Capítulo 22| General Argent

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A Z U L
🌟🌟🌟

Por la mañana al ser nuestro último día nos levantamos temprano, a pesar de mi resaca logré ayudar a Colín a preparar el desayuno para todos y me sentí un poco mejor luego de tomar la pastilla que me ofreció para el dolor de cabeza. Melione decidió dormir hasta la hora del almuerzo, nuestra pequeña fiesta nocturna no fue para nada secreta, todos lo sabían e incluso estaban enterados de que nade en el lago en plena noche, estando ebria. Me sentí un poco avergonzada por ello, pero todos actuaban como si eso fuera tan natural que termine perdiendo esa vergüenza e incluso hice bromas con Kevin sobre mi resaca.

El resto del día nos pusimos a acomodar la casa para dejarla limpia y todo ordenando cómo nos pidió Mar que lo dejáramos antes de marcharnos. La poca basura que se acumuló la llevamos con nosotros para tirarla en el primer contenedor de basura que encontremos. Juntando nuestras cosas nos marchamos de la cabaña en un viaje sombra con Mel siendo llevada por Anker y yo por Sam. El dios Hades nos recibió llevando a su hija a su habitación donde la obligó a recostarse y mantener su pie en alto, ya faltaba menos para que ella pudiera regresar al liceo.

—¿Se divirtieron mucho en la cabaña? —preguntó el dios acomodando el pie de Melione encima de una almohada para mantenerlo en alto, ya no se veía tan hinchado y los moretones de su cuerpo ya no eran tan visibles.

—Si, Melione, a pesar de no poder hacer lo que quiso, se divirtió y fue bueno estar lejos un fin de semana, nadar en el lago fue como sentirme en casa —respondo dejando los bolsos de mi amiga sobre su silla del escritorio. La princesa estaba buscando algo en su celular hasta que se lo tiende a su padre que observa la pantalla con atención, deslizando su dedo mira otros minutos más y se lo devuelve a Mel.

—Lindas fotografías, me alegra que se hayan divertido y volvieran en una pieza —comenta el monarca caminando a la salida de la habitación y en cuanto la puerta es cerrada, Melione me indica con su dedo índice que me acerque a ella.

—No te me vas a escapar, ahora que estamos solas tienes que contarme qué pasó anoche. Regresaste de darte una ducha y estabas más roja que una cereza, necesito el contexto, por favor —exclama acomodándose mejor en la cama, por mi parte solo me acerque para ayudarla con los almohadones. Sabía a qué se refería y mi estómago estaba que se daba vuelta en mi interior, no entendía porque solo pensar en mi conversación con Anker me hacía sentirme tan nerviosa.

—Hablamos de mi regreso a mi hogar en el cielo con Anker y estaba roja porque recién salía del baño con una toalla desnuda Melione, es obvio que me sentía nerviosa por ello —miento abriendo el bolso de la pelinegra para quitar la ropa que debía irse a lavar y la que ni siquiera uso.

—¡Ay Azul! Lamento tanto que por mi culpa estés aquí más tiempo del necesario. Te juro que yo no busqué los problemas, tan solo fue una desagradable coincidencia el que me topara con Avril y el resto ya lo sabes, debí huir en un viaje sombra en cuanto las vi. No es mi primera pelea con ellas, pero si la primera vez que me dejan tan golpeada —responde la princesa con un ligero puchero en sus labios, no estaba enojada con ella, si me sentía un poquito triste por no poder regresar a casa pronto, pero una parte de mí se alegró por quedarme un poquito más.

—Mel, como ya le dije a Anker, no fue su culpa, yo fui quien le plantó cara a esa loca y ahora debo pagar las consecuencias. Solo es un poco más de tiempo en la tierra, se pasará rápido y cuando menos lo esperemos, estaremos llorando porque me iré a casa —le aseguro tomando sus productos de aseo personal para llevarlos a su baño personal, de solo recordar las emociones de ese día mi piel se eriza. Nunca había sentido tanta rabia, ni siquiera con mis hermanas, muchas veces peleamos durante semanas y la furia de esas peleas ni se asemejaba a la que sentí con Avril.

