2.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

JiMin ahora tenía tantas preguntas en su mente que le era difícil concentrarse en las miradas preocupadas de su familia dirigidas hacía él, sus expresiones dejaron de ser tranquilas y ahora veía sus entrecejos fruncidos con angustia que no disimulaban.

-No entiendo, ¿por qué existe una raza tan temible como esa? -Preguntó JungKook y sus padres negaron preguntándose si era correcto hablar del tema con sus hijos.

-No sabemos, pero esa raza es muy antigua, se desconoce de dónde nació, si es una raza original o se cruzó con otro dragón que dió como fruto a los Hell.

MinHyuk asintió y miró a JiMin directamente con sus ojos oscurecidos.

-¿El concejo no les dijo nada de eso?

Los tres negaron y JiMin fue quien hablo en la mesa que se sumió en un incómodo silencio.

-Sólo nos dijeron que era muy poderoso, nunca que era así de temible.

-JiMin, creo que esto ya es demasiado peligroso para ti -le dijo su padre y JiMin negó aceptando que era un reto que antes ya acepto y además el contrato decía que solo podía anular su trato si la conquista hacia el Hell no funcionaba; jamás dijeron que JiMin podría arrepentirse si conocía su origen.

-No padre, voy a cumplir mi palabra con el concejo —dijo sabiendo que al haber aceptado ni siquiera sus padres podrían anular el trato con el concejo.

-Pero JiMin tú...

-Madre por favor, tengo veinte años, no soy una cría a quien deban cuidar, me haré cargo de mis acciones. Puedo controlar a ese dragón si me lo propongo.

MinHyuk lo miró algo temeroso, dudando de su palabra por más seguro que pudiera oírse y verse ante todos en la mesa, pues la raza Hell no era algo que pudieran tomar con ligereza y menos con seguridad de que JiMin no saldría herido.

-JiMin, los Hell no son una raza normal; son orgullosos, territoriales, posesivos y demasiado agresivos en ocasiones. Corres peligro si lo haces enojar.

El peli blanco asintió, él sabía que probablemente estaba corriendo un gran peligro al lado de ese dragón, pero se sentía en la necesidad de ayudarlo y cumplir con su palabra además del contrato que beneficiaría a su familia si el propósito se cumplía.

-Yo sabré qué hacer MinHyuk, no tienes que preocuparte por eso -dijo seguro y miró a toda su familia con una sonrisa que fue devuelta con un poco de preocupación y poco convencidos.

Sus padres suspiraron, no había nada que hacer, su hijo ya estaba en una etapa donde él decidía qué hacer o no con su vida. Y ellos no podían interponerse en sus propias decisiones después de verlo tan seguro, así que ambos pensaron que solo podían apoyarlo en lo que pudiera ocurrir.

Pero de ser necesario, pelearían hasta la muerte contra ese dragón si su hijo corría peligro.

El miembro más joven del concejo había ido a la casa de los White para decirle a JiMin la dirección y mostrarle el camino a la casa de YoonGi pidiéndole que mantuviera un perfil bajo para no llamar la atención de los demás y que su plan pudiera descubrirse.

Le dio un pequeño mapa y JungKook se ofreció a acompañarlo a la aldea para que pudiera conocerlo ya que el chico iba constantemente al centro de la aldea a comprar cosas y conocía bien los caminos que debían tomar para llegar más rápido.

-Tengan cuidado, JungKook cuida de tu hermano.

-Lo haré, mamá -el menor le jaló del brazo y lo agarro por la cintura sin soltar su mano haciendo que JiMin se sintiera asfixiado por su fuerza.

JiMin caminó y JungKook fue detrás de él mientras tomaba el camino a la aldea y disfrutaban del alegre día.

-¿Cómo crees que sea él? -Le preguntó JiMin a su hermano.

-No lo sé, tal vez sea muy feo, un pervertido y te pida cosas raras -dijo burlón y JiMin se rió esperando que no fuera nada de eso o se arrepentiría en ese instante.

-Si fuera un pervertido le hubiera hecho caso a muchos dragones, tonto.

JungKook se rió y encogió de hombros, mientras le tomaba del brazo y caminaba con él. JiMin vió que al entrar al centro de la aldea, muchas miradas se posaron en ellos de inmediato, muchos veían a su hermano, por su atractivo y por simplemente ser un White.

JungKook evito mirar a cualquiera que intentaba obtener una mirada de ellos, y solamente buscaba a ese chico que le gustaba.

JiMin veía el mapa con cara de confusión, pues no lograba entenderle nada a los cuadritos que según el concejo era una descripción para llegar al hogar de YoonGi pues parecían trazos hechos por un bebé dragón. De la nada sintió un fuerte apretón en su brazo que le hizo formar una mueca de dolor y pegarle a su hermano en el cuello haciendo que se le formara una marca roja.

