❝ ⤷‧₊˚ 00| De cómo casi repruebo Historia (otra vez) ❞  ꒱꒱ .•:

El timbre de la escuela sonó como una señal de salvación. Era mi señal de que tenía exactamente 5 minutos para llegar al salón de Historia sin que el señor Johnson me diera otra de sus charlas sobre "responsabilidad" y "el valor de la puntualidad". La misma charla que me da todos los martes y jueves. ¿Quién iba a decir que salvar la ciudad todas las noches podría interferir con mi rendimiento académico? Pero claro, eso no es algo que pueda poner en mi excusa para llegar tarde.

—Lo siento, señor Johnson, estaba atrapada en el tráfico... colgando de un par de telarañas entre dos rascacielos —murmuré para mí misma mientras corría por los pasillos abarrotados de la escuela.

Si crees que mi vida es normal porque soy una chica de preparatoria, entonces claramente no has escuchado el apodo de «Spider-Girl». Sí, es un nombre muy original, lo sé. Pero seamos honestos, ¿qué otro nombre iba a ponerme? «Chica que trepa paredes y tiene poderes de araña» no era exactamente pegajoso.

En fin, mientras corría por los pasillos, sorteando mochilas tiradas y esquivando a parejas que pensaban que la escuela era un lugar romántico para acaramelarse, noté a MJ y Ned Leeds hablando junto a mi casillero. No pude evitar una sonrisa. Ellos eran el pequeño rayo de sol en mis caóticos días de salvar el mundo.

—¡Hey, Gwen! —gritó MJ al verme—. ¿Llegas tarde otra vez?

MJ, o Mary Jane Watson, era imposible de pasar por alto. Su largo cabello pelirrojo caía en ondas sobre sus hombros, y sus ojos verdes brillaban con esa chispa que la hacía parecer siempre lista para la próxima aventura.

—¡No es por falta de intentos! —respondí, alcanzándolos en un salto.

Ned arqueó una ceja con su habitual expresión de «no te creo nada». Sabía que Ned sospechaba algo, pero hasta ahora había logrado mantener mi doble vida en secreto. Bueno, casi en secreto. Hubo un pequeño incidente con mi traje y una lavadora descompuesta, pero esa es otra historia.

—¿Por qué siempre tienes esa cara de haber corrido un maratón? —preguntó él mientras me seguían al salón de clases.

—¡Es que soy muy atlética! —dije, haciendo una pose ridículamente dramática que sacó una risa a MJ.

El señor Johnson ya había comenzado su monólogo sobre la Revolución Americana cuando llegamos. Me lancé a mi asiento, tratando de no hacer ruido, pero inevitablemente tropecé con la mochila de Flash Thompson, quien obviamente había dejado el estúpido objeto justo en el camino. Flash, con su corpulenta figura y su cabello rubio corto, me lanzó una mirada altanera.

—Tarde de nuevo, Gwen —gruñó Flash en su tono habitual de «soy el rey del mundo y todos los demás son mis súbditos».

—Es difícil llegar a tiempo cuando uno tiene una vida tan interesante como la mía, Flash —le devolví, sonriendo mientras me acomodaba en mi asiento.

Él frunció el ceño, claramente sin entender lo que había dicho. Otro punto para mí.

El resto de la clase pasó en una especie de neblina. Mi mente estaba más concentrada en recordar si había terminado de reparar mi lanzatelarañas después del último enfrentamiento con ese maniático que decidió hacer explotar media calle porque su café tenía leche entera en lugar de deslactosada. