-Capítulo VII-

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[...]

Aquel can había logrado retener a su enemigo en el suelo, ambos mostraban miradas en intensa furia, aunque el dorado optaba por expresar una mayor intensificación, sin embargo, eso no lograría intimidar al reptil.

Con una fuerza no común, mandaría a volar a Mike contra el mástil, el golpe fue tanto que las astillas quedaron impregnadas en su espalda, el mástil había sido quebrado.

Todo los presentes en el barco luchaban a muerte, balanceaban puños y espadas, desprendían sangre pero aún así, nadie tenía la intención de parar, entre todo el alboroto, Acenix divisaría a Mike luchando contra aquel reptil.

Entre la adrenalina generada por el momento, iría a toda marcha para ayudar a Mike, afortunadamente, ni uno de los camaradas del contrario lograría interceptarlo, pues estaban enfocados en algo mucho más importante, resguardar su vida.

En otra parte del barco, el reptil encajaría un golpe en el estómago de Mike, el dolor era inmenso, su fuerza no era de este mundo, los golpes eran meteoros en forma personificada.

El labrador estaría indefenso, pues, se encontraba tumbado retorciéndose del dolor por el reciente golpe. Aquel furioso daría el golpe de gracia, pero en ese instante un gato lo llevaría hasta el límite del navío.

Este lo arrimaría exitosamente, sin embargo, sólo sería así por un momento, pues el reptil no dudaría en jugar sucio para ganar, picando su ojo con una de sus garras, el daño no sería letal pero si lograría conseguir su cometido, dándole una patada en su estómago, haciéndole volar unos metros.  

Por suerte Mike ya se había recuperado de su daño contra su enemigo, pues, se encontraba ahí para atraparlo y no causar un daño adicional a Acenix. A pesar de ello, ambos habían quedado contra la pared, abajo del timón.

-¡JA!, un perro y un gato cuidándose, eso no se ve todos los días...y la forma en la que pelean tampoco, que más da, algún día se lo contaré a alguien, como fue la vez en que asesiné a un gato y un perro juntos en un barco a la luz de la noche, suena divertido- Diría para formar una sonrisa maléfica. A nuestros protagonistas por igual, formarían un rostro de rabia absoluta, de verdad que ambos estaban irritados, las monedas, el segundo al mando, el alcohólico del capitán y la forma de trato, estaban verdaderamente cansados. 

Sin dirigir una palabra entre ellos, ambos se volvieron a abalanzar en contra del reptil, Mike iría primero y Acenix iría tras él. 

El reptil solo sacaría una arma totalmente filosa, una espada la alzaría a la luz de la luna formando un gran destello, era inmenso el poder que esta irradiaba, inclusive el can y el gatuno pararían su marcha para tapar sus ojos de la cegadora. 

El reptil aprovecharía esto para ir en contra de Mike y clavarla, por duras penas daría fin a esto...pero con sus pocos reflejos que tenía en el momento, había logrado desviar la dirección y solo lograría atravesar su hombro. El portador de aquella espada pondría un rostro de insatisfacción.

-Vaya...que suerte tienes chico. 

Mike solo estaría temblando pero aún no bajaría su mirada de rabia absoluta. 

La situación opaca un pequeño momento, ya que, esta sería destruida por un golpe de aquel gatuno, el reptil lo habría recibido de lleno, el daño fue efectivo, pues botó algo de sangre proveniente de su hocico.

Acenix entre la intensidad que cargaba, se llevaría a Mike rápidamente de la batalla e irían corriendo hasta la zona de los cañones, ahí atendería rápidamente a las heridas del can.

Ambos se encontraban callados, claramente habían jadeos de dolor por parte de Mike, pero aún así mantenían silencio, el gato miraba preocupante la espada impregnada en el hombro de su amigo.

Era algo ridículo que preguntara por como se encontraba, resultaba estúpido e inútil, así que solo procedió a tomar el mango de la espada.

Acenix miraría el rostro de Mike en busca de aprobación, pasó un corto lapso hasta que Mike solo asentiría y así daría comienzo al retiramiento de aquella arma brutal. 

Acenix jalaba lentamente el arma, este notaba el brazo de Mike totalmente tenso, inclusive tembloroso. Mientras jalaba, miraba el rostro de Mike...estaba sufriendo, haciendo un gran esfuerzo por no moverse.

Al ver esto, pensó: "Esto no puede seguir así", y solo retiró con todas sus fuerzas la espada, era obvio que el grito del can no faltaría.

Acabada la operación, solo se escuchaban los suspiros agitados, el herido solo le quedaría agarrarse su hombro y no moverse, era la mejor idea que había tenido, mientras que Acenix solo se ponía en alerta en caso de que viniese aquel desquiciado, lamentablemente su suerte estaba por el piso. 

-Aquí estas gatito...jeje...perrito el color rojo si que va con tu pelaje, por cierto, que buen golpe, pero déjame decirte, que lo que esta apunto de pasar, será el doble de lo que tú te atreviste a hacer.

