ㅤㅤㅤ── ocho ──

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Jimin sentía el lazo tenso, pero no necesariamente triste o enojado. Era una sensación extraña, casi como... ¿Decepción?
Y por si eso no le preocupaba lo suficiente, Yoongi no aparecía por ninguna parte. Después de terminar los trámites en la biblioteca salió al salón del trono, pero no lo encontró allí. Tampoco en la sala de reuniones, o en el jardín, siquiera en su habitación. Como último recurso buscó en la sala del piano o la cúpula, pero ni rastro del alfa.

Totalmente cansado y preocupado, pensó en preguntar a los consejeros, pero tampoco los veía. ¿Es que todo el mundo lo evitaba?
Por suerte pudo reconocer el cabello ondulado de su hermano en uno de los bancos del jardín principal.

──Tete ──saludó mientras se acercaba por su espalda, con una manía ansiosa por sostener su vientre──. ¿Has visto a Yoongi o alguno de los consejeros?

El beta se giró parcialmente, pero en cuanto escucho su pregunta volvió a clavar la vista en el libro de arte que ojeaba.

──No... ¿Por qué? ──murmuró entre dientes.

A ninguno se le daba bien mentir, quizá era herencia de los Park en general.

──¿Dónde los viste? ──insistió Jimin, adivinando en su timbre de voz que sabía algo.

Taehyung suspiró conforme pasaba una página, sin siquiera prestar atención a la lectura.

──Antes estaban aquí pero me marché, cuando volví ya no había nadie ──se sinceró──. Los consejeros estarán en su habitación, probablemente ──añadió en un susurro.

En ese momento alzó la mirada a su hermano menor, quién le miraba con unos ojos analizadores.

──Gracias... ──murmuró Jimin.

Tenía la sensación de que aún le ocultaba algo, que todo el mundo lo hacía, incluso que las paredes del castillo sabían qué pasaba menos él. Quiso indagar más en ello pero al ver a Hyunjin aparecer con dos vasos de limonada se calló.

──Majestad ──saludó el beta, realizando una inclinación formal pero con cuidado de no verter las bebidas.

──Tengan buena tarde ──concluyó él, visiblemente incómodo.

Taehyung sintió algo de pena por su hermanito, pero ya se había metido demasiado en relaciones ajenas, prefería dejar a otros contarle lo sucedido. En lugar de seguirlo o detenerlo se giró hacia su novio justo a tiempo para verlo sentarse. Apoyó las piernas en su regazo y tomó su vaso de limonada con calma.

Jimin, en cambio, estaba hecho un manojo de nervios. Sus pasos eran pequeños pero rápidos y pronto llegó al ala que solamente había visitado una vez por su fuerte aroma a alfas. Buscó la puerta correspondiente a Hoseok y tocó mientras se cubría la nariz con su zurda.

Esperó y los minutos pasaron con tanta lentitud que le parecieron horas, pero penas fueron unos pocos hasta que Hoseok abrió de par en par la puerta, al haber identificado su aroma a omega embarazado desde dentro.

──Entra. ──Hizo un ademán con su mano.

Jimin notó la urgencia así que no preguntó nada antes de acatar la orden. Sin embargo, en el interior del cuarto el aroma a alfas era insoportable y las náuseas no tardaron en aparecer.

──¿Qué ocurre? ──preguntó después de apoyar su espalda en la pared más cercana para controlar el mareo.

Jungkook se acercó a ambos desde la otra punta de la habitación, luciendo la marca de dientes en su cuello con orgullo.

──Yoongi lo sabe. ──Soltó Hoseok, mirando al omega──. Ha descubierto lo mío con Jungkook.

El delta ya lo sabía, pero lució igual de asustado que al descubrirlo. En cambio, Jimin palideció y se quedó en silencio unos segundos.

──Él... ¿Cómo? ──susurró sin voz.

Hoseok se peinó su cabello con tanta fuerza que casi se arranca algún mechón.

──Estaba hablando con tu hermano y nos escuchó ──explicó atropelladamente──. Parecía tan enojado que tuve miedo, jamás lo había visto así...

Jimin recordó cómo se contraían de rabia los rasgos de su marido cuando se cabreaba, entendía que cualquiera le temiese. Sin embargo, al no ver ningún moretón en la piel del consejero pudo comprobar que se había contenido. Había cambiado mucho desde que se conocieron.

──¿Qué te dijo? ──cuestionó, intentando pensar en algo para proteger a sus amigos.

Porque Yoongi no les haría nada, jamás, pero el pueblo era distinto y aunque el rey no quisiera castigarlos la presión y las leyes podrían obligarlo a hacer algo de lo que se arrepintiese.

──No recuerdo muy bien, estaba nervioso ──farfulló Hoseok, expeliendo un aroma que Jimin percibió terriblemente amargo──. Comentó algo sobre tí, que no le gustaba saber que estabas implicado... Y que no quería verme a mí o a Jungkook en días.

Este último había agachado la cabeza para jugar con un hilo suelto de su uniforme, pero aún así se podía notar el temblor de sus manos.

Jimin paseó la mirada por ambos y después se volvió a sujetar el vientre, como si fuese un punto de apoyo. Comprendió la tensión del lazo, pero sobretodo que Yoongi no se dejase ver, seguramente estaría meditando en todo lo que implicaba el asunto, sobretodo en cuanto a él y su cachorro. Joder, esperaba no tener que ser castigado con un bebé en su vientre. Pero confiaba en Yoongi.

──Tranquilo, todo se resolverá ──susurró hacia los alfas, pero no miraba a ninguno si no que tenía la vista perdida en el suelo.

Jungkook se mordió el labio, tan silencioso como siempre hasta que se le escapó un pequeño sollozo. Hoseok no dudó en abalanzarse sobre él para abrazarlo y arrullarlo. Al contemplar esa imagen Jimin se encogió dentro del hanbok; extrañaba los brazos de su alfa.

──Tengo que irme ──dijo en un tono casi ininteligible, apoyándose en la pared para ir hasta la puerta──. No salgáis ni hagáis nada hasta que yo personalmente os lo diga ──ordenó.

Echó un vistazo sobre su hombro y vio a Hoseok asentir sin rastro de duda mientras consolaba a su pareja. Después Jimin salió de allí y abandonó a toda prisa ese ala de habitaciones para poder respirar aire fresco y puro, sin matices de alfas. Se sintió mejor, pero seguía con náuseas.

Justo cuando pensó en seguir buscando a Yoongi, alguien que quizá tendría respuestas se cruzó en su camino. No estaba de humor y no era la persona que más apreciaba en el castillo, pero era útil.

──Consejero Haesoo ──llamó antes de carraspear para adquirir confianza──. ¿Sabe dónde está mi marido?

──Majestad ──correspondió el mayor, pero apenas haciendo una venia poco formal──. El rey me ordenó especifícamente no revelar su ubicación a nadie.

Jimin notó el enojo en forma de calor por su cuerpo, pero solamente bufó. Aún así, el consejero volvió a hablar calmadamente.

──Pero le diré dónde está porque, aunque no lo parezca, velo por el bien de la familia real ──murmuró, colocando sus manos tras la espalda──. Salió del castillo en dirección al bosque, no sé cuándo regresará. Solía hacerlo en su vida de soltero cuando quería pensar.

Aquella información le fue útil a Jimin, pero precisamente por ello le pareció extraño. Sabía que no le caía bien al consejero, así que pensó que sólo lo hacía por el bien de Yoongi.

──Bien, gracias ──respondió secamente.

Haesoo volvió a realizar una venia y siguió su camino en dirección a sus aposentos.

Jimin también se dirigió a su habitación pese a saber que tenía asuntos que atender pues las náuseas no le dejaban pensar con claridad. Allí terminó de redactar algunos de los documentos pendientes que tenía y esperó a que Yoongi se dignase a volver. Y mientras lo hacía le entró miedo. ¿Volvería a casa?

Conforme las horas pasaban, más incrementaba su temor a ser abandonado por su alfa. Pero una parte de él reconocía que solamente era una inseguridad estúpida, Yoongi jamás haría eso.

Comió en su habitación tras darle instrucciones a Felix sobre qué hacer el resto del día, tal y como hizo cuando Yoongi estaba herido y no podía ocuparse de los asuntos reales.

Pronto llegó la hora de la cena y para entonces Jimin se había tenido que pasar tiempo tumbado, luchando contra el mareo. Ni siquiera tocó el plato de pollo con verduras, uno de sus favoritos.

