Capítulo 6

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Era de noche, en uno de los cuarteles de Galia, estaban preparándose para atacar Romalia, todos los soldados estaban con armas listas para ir al puerto y hacer una invasión masiva, aunque también estaba la guardia, quienes se aseguraban de que ningún civil se acercara, tenían órdenes de hacer arresto y si se resiste, matarlo.

Esto será muy interesante. – dijo uno de los guardias.

Joseph está listo para lo que se viene y lo seguiré hasta el infierno. Además que tuvimos muchos beneficios por unirnos a él. – dijo el otro guardia.

Yo quiero probar a las monjas, hay varias bellezas que quisiera tenerlas como mis sirvientas. – dijo con lujuria el primer guardia.

Escuché que dos se integraron, pero una tiene los pechos tan grandes, esa la quiero para mí. -se relame los labios.

Sigue soñando, de seguro el rey se la pedirá para ella. - respondió el otro con burla pero a la vez lujuria.

En eso ven a una silueta acercándose, la luz de las lunas no era tan fuerte y no se veía su rostro, por lo que se acercan con sus armas.

¿Qué estás haciendo aquí? ¿No ha escuchado la ley de Su Majestad Joseph-sama? – dijo mientras le apuntaba con su lanza al cuello, pero la persona estaba callada y con la capucha cubriendo gran parte de su rostro, ni se podía ver su expresión de la boca porque la bufanda lo cubría.

¡Responde o irá peor para ti, has roto el toque de queda y estás bajo arresto! – dijo mientras se acercaba e iba a tomar su brazo, pero es interceptado,. - ¿Qué haces?

Te estás ganando una cita con el diablo, no hacer caso a los soldados es insubordinación, será mejor que vengas antes de que pierdas la cabeza. – dijo mientras preparaban un hechizo.

https://youtu.be/RBlCsbsWO50

Ahora quítate la capucha o morirás inmediatamente. – la persona simplemente levanta los brazos con calma y se retira la capucha, ambos quedaron en shock al ver la cabellera roja con puntas negras.

¡El héroe de Tristain! – antes de que reaccionaran, el pelirrojo los toma del cuello. - ¡Agh....!

Kenichi: Estaba muy interesante su conversación. – dijo con una sonrisa mientras aprieta el cuello. - ¿Qué tal si les doy un poco de lo que desean?

¿Q-Qué? – dijo uno que estaba quedándose sin aire.

Kenichi: Sí, les mostraré un poco, en el infierno a donde los mandaré. – suelta a ambos, saca sus espadas y a gran velocidad, perfora el pecho de ambos.

Ambos caen, estaban a punto de morir, cando terminan viendo los ahora ojos rojos del Uzumaki, metiéndolos a una dolorosa pesadilla antes de morir.

Kenichi: Nunca faltará gente que sólo apoye para sus propios beneficios. – dijo con seriedad mientras levantaba un brazo y varias siluetas se movilizaban por el perímetro.

Los demás guardias notan que no estaban sus compañeros en la entrada principal.

¿A dónde se habrán ido? – dijo uno.

No lo sé, a lo mejor encontraron algo. – decía otro mientras avanzaban. - ¿Tú qué crees amigo? – pero no había respuesta. - ¿Estás ahí? – empezaba a tiritar de frío, por lo que voltea y abre los ojos al ver a su compañero - ¡A....! – su mano es tapada de forma tan violenta. - ¡MMMMMMMMMM!

Takao: No te preocupes, lo vas a acompañar. – canaliza el aire frío en la mano y empieza a congelarlo, él quería liberarse, pero es atrapado en un féretro de hielo. – Salida de la derecha bloqueada..

Satoshi había decapitado de forma rápida a los guardias que estaban en la otra entrada, a pesar que había más personas, el rubio no tenía problemas.

Satoshi: Salida izquierda bloqueada. – se coloca en guardia.

Tabitha: Salida de la retaguardia asegurada, no tienen vías de escape. – dijo mientras lanzaba una última ráfaga de agujas de hielo, matando a los guardias que estaban heridos.

Kenichi: Bien, empecemos con esto. – Cierra su ojo derecho, espera un poco y lo abre para luego enfocarse en la entrada de la base. – Amaterasu.

//==//==//==//==//==//==//

Ya era de día, un destacamento había sido enviado, dado que la guerra empezó, Romalia decidió tomar el primer paso, los exploradores habían encontrado una base de los de Galia cerca de las fronteras y empezarían por ahí primero, paladines y los caballeros Ondine estaban también junto a las Santas, dado que su vacío les facilitaría el trabajo, sin embargo, al momento de llegar, sólo encontraron llamas negras en los cadáveres de varios soldados, gran parte de los cuarteles estaba igual y la otra parte estaba destruida, pero desde adentro, pero aún así, los soldados estaban muertos.

Esto... Esto... - dijo uno.

Indra: Así que se adelantó. – se acerca y mira las llamas negras y detiene a un novato que quería tocarlas. – Si valoras tu vida, no tocarías esas llamas.

¿Por qué no? Si con agua podemos disolverlo. – el peli negro suspira.

Indra: Estas llamas son especiales, ni el agua puede apagarlo, la única forma es el usuario las disipe o que pasen 7 días.

Sólo dices tonterías, ningún fuego puede aguantar tanto y estas llamas negras tampoco. – dijo uno de más rango mientras pasaba su mano, grave error, porque empezó a quemarse. - ¡AHHHHHH! ¡MI MANO! – se levanta con desesperación cuando nota que parte de su brazo fue cortado. - ¡AHHHHHHHHH!

