Capitulo 32 - El Asesino de Niños

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-Seguía cruzados de manos, de pronto me comentó que finalmente había terminado el presupuesto en el que estaba trabajando. El viernes en una junta, se presentarán todos los presupuestos así que posiblemente ese día regrese tarde - me comentó para apagar la televisión.

Sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo, mientras sentía sus labios morder el lóbulo de mi oreja, un suspiro se escapó de mis labios.

-Karma, ¿estás seguro? - le pregunte mientras su lengua recorría mi nuca. Sabía que él aún tenía punzadas de dolor.

-Si, ya deja de preocuparte y disfruta - y sus labios se juntaron con los míos.

Me deje llevar y me senté a horcajadas frente a él, mis piernas rodeaban su cintura, mis brazos los coloque alrededor de su cuello y nuestros cuerpos se juntaron, mientras intensificamos el beso.>>

Capítulo 32 - El Asesino de Niños

Nagisa POV
Enredaba mis dedos en su cabello, me separe lentamente de sus labios para hundir mi nariz en su cuello aspirando el rico olor de su sangre.

Suspire y salte lejos de Karma, antes que su ereccion se hiciera presente.  Me miraba frunciendo el ceño.

-Tenemos tiempo para eso después, hoy no puedo.  Llevo dos dias sin alimentarme.  Además se que no estas perfectamente y mañana tenemos trabajo - le sonrei.

El celular estaba sonando, pero no el mío personal sino el otro el del trabajo.  Conteste la llamada y espere en silencio.

-Necesito sus servicios, le pagaré lo que me pida - me dijo una voz de mujer muy triste y aconjogada.

-Nombre completo del sujeto, motivo y ubicación exacta.  Me reservo el derecho a no aceptar el trabajo.  Si me miente en las razones y le aseguro que lo sabre puedo declinar el trabajo - le comunique de manera seria.

Escuche atento sus motivos, el sujeto violo a la muchacha dos veces y se encontraba en Rusia.

-Acepto el trabajo.   La paga es en dólares y en efectivo.  Son cincuenta mil dolares en denominaciones de veinte, pondrá el dinero en una maleta negra impermeable.  La misma la dejará en la avenida Nevski en San Petersburgo en el local 503 en seis horas. Garantizo un trabajo limpio y excelente en menos de doce horas -  y cerre la llamada.

-Nagisa, ¿a quién te mandaron a asesinar? - me pregunto Karma

-A un violador Ruso - le respondí.

-Por lo visto, dormire hoy solo.  Eres un vampiro muy desconsiderado - me comentó sacándome la lengua de manera traviesa.

-¡¡Queeeeeee!!  ¿porque?. Yo no he hecho nada Karma -  le dije sorprendido.

-Las esposas atienden a sus esposos, duermen a su lado y no se escapan por la ventana cuando esté duerme. Eres una mala esposa y mala ama de casa - me dijo con burla.

-Yo no soy tu esposa, ni soy ama de casa. Además te recuerdo que soy hombre - le comenté haciendo un puchero.

Busque un sweater negro cuello de tortuga manga corta, un pantalón negro a media pierna, guantes negros, unas botas que llegaban hasta mis rodillas. Busque una liga para amarrarme el cabello, busque cuatro cuchillos, dos que coloque en cada bota y los otros dos uno a cada lado de mi cintura. Me coloqué la gabardina, tome los celulares para ponerlos en mis bolsillos.

-Acércate Nagisa - me había pedido.

- Me senté en la cama, Karma acercó su rostro al mío y me besó.  Correspondí inmediatamente, sentía una enorme felicidad, llenar mi pecho.  Deslice mis manos en su cuello y nos separamos lentamente aún conectados con un hilo de saliva. 

-Te amo tanto Karma - le dije abrazándolo.

-Yo también te amo mi pequeño asesino - me respondió correspondiendo a mi abrazo.

-Nos vemos mañana en la noche no creo que llegue antes que te vayas al trabajo.  Descansa, que tengas buenas noches Karma - le dije sobando su mejilla.

-Hasta mañana Nagisa, cuídate sé que está de más pero igual hazlo - para luego depositar un beso en mi frente.

Me levanté de la cama, abrí la ventana y sus brazos me rodearon.  Me quedé en silencio algo le pasaba a Karma, su frecuencia estaba extraña sentía muchas tristeza.   Me giré para mirarlo

-¿Qué sucede?, ¿qué tienes? - le pregunté preocupado.

-Nada Nagisa, solo quería darte un abrazo - y sentí su respiración oliendo mi cabello.

Me dio un beso rápido en los labios, abrí la ventana y subí la capucha de la gabardina.  Corrí hasta el balcón y de un salto quede en el alambre eléctrico, antes de irme mire a Karma y le sonreí para empezar a correr.  En el camino saque el celular y le avise a Saito que nos veíamos en Osaka porque estaba en un encargo.