Intentó leer uno de los libros de paternidad que le habían traído de la biblioteca, pero le fue imposible entender o concentrarse en las palabras, llegando a releer dos veces una sencilla frase hasta entenderla. Frustrado, dejó el libro y se preparó para acostarse con solamente una camisa de su alfa pues necesitaba el olor a menta y lluvia, pero dio muchas vueltas en la cama sin poder dormir.

Sabiendo que no conseguiría conciliar el sueño por el momento, buscó en el armario de Yoongi mantas calentitas y prendas de ropa que le recordasen a él. De hecho se enojó al pensar que alguien del servicio había ordenado el nido construido días atrás.

Cuando terminó se hizo una bolita dentro del volcán de ropa y mantas, algo más cómodo. Sentía el aroma de Yoongi por todas partes, reciente, cálido y acogedor, como en casa. Pero faltaba algo importante, algo que le daba sentido a la palabra hogar: él.

Pero no le dio tiempo de añorarlo, porque la menta y la lluvia se hicieron tan presentes a través de la puerta que Jimin saltó de la cama rápidamente.

──Alfa ──llamó desesperadamente cuando la puerta aún no se había abierto.

Yoongi apareció con su cabello rubio suelto, algo despeinado, y el hanbok arrugado. Tenía unas ojeras pronunciadas y estaba más pálido de lo habitual.

──Omega ──murmuró con la voz algo ronca.

Yoongi cerró la puerta tras él y en cuanto se escuchó el click, sus ojos adquirieron un color escarlata de alfa puro, pero también un brillo triste. Pero en vez de reprocharle, preguntar o siquiera decir nada como había esperado Jimin, lo tomó de sus mejillas y chocó sus labios con algo de brusquedad.

El omega no entendió qué sucedía, por qué lo besaba, pero no sé opondría. En su lugar atrapó su sedoso cabello para enredar sus dedos allí, concentrándose tan sólo en la refrescante sensación de sus labios y cuerpo encajando a la perfección.

Sin embargo, Yoongi gruñó en tanto se detenía, sosteniendo su cintura esa vez. Tomó una poca distancia en sus labios, lo justo para vocalizar.

──Siento no haberte avisado, tenía que salir de aquí cuanto antes para pensar ──farfulló, acariciando su cuerpo sobre la camisa en tanto se percataba que era suya──. Sabías sobre Hoseok y Jungkook, ¿verdad? ──susurró.

Jimin se humedeció los labios, añorando el sabor de los de él y asintió varias veces, con la sensación de la culpabilidad en su pecho.

──Lo siento, jamás quise ocultarte nada pero... ──A falta de excusas, porque no tenía, calló.

Yoongi negó, rozando sus narices como consecuencia.

──No estoy enojado contigo, no has hecho nada malo ──juró, entendía su postura──. Me molesta que te hayan hecho partícipe de esto, y que nos haya traído problemas entre nosotros, son unos malditos egoístas ──dijo atropelladamente──. Mierda, son mis mejores amigos, me siento traicionado ──masculló esa vez, alzando su voz conforme hablaba.

Jimin suspiró y cerró sus ojos de puro alivio. Sentía el lazo algo mejor, pero seguía habiendo cierta decepción, supuso hacia los consejeros.

──Ellos no querían decírmelo, los vi sin querer ──susurró.

──No Jimin, eso es entendible, pero yo merecía una explicación en cuanto su relación secreta se interpuso en la nuestra, es lo mínimo. ──Chasqueó la lengua──. Joder Jimin, ¿prácticamente hemos crecido juntos y no tienen la decencia de confiar en mí?

El omega lo entendió, de veras lo hizo, pero también comprendía la otra parte de la historia.

──Es complicado, es literalmente un asunto de vida o muerte ──farfulló──. No querían ponerte ese peso sobre los hombros, el pueblo-

──Que les den ──gruñó Yoongi. Jimin nunca lo había visto maldecir tanto──. Son mi familia, maldita sea, me siento horrible, como si se hubiesen reído de mí a mis espaldas... ──Hizo una pausa, en la que Jimin usó su aroma para arrullarlo──. Si ni siquiera puedo confiar en ellos, ¿que me queda?

El omega le dejó desahogarse, sabía que lo necesitaba.

──Ahora me siento ahogado en el castillo, el lugar donde me crié, donde me mintieron día tras día dos personas que amo como mis hermanos, dime, ¿qué me queda? ──Su voz se quebró al final de la pregunta, pero consiguió seguir hablando──. Nunca he hablado de esto contigo, o con nadie, pero también tengo sentimientos y extraño a mis padres, por la Luna, murieron hace un año como mucho y cuando me sentí perdido ellos estuvieron a mi lado.

