Capítulo 49 - El Demonio y la Serpiente

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Nos dirigimos a la habitación del Hotel donde me había hospedado.  Estábamos en el balcón los tres observando la noche, Saito llevaba las esposas en las manos y las guardo en su bolsillo.  Las cobras aparecieron, - así que ya lo encontraron - las tomó en sus manos.

-Humanos y vampiros - escuchamos su llamado en lo alto de un edificio.

-¿Qué está haciendo? - preguntó alarmada Jahzeel.

-Hoy se inicia una nueva era, sépanlo humanos los vampiros existen  y desde hoy ya saben que su única función es ser el alimento de los vampiros.  El fin de tu reinado terminó Saito, a partir de hoy un cambio ha nacido y yo seré el "Nuevo Emperador" de este nuevo mundo - su risa resonó alta y clara.

Gritos se escucharon por la ciudad, el sonido de bombas detonándose y columnas de fuego crecían en diferentes puntos.  La ciudad había entrado en un completo pánico y está ardía completamente.

No podía creer que Nagisa llegará a este punto.  Saito no se movía pero no era que estaba paralizado, estudiaba todo o eso me pareció.  -Aún crees que puedas sacarlo de ese trance Akabane, sinceramente lo dudo mucho - mantuvo silencio.

-Lo lamento Akabane, pero voy a cazar a Nagisa - fuimos en su búsqueda.>>

Capítulo 49 - El Demonio y la Serpiente
Karma POV
La ciudad era un completo caos por las columnas de fuego, las personas corrían y gritaban asustadas en varias direcciones.  Nos mezclábamos entre ellos para pasar desapercibidos, pero para mí ya era bastante difícil.  Sentía mi garganta arder, queriendo probar la sangre que estuviera a mi alcance.  Me relamí los labios y un gruñido salió de mi garganta, pero pasó desapercibido por la situación en la que se encontraba la ciudad.

-No respires Akabane.  Pronto podrás alimentarte - Saito se colocó a mi lado.

-Tranquilo, solo aguanta un poco.  Sé que es difícil, pero por lo visto tienes un buen autocontrol.  No como Shiota Kun, que ha roto las leyes muchas veces.  Por eso no queda otro remedio que exorcizarlo.  Espero que lo comprendas joven Karma - Jahzeel apretó mi mano entre las suyas.

Espere un rato para quitar mi mano, no podía ser imprudente si quería salvar a Nagisa, pero su comentario y su agarre no me agradaron para nada.  No es desconfianza porque nos traicione, pues Saito lee la mente.  Es  su actitud hacía Nagisa y la confianza que surgió hacia mi. 

Saito me observó por mis pensamientos, sin embargo no emitió opinión.  Solo una sonrisa se presentó en sus labios.

-Ahora entiendo porque le agradas tanto a Saito, es tú carácter.  Es la razón por la que su pareja está sufriendo de celos.  Considera que eres una amenaza para su relación - ella dejo de mirarme para observar las sirenas que se acercaban.

Eso no lo sabía, pero era una información de más que me importaba una mierda.

-Jajajaja - se escuchó la risa de Saito.

Los policías y bomberos corrían hacía las columnas de fuego, esmerándose por apagar las mismas y al mismo tiempo trataban de tranquilizar a las personas, haciéndoles ver que los ataques eran rencillas entre las pandillas.  Que no se asustaran que los vampiros no existen y lo mejor era dirigirse a sus hogares.

Las personas iban analizando la situación, aunque algunos aún estaban asustados, fueron comprendiendo y asimilando la idea que los vampiros no existen y creyendo la idea de las rencillas.

Al Nagisa no atacar a nadie frente a todos, ponía en tela de duda sus palabras para los humanos.  Pero para los vampiros era otra cuestión, estabamos atentos, todavía no habíamos recibido un ataque de parte de ninguno. Saito se veía muy tranquilo, es posible que con su poder muchos no se atreverían a enfrentarlo.

