba de la Tierra para siempre, salvándose de su devastación.

¿Cuánto habrá pasado desde que se quedó inconsciente?. Una luz fue abriéndose camino por el lugar donde se encontraba, se despertó con pesadez y al frotarse los ojos para quitarse los vestigios del sueño, la muchacha estaba en una habitación con una cama de madera, sábanas blancas y sentada a su lado permanecía una chica lila-violeta oscuro, vestida con ropas de civil. Al levantarse, Twilight no tenía palabra alguna que la ayudara a describir lo que estaba viendo ante sus propios ojos.

Sentía una gran cantidad de emociones en su ser, mientras que las lágrimas comenzaban a bajar y allí la tenía cerca.

- ¡Cadence, Hermana!.- Gritó de la emoción y las dos se dieron un fuerte abrazo de reencuentro.

- No sabes cuánto te extrañé, hermanita. Dios, mírate ahora, eres toda una Saintia de Athena. Me llenas de orgullo, lograste superar todos los obstáculos y te has convertido en una verdadera Guerrera. Sabía que no me ibas a defraudar.- Le felicitaba la peli lila-violeta oscura, secándose las lágrimas pero más venían en su aparición.

En ese momento, luego del abrazo, la ex-Saintia de Equuleus miró a su hermana menor.

- Cadence, ¿qué harás ahora?.- Preguntó Twilight a la joven.

- Es...es muy complicado de decir. Yo...Yo quiero volver a ser una Saintia pero...pero veo que ya mi tiempo se ha terminado. Ahora ha comenzado el tuyo y si regreso, tu tendrías que devolver la Cloth de Caballo Menor.- Sostuvo la muchacha y la peli agua-marina llevó sus manos al pecho.

- Estuvimos mucho tiempo separadas, pero ahora me encantaría que vuelvas a estar conmigo y papa en casa.- Dijo ella, como pedido para la muchacha, cosa que llevó a que su hermana cerrara los ojos un rato.

- No te preocupes, voy a volver.- Le dio su palabra, acariciando los cabellos de su hermana y de ahí se quedaba recostada hasta que las puertas se abrieron, apareciendo el Caballero Juan del Escudo y Georg de la Cruz del Sur.

- Perdón por interrumpirlas, Señoritas Twilight y Cadence, pero tienen visita.- Dijo Juan y tanto él como su compañero hicieron una reverencia ante Athena, la cual ingresó al lugar para verlas. Acto seguido, cerraron la puerta.

La chica entró caminando hasta donde estaban ambas, tomó una de las sillas y la acomodó para que pudiera sentarse a su lado. Luego de eso, la muchacha de cabellos lila comenzó a hablarles con tranquilidad.

- Veo que has descansado y te encuentras mejor, Twilight. Eso es lo bueno y más de que se está hablando de ti en el Santuario: La joven Saintia que venció a la Diosa Maligna Eris.- Dijo ella, mirándola y la peli agua-marina se ruborizaba.-

- Jejeje, ella es un poco tímida pero igual, yo también estoy orgullosa de ella, Señorita Athena.- Respondió Cadence por ella.

- Jejeje.- Río la Diosa y de ahí todo quedó en silencio.- Cadence, ahora que has vuelto, se te va a necesitar en el Santuario tras todo lo ocurrido.- Le informó Saori y aquello fue una dura respuesta para la joven, quien bajó la mirada.

- ¿No hay otra opción para que pueda ir a verla a mi hermana y mi padre?.- Quiso saber la peli lila-violeta oscura.

- Sí, yo no te impido de que puedas ir para estar con tu familia. Quisiera darte unos días de descanso, has sido una larga lucha y vas a necesitar recuperar fuerzas, así que puedes ir con Twilight.- Le entregó ese "Permiso", cosa que llevó a que los ojos de la chica se iluminaran de la emoción.

- Muchas gracias, Señorita Athena, se lo agradezco.- Dijo y se arrodilló ante su Diosa.

- No tienes por qué hacerlo, Cadence. Levántate y disfruta lo que mereces junto a tu hermana.- Le dijo Saori, mientras que Twilight veía su Futuro como la nueva Saintia junto a ella.

Pronto, una vez que la joven se recuperó del desmayo, salió de la habitación, mientras que su hermana estaba conversando con Saori y los Caballeros Dorados en el Palacio Imperial, Twilight caminaba por aquel lugar cuando vio a Rarity yacer en el Cementerio, depositando un ramo de flores ante la tumba de Saga de Géminis, hallándose en compañía de Juan y Georg, mientras que los otros Caballeros y Amazonas guardaban un minuto de silencio por aquellos caídos. Luego de eso, la Saintia de Corona Boreal se dirigió hacia donde estaba Twilight.

- Me alegra de volverte a ver, amiga.- Le dijo la muchacha peli violeta oscura a la hermana de Cadence.

- Lo mismo digo, Rarity. Yo...lamento mucho lo de Saga...espero que tenga la Paz que buscaba.- Ofreció Twilight sus palabras de apoyo.

- Sé que él está bien y redimido, así que confío en que lo estará.- Sostuvo su amiga y de ahí vieron llegar a las otras Saintias.

- ¡Twilight! ¡Qué emoción, qué emoción, qué emoción, estás bien!.- Exclamaba Pinkie Pie, la cual le daba un fuerte abrazo y giraba, llevando a que la otra se mareara y quedara pálida por la falta de aire. Un golpe duro dio contra su cabeza, sacándola de esa "Fantasía".

- La próxima te pego más fuerte, idiota, casi la matas.- Le dijo Sunset a la peli rosa fuerte.

- Ufff, le quitas lo divertido a la vida, Sunset. ¡Toma unos cañones con confeti, jajajaja!.- Bromeó Pinkie, mientras que la otra iba hacia ella.

- Ehh, muy buen ataque el que le diste a Eris. No eres cabeza dura al final. Será un honor estar a tu lado, amiga.- Dijo la rubia-pelirroja, pasando sus manos por la cabeza.

- Es verdad y pensar que apenas nos conocíamos y ahora estamos juntas.- Se acercó Fluttershy, la cual había dejado de temer tras lo ocurrido con Máscara de la Muerte en el Pasado.

- Lo bueno es que pudiste vencer a la Diosa Maligna de la Discordia y así también evitar el Cataclismo. Este Mundo está mejor ahora.- Añadió Applejack, quien puso su mano en el aire.- Oigan, chicas, ¿no les parecería bien que formemos una amistad inquebrantable como lo hemos hecho antes?.- Propuso la rubia vaquera.

- No está nada mal, yo me uno a ello.- Sostuvo Rainbow Dash y puso su mano sobre la de Applejack.

- Lo mismo digo, esta aventura no se olvidará jamás.- Añadió Rarity.

- Cuenten conmigo para todo momento.- Caminó Fluttershy hacia la unión.

Desde las escaleras del Palacio Imperial, Athena junto a Cadence, Milo, Aioria, Aldebaran, Shaka, Shaina, Mu, Kiki, Marín, Junk Hurk, Martín, Aeson, Mayura, Juan y Georg contemplaban aquella unión.

- El cuerpo de Olivia ha sido devuelto a su sitio original, Señorita Athena.- Le informó el joven del abrigo y bufanda militares.- Las "Semillas Malignas" de Eris han desaparecido, también se ha recuperado el cuerpo de Rigel de Orión y se lo ha devuelto a su Sitio de Descanso Eterno.-

- Han hecho un muy buen trabajo, Aeson y Compañía. Debo felicitarlos a ustedes también, sobre todo a ti, Mayura, por haber entrenado a Twilight junto a los otros. Ahora dime, ¿qué harás? ¿Volverás con Shinato y Mirai?.- Preguntó ella a la rubia ciega.

- Sí, vendrán nuevos "Reclutas" y necesitarán estar preparados para cuando llegue el momento. No podemos bajar la guardia ahora, muchos otros enemigos vendrán para aprovecharse de esta vacante, así que tendremos que estar atentos.- Le encomendó Mayura.

- Lo haré, eso es verdad, no permitiré que algo así vuelva a ocurrir.- Dio Saori su palabra y eso le dio tranquilidad a la Santo de Pavor Real y al de la Copa.

- Martín y Junk, ustedes también dieron una gran asistencia en estos momentos tan tensos, pero...- Iba a decirles, pero ambos se arrodillaron ante la Diosa.

- No hace falta, Señorita Athena, nosotros cumplimos con nuestro deber.- Le dijo Junk con tranquilidad.

- Para eso estamos, para protegerla a usted y al Santuario de los enemigos declarados.- Mencionó el ex-militar argentino.

- Y tanto nosotros como ellas y los Caballeros de Bronce estaremos siempre listos por usted.- Añadió Milo de Escorpio en compañía de sus otros Camaradas.

Saori se sintió complacida al oír eso, cerró los ojos y sintió el viento en la cara: Los aires de paz habían llegado.

- Si ustedes van, yo también.- Dijo Sunset y solo quedaba Twilight, quien estaba pensativa, se volteó y miró a los que estaban en la entrada del Palacio Imperial, por lo que tomó coraje y aire, llevó su mano hasta aquel "Centro".

- Entonces que así sea: Que nuestra amistad sea eterna y juntas venceremos a todos los enemigos que vengan. ¡Vamos, Saintias de Athena!.- Dio la chica su grito de emoción y así sellaron el "Pacto".

- ¡Saintias por siempre!.- Exclamaron todas ellas y sus voces se elevaron hacia el Cielo desde el Santuario, anunciando al Mundo esa unión de amistad forjada.

Fin.

[Y aquí termina esta gran historia, una que comenzó en la Medianoche del 24 de Diciembre, Nochebuena, del 2016. Cómo olvidarla junto al estreno de "Saint Simpson: Soul of Gold", sé que es duro cuando una historia termina pero lo disfruté muchísimo con escribirla.

Agradezco muchísimo y de todo corazón el apoyo, seguimiento y reviews que mandaron Franco N27 Agente KND, 2020 Fin, MontrealSoldier, RCurrent, FreedomGundam96, lady-saintiasailor, PoLucy y los demás.

Cuídense, amigos, espero que tengan una buena noche y un excelente inicio de día Martes. Nos vemos.

P.S: Esta semana iré finalizando, también, "Saint Simpson: Next Dimension" (o la que viene) y anuncio que este 1*de Abril estreno "Saint Simpson-Louds: Saga de Zeus".

Ahora sí, me despido y que tengan muy buenas noches/buenos días para todos ustedes, Camaradas.].

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