Jimin juntó sus frentes y secó con sus pulgares las lágrimas que el alfa soltó.

──Me tienes a mí, y a nuestro bebé, ¿lo sabes? ──susurró con el corazón encogido de ver a su alfa tan vulnerable──. Y también a ellos, que te hayan ocultado su relación no significa que no te quieran.

Yoongi prensó sus párpados con fuerza, como si así pudiese retroceder el tiempo y evitar haber escuchado la conversación de Hoseok y Taehyung.

──Lo sé, lo sé, sólo estoy dolido y... destrozado. ──Bufó──. No sé qué hacer, aún hay leyes que no puedo cambiar de la noche a la mañana y-

Dejó ir un suspiro largo.

Jimin entendía su dolor, podía sentirlo en su propio cuerpo.

──Tienes que descansar, mañana podrás pensar con más claridad ──sugirió mientras acariciaba su rostro.

Limpió la humedad de sus mejillas y besó con ternura su nariz y frente tras ponerse de puntillas. Le partía en dos verlo de esa forma, quería eliminar cualquier rastro de tristeza en él pero no sabía cómo.

──Te amo, alfa ──susurró, en caso de que sirviera de algo.

Yoongi esbozó una sonrisa suave, apenas una curva en sus labios, y se abrazó a él como un cachorro en busca de protección. En el proceso, una de sus manos abandonó la espalda del omega y se posó en su vientre, acariciándolo.

──Os amo con todo mi corazón ──respondió.

Jimin lo sabía, pero le gustó escucharlo porque confirmaba que, aunque extrañase a sus padres tanto como él a su madre, eran una familia. Y los consejeros también lo eran, cuando su enojo se marchase lo vería así de nuevo.

──¿Has hecho otro nido? ──murmuró el alfa sobre su hombro, mirando la cama.

Jimin rió un poco antes de separarse.

──Sí, y no quiero que nadie entre en esta habitación, ni siquiera que miren desde fuera ──refunfuñó.

Yoongi amplió su sonrisa mientras lo tomaba en sus brazos para alzarlo del suelo y tumbarlo en la cama, justo en el centro del nido. Entonces lo miró. Se veía adorable, caliente y hermoso al mismo tiempo.

──Eres el amor de mi vida ──susurró a los pies de la cama──. El resto se puede ir al infierno.

Jimin soltó una carcajada antes de impulsarse hacia él y tomarlo de la ropa para tumbarlo sobre él en el nido. Yoongi correspondió al gesto con un beso, y aquel beso se convirtió en pequeñas e inocentes mordidas, pero pronto dejaron de ser inocentes y fueron ardientes lamidas, así que recuperó su camisa y la arrancó del cuerpo de su omega, porque no tenía suficiente de él.

Podría hablar con sus amigos al día siguiente, pero esa noche quería desconectar de todo y todos, sólo tenía paciencia y fuerzas para estar con Jimin.

Este último dejó espacio en su cuello para las marcas y los rastros húmedos, sin pudor, buscando el borde del hanbok de Yoongi para tirar de él.
Al cabo de unos minutos sus cuerpos estaban completamente desnudos, sudando y chocando con lascivos sonidos, acompañados de algunos gemidos y gruñidos.

Sin embargo, cuando Yoongi terminó dentro de él y Jimin manchó su propio cuerpo por el orgasmo, el alfa se dejó caer sobre su pecho. Allí dejó delicados besos y caricias.

──Omega ──susurró desde allí, aún luchando por respirar con normalidad──. Promete que siempre estaremos juntos, pase lo que pase.

Jimin cerró sus ojos. Siempre parecía una palabra fuerte, pero en ese momento se sintió insuficiente.

──Lo prometo, jamás me iré de tu lado ──respondió──. ¿Lo prometes tú?

El alfa asintió apenas.

──Siempre estaré contigo ──prometió──. Siempre te amaré.

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ଓ ଘ ଙ

¿Qué tal están? Yo bien llorandole al capítulo. Entiendo a Yoongi, ahora mismo estoy en su team (no tiene que ver con el transcurso de la historia)

¿Qué creen que hará ahora que sabe todo? Les leo 👁️ →

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