Capítulo 25| El baile

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⚠️ATENCIÓN⚠️
Antes de comenzar, este capítulo se encuentra en versión extendida en mi libro de escenas extras de la saga HDD. Encuentran el libro en mi perfil y en mi biblioteca Hijos de dioses, si quieren entender cómo llegamos a este punto se los recomiendo leer. Aquí seguiremos el hilo del final de ese especial.

A Z U L
🌟🌟🌟

No esperaba que pasara nada en el baile, aspiraba a experimentar un buen momento junto con Anker, pero lo que sucedió me tomó por sorpresa. Con las luces abajo nos dimos un besó, algo que estando consciente y ambos seguros de lo que estaba pasando fue diferente. Me gustó que me besara, no me dio miedo, vergüenza o rechazo sentirlo de esa manera.

—Feliz San Valentín lunática —susurro con la voz ronca contra mis labios.

—Feliz San Valentín bebé llorón —respondo con las luces encendiéndose y logrando verlo a los ojos, tenía el rostro teñido de carmín. El mío no debió quedarse atrás, sentía las mejillas arder, pero no podía ocultar el calor que brotaba en mi pecho.

—¿Te gustaría ir a tomar un poco de aire fresco? —preguntó el castaño soltando el agarre que tenía sobre mí, me sentí un poco aturdida por todo lo que estaba pasando, pero acepté ir con él porque necesito algo de aire. La noche es mi hábitat natural y el frío me vendría bien, además de que quiero ver a mis hermanas. Anker entrelazó sus dedos con los míos y nos guio entre los estudiantes que estaban comentando sobre el corte de energía.

Al salir del gimnasio nos alejamos un poco del ruido y escuchamos el sonido de nuestros pasos por el pasillo. El silencio se volvió algo incómodo y el agarre de nuestras manos me estaba poniendo aún más roja, me sentía extraña y a la vez contenta de estar viviendo esto con Anker. Encontrando la primera puerta de salida nos vamos al exterior, fuera hace un poco de frío, pero la noche se ve perfecta, hasta Selene nos acompaña en el cielo. La mano del príncipe suelta la mía y siento un vacío, él apoya ambas manos en la baranda de la rampa de la salida y agacha su cabeza.

—Gracias por hacer de esto algo tan especial y bonito —comentó apoyando mi mano sobre su hombro, este se tensa y levanta un poco su cabeza para verme. No podía comprender qué es lo que estaba pasando por su cabeza, se veía serio y pensé que mis palabras habían sido desacertadas. Hasta que el príncipe se abalanzó sobre mí, capturando mis mejillas entre sus manos, me besó de nuevo y por la sorpresa y al ser algo tan rápido no pude corresponderle. El calor que había en mi pecho se incrementó, mi corazón latía con mucha fuerza y me sentía muy avergonzada pero feliz.

—No te bese para hacer esta noche especial para ti, lo hice porque en verdad quería hacerlo Azul. Estuve tanto tiempo sobreviviendo a la tentación del amor que no me di cuenta de cuánto me gusta estar contigo, escuchar tu risa, verte sonreír y hasta me gusta cuando te enfadas. Sé que esto te pone en peligro, pero no podía ocultarlo más, me gustas mucho Azul y ya no puedo seguir ocultando esto. No volveré a dejar escapar una oportunidad de nuevo —aseguró el príncipe con las manos temblando sobre mis mejillas, sus ojos oscuros como la noche cambiaron a un tono gris idéntico a los del rey Hades. Apoye una de mis manos sobre la suya y a sabiendas de que esto puede dañarme le robe un pequeño beso.

Las estrellas podemos no comprender las emociones mortales, pero cuando visitamos la tierra por voluntad propia y experimentamos lo que son los sentimientos y el amor nos volvemos vulnerables. Un sentimiento tan destructivo como el amor nos puede matar, si a una estrella se le rompe el corazón esta no podrá brillar de nuevo y poco a poco irá perdiendo su brillo, hasta que muere. Amar a Anker podría hacerme experimentar una de las emociones humanas que más he deseado toda mi vida, pero también me arriesgo a que esté sentimiento pueda matarme, algo que en estos momentos me da igual y eso me aterra.

—Las emociones humanas me han abrumado desde el primer día, pero debo admitir que lo que siento por ti ha crecido desde ese momento y si me gustaría experimentar lo que se siente amar. Solo vayamos con calma, no quiero salir herida, bebé llorón —aclaró viéndolo a los ojos, Anker inclina mi cabeza para besar mi frente y nos abrazamos, me sentí nuevamente en casa y la sensación de vacío que venía experimentando desde que llegue se disipó.

