No esperes que sea paciente, cada vez que los veo no puedo evitar el querer llorar, aun si la vida no es tu aliada, yo si lo seré

Kate daba vueltas por toda su habitación, desde que Greta se había ido del pueblo ella le pidió a su madre por un aperitivo, iba a pasar un rato estudiando. Claro que no era lo típico, habiendo tenido en sus manos el que seria el único alimento en unas horas se coloca en posición para leer las runas de aquel libro, mas no logra nada en un par de minutos, frustrándose por tal y acabando en el suelo de tanto rodar por la habitación. Recuerda enseguida algo, por lo que sale corriendo en dirección a aquello que le ayudara a entender lo que ahí esta escrito.

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Acordando volver a partir hacia el reino Winterspell después de un par de horas Yuuri aprovecha la ocasión para dar una vuelta, claro que con el disfraz puesto, siendo seguido de cerca por Melissa y Wolfram. Si al llegar al pueblo le había parecido hermoso, ahora que podía andar libremente encontraba cada puesto de venta fascinante.

--Ten cuidado henachoko--advertia Wolfram sin alterarse, caminando a la par de la chica de similar apariencia

--¡Ya lo se!-- responde de manera algo infantil al regaño, lo cierto es que no le importaba, alguna extraña fuerza le hacia querer que pasara algo

Melissa ríe por las interacciones de ambos, recordándole vagamente a una pareja acaramelada, lanzando lejos esa idea, y sin tener nada mas que hacer, decide conversar un poco don su compañero.

--Así que...von Bielefeld... ¿desde cuando usted siente algo por el rey Yuuri?--pregunta en un claramente fingido y burlon tono solemne, buscando jugar un rato con él

La reacción de Wolfram fue de por mas tierna, al momento en que esa pregunta cayo como una bomba nuclear, no fue lo que preguntó, sino quien lo preguntó, por alguna extraña razón se avergonzaba de que precisamente ELLA se diera cuenta de algo tan obvio, pero a la vez tan raramente disimulado, que su soberano Maou no podía notar la verdad frente a sus ojos. Al momento Wolfram llego a la conclusión de que le molesta porque ella es su rival, aunque fuera completamente alejado de la realidad.

--¿No es obvio?--pregunta de vuelta, intentando disminuir un poco la reacción que la chica causo en si--¿Desde cuando crees que paso?

Melissa ríe por lo tierno que le parece el prometido del rey, al momento deprimiéndose un poco, pero decide dejarlo pasar una vez mas, como siempre.

--Supongo que desde que le conoció bien, ustedes hacen muy bonita pareja, quizás les tenga algo de envidia--susurra las ultimas palabras de forma tal que nadie mas que ella las logra escuchar

--No creo eso...--Wolfram es ahora quien se decae, siendo notado al momento por la joven quien toma su mano dándole cierto apoyo--Yuuri no acepta nuestro compromiso...--

--¡Entonces es un rey tonto!--suelta con voz infantil y algo mas alta que lo demás, por suerte con la distancia a la que camina Yuuri de ellos no logra escuchar nada

Al instante se arrepiente de el haber perdido los estribos de esa forma, mas la risa de Wolfram a su lado le devolvió la confianza. Había logrado animar a su compañero.

--Tienes razón--continua riéndose, a lo que Melissa toma aun mas confianza y se ríe con él

Sin darse cuenta comenzaban a formar una amistad inesperada, poco a poco iban relajando el ambiente una vez mas, demostrando la cantidad de cosas en común que tienen en realidad. Una de ellas es esa personalidad energética e impactante, capaz de doblegar a los demás a su voluntad, sumándole eso a un no tan ligero toque infantil que les hace parecer niños grandes. Pero Wolfram descubrió algo mas, algo que la chica intento ocultar, se podría decir que hasta suprimir, o lo fue perdiendo con el tiempo, el caso es que Melissa tiene un orgullo digno de la nobleza, lo que algo destrozado, al igual que el suyo.

Desde la distancia Yuuri solo escuchaba las risas de ambos, mas no el contenido de la conversación, lo cual le daba cada vez mas razones para creer que estarían mejor sin él. Al momento siente una extraña presencia que le pone en guardia. Mira detrás de él para descubrir que Wolfram aun no se ha dado cuenta, por lo que, decidido, se dispone a encontrar por su cuenta que ocurre.

Camino rápido, casi llegando a trotar, por entre el mar de personas, buscando a quien este vigilándolos, mas cuando llego al lugar de donde provenía no encontró a nadie, solo una paloma herida, sus alas estaban mas rojas que grises y todo su cuerpo parecía envuelto en suciedad. Recoge al pequeño animal que se notaba sufriendo e intenta, con la poca magia que controla, hacer algo con el animalito.

Supo que su desastroso intento funciono cuando la pequeña ave comenzó a retorcerse un poco por el dolor, señal de que recuperaba sus fuerzas, pero si quería una mejor recuperación tendría que regresar a el punto de encuentro.

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Melissa y Wolfram estaban desesperados, en algún punto de su conversación habían perdido de vista a Yuuri, sin enterarse de el porque. Comenzaron a rondar preguntando a todas las personas que se encontraban en el camino si habían visto a alguien con las características del Maou, claro que la versión disfrazada. Por desgracia no tuvieron mucha suerte, no hasta que una anciana mujer les dio el positivo, ella había visto a alguien que le pareció similar a la descripción que le dieron dirigirse muy apresurado hacia una dirección.

Siguiendo el camino que la anciana les explico llegaron a las cercanías del punto de encuentro, notando que, efectivamente, ahí estaba Yuuri, muy preocupado miraba a todos lados mientras movía su pie en señal de ansiedad.

--¡Henachoko!--grita Wolfram llegando a su lado, Yuuri al verlo no pudo reprimir una sonrisa, cambiando por completo la anterior expresión, sin importarle que venga junto a Melissa

--¿¡Donde te metiste Yuuri!?--pero antes de que el maou lograra decir una palabra la chica ya estaba tirando de un mechón de su cabello, en forma de regaño--¿¡Sabes acaso cuan preocupados estábamos!?¡Wolfy!¡Dile algo tu también!--

--¡Dejame hablar!--se queja el maou intentando que la rubia suelte ya su cabello, aunque fue prácticamente inútil, la mazoku tenia una extraña habilidad para divertir a Wolfram pues este soltó una baja risa

--¡Habla~!--dice alegre Melissa soltando el negro mechón y moviendo los brazos cual anguila con retraso, esa acción le pareció divertida a su compañero a pesar de todo

Yuuri no podía, quería decirles de la mala sensación que tuvo pero ver como se divertían con esos pequeños juegos le quito el valor que debería tener. En cambio solo rezo porque alguno de los dos fuera mejor que el curando.