¿Qué crees que haces Indra? ¿Te sublevarás como el traidor de tu amigo? – apunta con su arma a Indra, mientras que el peli negro simplemente afila su mirada mientras guarda su espada.

Indra: Deberías a gradecer que le haya cortado, porque esas llamas no se disipan así de fácil.

Louise: ¿Eso lo hizo él verdad? - dijo con enojo.

Indra: Pues no te mentiré, él lo hizo. - dijo mientras examinaba los cuerpos.

Maldito, ¿Quién se cree para hacer las cosas por su cuenta? – dijo uno de los reclutas.

Robándose la gloria que Dios nos ha otorgado. – dijo otro, sacándole una vena a Indra.

Indra: Malditos oportunistas Estos sólo piensan en esa gloria divina de la que supuestamente merecen. – decía en voz baja.

Guiche: No sólo son por las llamas negras. – señala unos cadáveres que tenían otro tipo de heridas mortales, en especial de algunos que tenían los cuerpos en estado congelado, algunos estaban dentro de un féretro mientras que otros sólo tenían escarcha o picas de hielo.

Malicorne: Espera, esas estacas.

Kirche: (Espero que tengas cuidado Tabitha, realmente me preocupas en estas situaciones.)

También hay señales de cortes con rastros de quemadura en otros cuerpos, algunos en su pecho o espalda y otros decapitados.

Indra: (Estos tres, si están unidos, realmente son una fuerza a temer.) – se levanta y se dirige con el grupo. – Malicorne, ¿Logras detectar algo?

Malicorne: Una débil señal, pero detecto a un pequeño grupo, son siete sujetos. – señala las montañas a la distancia.

Indra: Así que por allá. – da un suspiro. – Están a gran distancia y a no ser que tengamos un barco a gran velocidad, no lo alcanzaremos.

Pues usamos a los pegasos. – dijo un paladín confiado.

Indra: ¿Para qué? Si viste lo que hicieron con este escuadrón ¿Qué posibilidades tendrías contra ellos?

Somos elegidos de Dios, nuestra magia es más desarrollada y podremos hacer frente a estos malditos. – dijo el paladín con arrogancia mientras que Indra suspira.

Indra: En serio, no puedo ganar en una pelea de idiotas porque siempre gana el que tiene más experiencia. – eso enojó al paladín. – Y bueno, si no aprecian su vida, hagan lo que se les de la gana, no me hago responsable de sus vida.

Louise: ¿Te quedarás aquí sin hacer nada?

Indra: Yo valoro mi vida, además date cuenta de la diferencia numérica y cómo terminaron.

¡Hay un sobreviviente! – dijo un caballero Ondine mientras sacaba de los escombros a uno, estaba despierto pero con algunas traumas.

Ellos...ellos...acabaron con todos... hielo...fuego...rayos...todo cayó de golpe....pero esos ojos... ¡Esos ojos rojos!.... – decía mientras se sujetaba la cabeza con fuerza. - ¡Ahhhhh!

Guiche: ¡Oye, cálmate!

¡Los Heretic Knights los mataron a todos! – se abraza con fuerza mientras trataba de olvidar la pesadilla ilusoria que vivió.

Kirche: ¿Heretic Knights?

Indra: Caballeros Herejes para ser exactos. – da una sonrisa. – Tiene sentido, porque ni siquiera son de Halkeginia y los tachan de herejes.

¡Maldito! ¿Te parece gracioso? – dijo uno encarando a Indra.

Indra: Pues sí, porque ni Kurome ni yo somos de Halkeginia, por lo que esto no es nuestro asunto, pero sólo estamos aquí para detener a mi amigo y regresar a casa pero si tanto te molesta mi presencia, pues da media vuelta y regresa a las faldas de tu patética iglesia.

Eres un... - iba a levantarlo del cuello pero el peli negro hace la misma llave que le había aplicado al Uzumaki tiempo atrás, sólo que esta vez le había dislocado el brazo. - ¡ARGHHHH!

Indra: ¿Alguien más quiere pasarse de listo? – se levanta mientras se sacudía el polvo de la manta, los paladines lo miraron con odio pero no hicieron nada. – Muy bien.

Maldición, no tenemos de otra que regresar con Su Santidad e informar de lo ocurrido por ahora. – el peli negro mira los rastros de destrucción una vez más.

Indra: (A ver si se apresuran, ver la frustración de esos idiotas vale la pena.)

//==//==//==//==//==//

A las lejanías, el pelirrojo estaba pasando los binoculares a Takao mientras daba una leve risa.

Kenichi: Ya llegaron.

Takao: Sí que se tomaron su tiempo. – guarda los binoculares. -Aunque no uses esas llamas negras de forma irracional.

Kenichi: Utilicé las llamas con cuidado, además, la razón por la que se expandió es que ellos por desesperados, querían salir por donde sea.

Satoshi: Tiene su punto.

Tabitha: Gracias por avisar del nivel de riesgo de esas llamas negras.

Takao: No hay de qué, lo único que puede apagarlos es que pasen 7 días, ese sería el emblema de la destrucción. – se levanta. - ¿Planes?

Tabitha: Hay otra base a veinte kilómetros.

Kenichi: Iremos con Irukuku, pero atacaremos por el atardecer. – todos asienten, no importaba la hora, lo importante era atacar y erradicar a los seguidores del rey incompetente.

Ashen: Esto se pone muy interesante. – todo el equipo procede a movilizarse, esto apenas era el inicio.

//==//==// TIMESKIP //==//==//

Han pasado un mes después del incidente de los Golems en la carretera del Tigre, el camino para llegar de forma terrestre a Galia y la renuncia del Uzumaki del cuerpo de caballeros Ondine, matando al líder de los paladines.