—No voy a lastimarte Azul, espero que tú tampoco a mí —susurró contra mi frente el príncipe. Pero en mi interior no hizo falta que me dijera esas palabras, sabía que él no me haría daño y por mi parte jamás me perdonaría lastimarlo, me moriría de la pena.

—Dije que no sigas insistiendo —escuchamos una voz femenina y minutos después escondidos entre las sombras vimos a Calíope caminando fuera, siendo seguida por Blake que la tomó del brazo para que lo mirara.

—Solo te pido una razón, no lo entiendo —habla el pelinegro tomándola de los hombros para que esta lo mire a los ojos —Cuando creo que estamos bien tú te enfadas y me alejas, te doy tu espacio y te pones triste porque no te presto atención. No lo entiendo Calí, no te entiendo a ti, ¿qué quieres de mí? —expresa frustrado el muchacho soltando los hombros de la chica y llevando sus manos a su cabeza, alborotando su melena negra.

—Lo quiero todo, te quiero, pero no puedo lastimarte Blake. Sigo esperando el perdón de mis padres, cuando eso ocurra me llevaran de nuevo al tártaro y ellos elegirán a mi esposo. El plan inicial era quedarnos en la tierra, pero como les fallamos sé que van a buscar casarme con algún titán o su hijo para salir del tártaro. No quiero hacerte sufrir érebo —habló Calí mientras su voz se fue rompiendo poco a poco, sus manos se apoyaron a ambos lados en el rostro de Blake intentando acercar su rostro al suyo, pero él se alejó.

—Te sacrificaste para salvar la felicidad de Oliver, ahora te sacrificaras por la felicidad de tus padres, ¿cuándo te sacrificaras por tu propia felicidad? —preguntó Blake volteando a ver a la platinada y por primera vez desde que la conozco vi a Calí ponerse a llorar. Aunque intentaba mantenerse impoluta, las lágrimas caían por sus mejillas, Blake las secó con sus pulgares y juntando sus frentes cerraron sus ojos. El momento me pareció algo tan íntimo que me gire para irme y arrastre en silencio a Anker, aquello no nos corresponde a nosotros.

A N K E R
💀🔮💀

Unos golpes en mi puerta hacen que salga de mí tan pacífico descanso, abriendo un solo ojo veo ingresar en mi habitación a mis amigos Kevin y Colín. Por lo que me giro en la cama dándoles la espalda, el baile terminó pasada la medianoche y me costó dormir porque no dejaba de pensar en lo que pasó con Azul. Esos pensamientos son interrumpidos cuando dos cuerpos caen encima de mí gritando que es hora de levantarme y que está haciendo un día precioso, aunque es una completa mentira, porque me había despertado en la madrugada por los relámpagos que estaban cayendo fuera. Y el sonido de la lluvia afuera no me estaban dando ganas de salir de la cama, pero mis amigos me estaban haciendo que tuviera que levantarme.

—¡Levántate de una puta vez! ¡Kevin ve por agua fría a la nevera! —amenaza Colín haciendo que si me mueva apartando los dos cuerpos de mis amigos, con las sábanas pegadas aun a mi cuerpo los miré con enfado.

—¡Deja de decir malas palabras que Nina lo repite todo! —gruñó tirando mi almohada a la cara del castaño malhumorado, Kev se ríe y le miró mal, me levantaron de la peor manera en que pudieron hacerlo.

—Anda cambia esa cara, agradece que hemos venido nosotros primero y no las chicas —afirma Kevin sentándose en la silla giratoria de mi escritorio, Colín se dejó caer en un sillón tirando mi ropa al suelo y asintió coincidiendo con lo que acaba de decir nuestro amigo.

—¿De qué están hablando? —preguntó apartando las sábanas de una patada, Colín mira al castaño antes de tomar uno de mis libros de mi pequeña estantería y lo ojea un poco antes de hablar.

—Melione corrió la voz de lo que pasó anoche entre tú y Azul, tu madre los vio besándose en el momento del apagón y llamó a tu padre para decírselo. Mel estaba cerca de la mesa de aperitivos para servirse ponche y escucho el chisme, ahora mismo lo sabemos, creo que todos —comentó Colín dejando el libro sobre mi escritorio, miró a Kevin y luego a mí que seguía analizando todo lo que acaba de decirme. En el momento en que mi cerebro procesó toda la información, me senté en el borde de mi cama y miré a mis amigos.

—¿Me despertaron para decirme eso? —pregunto con el estómago rugiendo. Levantándome de la cama camino hacia la puerta en busca de comida, mis dos amigos se atropellaron para ver quien salía detrás de mí antes que el otro, cosa que me pareció extraño, pero lo comprendí cuando vi subiendo por las escaleras a Melione.

—No nos dejaste decirte que tu tía y todas las chicas están abajo con Azul —habla Kevin chocando contra mi cuerpo, impulsándome unos pasos hacia adelante y captando la atención de mi tía que sonrió de manera villanesca casi.

—Anker, venía a buscarte para desayunar todos juntos en el comedor —terminando de subir los pocos escalones que le quedaban, caminó deprisa hacia mí tomándome del brazo para que la acompañara rápido.

—Te dije que tuvimos que haber venido, apenas nos enteramos, ahora lo tiene de rehén —susurra Colín por detrás de nosotros, pero así como yo los escuche Melione también y se giró para darles una mirada venenosa.

—Espero no te hayan venido con rumores falsos desde tan temprano sobrinito —amenazó.

—Para nada, no nos diste tiempo, reina de los fantasmas —experto con fastidio Kevin.

—Soy una princesa, la reina es mi madre. Por todos los dioses.

Los cuatro caminamos en silencio hasta el gran comedor, en la enorme mesa estaban mis padres, mi abuelo, las chicas, Oliver y también Blake que estaba algo distanciado de Calí. Azul estaba sentada al lado de mi abuelo charlando con mi madre sobre lo bien que lo pasó en el baile y se callaron cuando nos vieron ingresar. Como era de esperarse, Mel me empujo para que me sentara junto a la estrella, pero con lo que no contaba es que Nina también había llegado para el desayuno y con un grito corrió a sentarse junto a su nueva amiga. Algo peculiar en mi hermana es que haya tenido tanta confianza con Azul, por lo general es una niña muy tímida y callada con las personas extrañas. Pero con la estrella no necesito mucho tiempo para considerarla su nueva amiga y es algo que me alegra mucho porque mi hermanita no tiene muchos amigos a causa de su vergüenza.

—Buenos días a todos —saludo tomando asiento entre Becca y Blake, que es el único hueco libre que quedaba en la mesa.

—Buenos días, cariño, no esperaba verte hasta el mediodía. ¿Cómo dormiste? —interroga mi madre tomando un sorbo de su café.

—Eso planeaba mamá, pero me tiraron de la cama —comentó mirando con reproche a mis dos amigos que tan solo se rieron —Los truenos no fueron de mucha ayuda para conciliar el sueño anoche —añado.

—Mi madre no tuvo un buen día ayer, por eso hubo tanto ajetreo en la tormenta primo —me comenta Becca con una tímida sonrisa de disculpa.

—¿Y qué tal estuvo el baile? —Aprovecho el momento de silencio Mel para preguntar lo que todos estaban esperando a saber, dando una mirada rápida por la mesa veo que Azul estaba muy entretenida hablando con mi hermana.

—Normal, pero tuvo su lado divertido —aseguró sin ahondar en demasiados detalles, dirigiendo una fugaz mirada a esos pares de bellos ojos azules que me estaban observando con cautela. Una tímida sonrisa que ambos compartimos tratando que pase desapercibida, no quiero que nadie se meta en lo que sea que estemos por comenzar. Esto es algo entre Azul y yo, ya tuve una experiencia antes donde todos querían ayudar y terminó de la peor manera para mí. No permitiré que se vuelva a repetir, en especial no dejaré que Azul salga herida.

—¿No sabrás nada de lo que pasó con el repentino apagón? —indaga mi madre con una tenaz mirada, ella no es ninguna hechicera inexperta y puede oler la magia a su alrededor. Ella sabía que fui yo el que causó ese apagón, pero de todos modos debía seguir haciéndome el tonto.

—No, no sé de qué me hablas.

💀🔮💀
#FelizJuevesDeHechiceros

Hola llamitas ¿Qué les pareció el capítulo? AAAAAAAAHHHHHHH yo aun sigo procesando lo que pasó entre Anker y Azul. Y ni hablar de Blake y Calí, pobrecitos de mis niños ¿tendrán su final feliz?

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