-Tarado, me estás lastimando.

JungKook reaccionó y soltó a su hermano para ponerse detrás de él y señalar a un chico alto y de piel canela que a sus ojos parecía brillar con su cabello rubio y acompañado de otro chico más alto que él y otro dragón que podía distinguir como un omega por su aroma.

-Es él, el chico que me gusta -declaró apenado

JiMin miró a ese lugar y se repente otro apretón mucho más fuerte fue devuelto nuevamente en su brazo.

-¡JungK-!

-Cállate y mirá, ¿no es ese el dragón a quien debes conocer? -JiMin miró asombrado al mismo lugar, pero solo vio a un chico vestido totalmente de negro y un sombrero en su cabeza, su tono de piel era ceniciento y contrastaba perfectamente con él y su cabello del mismo color que su ropa, estaba recargado en una pared y con las manos en los bolsillos. Parecía no estar prestando atención a algo realmente, pero por donde estaba ubicado, se notaba que esperaba a los otros chicos que veían atentos las joyas en una vitrina.

-Kookie, creo que sí es él -le dijo a su hermano, pero sólo logro ver como el otro intentaba disimular su intenso aroma por haber visto al chico que le gustaba.

Rodó los ojos y suspiró para encaminarse a donde estaba el dragón e intentar hablar con él, JungKook quiso ir con él, pero JiMin negó y le sonrió sin querer sentirse presionado con su presencia.

-Estaré bien.

NamJoon y SeokJin decidían si iban a llevar los ingredientes para la cena luego de alejarse de la joyería, TaeHyung se reía de ellos metiendo un montón de dulces en las bolsas y pagaba con el dinero de NamJoon cuando ellos no se daban cuenta y YoonGi sólo suspiraba con una sonrisa de lado mientras los veía discutir torpemente siguiendo a sus amigos de cerca.

Aunque no sabía por qué tenía que estar ahí con ellos si al final nunca tenía ganas de comer ni por que SeokJin lo obligará a hacerlo hasta después de unas horas.

De pronto un suave y sútil aroma a fresas y chocolate amargo llegó a él, lo reconoció como el de un omega pero no giró el rostro para verlo, en su lugar ya se estaba poniendo a la defensiva porque no le agradaba que nadie que él o sus amigos no conociera se le acercarán. Razón por la cual tampoco tenía una pareja.

-Hola -escuchó que lo saludaron dulcemente, sólo lo vio de reojo sin mucho interés al chico que lo saludaba y que lucía avergonzado ya que sus ojos se pasearon en aquellas mejillas regordetas notando su color rojizo.

Lo ignoró fingiendo no escucharlo y miró al lado contrario a donde estaba él. JiMin frunció el entrecejo sin poder creer que haya sido ignorado con tanta descaro y se cambió de lugar a donde estaba viendo el dragón al darse cuenta de sus acciones.

-Hola, hyung -saludó nuevamente y YoonGi suspiró profundamente antes de verlo a los ojos para intimidarlo pero algo en su interior se movió cuando vio los zafiros azules de sus ojos.

-¿Puedo ayudarte?

JiMin en lugar de sentirse incómodo o asustado por la mirada del dragón. Se sintió embelesado, sus ojos eran tan oscuros y hermosos que le era difícil apartar la vista pero tampoco quería incomodarlo más.

Pestañeo algunas veces sintiéndose como un tonto por hacer aquello y le sonrió con sus mejillas rojizas junto a sus manos temblando.

-Sólo quería saludarlo.

-Ya me saludaste, tal vez alguien más quiera hablar contigo.

JiMin negó divertido guardando sus comentarios de mandar al carajo al Hell y se sentó en una banca que estaba al lado de él sintiéndose un poco incómodo e intimidado.

-Siéntese conmigo, por favor.

YoonGi lo miró sin creer nada, no mostraba ninguna expresión facial, pero por dentro no podía creer que ese dragón intentará acercarse a él de manera tan casual como si fueran amigos de toda una vida que se reencuentran luego de años.

-No.

-Pero hyung... -dijo y formó una mueca que quiso disimular para cualquiera que los pudiera ver. YoonGi se dió cuenta pero lo ignoró esperando que de esa forma eligiera irse por cuenta propia.

En su lugar de encamino una vez más y camino hasta sus amigos con su aroma amargo dejando una nube de incomodidad a su lado.

-Me largo de aquí, estoy harto de omegas irritantes.

Ellos lo miraron enojados, habían visto que JiMin hacia un buen intento por acercarse a él sin mostrarse coquetamente irritante o empalagoso, parecía que solo se había acercado para saludar como con cualquier persona.

-YoonGi, no seas grosero con JiMin.

-Solo cállate, Jin. Estoy cansado de toda está mierda.

-No le hables así a SeokJin, YoonGi -lo reprendió NamJoon y YoonGi se dio la vuelta a él para encararlo a pesar de la diferencia entre sus alturas y que tenía que levantar su rostro para verlo a los ojos.

-Entonces dejen de joder y déjenme en paz por un maldito día —hablo repentinamente molesto a pesar de haberla pasado bien minutos antes.

TaeHyung decidió que era hora de intervenir al ver como NamJoon abría y cerraba su puño sin despegar la vista de YoonGi y sus ojos morados brillando. SeokJin los veía a ambos preocupado, así que tomó a NamJoon de los hombros pidiéndole que ya no se metiera en más problemas y lo alejó de YoonGi mientras TaeHyung intentaba llevarse al otro.

-Hyung... ¿quiere que lo acompañe a su casa?

-No, estoy bien Tae. Quiero estar solo.

TaeHyung suspiró y asintió mientras intentaba sonreír y dejaba que su hyung se fuera.

Su vista regreso a JiMin y vio como el chico hablaba con otro pelinegro a quien parecía conocer bien. Los otros dos lo vieron, y él les devolvió la sonrisa para no ser descortés después de ver el esfuerzo de JiMin con su amigo.

-TaeHyung, ¿puedo acompañarte? Mi hermano tiene cosas que hacer y no quiero quedarme solo -le dijo el chico pelinegro y TaeHyung asintió suavemente recordando el nombre del chico que lo llamo.

-Me encantaría.

JungKook se iba a despedir de su hermano, pero al girarse, esté ya no estaba ahí, y al contrario, estaba corriendo para alcanzar a YoonGi.

-¡Hyung! -Le gritó para que detuviera un poco su andar, pero fue ignorado por completo- ¡Hyung, espere!

YoonGi paró en seco fastidiado y entonces el omega chocó con su espalda e hizo a ambos casi tropezar y que él quedara de rodillas en el suelo.

-¿Puedes tener más cuidado? Terminarás partiéndote la cara en el suelo.

Lo sujeto del cuello de su suéter y lo levantó suavemente para dejarlo de pie como si fuera una cría de dragón aprendiendo a volar.

-Gracias, hyung -le dijo y el otro rodó los ojos para caminar sin querer sonreír por la eyesmile del chico. JiMin lo siguió y se puso a su lado aún cuando el otro le dio una mala mirada.

-¿Qué quieres?

-Nada, sólo quiero acompañarlo a su casa.

-No necesito una niñera así que puedes irte, conozco el camino, chico -le dijo más frío que antes y JiMin sintió una punzada de dolor a sus adentros que disimuló tanto como pudo.

-No busco ser niñera de nadie, quiero ser su amigo si usted me deja -YoonGi paró en seco al oír lo que insinuaba con esa sonrisa que a sus ojos resultó casi traviesa y con su dedo lo amenazó presionando en el pecho del otro hasta que sin ser conciente su lrga uña de color negro comenzó a salir y lastimar la piel ajena.

-Que esto te quede claro, no quiero nada con nadie, no eres el primero que sólo busca tener sexo rápido y furtivo para luego olvidarse de todo al día siguiente, si quisiera un maldito polvo no creo que hubiera rechazado todas esas estúpidas ofertas, así que déjame en paz y vete a la mierda.

Dio un último golpecito en su pecho y se fue, dejando a JiMin completamente impresionado y dolido por sus palabras que siendo sincero ya lo esperaba y se había preparado para lo que pudiera ocurrir y no sentirse tan afectado.

-No soy uno de esos omegas, alfa imbécil.

Una nueva punzada apareció en su pecho y el aroma amargo se extendió en el camino, entonces sintió una mano en su hombro y levantó la mirada del suelo y vio al pelinegro que había peleado con YoonGi antes.

-Es un idiota la mayoría de las veces, pero tengo un presentimiento de que lograrás acercarte a él -le dijo y JiMin se sonrojo por la amabilidad con la que lo trataba.

—Ven, te acompaño a casa.

—No, mi hermano...

—Tae ya lo llevo a tu casa, no te preocupes.

JiMin asintió y comenzaron a caminar en silencio hasta la casa de JiMin. Y aparento estar feliz al entrar a su hogar, aunque las palabras del alfa le seguían doliendo por dentro a pesar de que se preparó para eso.

Tengan paciencia con YoonGi. Y cuidadito con esos comentarios que mi bebé está sufrido.

Los amo bebés. 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro