Palabras me faltan, sentimientos me sobran, quiero estar a tu lado y un muro invisible nos separa, vuelve a mostrarme aquellos orbes esmeralda que tanto me gustan

Si Wolfram supiera, lo que esa chica significaba para el Maou hace tiempo que hubiera desertado, no tenia más razón para luchar. Lograr sentirse realizado le era cada vez mas difícil, y sentía que su Yuuri se iba alejando cada vez mas de su lado, tenia miedo, desesperación, temor inconfundible, con solo una frase por parte del pelinegro podría arreglar o terminar de destrozar el herido corazón de Wolfram. Mas ese deseo nunca se cumplía y los sentimientos no llegaban a oídos contrarios.

Esa mañana era especial para la rubia que se encontraba dando vueltas por el patio muy contenta con su amigo Yuuri el Maou de Shin Makoku, tanto que no notaba la mirada de odio y celos por parte del rubio hacia su persona.

--Yuuri!--llamaba alegremente la chica desde una parte del jardín

--Ya voy Mely--le respondía alegremente Yuuri

--Ven, rápido!! Mira!!-- decía señalando un retoño de lilas silvestres al cual se veía que dentro de poco iba a dejar deslumbrar sus flores

--Aquí hay otra!!!--señalaba el Maou a una planta diferente pero que también se encontraba cercana a la floración

--No me olvides...--susurro la chica viendo embelesada aquellos brotes tiernos

--Porque te habría de olvidar?--

--Es el nombre de esta flor, nomeolvides, seguro que cuando abra sus botones sera hermosa--

--Parece que la conoces--

--Es una de mis flores favoritas, me crié rodeada de rosas rojas así que rara vez podía tener en mis manos otra flor, cuando mi madre me entrego un ramillete tiempo antes de partir de este mundo fue que las descubrí--

--Yo prefiero las rosas, pero las amarillas--

--Eso me lo esperaba--

--Perdón si es muy raro--

--No, es normal--le asegura su amiga con una sonrisa muy agradable--Oye, Yuuri--

--Que ocurre?--

--Últimamente hay algo que te atormenta?--

--Eh?!--

--Lo digo porque te veo mas deprimido de lo usual--se acerca a el rostro del Maou a lo que las mejillas del mismo se tornan de carmín levemente

--E-es que...hay alguien que me gusta--

--Eso es bueno!!--

--Pero esa persona no lo sabe--

--Ah~, ya veo--dice casi en un suspiro la chica de cabellos de oro alejándose un poco--espero que se de cuenta pronto--le muestra una gran y bella sonrisa

--Yo también...gracias Mely--

--De nada!--

Con la llegada del ocaso llegaba la hora en que la joven mazoku retornara a su hogar dejando a Yuuri muy deprimido. Sin muchas ganas de hacer nada mas vuelve a su habitación a buscar a su "hija" lo que no se espero fue encontrarse a su prometido sentado en la cama con el ceño fruñido, aunque lo segundo ya era algo normal en aquel chico egoísta.

--Ya volví, Wolfram--le saluda muy sonriente ante lo cual su compañero pone una cara de desagrado aun mayor

--Hasta que volviste Yuuri-- se levanta de la cómoda cama para acto seguido dirigirse hasta su prometido--tardaste mucho!!--le reprime después

--Lo siento, estaba hablando con Melissa y el tiempo se me paso volando--

--Ya no importa!!--le asa por al lado pensando en salir de la habitación pero antes de atravesar por el umbral de la puerta una mano agarra su muñeca deteniéndolo al instante

--Estas molesto por algo? Puedo saber que es?--

--NO HACE FALTA! NO TIENE NADA QUE VER CONTIGO!!--a pesar de el mismo saber que eso era mentira, que la razón de su enfado no era otra que la "relación" tan estrecha entre su prometido y la perra rubia o como el la llamaba

--No te creo!--le contesta firmemente--porque siempre tratas de evadir el tema de esta forma--

--No evado el tema!!!--mentira--No tengo nada que decirte!!!--otra mas, ya la mente de aquel rubio se sentía como que en cualquier momento explotaría

--Vale--se rinde--por ahora te creere...pero...--duda un momento en si decirlo pero decide callar--no es nada--

--Entonces apuremonos que tengo hambre--dice para dirigirse a paso apurado para el comedor, hoy también tendría que lidiar con es dolor en su pecho y la impotencia de no poder echarle en cara todos aquellos sentimientos que mantiene ocultos por miedo a perder el poco afecto que le quedaba de Yuuri.