#Pronto a romperse#

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Cada día que pasa vuelvo a leer tus sentimientos y lloro, buscando en trozos de papel todo aquello que no puedo tocar.

Se levanta rápidamente del ventanal, apurada esconde los trozos de papel, disfrazando su esencia con perfume de rosas, aun cuando no es su preferido, mas sabiendo que su madre no lo puede sentir. Al terminar, y antes de que aquella mujer aparezca, corre a colocarse frente al tocador, para así aparentar que se arregla, de esa forma puede al menos ocultar su ansiedad, mas la persona que atravesó el umbral de su dormitorio no fue su progenitora, sino una joven chica que hacía poco comenzó a trabajar allí, ella se muestra tímida esperando que su ama descubra el motivo de su visita.

Los nervios se disipan al momento, buscando rápidamente en las gavetas un cepillo de color crema. Haciendo un ademan para que la muchacha se acerque solo puede reír cuando el rostro de la menor adquiere un adorable sonrojo.

Esa tarde fue una de las mejores en mucho tiempo.
Mas sin importar que su dama de compañía y gran amiga le haya ayudado a calmarse aun no puede dejar de pensar en el invitado que llegara en cualquier momento. Es consciente de que su madre quiere que ella se case con el Maou, también sabe que a pesar de lo mucho que su padre quiera ayudarla no puede, ambos sabiendo que ya ella tiene a alguien capaz de robarle suspiros y lamentos, alguien capaz de hacerla trasnochar, escribir mil poemas de amor, mantenerla distraída en sus clases, sacar a relucir lo mejor de ella.

Solo un encuentro fue suficiente, el resto lo marco el destino, cuando le miro por primera vez solo pudo suspirar, era la persona más bella que habia conocido en toda su vista, formal y elegante atendía a todos los invitados con respeto, mas debajo de esa mascara habia una persona egoísta e infantil sin deseos de atender a otros nobles en ese momento, una persona valiente y orgullosa. Al momento en que tuvo la suerte de poner sus ojos sobre sus esmeraldas encontró finalmente la mitad separada de su alma, quien complementa su ser, y la completa, solo basto un segundo para sentir la inminente atracción, solo basto un contacto, un toque, casi una ligera caricia, en el momento en que se dieron las manos en señal de saludo formal.

Aquella noche recuerda estar usando el vestido aguamarina, por debajo de las rodillas pero más alto que los tobillos, un lazo en su cabello donde el centro revelaba una bella flor, y zapatos tipo Mercedita, todo elegido por ella, la vergüenza que paso en su mente cuando se dio cuenta de lo infantil de su conjunto solo hizo reír a su acompañante, una verdadera risa por primera vez en toda la noche.

Recuerda claramente quedar embelesada en su risa, mas alejándose una vez que nuevos invitados se acercaron a ella para tratar de ganarse su confianza, un truco comercial muy típico, mas suficiente para alejar a su acompañante, considerando que necesitaba espacio.

Unos toques en la puerta la sacaron de su ensañamiento por lo que rápidamente cambia de lugares en el banco con la menor, una vez más, se equivoco, no era su madre la que paso a su dormitorio, esta vez fue su padre, preocupado en su expresión más calmado en su andar.

—Ya están aquí...—no fue una pregunta, sabía que tenía que mantener los mejores modales posibles ante sus invitados

—Ya están llegando...—por eso su padre le avisa desde antes para que así ella tuviera el tiempo de vestirse "presentable", como su madre obliga

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Tras partir del pueblo, todo el equipo completo, y guiados por el guardia de la princesa, Yuuri aprieta las manos por encima de la correa, siendo consciente de que ya falta poco para llegar, todos van con cautela, puesto que el área de la frontera de Gerbis Basis y el reino de la joven Winterspell es una zona pantanosa, una medida que la reina Winterspell mando a hacer para evitar contacto entre los humanos que ahí habitan y su reino, medida existente desde poco después que Conrad naciera. Lugar de difícil traspase pero no imposible, los caballos, no acostumbrados al desastroso terreno, siguen con ahínco las indicaciones de sus jinetes, deseosos de llegar al fin a terreno seguro.

Posiblemente fue esa medida la que alejo al reino de la nieve de todos a su alrededor y en la distancia, Melissa miraba con tristeza el final del área, como una niña nacida del otro lado bien sabe sobre las desapariciones que ahí ocurrieron hacia mucho tiempo, niños que quedaban hundidos en las aguas, nunca más vistos, al menos la gran mayoría.

Recuerda como encontrada, sobre una cama de hielo, la joven princesa Winterspell, con su vestido destrozado y el pelo enmarañado, cual si hubiera luchado contra una bestia salvaje, desde ese día a la princesa se le prohibió la salida de palacio sin acompañante con titulo militar, algo extremo, pero así es como actúa la reina.

—Tomemos un ligero descanso...—anuncia el guía tan pronto estuvieron sobre tierra firme, desde su ubicación se podía ver el inicio de un pequeño pueblo, seguido por resistentes muros de piedra, los cuales protegían la ciudad, y al ostentoso palacio alzándose burlón

Tan pronto desmontaron Melissa fue directo a donde un zapato infantil descansaba, cerca del borde de aquella zona, en un momento sintió tristeza, sabiendo que quien sea que haya dejado caer ese zapatico a estas alturas ya estaba desaparecido. Siente pasos mas no se gira a ver quien se le acerco, no lo cree necesario.

—Esto es...?—la pregunta hecha por Wolfram quedo en el aire, pero ya ella sabía a quién se va hacia y a que se refería

—Este lugar es una de las peores ordenes que esa mujer pudo haber dicho—por el movimiento que capto por el rabillo del ojo supo que el chico de apariencia similar se habia sentado a un lado suyo—Solo una cosa buena salió de aquí...—al momento la imagen de esa pequeña de grandes ojos paso por su mente—pero este lugar es el peor desastre que podría existir cerca de Shin Makoku, aun si es de un área remota, aquí es común que personas desaparezcan—

—Que fue lo bueno que te ocurrió?—mientras que Yuuri y el resto estaba distraído, Greta se acerca a su otro padre y a Melisa, llegando a escuchar una buena parte de la conversación, centrándose en eliminar el desgano en la voz de la mayor

—Mi hermana—contesta sin dudarlo—Aquí la encontré, cuando todavía era una niña, ella nunca pudo hablar, por lo que no podía pedir ayuda, desde que la encontré se volvió mi familia, la más importante...—

IMPORTANTE LEER::

Bien...como escribo esto...

NO CANCELARÉ NINGUNA HISTORIA

Simplemente no he podido (ni podré en un tiempo) escribir nada, es un bloqueo nivel Dios sumado a que en mi escuela estamos en estado crítico desde enero, así que puede que hasta mitades de abril no actualice mas nada.

Como tengo la memoria peor que la de Doris (casi literal) quisiera pedir que quien quiera unirse a un grupo de WhatsApp envíe el número de teléfono y código del país por privado, esas personitas serán las encargadas de recordarme de vez en cuando que el tiempo avanza.

Gracias por seguir conmigo.

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