—Aún no hemos hablado de Zay y lo que dijiste mientras yo estaba dormida en la enfermería del olimpo. Mi padre me preguntó quién diantres es Zay, mamá le pidió que no me molestara hasta que me recupere y es por eso que necesito saber ¿qué cosa dijiste mientras dormía? —se queja la princesa con las cejas unidas en una clara señal de enojo, la verdad es que no me había dado cuenta lo que le pasaba a Melione con Zay hasta que Sam me lo señaló.

—Solo trataba de que despertaras y deja de mentirte a ti misma, ambas sabemos que Zay te mueve el mundo desde la primera vez que lo viste y no me dijiste nada porque no querías que hubiera problemas entre nosotras. Lo cual agradezco, pero no me gusta Zay, es un gran chico, pero no está hecho para mí y creo que merece que alguien más le del amor que merece —comentó guardando el bolso vacío de la princesa de nuevo en su armario, Melione no emitía palabra alguna y girando sobre mi eje la encontré con su cara cubierta por una almohada. Lo siguiente que supe es que estaba gritando en esa almohada, fue algo que duró apenas un minuto y recobro la compostura dejando eso de lado.

—Voy a matar a Sam y a ti si le dijeron a alguien más que me gusta Zay. Ni siquiera yo misma estoy segura de que me guste, es decir, es un fenómeno raro, menor que yo y encima de toda esta detrás de ti —informa la mayor cruzándose de brazos, volviendo a poner ese escudo que siempre le enseña a todos y que tantas veces la había visto poner desde el cielo. Pero conmigo ese plan no le funcionará.

—Te gusta Zay, aunque trates de negarlo, sé que es la verdad y mantendré el secreto. Deja de molestarme con Anker y no abro la boca —la chantajeó cruzándome de brazos, la pelinegra me mira con la boca abierta, pero finalmente acepta mi trato. Confirmando que si le gusta Zay.

A V R I L
⛓🌼⛓

Las heridas de mi cuello son limpiadas y las vendas son cambiadas, aún me escuecen las heridas por las quemaduras gracias a los dioses es que no fue algo muy grave. Según las escasas sanadoras que me vieron las heridas se recuperaran manteniéndose limpias y cambiando mi vendaje regularmente, pero por sobre todo manteniendo reposo. Estar encerrada en esta isla rodeada de niños y su madre que desde que me vio llegar no se encuentra tranquila.

—Déjenos solas —ordena la madre a todos los que se encuentran en mi habitación, las sanadoras juntan sus cosas rápidamente y se marcharon cerrando la puerta despacio. —¿Cómo van tus heridas? —pregunta la diosa moviéndose con elegancia por el espacio reducido y se detiene frente a mi escritorio.

—Sanando, en una o dos semanas sabremos si estoy recuperada del todo —comentó lo que me dijeron las sanadoras, desde hace una semana que venían tratando con mis heridas revisándolas para verificar que no tuviera ninguna infección al tener parte de mi tejido expuesto. —Pero no has venido a preguntar sobre mi salud, ¿Qué quieres? —pregunto a secas sentándome en la cama, la diosa sonríe, extendiendo su mano a mi corcho de notas frente al escritorio y acarició con su dedo la fotografía donde aparecía Bunnie.

—Solo venía a decirte que el plan que diste será ejecutado, dijimos que no dañaremos a Bunnie y eso es algo que vengo a hablar contigo Avril —responde la fémina girando con elegancia en mi dirección, con sus finas manos toma uno de mis cabellos y lo observa como si analizara a un insecto. —En el momento en que tú te involucres y le hagas el más mínimo daño a Bunnie yo te lo devolveré, no olvides que conozco tus secretos y sé cuáles son tus debilidades. Sigamos teniendo nuestra buena relación de aliadas, no tienes necesidad de tenerme como enemiga y sé que harás lo que mejor te convenga. Solo quería ponerte en sobre aviso —puntualiza la diosa viéndome ahora a los ojos, su frialdad es comparada a la mía, no me da miedo, pero tampoco quiero tenerla como enemiga.

—Entendido, mantendré a tu preciada arma a salvo —comunicó alejándome de su tacto, sin esperar que me responda, salgo de mi habitación y observó a los dos guardias que custodian a la madre. Ellos permanecen estáticos aguardando a las órdenes de la diosa, la cual no necesita de la ayuda de nadie, pero le gusta presumir del poder que tiene. Tantos siglos estando al costado de alguien tan importante la hicieron sentirse inferior y cuando finalmente se le concedió su libertad comenzó a preparar su ejército.

