*Cierra los ojos*

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Mi dulce tesoro agrio, eres el veneno que me llena, rompe de una vez el cristal que nos separa y dormiré en calma una vez mas.

--Pobrecito--susurra Melissa tocando con suavidad el ala menos dañada, buscando reconfortar con su tacto la pequeña ave

Por alguna razón la sentía conocida.

--Me lo encontré herido en un callejón, no pude hacer mas por él--

--Realmente tuvo mucha suerte de que le encontraras--cierra sus ojos por un momento, intentando despejar la imagen en su cabeza, parpadea dos veces y continua hablando--Yo puedo ayudarlo pero tendría que descansar por un par de días antes de poder volar de nuevo--

--¡Entonces hazlo!--aunque sonaba como una orden la chica sabia que Wolfram también estaba sintiendo compasión por el animalito, ella misma estaba tentada a girar el rostro, las feas heridas que este portaba le traían realmente malos recuerdos

--Solo un momento--con el dedo índice delinea muy suave las múltiples lesiones, pudo saber que no eran provocadas por un juego de niños crueles debido a la forma que estas tenían

¿Pero que motivo podrían tener para lastimar de tal forma a la paloma? Parecía una simple avecilla, ¿cual es el objetivo de tan cruel acto?

--¡Esta sanando!--exclama Yuuri alegre, a lo que la mazoku dirige su atención a las heridas una vez mas, fijándose que, justamente, empezaban a sanar con una pequeña luz verde limón, la nostalgia le invade, así como el miedo

La escena que frente a sus ojos se desarrollaba era de por si desgarradora para ella. El cielo completamente gris, con nubes que anunciaban una fría tormenta, las lágrimas en su rostro y sangre cubre su vestimenta. Mira abajo. Mas no hay nada, no puede ver nada mas allá de sus propias manos completamente ensangrentadas y una voz femenina llamando a su nombre.

--"Mely"--escucha, tapa sus oídos para que se calle, mas unas manos le obligar a escuchar--"¡Mely!"--la voz se distorsiona, llegando a sonar extraña--"¡Mely!"--esta vez cambio por completo, ya no es una dulce y tierna voz llamándola de una pesadilla, ahora es el grito desesperado intentando devolverle a la realidad

Parpadea dos veces mas, encontrándose con el rostro de aquel que la obligo a regresar de su infierno. Wolfram tenia sus manos apresadas a cada lado de su cabeza, sosteniéndola con fuerza, no vaya a ser que no le escuche. Mas las lágrimas que ahora caen por el rostro de Melissa no son de terror, sino de tristeza, y algo de alivio oculto.

--Wolf...--susurra la chica aun sin salir de su asombro, de pronto parece una niña pequeña siendo regañada y se lanza a los brazos de su compañero entre lágrimas, no quiere volver a vivir esa escena nunca mas

A un lado de ambos rubios se encontraba Yuuri sosteniendo en brazos a la pequeña paloma, o mas bien a su otra apariencia. Después de que casi todas sus heridas se cerraron la pequeña ave cambio a la forma de un niño, de cabellos blancos y ropaje ensangrentado. Quien se aferraba con fuera a la camisa del maou, como si no quisiera separarse. Al momento Yuuri supo que algo mas había ocurrido, por lo que sin tomarle importancia al abrazo de Melissa y Wolfram, para no sentir de nuevo esa opresión en el pecho, se dispone a acomodar al niño sobre su caballo justo delante de él, sabiendo que le tomaría un rato a Melissa el calmarse tararea suavemente la misma canción de hace unos días, la cual por alguna razón le calma.

Tras pasados varios minutos después de la llegada de Günter y Gwendal fue que volvieron Conrad junto a Greta, la menor portaba en sus manos un par de libros y corría emocionada hasta donde estaban sus padres. En toda la espera el niño volvió a convertirse en paloma, por lo que Yuuri prefirió callarse ese detalle, puesto que fue el único que vio el cambio.

--¡Papá Yuuri!¡Papá Wolfram! ¡Miren~!--con alegría alzaba en manos un viejo libro de cuentos con tiernas ilustraciones y otro donde predominaban imágenes de mariposas y alguna que otra oruga, la niña señalaba una imagen de uno de esos pequeños insectos, este era amarillo y lleno de pelo, parecia una pelusa descolorida--¡Conrad me lo compró!--la evidente alegría en la voz de la pequeña logro relajar un poco la tensión en el ambiente, como casi siempre hace

--¿De que son?--pregunta curioso Yuuri, por supuesto que con solo ver las portadas supo que uno de ellos trata de insectos, mas el otro no se le hacia familiar, parecía un libro de cuentos para niñas, por la portada y la tipografía*

--Este es de mariposas--señala aquel donde esta la pelusa con forma de oruga--Este trata sobre una princesa capaz de curar cualquier enfermedad, ¡hasta las del corazón!--comenta mas que alegre la menor alzando el libro cual trofeo

--Parece que te gusto mucho--se le acerca Wolfram a ver de nuevo la portada, la imagen le pareció muy bonita a la par que algo triste, las espinas que envolvían los brazos de la chica, haciéndola sangrar, le recordaban había atado a Yuuri consigo aun cuando este no quiera ser su prometido--¿Porque esta herida?--refiriéndose a la chica ilustrada, las marcas carmesíes de la sangre haciendo contraste con la lágrima silenciosa

--Eso es lo triste...cuando cura a alguien recibe una herida, dependiendo de cuan grande sea la herida original mayor sera su daño, ella no puede curarse a si misma, ni tampoco a la persona que ama--si bien antes alzaba su nueva adquisición ahora simplemente lo apretaba contra su pecho, la situación de la protagonista le recordó a la manera en la que sus padres actúan entre si

Ya ella había leído un poco en el camino, sorprendiéndose de encontrar como ella se dedica con todas sus fuerzas a hacer feliz a la persona que ama, aun cuando este le rechaze cada vez, ella sigue sonriendo y animándose, "A la siguiente", "A la siguiente de seguro que me aceptará".

Greta rezó en ese momento que sus padres nunca tengan que pasar por lo que la princesa...

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