3.

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JiMin subió a su habitación después de que le preguntarán cómo le había ido con el chico. Y solamente respondió que bastante bien a pesar de que todo fue peor de lo que hubiera pensado y en su pecho siguiera el dolor de haber sido considerado como una oferta de sexo rápido.

Él no esperaba esa respuesta del dragón, pero tampoco era como si esperara que dijera que sí inmediatamente, él mismo sabía que las cosas no funcionaban así pero algo tenía que intentar antes.

MiYeon subió a su habitación poco después y le pidió permiso para poder entrar. JiMin le abrió y ella sonrió con cariño al ver su rostro decaído con los ojos zafiroas oscuros de lo normal.

—No me engañas, qué ocurrió.

JiMin sabía que su hermana mayor era muy difícil de convencer, así que se sentó en medio de la cama y abrazo sus rodillas mientras ella se sentaba a su lado esperando por una respuesta.

—Me rechazo.

MiYeon dejó escapar una ruidosa carcajada y JiMin la miró asombrado pero al mismo tiempo un poco molesto.

—¿Qué esperabas? ¿Que al primer intento cayera a tus pies?

—Por supuesto que no, pero tampoco pensé que fuera tan terco e imbécil.

—¿Qué te dijo?

JiMin cambio su semblante a uno tenso de sólo recordar lo que le había dicho el alfa.

—No quiero hablar de eso, MiYeon.

Su hermana le pasó un brazo por la cintura y lo abrazo mientras él la correspondía.

—Mochi, ya verás que todo saldrá bien, nadie se resiste al efecto Park.

Los dos se rieron y JiMin suspiró profundamente.

—Al parecer él si es inmune al efecto Park.

—Eso jamás, nadie se resiste a nuestros encantos —dijo su hermana y movió su cabello hacia atrás con su mano y meneó suavemente sus caderas al ponerse de pie solamente jugando con él ya que JiMin sabía que luego de hacer eso sintió vergüenza de sí misma.

JiMin se rió y tomó la mano de MiYeon cuando ella lo invito a levantarse y caminar con él por toda la habitación como si fuera una pasarela, tomó a JiMin del brazo y bajaron las escaleras mandando besos a toda su familia mientras los demás se reían sin darle tanta importancia a su nueva locura.

Pronto JungKook e Irene se les unieron, y HoSeok junto a YongGuk decían quien tenía más estilo para caminar o quién estaba mejor vestido. Sus padres se reían desde la cocina y dejaron que sus hijos pasaran un rato juntos.

JiMin se sintió tan feliz de tener a todos esos hermanos, pues sabían perfectamente cómo subirle el ánimo en poco tiempo.

YoonGi azotó la puerta de su casa y subió las escaleras sintiéndose culpable de haber tratado de aquella manera a SeokJin y casi pelear con NamJoon por ello. No quería admitirlo, no quería demostrar que la culpa le estaba haciendo daño cada que rechaza o hería a sus amigos con sus palabras, simplemente prefería guardarse esos estúpidos sentimientos y no sufrir más.

Se dejó caer en la cama y vió que encima de la mesa había una carta, con un sello dorado con el número seis hecho elegantemente. Se levantó fastidiado y tomó la carta, el agradable y rico aroma que desprendía el sello y la forma que tenía, lo hizo reconocerlo rápidamente como una estúpida carta más del concejo.

—¿Qué mierda quieren ahora?

Abrió la carta y de ella sacó un papel perfectamente doblado.

Suspiró y se animó a abrir la hoja y ver qué había en su interior, pero tampoco tenía ganas de saberlo, pues probablemente sería solamente para hablarle de otro dragón para procrear y mantener su maldita especie.

YoonGi.

Sabemos perfectamente que hemos estado hablándote durante varios meses de varios dragones que serían excelentes partidarios para ti, para que tu especie prevalezca y no llegue a la extinción total.

Sé que te debemos de tener harto en ese tema, pero queremos que consideres a este chico, pertenece a la familia White, como sabes, es de la raza más poderosa en estos momentos, a excepción de la tuya, claro.

Su nombre es Park JiMin, el hijo de los Park, una familia honorable que a nuestro parecer, es el menor candidato para ti.

Queremos que tengas en cuenta que...

YoonGi arrugó la carta y la lanzó a alguna parte de la habitación y se acostó en la cama y cerro los ojos para poder dormir y desaparecer al menos por unas horas y olvidarse de toda la mierda que le estaba pasando en tan poco tiempo.

—Así que al final sí se acercó a mí por otro compromiso arreglado por ellos —limpió la lágrima que se deslizó por su mejilla y cerró finalmente sus ojos.


C i n c o   a ñ o s   a t r á s... 

—¡Amor, deja de correr o me voy a desmayar!

El chico dejo de correr, pero sólo para sacarse toda la ropa sin vergüenza ante el otro chico que lo veía atontado.

—¿Qué haces? —Le preguntó YoonGi divertido y el de cabello plateado negó evitando verlo para no estar avergonzado por su desnudez.

—¿No es obvio? Me estoy desnudando.

—Creí que habías tenido suficiente anoche, cariño —su pareja se sonrojo de inmediato y le lanzó su camisa a la cara cegando sus ojos por unos segundos.

—¡C-cállate!

YoonGi se rió y tomó la cintura de MinHo, quien todavía tenía puesta su ropa interior y YoonGi tomó su trasero entre sus manos dándole suaves apretones que hicieron reír a su pareja.

—Ey quieto —le dijo MinHo divertido y YoonGi fingió tristeza—. Ni tus pucheros me van a convencer —YoonGi sólo se pudo reír y entonces MinHo se separó y quitó su ropa interior y entonces transformarse a un hermoso dragón de escamas plateadas y blancas que brillaban como diamantes bajo la luz del sol.

YoonGi se sentó en el césped y lo miró encantado, tan atraído por la gran belleza que su pareja poseía, moviéndose de manera agraciada en los aires, realizando un baile que solamente se le podía otorgar a tu pareja cuando sentías que realmente lo amabas con toda tu alma.

YoonGi quiso llorar, verlo realizar aquel precioso baile solo para él le hizo sentirse más afortunado que cualquier otro dragón en el mundo.

—¡Ven conmigo, YoonGi!

El alfa lo miró asustado y negó desde el suelo, MinHo noto el miedo que se cruzó en su cuerpo y mirada, así que bajo y se puso a su lado y apoyar su cabeza en el hombro de YoonGi y darle una suave lamida en su mejilla como muestra de amor entre dragones.

YoonGi entendió que su pareja lo estaba calmando, pero el miedo seguía latente en su corazón, no sabía cómo podría reaccionar MinHo al verle nuevamente en su forma animal y temía mucho más que algún otro dragón lo viera y nuevamente le mirarán mal.


—Por favor... no pasará lo que la última vez.

—No eres adivino —le dijo YoonGi con dulzura y MinHo negó.

—No, pero soy tu pareja y estoy muy seguro en que nadie te haría daño aquí, estamos alejados de la aldea y sólo estamos tú y yo.

YoonGi suspiró y se levantó asintiendo por las palabras de su novio y se quitó toda la ropa de su cuerpo con poca vergüenza.

Y de pronto ya no estaba él, ahora estaba un gran dragón negro con escamas rojizas como lava ardiente, su gran tamaño dejaba casi opacado al de MinHo, sus ojos eran de un color escarlata que sólo se apreciaba cuando estaba transformado en su forma animal. Sus alas eran tan grandes, que al extenderlas debía estar en el aire para no chocar nada a su alrededor, sus escamas relucían de una forma tan majestuosa que MinHo se quedó tan asombrado y se acercó lentamente a él y con su hocico empujar suavemente la mejilla del precioso dragón.

—Sí, soy yo —le dijo YoonGi y MinHo dio vueltas en el aire y luego los empujó a ambos casi cayendo al suelo de no ser por que levantaron el vuelo antes de caer y golpearse.

—Eres hermoso —le dijo MinHo con su hocico pegado al cuello del dragón y siguió hablando—. Ahora entiendo por qué todos veneran tanto a tu raza, son demasiado hermosos, de sólo verte no puedo ni imaginar el gran poder que posees, y sólo tienes dieciocho años.

—Tengo entendido por mi tío, que para tener está edad, soy demasiado grande, pero dice que eso es bueno.

—Lo sé, mi padre me contaba a veces de tu raza y de lo poderosos que son.

—Ahora sé que tu padre sólo me quiere por mi poder —ambos se rieron y MinHo levantó su rostro para darse un pequeño besito «esquimal» con YoonGi y luego volar a su alrededor.

—¿Me estás coqueteando? —Le preguntó YoonGi divertido al ver sus movimientos a su alrededor.

El baile que MinHo estaba realizando quería decir que lo amaba, que quería pasar su vida junto a él y que estaba dispuesto a llevar sus crías si era posible para ellos.

—Tal vez —YoonGi se rió y se elevó unos metros más para poder realizar el siguente paso del baile que le correspondía a él. Rodeando a MinHo y cubrirlo con sus enormes alas, queriendo transmitir con eso que siempre lo protegería ante todo.

Y así lo haría.

Sólo que MinHo se había sacrificado por él en una terrible situación que pasaría en un futuro.

Esta historia la comencé el 19 de Julio, y en ese mismo día escribí hasta el capítulo cuatro.


Los amo bebés. 💜

 

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