Caminó por los pasillos de las habitaciones hasta que logró salir finalmente al gran comedor donde muchos niños, adolescentes y algunos adultos estaban reunidos almorzando. El guardia de la entrada nota mi llegada, inflando sus pulmones dejan escapar el aire gritando para que todos oigan.

—¡La general Argent está presente, muestren sus respetos! —grito el guardia, la cafetería entera se puso de pie exaltando un grito de guerra, alzando mi mano los mandó a descansar a todos y me dispongo a buscar mi comida del almuerzo.

⛓🌼⛓

Apreté los puños cuando retiraron las gasas de mi cuello, con un algodón y raspando un poco limpiaron las heridas, las sanadoras procuraron trabajar rápido porque el dolor es insoportable. Cerré mis párpados, clavando las uñas en mis palmas, mantuve mi respiración lo máximo que pude para no moverme y cuando acabaron abrí los ojos.

—Las heridas son más profundas de lo que creíamos, quizá tengamos que seguir con esto una semana más —informa la joven viéndome con cierto temor, las historias de que golpee enfermeras porque muchas veces el dolor de mis heridas era insoportable corrió como el fuego en un incendio forestal. Es bien sabido que no puedo usar ciertos tipos de sedantes porque me causan alergias por lo que en su mayoría mis heridas las curó sin usar anestesia.

—Está bien, mientras no me queden cicatrices no me quejaré —comentó, colocándome la blusa, la otra sanadora no dice nada junta sus cosas rápido y ambas se van dejándome sola.

Me calzo los borcegos metiendo mi pantalón dentro de estas, ajusto mi cinturón y salgo de mi habitación atando mi cabello en una coleta alta. Estoy lista para entrenar, camino por los pasillos viendo a los jóvenes que me saludan como es costumbre y continúan con su camino. El área de entrenamiento es una arena techada, con algunas gradas para que los nuevos reclutas vayan aprendiendo como es el método de pelea y con diversas armas para que todos aprendan a defenderse. Apenas pongo un pie dentro del lugar me reciben el choque de espadas, los jadeos del combate y el olor a sangre mezclado con el sudor.

—¿Entrenarás sola o necesitas compañía? —pregunta a mis espaldas una voz masculina, los bellos de todo mi cuerpo se erizan, pero logró disimularlo poniendo mi mejor cara de póker.

—Puedes ayudarme —contesto tomando una de las espadas de madera, hace mucho que no entreno con una de estas y por desgracia el combate cuerpo a cuerpo es algo que aún no me puedo permitir. Las quemaduras de mi cuello me estaban limitando demasiado a la hora de entrenar, esa estúpida estrella logró dañarme y volverme una completa inútil.

—¿Espadas?, solía recordar que eras mejor en el combate cuerpo a cuerpo —murmura con cierta burla el chico, envainando su espada. Suspire cansada de estas bromitas, es pura mierda eso de que donde hubo fuego cenizas quedan, porque lo que menos quería con este chico es encender ni una chispa.

—Calla y entrenemos —demandó plantándome frente al muchacho lista para que nuestra pelea comience, algunos alumnos se arremolinaron para ver la pelea y los más pequeños empujan para hacerse de un lugar. Hace mucho tiempo que no entrenó con público y con otra persona más, por lo general lo hago sola.

Él es quien da el primer golpe, el ruido de las espadas de madera chocando resuenan y me plantó con fuerza en el suelo impidiendo que me mueva. Con un impulso lo empujo y doy dos golpes con mi espada, agachándome con la pierna extendida hacia delante logró derribarlo y posicionar mi espada en su cuello.

—Presumes demasiado, la próxima vez entrena más. Imbécil —comentó pidiéndole a alguien más que tome el lugar del chico.

💀🔮💀
#FelizLunesDeHechiceros

Hola llamitas. Melione siente cosas por Zay, aaaaaah mi bebé está creciendo. Azul parece que está mejorando sus asuntos con Anker. Y por primera vez tenemos a Avril narrando un capítulo y muchas cosas quedaron en secreto, como la identidad de la madre de los perdidos y la de este chico misterioso.

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