En todo el mes, él y su escuadrón han estado masacrando las bases de Joseph, normalmente dejaba uno o un pequeño grupo de sobrevivientes, pero con severos traumas, recordando la crueldad de los Heretic Knights, claro que Sheffield estaba enojada ya que muchos simpatizantes terminaban siendo asesinados.

Sheffield: Demonios, ese maldito mocoso junto con sus amigos están causando demasiados problemas ya hemos perdido 5 bases y encima parte de la flota. – mira a Joseph. – Joseph-sama ¿Qué es lo que deberíamos hacer?

Joseph: ¿Mmmm? ¿Dices que sólo ese grupo está haciéndose cargo de los soldados?

Sheffield: En efecto, ese familiar de la enana del vacío ha estado acabando uno a uno las bases que están cerca de la frontera contra Galia. – el peli celeste estaba tomando su vino cuando en eso comienza a reír, la risa poco a poco aumentaba hasta escucharse por toda la sala.

Joseph: ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! – toma un poco de aire de tanta risa que soltó. – En serio, ese chico ha mejorado y demasiado. – toma un poco de vino y arroja la copa ya que se había acabado. – Bueno, no pienso alejarme de mi misión principal, pero dijiste que el amigo de ese chico pelirrojo tenía un sello o algo por el estilo.

Sheffield: En efecto, lo que posee es algo que me llama la atención, da la impresión que si se libera, se soltará una bestia, pero el único problema es que está bajo la protección de Romalia.

Joseph: Ya habrá un momento que esté descuidado. Pero por el momento te dejo a cargo de frenar de forma alejada a ese mocoso.

Sheffield: Como usted diga Joseph-sama. – se retira.

Joseph: Bien mocoso, veamos cuánto puedes durar.

Pero por Galia no era los únicos que tenían esa molestia con los Heretic Knights, sino que también Romalia, ellos habían oficializado su guerra contra Galia, pero resulta que un grupo que no está en su jurisdicción está haciéndose cargo de los seguidores de Joseph, cosa que a Vittorio y Julio no les agradaba para nada, ya que los planes que ellos tenían preparados, estaban yéndose a la basura por culpa del Uzumaki y no podían hacer absolutamente nada porque Indra los tiene sujetados de la parte más vulnerable.

Indra. ¿Jodido no es así? – dijo con los brazos cruzados. – Ver que todos los planes se vayan a la basura.

Julio: Cállate.

Indra: ¿Te duele que diga la verdad? – el rubio no era tan idiota para ir de frente, el peli negro con puntas azules ya ha dejado con un brazo o pierna rota a diez paladines por caer en la provocación.

Vittorio: Le agradecería si cuida sus palabras Indra.

Indra: ¿Para qué? Esto es el karma en su máxima expresión, todo por sus deseos egoístas, habría sido más sencillo si dijeran la verdad. – da media vuelta, aunque sonreía, estaba preocupado por cómo les estará yendo, ya que ellos deben estar en constante movimiento y parte de las cápsulas de suministros Takao se los dio a él, por lo que sólo tienen las monedas y comiendo de lo que haya.

Henrietta: Indra-san, sé que estás molesto pero por lo que hicieron, pero por favor, no de verías restregar ese error todo el tiempo.

Indra: No se preocupe, me vasta con ver esas caras frustradas. – dijo con una sonrisa. – En fin, iré a reunirme con los demás, a esperar una siguiente misión en la que posiblemente lleguemos tarde para ese entonces.

El pelinegro se retira de la habitación mientras que Julio apretaba los dientes pero se mantenía con esa mirada seria, esto y a fue demasiado lejos y tomaría cartas en el asunto, aún si rompía lo acordado.

Mientras tanto con las Santas, Tiffania estaba con malos ánimos, ver cómo esto pasó por no ser fuerte, la culpa ahora la invadía a ella, si tan sólo hubiera sido más fuerte de voluntad, si tan sólo hubiera frenado ese maldito momento como ella decía, nada de esto habría pasado y su primer amigo no haría nada de esto.

Louise: Ese infeliz ¡Cómo se atreve a hacernos esto! ¡Haciendo las cosas por su cuenta y metiéndose en las misiones de Su Santidad! ¡Lo peor, es que sigue libre después de lo que hizo! ¡Imperdonable!

Tiffania: Deberías dejarlo...

Louise: ¿De qué estás hablando? ¡No podemos dejar que esto quede impune, él debe pagar por sus crímenes!

Tiffania: Está haciendo su trabajo, él se está ensuciando las manos para ayudarnos. – dijo con dolor, ya que se dio cuenta del porqué lo está haciendo, para que al menos no vuelvan a experimentar el horror de la guerra, sobre todo para ella que nunca participó.

Louise: No digas tonterías Tiffania, ¿Qué él se ensucia las manos para ayudarnos? Sólo son actos criminales y será juzgado ese hereje por todo lo que ha hecho, incluso si soy yo quien acabe con él. – dijo con determinación, pero con un fuerte dolor en el corazón, algo que ella no comprendía, pero lo interpretaba con el lamento divino.

Tiffania: ¡No estoy diciendo ninguna tontería! – exclamó con los ojos hinchados. - ¡Él ha hecho mucho por nosotras y ahora está arriesgando su vida en esto! ¿Crees que lo hace por gusto?

Louise: No sé qué estás diciendo, así que mejor descansa un poco y ordena tus pensamientos, es estúpido que digas que arriesga su vida cuando sólo está afectando a la Iglesia y nosotras juramos lealtad al Papa, no debemos fallar en esto, si él es un obstáculo, simplemente será eliminado. – dijo con enojo haciendo sentir mal a la rubia al ver en cómo se convirtió.

Tiffania: Pe-Pero... - se sorprende al ver cómo Louise empezaba a tambalearse. – Louise-san ¿Estás bien?

Louise: S-Sí... Sólo sentí mi cabeza dar vueltas por unos... - se cubre la boca, tenía ganas de vomitar. - ¡MMMMGH!

Tiffania: ¡Louise-san! – se acerca antes de que se caiga., la lleva a la cama y la peli rosa se recupera.

Louise: Estoy bien... Estoy bien. – decía mientras estaba respirando con un poco de dificultad.

Tiffania: Te traeré agua. – la peli rosa asiente mientras que la semi elfo se retira por un rato.

Louise: ¿Qué acaba de pasar? – dijo mientras miraba a su alrededor y ya no se distorsionaba ni nada por el estilo. – A lo mejor el estrés me ha afectado, debo relajarme un poco. No debo mostrar debilidad, soy una Santa, debo ser firme.

Tiffania: Aquí tienes... - decía regresando y le daba el agua, la peli rosa agradece y toma un poco, sintiéndose un poco mejor.

La peli rosa termina su bebida pero pide un vaso más, luego otro hasta tomar la jarra y tomar todo.

Tiffania: ¿Estás bien?

Louise: Sí, estoy bien, sólo tenía un poco de sed. – decía mientras tomaba un vaso más. – Gracias.

Tiffania: De nada, te dejaré descansar un poco. – la peli rosa asiente mientras se acostaba un rato.

Louise: Avísame si nos llaman de forma urgente.

Tiffania: Está bien, descansa. – se retira mientras que la peli rosa cierra los ojos y trata de dormir.

//=======//

Ella abría los ojos y nota que estaba en un campo hecho un desastre, ella sentía una sensación de dolor, la sangre se mostraba, varias armas, armaduras e incluso las banderas estaban destruidas y con rastros de sangre.

Louise: ¿Qué hago aquí? – ella corre a gran velocidad y sólo encontraba lo mismo, esos rastros de sangre, pero por alguna razón en su interior le decía que fuera a lo profundo del bosque, poco a poco su corazón le dolía más y más. – (¿Por qué? ¿Por qué me duele mucho mi corazón cuando me acerco? ¿Acaso hay algo importante para mí?)

Ella termina llegando a un pequeño tragaluz, la peli rosa se sujeta el corazón al ver una tumba con una chaqueta destruida, ella cae de rodillas mientras derramaba lágrimas, frente a ella estaba el nombre que ahora estaba odiando, aquel nombre juró cazar.

"Son Kenichi Uzumaki"

Louise: (¿Por qué estoy llorando por él? ¿Por qué me duele al ver esto? ¡¿POR QUÉ?! ¿NO SE SUPONE QUE ES MI ENEMIGO? ¿NO SE SUPONE QUE ÉL ES QUIEN ESTÁ EN CONTRA DE LA IGLESIA?) – toca la chaqueta y un recuerdo le vino.

(¿Qué haces con mi chaqueta? – dijo el chico mientras tenía una toalla sobre su cuello.

Louise: Qui-Quise ponérmela, además que no tengo qué ponerme después de lavar mi ropa.

Pero tienes más ropas en el tu mueble ¿Qué clase de excusa es esa'? – decía el chico pelirrojo mientras abría el armario y había un montón de ropa.

Louise: Bu-Bueno, esta ropa quería ponérmela.

Kenichi: Pero... - se tuvo que resignar ya que la peli rosa se aferró con la chaqueta, además que no llevaba nada debajo.

Louise: Es cómoda y ligera, además de cálida. – decía con un sonrojo mientras abrazaba esa ropa.

Kenichi: Bueno, puedes quedártela. – decía con un suspiro mientras se echaba en el pajar pero ella le arroja una almohada. - ¿Pero qué?

Louise:¡Trae esa almohada de vuelta! ¡Te dije que a partir de ahora dormirías conmigo! – dijo con los brazos cruzados.)

Louise estaba abrazando esa chaqueta como algo muy valioso, hasta que nota un pequeño brillo en el bolsillo, ella lo retira y ve el collar, en eso, le viene otro recuerdo.

(Ella estaba emocionada al ver un collar, el pelirrojo nota eso y se acerca.

Qué buenos gustos señorita, este es un hermoso collar y le quedaría bien en usted. – decía el vendedor. – a tan sólo cien ecus.

Louise: Eso es demasiado.

Kenichi: No puedo creer que no tengas para eso.

Louise: Gasté para la medicina porque terminaste gravemente herido, así que no te quejes.

Kenichi: Vale, no me quejo, señor yo lo compro. – dijo mientras sacaba su saco lleno de monedas de oro y plata.

Louise: ¡Kenichi! ¡Pero, es tu sueldo!

Kenichi: Es mi primer sueldo, así que lo usaré como yo desee y si quiero conseguirte esto, pues normal. – decía mientras pagaba y ella se sonrojaba, su primer sueldo y lo usa para darle algo a ella.)

//======//

La peli rosa despierta de forma brusca mientras se sujetaba la cabeza, estaba aturdida al ver estos recuerdos, parecía ser tan real.

Louise: Esos recuerdos ¿Realmente lo conocía? ¿Realmente él es Kenichi, aquel que me dicen que no me acuerdo?

Yo que tú no confiaría en eso. – la peli rosa voltea y ve a Julio con los brazos cruzados.