Acenix solo se pondría en frente de Mike para protegerlo de alguna forma, su mente decía que jamás lograría hacer tal hazaña, pues era muy fuerte, el doble de tamaño y era un capitán, el solo sería un don nadie más para él, aunque...su corazón diría lo contrario: "Tal vez no es la mejor situación en la que estas...pero da lo mejor de ti, hazlo por él, devuélvele el favor", motivarse era la única esperanza que le quedaba.

El can trataría de pararse para luchar también, pero el dolor que experimentaba era nuevo, jamás había sido atravesado con algún objeto en particular, no hasta ahora, que es un horrible momento.

Aquel furioso capitán empezaría su movimiento llevando una de sus garras al cuello de Acenix, sin embargo, este lograría esquivarlo bajando su cabeza y acertando un golpe en el estómago del contrario, pero esto no le importaría en lo absoluto, solo se dispondría a absorber el golpe y volver a hacer su mismo movimiento, solo que esta vez sus garras habían logrado tomar su cuello. 

Este lo levantaría fácilmente y lo tiraría contra uno de los cañones, el golpe sería grave, pues la sangre ya desprendía por la cabeza de nuestro referente, aunque este persistía por una mirada determinada, deseaba continuar. 

Aquel ser del infierno volvería a atacar, si que lo quería ver muerto a aquel gato, no obstante, lo volvería a esquivar haciéndose hacía la derecha, aprovechando sus garras y arrastrarlas por toda su cara y una vez más, esto no le importaría, solo lo enfurecería más. 

La respuesta era clara, Acenix no era ni siquiera un rival apto para esta situación, pero su corazón aún lo convencía de que si lo era, la realidad es una tristeza total.

Antes de que el reptil atacara una vez más, el barco se tambalearía por completo hasta el punto de formar una grieta en la base actual.
Las fugas de agua aparecieron, y la plataforma estaba desprendiendo crujidos más notorios hasta que había sido partida por la mitad totalmente. Situándonos desde otro ángulo, aquel barco nadie lo estaba piloteando, lo que ocasionaría un choque contra un arrecife. 

El barco se hundía, el gato no perdió tiempo y con algo de fuerza logró cargar a su amigo y llevárselo, pero el reptil frenaría su marcha agarrando su cola y jalándolo con una sola mano. 

-¡¿A dónde crees que vas con tu noviecito gato asqueroso?!

Ambos caerían al suelo Mike estaba perdiendo mucha sangre, ya que la herida no estaba siendo tratada mientras que Acenix estaba siendo acorralado contra el suelo, el reptil se daría cuenta el punto en el que se encontraba, y se le ocurriría una de las ideas más locas y repugnantes del momento, lo mataría a golpes.

Sus puños caían en su rostro uno por uno, cada vez más rápidos y más fuerte, Acenix hacia lo posible por defenderse, clavaba sus garras en sus brazos, lo pateaba repetidas veces al estómago pero no funcionaba, pues los golpes cada vez contrarrestaban su ira junto a su valentía, y solo lo convertía en un rostro machacado.

Mike deseaba por que parara, los puños del reptil ya estaban manchados de sangre y a pesar de eso seguía con su matanza.

-¡YA BASTA LO VAS A MATAR!

-¡QUE BUENO QUE TE DAS CUENTA!

Este se reía de forma sádica para seguir con su juego, Mike ya estaba desesperado y su tiempo se acortaba, estaba por quedar inconsciente.

Sacando lo último que tenía, lograría parar el ataque del psicópata y lo empujarla hasta la otra mitad del barco, por mucha conveniencia, esa mitad se hundía.

El reptil sólo mostraba una sonrisa victoriosa, pues este piensa que había dejado una gran marca en esos dos, y si que lo había hecho, destrozó a nuestros protagonistas, a uno psicológicamente y a otro literalmente.

El victorioso desaparecería misteriosamente ante los ojos de Mike, estaría confuso pero no le importaría analizar a ese maldito, solo se acercaría a Acenix con su poca fuerza interior.

La sangre seguía a Mike, pintaba la madera como si fuese una brocha y las lágrimas por alguna razón salían, llegó a ver la escena para encontrarse el rostro destruido de su amigo...le dolía verlo así, lo único que tenía para compensar sus actos valerosos y el esfuerzo dedicado a este pequeño combate, era arrastrarlo hasta el extremo de la parte de ese barco que por suerte, flotaba, aunque decir verdad, parece que ellos dos eran los únicos flotando, pues a lo lejos veían como la mayoría estaban tirados en ese frío abismo. El capitán Lex no se le veía por el lugar pero eso ya no era relevante, solo deseaba que Acenix estuviera bien.

Entre suspiros y quejidos de dolor, Mike antes de quedar inconsciente, diría lo último de este día: "Lo siento...".

Fin del capitulo VII

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