La mejor ruta era llegar al Océano Pacífico, de ahí a China pasar por Kazakhstan que limita con Rusia y a San Petersburgo.  Tenía la ubicación del sujeto, me conecte a la red en Rusia y encontré la foto de la identificación.

Cuando se cumplieron las seis horas  ya había anochecido, en el local 503 que estaba abandonado, espere a la mujer.  Cuando voy a alguna ciudad muchas veces, grabó los lugares para poder hacer la entrega más fácil.  Este era el tercer encargo por violación en está ciudad.

Un auto se acercó cerca del almacén abandonado, pero ella se veía demasiado astuta, no estaba nerviosa ni asustada cómo se le escuchaba en el teléfono.  Otra mujer salió del auto, ya vámonos le grito, ahí reconocí la voz de la mujer que me llamó.  Mi celular sonaba me indicó que dejó el dinero cómo se lo pedí , le mande la  foto del sujeto, me dijo que lo había denunciado y salió libre las dos veces.

Busque la dirección y encontré al sujeto, aspire el olor de su sangre.  Seguí al tipo siguiendo el olor de su sangre.  Pasamos por un callejón oscuro, al final una mujer cerraba el local de un restaurante, lo vi apurarse para poder atacarla y me apresuré de un empujón lo estrelle contra un muro.

El miedo es la peor manera de morir, puse mi mano en su nuca presionando su cara contra el muro.  Con la otra mano abrí sus pantalones.  Su frecuencia mostraba terror y miedo.  Creyó que lo iba a violar como le hace a esas pobres mujeres.  Enterré mis colmillos en su cuello y empecé a beber.  Su sangre no sabía mal para ser la persona que era.

Este muerto si lo iba a dejar aquí, investigando su ADN tal vez resolverían otras violaciones y las mujeres respirarían en paz de que no las va a volver a atacar, le hice cortes con el cuchillo para que saliera la sangre que no bebí.

Recogí el dinero de las maletas y llame para avisar que el trabajo estaba hecho y volví a correr un poco más lento por el dinero que llevaba.  Usaría el mismo camino pero con mucho cuidado de no mojar los dólares.  Me demore más de lo previsto, para cuando llegue a Japón ya estaba por anochecer.

Llegue a la casa, me cambie de ropa, alimente a las serpientes y repartí el dinero en denominaciones más pequeñas.  Siempre dejaba una cantidad en diferentes hospitales y orfanatos. Después corrí a Osaka, llame a Saito me dijo que los niños atacados eran huérfanos no tenían padres, solo uno estaba con otros niños en el patio de su casa, pero nunca con sus padres alrededor. Por eso los demás cuerpos están en la morgue no ahí quién los reclame a diferencia del que estaba con los otros niños en su casa.

-Nagisa, por cierto los cazadores anda por Osaka investigando también y tú verdugo está con ellos. Tu querida Azucena está con ellos. Le gusta tú futuro esposo pelirrojo, sus expectativas son altas mira que fijarse en el Burócrata de Comercio. - me comentó Saito.

-No es a la única que le gusta Karma. A ti también Saito, por eso lo molestas tanto a ti te gustan los hombres fuertes y orgullosos como tú. - le dije

-Jajajaja me leíste muy bien Nagisa, el tiene un atractivo que me llama la atención es su mirada, pero jamás le sería infiel a Silver ni me atrevería a intentar propasarme con Akabane. A diferencia de Azucena su gusto va inclinado al plano sexual por alguna razón piensa que a Karma le gusta el sadismo. Pero está muy equivocada a él le gusta coger duro eso si pero no al grado que ella piensa, ustedes no se queman el pene con cera caliente para correrse, pero ella piensa que ese es el sexo que tú le das - me comentó.

-Sinceramente, no se de dónde saca ¿que nos gusta el sadismo? - le comenté

-A ella poco le faltó para acostarse sobre la mesa de su escritorio y ofrecerse.  El le dio a entender que ustedes tenían sexo duro y salvaje y ella lo asocio al sadismo.  Porque ningún hombre en sus cinco sentidos se acostaría con un animal depredador solo Akabane por eso ella piensa que el práctica sadismo contigo - su razonamiento tiene lógica.

-El es más fácil de leer que tú. Tienes problemas existenciales muy grandes desde la niñez te gusta el sexo tanto como Akabane aunque no lo admites, te gusto dominarlo pero no lo admites. Usas el instinto más que la razón y cuando tú sed de sangre está descontrolada tu cabeza no la puedo casi leer solo hay sangre y muerte.  Me debes mil dólares por estas consultas psiquiátricas - escuche su risa.

-Si ves algo me llamas Nagisa - cerró la llamada.

No hay manera de mentirle a alguien que pueda ver tus pensamientos.  Había dado vuelta por la ciudad de Osaka evitando a los cazadores, por lo visto esta noche no abra un asesinato ni ningún cuerpo, pero en eso un pequeño grito pude captar a lo lejos.  Corrí lo más rápido que pude y lo que vi no me lo esperaba.