Louise: ¿Qué haces aquí Julio?

Julio: Quería visitarte un rato y noté que tenías un sueño pesado.

Louise: ¿Escuchaste lo que soñaba?

Julio: Sí, pero déjame decirte que todo es falso.

Louise: ¿Estás diciendo la verdad?

Julio: Claro que sí, esos son sólo recuerdos falsos, de seguro Tiffania te los implantó mientras dormías.

Louise: Ya veo...- sacude su cabeza. -Tiene sentido, si ni conozco a ese chico, entonces estos recuerdos son falsos.

Julio: Sí, yo que tú me ando con cuidado con Tiffania, quién sabe si lo volverá a hacer de nuevo. No querrás defraudar a Su Santidad.

Louise: No lo haré, no fallaré, soy fiel a la iglesia.

Julio: Eso es lo que quería escuchar, ahora trata de descansar un poco, en la noche se informará de la misión.

Louise: Está bien. – el rubio sale de la habitación mientras sonería con maldad.

Julio: Querías jodernos, pues te haré lo mismo, maldito Uzumaki, haré que Louise te odie a tal punto que te matará sin dudar.. – da la vuelta sin notar que Kurome estaba en el techo, su objetivo era vigilar.

Kurome: Indra tenía razón, eres basura y menos mal que lo tengo todo evidenciado. – dijo con seriedad mientras se iba de ahí.

https://youtu.be/T-Sdut9FFYg

//==//==//==//==//

En uno de los pueblos de Galia, los Heretic Knights estaban comiendo, aunque el pelirrojo se tenia que conformar con lo poco que había.

Kenichi: Menos mal que encontramos algo de comer, ya tenía hambre.

Satoshi: Aunque debes comer lo promedio de los demás y en parte te será un problema.

Kenichi: Lo sé, pero resistiré, no es la primera vez que como poco. – el rubio asiente.

Takao: Bueno, al menos el nombre de Heretic, ya se hace sonar por todo Galia. – el transmisor empieza a sonar y el pelirrojo recibe la llamada.

Kenichi: ¿Sí?

Kurome: Julio está metiendo veneno a Louise, el infeliz le hace creer que los recuerdos que tiene contigo son falsos.

Kenichi: Conque esas tenemos. – dijo con la mirada afilada. – ¿Informaste a Indra?

Kurome: Después se lo diré.

Kenichi: Dile que pase al plan B y ya tienes luz verde en caso que él vuelva a joder.

Kurome: Entendido, cambio y fuera. – desconecta la llamada.

Takao: ¿Está haciendo lo que yo creo?

Kenichi: Sí, Julio está jugando con los recuerdos de Louise. – todos se enojaron.

Tabitha: Tan bajo ha tenido que caer. – hablaba decepcionada.

Kenichi: Así que impulsaremos el trabajo, espero que no sea problema.

Ashen: Por mí no tengo problema, ya te dije, estoy para ayudar.

Takao: Lo mismo digo por mi parte. – Tabitha asiente.

Kenichi: Gracias chicos.

Takao: Por cierto ¿No habrás usado esos más de lo normal, verdad?

Kenichi: Claro que no, además que sólo lo uso un par de veces ya que de por sí duele. – era mentira, dado que él cometía más asesinatos, estaba dañando su vista pero el peli azul no lo notaría, al menos esperaría que no por ahora.

Takao: Bien, pero bueno ¿Dónde queda el siguiente?

Tabitha: Donde estamos, hay otro a veinte kilómetros, pero quisiera que ella descanse un poco.

Irukuku: Pero puedo llevarlos.

Takao: Tal vez, pero ya has volado una gran distancia hace un día, si surge algún inconveniente, ¿Cómo podríamos retirarnos? – la peli azul hace un puchero.

Irukuku: Pero... - el pelirrojo le da una palmada en la cabeza.

Kenichi: Irukuku, es lo mejor para todos, tú eres una dragona y parte del equipo, si estás lesionada o cansada, sería un problema la movilización. – ella se sonroja y hace un puchero.

Irukuku: Mmmmm. – el pelirrojo suspira y le entrega su porción.

Kenichi: ¿Aceptas?

Irukuku: Está bien, pero si vuelves a acariciar mi cabeza. – el pelirrojo asiente y vuelve a hacerlo. – Mmmmm mucho mejor.

Kenichi: Eso me alegra. – le da un beso en la frente, sonrojándola.

Takao: Pero tu comida...

Kenichi. Estoy bien, puedo soportarlo.

Takao: ¿Seguro?

Kenichi: Que sí, mejor coman ustedes. – iré a pasear un rato.

Takao: Tengo un mal presentimiento.

Ashen: Digo lo mismo, quiero decir, estamos arruinando al ejército, pero él...

Satoshi: Ha estado matando a más soldados, apenas intervenimos para que no huyan o dejar a unos sobrevivientes, nada más.

Irukuku: Iré a ver cómo está. – se levanta y sale del local.

Takao: Oh, bueno... - dijo algo sorprendido.

Con el pelirrojo, este caminaba por las calles vacías, la gente prefiere estar en sus casas en lugar de salir, a ellos les tomó un poco de tiempo para convencer al dueño de la posada para comer algo y descansar, pero de repente se sostiene de una pared mientras que sus ojos le estaban doliendo.

Kenichi: Carajo, cómo me duele. – se quia una lágrima que le salió, pero era de sangre. – Joder, estoy usando mucho de esas llamas.

Irukuku: ¡Kenichi! – el pelirrojo voltea y nota que la chica dragona se acercaban.

Kenichi: ¿Qué haces aquí? Creí que seguirías comiendo.