A lo alto de un edificio que no tenía más de cuatro pisos, estaba Nagisa. Tenía las manos alzadas hacía el cielo y en cada una cargaba un cuerpo humano. Corrí como desesperado, dispuesto a detener cualquier cosa que tuviera planeado y antes de llegar a él, decapito los cuerpos, la sangre caía desde las alturas.

Los gritos no se hicieron esperar, mis ojos aún no asimilaban la escena que tenía frente a mí.  Nagisa no le haría eso a nadie, el no sería tan cruel. Entre más pasa el tiempo, más lo pierdo y las esperanzas de recuperarlo sin recurrir al exorcismo se van volviendo más escasas.

Tiró los cuerpos sin cabeza contra el piso desde lo alto del edificio, estos se estrellaron con fuerza, haciendo un completo desastre de sangre, fluidos y viseras esparciéndose por el suelo.

La desesperación de la gente aumento, señalaban a lo alto la sombra, pero está ya no estaba.  Vimos su celaje correr en dirección de las afueras de la ciudad.  Esto no era más que una distracción. 

Esa sangre derramada era un completo desperdicio, volví a enfocar mi mirada a lo lejos en la dirección que iba Nagisa.

-Alcánzalo Akabane si quieres salvarlo, desde ya te dijo que no será fácil.  Te concedo un pooco de tiempo, mientras yo me quedo acá, resolviendo esté desastre.  Si cuando terminó no lo has logrado, lo voy a cazar como un lobo hambriento pasando sobre ti - me empujó con fuerza pegando su mano en mi pecho.

Me escabullí entre la gente, tomé lo que Saito me estrello en el pecho con su empuje de manera rápida, para que pasara desapercibido por los humanos.  Me detuve en las afueras de la ciudad, para beber la sangre que me había entregado.
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Nagisa POV
La euforia corría por mi cuerpo, por fin la dominación estaba completa.  Ya no escuchaba su odiosa voz interrumpiéndome a cada rato.  Ya éramos un solo ser, hoy acaba de nacer un nuevo Nagisa Shiota.   Con un solo objetivo ser el nuevo emperador de esté mundo, los humanos son inferiores, una raza débil que para lo único que sirven es para ser nuestro alimento y calentar nuestras camas.

Por hoy descansaré, pero mañana empieza la caza de los humanos y su esclavitud.  Cuando algunos vampiros vean lo que hago se pondrán de mi parte y formarán parte de mi nuevo régimen. 

Me detuve de pronto y aspire el aire.  Mis puños se cerraron con fuerza, Akabane estaba cerca, maldito Demonio Rojo.  Aunque tal vez su amor por este cuerpo es tanta que se ponga de mi lado para estar con él.  Algo tiene que me descontrola, esté cuerpo tiene necesidades y deseo, acaso no tuvimos suficiente de ese vampiro.

Una sonrisa apareció en mis labios, vamos a usar esto en mi favor.  Me escondí entre los árboles, esperando que Akabane sintiera mi olor.  Se detuvo de pronto y miraba en todas direcciones.

-Ayúdame por favor - aparecí frente a él, tapándome mi rostro con sus manos.

-Nagisa - se acercó a mi para abrazarme, lo rodee con mis brazos,  y prepare mi mano dispuesto a noquearlo.  La sonrisa apareció en mi rostro oculta en su pecho.  Pero sus manos me agarrón con fuerza del cuello, apretándolo evitándome mi ataque y la sonrisa se borró de mi rostro.

-Nagisa escúchame, tienes que luchar.  Piensa en todos los que te queremos, en nuestros amigos que murieron que ahora están con Koro Sensei.  Y principalmente piensa en él. 

Déjame ayudarte, yo estaré siempre a tu lado.  Para mí siempre serás Nagisa.  No pienso romper mi promesa - su mano seguía firme sosteniéndome  de manera fuerte.

Algo se removió en mi interior por sus palabras.  Fue como si mi antigua personalidad deseara hacerse presente.  Esto no podía estar pasando, Akabane era peligroso para mí y balanceé mi cuerpo como un péndulo, para golpearlo fuertemente en el pecho y salió volando estrellándose contra los árboles.

Me sostuve la cabeza, haciendo presión en mi sien con mis dedos.  El aire me empezó a faltar y gruñí alto y fuerte, para volver a tomar el control.  Di dos giros en el aire para luego caer con fuerza agrietando el suelo y me coloque en posición de pelea.

Vi a Akabane venir sin un solo rasguño, me miro analizandome y frunció el ceño.  Pero no espere que tomara la misma posición de combate que yo.

Usando la velocidad se acercó a mí,  estaba preparado para bloquear su golpe, pero a milímetros de que su puño se estrellara en mi antebrazo, se deslizo al suelo y de una patada en mis tobillos me tiro al suelo.

Me levante inmediatamente, lo mire con furia y estrello su puño en mi rostro.  La sangre corrió por mi frente cubriendo mis ojos, evitando que pudiera paralizarlo.

Había llegado el momento de utilizar las técnicas de Nagisa.  Gire para aparecer a su espalda y al momento que se giró aplaudí, pero el pánico apareció en mis ojos.

Akabane se mordió con fuerza la lengua y solo pude impulsarlo hacia atrás, no teniendo el efecto que deseaba.

-Perdóname, pero te necesito conmigo - una ráfaga de fuego se dirigió a mi pies y esta se encendió rápidamente haciendo un circulo a mi alrededor.

Tome fuerza para saltar las misma, pero las llamas crecían hacia el cielo impidiendo mi escape.

-Nagisa por favor detente.  Ya fue suficiente.  Eres lo más importante para mí.  Ya no puedo ni deseo lastimarte.  Te pido que recapacites, dejame ayudarte - se acercaba a mi entrando al aro de fuego.

Decidí escapar, no importa si en el proceso se quema mi cuerpo.  Cruce el aro de fuego hacia la libertad y quede paralizado el frio invadió mi cuerpo.  Mis piernas estaban congeladas.

A mi espalda sentí su poder, golpeo mi nuca con fuerza y mis ojos se cerraron.  Antes de caer en la completa inconsciencia pude escuchar dos palabras salir de sus repugnantes labios - Te atrape - la oscuridad invadió.
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Karma POV
Nagisa estaba inconsciente en los brazos de Saito.  Oculto totalmente su presencia y aprovecho el momento para atraparlo.

-Vamos Akabane - camino con Nagisa en sus brazos en dirección a la cabaña.

-Es lo mejor, tal vez ahora no lo veas así.  Pero es la forma de ayudar a Shiota Kun - Jahzeel trato de volver a tomar mi mano.

- Mejor para ti, pero no para él.  No sabemos cómo va a quedar su mente después del exorcismo - aparte mi mano con furia.

-Pero al formar parte del Concilio, no debe haber nada más importante que cumplir las reglas - me recalco.

- Basta déjalo en paz - Saito entro a la cabaña y deposito a Nagisa sobre la cama y apreso sus manos a los barrotes de esta con las esposas de plata.

No dude y me acerque a Nagisa, sobe su rostro.  -Perdóname, no pude ayudarte, pero no romperé mi promesa.  Para mí siempre serás Nagisa, no importa que tan rota quede tú mente, yo siempre permaneceré a tu lado - deposite un beso en sus labios.  Deseando que me correspondiera.

Saito abrió las manos y un libro dorado apareció en ellas.  Paso las páginas rápidamente, hasta que se detuvo.

-Comencemos - apreté una de las manos de Nagisa que estaban apresadas.

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Gracias por leer la historia, por sus votos y comentarios.
Cuídense mucho 😉💝💞😊

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