Un niño junto a un perro escondido con unas cajetas viejas, su cara se veía muy pálida, sus ojos estaban por cerrarse, ya le habían drenado toda la sangre y el pobre perrito chillaba del susto.  Me acerqué con cuidado

Aleje al niño de ella y me miraba sorprendida.  Frente a mí estaba una niña pero inmortal, tez blanca, cabello negro y sus ojos llamaban mucho la atención uno era rojo y el otro morado no debía de tener más de siete años.

-¿Porqué el huele rico y sabe bien? - me dijo con un puchero y en eso me miró sería y sentí su sed de sangre.

El niño estaba casi muerto, nada se podía hacer por él. 

La mire seriamente y deje salir la sed de sangre, ella se asustó mucho, su cuerpo temblaba y me miraba con miedo.  Tenía que llamar a Saito y decirle lo que encontré.

-Vampiro traidor, rompiste el tratado en todos los sentidos Nagisa Shiota - me grito Azucena.

Me levanté inmediatamente y coloque a la niña detrás de mí sujetándola por el brazo.

Los otros cazadores a su lado estaban exaltados por tal afrenta y sin previo aviso soltaron granadas de humo con azufre.

-Eso huele feo y me arden los ojos - se quejó la niña

-No lo respires -  le dije.

-Necesito que trepes en mi espalda y te agarres de mi cuello - rápido se acercan los cazadores.

Por suerte esquive la flecha, el humo de azufre huele horrible, te arden los ojos y vuelve a los vampiros más lentos.  De un salto logre escapar hacia un techo.  Los cazadores estaban en el suelo mirándome, los vi sonreírme para sacar de su espalda la ballesta y  escuche su silbido de alerta.

Corrí por los techos sosteniendo a la niña, sujetándola fuertemente para que no se cayera.  Los demás cazadores que estaban esparcidos en la ciudad silbaban y tiraban granadas de humos.  La ciudad se fue despertando por el revuelo que hacíamos y los cazadores incitaban a la gente a llamarme asesino.  Una flecha me dio en el tobillo y caí del techó. 

Me levanté cojeando y saque la flecha de mi tobillo, me escabullí por las casas. 

-El bosque está cerca, hay una cueva ahí me escondo - me dijo levantando el rostro que lo tenía hundido en mi cuello.

-Bien vamos, indícame por ¿dónde es? - le pregunte el camino.

Me escabullí entre las casas, mi celular estaba vibrando. 

-Podrías tomar mi celular del bolsillo y decirme ¿quién me llama? - le pedí.

-No lo alcanzó - me dijo y me detuve.  Ella seguía sosteniéndose de mi cuello y busque el celular.

-Saito, le conteste.

-¿Cómo es eso de que transformaste a una niña inmortal? - me grito furioso.

-No grites y si escuchaste bien es una niña inmortal, pero yo no la transforme - te lo juro.

-¿Dónde estás? - me preguntó.

-Camino al bosque en una cueva a esconderme - le respondí.

- Bien quédate ahí, vota este celular y quédate con el otro ese es imposible de rastrear - me dijo de manera frustrante.

-Se acerca el concilio de cazadores, lo de los tratados.  Trataré de salvar tu trasero pero no te prometo nada - me dijo y cerró la llamada.

Tire el celular al suelo y le puse el pie para destruirlo, tome los pedazos y lo tire por la alcantarilla.  Seguí el camino que me indicó y llegue al bosque para esconderme en la cueva.

Me dolía el tobillo, la niña se soltó de mi y busco agua para ponerla en mi tobillo.  Había una pequeña manta sostenida con una roca.

-¿Cómo te llamas? - le pregunte.

-Aurora - me dijo.

-Yo soy Nagisa - le dije sonriendo.

-¿Porqué nos persiguen? - me preguntó asustada.

-Te lo explicaré después.  ¿No estás cansada? - le pregunté.

-Si pero mis ojos no se cierran - me dijo con un puchero.

-Yo te ayudaré.  Acuéstate en la manta yo vigilaré que no vengan los cazadores - le señale la manta.

No se movía la veía juntar sus piernitas y moverse de un lado a otro.

-¿Qué sucede? - la mire interrogante.

-¿Puedo acostarme en tu pecho? -me preguntó mirándome a los ojos.

Estaba sorprendido, pero le asentí.  Me senté en el suelo apoye mi espalda en una de las paredes de la cueva.  Se acomodó en mi regazo, moví su cabello y presione los nervios para que cerrará los ojos.

-Por fin tengo un papá - la escuche decir

La veía dormir, tenía muchas preguntas ¿qué hacerle? y estar preparado por si los cazadores pedían mi cabeza en una bandeja de plata.

-¿Cómo le voy a explicar a Karma que deseo que Aurora viva con nosotros?.  Claro si ambos sobrevivimos.

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Gracias por leer la historia, por sus votos y comentarios
Cuídense mucho 😉💞💝🙂

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