Irukuku: Lo siento, pero quería estar con usted, kyui.

Kenichi: ¿Estás preocupada o algo así?

Irukuku: ¿Eh? N-No es lo que piensas, sólo quería hacerte compañía, kyui.

Kenichi: Jeje, gracias ¿Qué tal si paseamos un poco? – ella asiente aunque nota un leve rastro de sangre por el ojo.

Irukuku: ¿Qué le pasó a tu ojo?

Kenichi: No es nada, sólo que me froté con mucha fuerza y me lastimé, no te preocupes.

Irukuku: ¿Estás seguro?

Kenichi: Sí, tranquila. – ella asiente aunque con leve desconfianza.

Irukuku: ¿Te estás sintiendo bien?

Kenichi: No puedo mentirte... - da un suspiro. - ¿Has notado que en cada misión ellos tienen menos soldados a neutralizar?

Irukuku: Bueno, yo siempre busco una salida y pocas veces actúo para que no huyan, creí que todos...

Kenichi: No, yo estoy haciendo la mayor parte del trabajo. – dijo mirando a otro lado.

Irukuku: ¡Pero! ¿En qué estás pensando? Es mucha carga y apenas eres joven. - dijo enojada y preocupada.

Kenichi: Soy consciente de eso, pero no voy a dejar que ellos también tengan esa gran carga, esto lo inicié yo. – dijo con un poco de dolor. – Sé que quieren ayudarme, pero mínimo quiero dejarles con una carga más ligera.

Irukuku: Pero...

Kenichi: Es mi decisión, tranquila, es por el bien de todos, incluso de Tabitha. – la peli azul estaba preocupada, pero el pelirrojo la abraza, sonrojándola. – Cree en mí. ¿De acuerdo?

Irukuku: Es-Está bien. – dijo un poco más calmada, ese optimismo y la forma de calmar del Uzumaki era algo que le agradaba, la hacía sentir segura. – (Es tan cálido, a pesar de todo, tiene un corazón cálido y se siente...muy bien. Kyui.)

El pelirrojo sigue abrazándola mientras que a la distancia ahí estaba Tabitha quien estaba siguiéndolos con sigilo, quería asegurarse de que estuviera bien.

Takao: ¿Mejor? – dijo con una sonrisa, aunque sorprendió a Tabitha ya que no lo sintió acercarse. – Lo siento, tengo una gran destreza en el sigilo.

Tabitha: Entiendo. – ambos miran a Kenichi quien le daba palmadas en la cabeza a Irukuku, cosa que le agradaba a la peli azul.

Takao: Al menos se mantiene con una sonrisa, a pesar de todo lo que estamos pasando, pero ¿Por cuánto tiempo?

Tabitha: Eso es un misterio, mi tío es alguien que no se muestra mucho, incluso desconozco de sus habilidades, no lo he visto por mucho tiempo, por lo que no estoy segura de cómo confrontarlo.

Takao: ¿Te hizo mucho daño?

Tabitha: Tanto a mi madre como a mí, ellos...no querían que asuma el trono y quisieron envenenar mi mente, me obligaron a hacer misiones suicidas ya que tenían a mi madre a su disposición, pero gracias a mis amigos, ella está a salvo en Germania. – el peli azul pone su mano en su cabeza.

Takao: Entonces tienes un gran motivante, si esto termina, tú y tu madre regresarán a casa, sin ese temor a que alguien les arrebate la felicidad. – ella da una leve sonrisa.

Tabitha: Gracias Takao. – el peli azul también sonríe.

Takao: Vamos, regresemos a la posada, dejemos que se tome un poco más de tiempo. – extiende la mano y Tabitha se ruboriza, pero lo acepta y se van de ahí.

https://youtu.be/RWU_MU57qlc

//==//==//==//

Ya era de noche, Indra estaba con los brazos cruzados mientras miraba la catedral donde estaba el Papa.

Indra: ¿Qué haces aquí Julio? Estás muy lejos de tu amo. – dijo mientras volteaba, resulta que el rubio ha estado buscando momentos para seguir envenenando la mente de la peli rosa pero Kurome o Guiche lo interceptaban.

Julio: ¿Qué haces despierto? Se supone que Henrietta dijo que mañana partirían a primera hora.

Indra: Yo no necesito dormir mucho, después de todo lo que pasó, no puedo dormir en un nido de demonios.

Julio: Cuidado con tus palaras.

Indra: Yo debería decir cuidado con lo que haces. – lo levanta de la capa. – Escúchame bien, mantente lejos de Tiffania y Louise.

Julio: No estás...en posición de hacer eso. – dijo con dolor.

Indra: Te diré esto escoria y escucha bien, vuelve a meter veneno a Louise, y te aseguro que ese Papa de mierda buscará un nuevo familiar. – activa la marca, intimidándolo un poco. - ¿Te quedó claro, escoria viviente?

Julio: N-No te tengo miedo... - dijo mientras afilaba su mirada.

Indra: Sabía que dirías eso. – aprieta su brazo. – Así que esto te quedará como un mensaje. – canaliza las llamas en su mano, causando un montón de dolor al rubio de ojos heterocromáticos.

Julio: Grrrr. – el pelinegro aprieta tan fuerte el brazo que se escuchó un crack. - ¡Ahhh!

Indra. Estas llamas muy poco la soportan y créeme, el dolor es tanto interno como externo, si no quieres que tu cara refinada sufra lo mismo, aléjate de ella. – dijo mientras soltaba su brazo, dejando una marca quemada y el hueso apuntando a otra dirección.

Julio: Maldito.

Indra: Ten eso como recordatorio. – pasa al lado de él e ingresa a la posada.

Julio: Ni tus amenazas me detendrán, haré que lo odie a muerte. – susurraba enojado mientras se iba a la zona médica pero el peli negro lo alcanzó a escuchar.

Indra: Como quieras, maldito infeliz, no digas que no te lo advertí. – susurró con frialdad mientras continúa su caminata.

//==//==//==//==//

Ya era de mañana, la flota había salido una hora antes de que saliera el sol y estaban dirigiéndose a otra base de Galia y con la bendición de su Papa, esperarían llegar y enfrentarse en un glorioso combate contra esos soldados, o al menos eso querían los paladines.

Indra: ¿Era necesario que nos despertaran una hora antes?

Guiche: Pues, ya mucho perdieron en este mes, no quieren hacerlo de nuevo. – dijo mientras bostezaba. – Aunque tengo algo de sueño.

Indra: No debiste tomar muy tarde, te ha afectado.

Kirche: Si quieres, te pongo sobrio de nuevo. – dijo con su varita pero el rubio negó rápidamente.

Guiche: ¡Nononono! ¡No hace falta, ya se me fue la resaca! – levantaba las manos en señal de desesperación mientras que la pelirroja reía.

Kirche. Caíste, jajaja.

Kurome: Quisiera probarlo con Indra, pero él no se emborracha así de fácil.

Indra: Tú lo has dicho.

Guiche: Por cierto ¿Hablaste con Colbert?

Indra: Sí, antes de dormir, quiere replicar el combustible para el tanque, pero como no está en su laboratorio, se le hace más difícil fabricarlo.

Kirche: Pero Jean lo está intentando, ten fe en él.

Indra: Lo hago, si pudo rehacer el combustible de vikingo, entonces, no dudo que logre hacerlo.

Kirche: Eso me alegra y mucho.

Por otro lado, Louise estaba en la parte frontal del barco, con una mirada seria y determinada.

Tiffania: ¿Estás bien Louise?

Louise: Sí, sólo me estoy concentrando para cumplir un buen trabajo el día de hoy. – respondió con seriedad, ni siquiera la miraba. – No me interrumpas.

Tiffania: Pero...

Louise: ¿Qué no oíste? ¡Déjame concentrarme! – la fulmina con la mirada.

Tiffania: Pe-Pero ¿Por qué me hablas así?

Louise: No te hagas la inocente, he tenido recuerdos raros donde estoy con ese traidor y ni siquiera lo conozco. ¿Acaso estás en contra de la iglesia? ¿Acaso me implantaste esos recuerdos falsos para que titubee? – pero no se esperó lo siguiente.

¡PLAF!

La peli rosa miraba a otro lado, había recibido una fuerte bofetada y estaba en shock, mientras que Tiffania la miraba enojada.

Tiffania: Eres mi amiga ¿Cómo puedes decir que te coloqué recuerdos falsos? – sus ojos estaban a punto de soltar lágrimas. - ¡Yo no modifiqué tus recuerdos! / (¡Me pediste que los borrara y realmente me arrepiento de eso, si tan sólo...si tan sólo hubiera sido más fuerte!)

Louise: ¿Entonces cómo explicas los recuerdos?

Tiffania: ¿De qué recuerdos me hablas?

Louise: Recuerdos donde ya lo conozco y nos tratamos como amigos. ¡Si yo apenas lo conocí cuando se puso en contra de la iglesia y de Su Santidad! – dijo enojada mientras el corazón le dolía.

Tiffania: (A lo mejor...sus recuerdos no están perdidos del todo...) – pensaba con algo de esperanza. -No lo sé, tal vez estén reprimidos o algo, pero te juro, que yo no he alterado tus memorias ni nada de eso. -su mirada era una seria, había fallado, pero si esto es un rastro de esperanza, entonces no la perderá.

Louise: ¿Recuerdos reprimidos? – le empezaba a dar un fuerte dolor de cabeza al volver a ver esos recuerdos con el pelirrojo.

Tiffania: ¡Louise! – se acerca, no importaba si ella quería alejarla, la semi elfo estaba determinada a arreglar el error que cometió, a hacer que se reúnan, aunque sea lo último que haga.

Louise: ¡Mi, mi cabeza....mi corazón...! -se sujeta ambos lugares con fuerza ya que el dolor era mucho.

Tiffania: ¡Resiste Louise! . carga a Louise mientras que Julio se acercaba, su brazo estaba con un cabestrillo, le reacomodaron el hueso, pero la quemadura fue permanente.

Julio: ¿Qué es lo que estás haciendo Tiffania? – dijo con seriedad.

Tiffania: ¡Aléjate! ¡Le está doliendo la cabeza!

Julio: ¿Es en serio? ¿Le está doliendo en momento como este? ¡Oye Louise! ¿Acaso piensas defraudar a Su Santidad con algo como eso? ¿Acaso quieres quedar en cero una vez más? – Louise abre los ojos, eso era algo que se negaba a volver a ser.

Tiffania: ¡Ya basta! ¿QUÉ QUIERES LOGAR CON ESTO? ¿METERLE PRESIÓN? – se levanta y encara a Julio.

Julio: Esto es lo que son, para eso están aquí, para cumplir con la misión, así que mejor llévala al camarote y aléjate de ella, no vaya a ser que .... – una lanza de valquiria apunta su cuello. – Estás poniendo a prueba mi paciencia Guiche.

Guiche: ¡Suficiente! ¡Estoy cansado que sigas con esto y creo que Indra te lo dejó en claro, si no quieres quedar con el brazo roto otra vez, entonces largo de aquí!

Julio: Sabes que no importa lo que pase, esta mocosa no recuperará sus memorias, olvidó a ese maldito Uzumaki y así se quedará, no entiendo por qué la defiendes. – eso hizo que la peli rosa lo mire con incredulidad.

Guiche: Porque él me lo pidió y cumpliré mi promesa, la mantendré seguro de personas como tú, que sólo están interesados por el poder que tienen sin importar su situación emocional y sentimental. – otra valquiria se posiciona al lado del rubio y preparaba su lanza.

Julio: Como quieran, pero si hay fallos, ella asumirá las consecuencias. – se retira de ahí completamente molesto mientras que Guiche daba un suspiro y desaparecía las valquirias.

Louise se sentía un poco mejor, pero lo último que dijo Julio la dejó demasiado confundida ¿No recuperará sus recuerdos? ¿Entonces son reales o falsos? Esa duda acaba de nacer y no sabía en quién creer.

Kurome: ¿Todo bien?

Guiche: Julio no hizo caso a la advertencia de Indra y está fastidiando a Louise.

Kurome: En serio, ¿No puedo cortarlo?

Guiche: Créeme, yo también quiero golpearlo, pero está protegido por el Papa.

Kurome: Tch, maldición. – se asoma a ver lo que había adelante. -Chicos, creo que deberían ver esto.

Guiche, Tiffania, Louise e Indra quien recién llegaba ve un castillo, o al menos gran parte de él, se notaba que estaba incendiándose, el humo llegaba hasta el cielo y se nota una explosión en una torre, haciendo que se derrumbe.

Indra: Malicorne.

Malicorne: Sí, son ellos, definitivamente son ellos.

Indra: Perfecto, prepárense que este barco aumentará la velocidad en tres, dos, uno. – dicho y hecho, el barco empezó a avanzar más rápido, no querían perder esto, ellos se llevarían la gloria de detener a los de Galia y si es posible, derrotar a los Heretic Knights.

//==//==//==//==//

Hablando de los Heretic Knights, ellos estaban acabando sin piedad con los soldados de Galia que estaban, era el premio gordo ya que había una gran cantidad de soldados, era un punto crítico.

Kenichi: ¡Amaterasu! – exclamaba mientras quemaba a un escuadrón de veinte solados, el pelirrojo se mueve a gran velocidad sigue acabando con más.

Takao: ¡Polvo de diamantes! – expulsa una fuerte ráfaga de aire frío a otro escuadrón, dejándolos en mal estado y siendo rematados por un hechizo de flechas de hielo por parte de Tabitha.

Satoshi: ¡Muere! – gritó mientras expulsaba llamas púrpuras en la cara a un soldado de alto rango, para luego lanzarse al resto de su equipo.

Unos minutos después, los pocos sobrevivientes estaban huyendo con demasiado miedo, otros quedaron inconscientes y el resto estaban muertos.

Kenichi: Tch, realmente duele. – se cubre el ojo derecho.

Derflinger: Takao te dijo que no usaras mucho esa habilidad.

Kenichi: Ya lo sé, pero quiero terminar con esto. – el pelirrojo se levanta mientras hacía que sus ojos vuelvan a la normalidad.

Takao: ¿Todo bien?

Kenichi: Sí, todo bien. ¿Alguna noticia?

Takao: Un buen grupo escapó, tal como lo queríamos, ya no hay defensores en el castillo. – nota que el pelirrojo estaba mirando a través de una ventana. - ¿Qué pasa?

Kenichi: Ya llegan los de Romalia. – decía con una sonrisa.

Takao: Prepararemos el escape.

Kenichi: Adelántense.

Takao: ¿Qué vas a hacer?

Kenichi: Iré a recibirlos. – la sonrisa aumentaba un poco.

Takao: Oye, eso no es parte del plan.

Kenichi: Sólo será un rato, sé que me estoy desviando del plan, pero después lo compensaré. – el peli azul suspira.

Takao: Está bien, pero estaremos cerca, por si las cosas se salen de control. – el pelirrojo se va a la oficina principal mientras que Takao se reúne con los demás.

Ashen: ¿Dónde está?

Takao: Se quedará a distraerlos, así que nos pidió que nos fuéramos.

Tabitha: ¿Qué?

Takao: Yo también me sorprendí, pero, será mejor que nos retiremos, estaremos cerca por si las situaciones se tornan feas.

Ashen: Deja que estemos en sigilo ¿Te parece bien?

Takao: Está bien, sólo que no dejen tanto rastro por favor.

Ashen: Tú descuida, estaremos bien. – el grupo se retira y se divide mientras que el pelirrojo estaba sentado en el trono.

Derflinger: Pareces un rey esperando a sus enemigos. – decía con leve gracia.

Kenichi: Y no estás tan alejado de la realidad. – se acomoda y espera con calma la llegada del barco.

Minutos después, los paladines de Romalia habían aterrizado e ingresaron a la fuerza al castillo, sólo para encontrar a heridos y muertos en el lugar.

Maldición, esos malditos Heretic, lo hicieron de nuevo. -decía el líder del escuadrón completamente molesto.

Malicorne: Hay alguien allá. – señala la torre intacta. – Es... ¡Es él!

Indra: ¿Qué está haciendo aquí? – antes de que reaccione varios soldados terminaron por ingresar y dirigirse al lugar indicado, el resto de los caballeros Ondine también fueron junto con las Santas y al abrir las grandes puertas, ahí estaba el pelirrojo, sentado y mirándolos con estoicismo.

Kenichi: Sí que se tomaron su tiempo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro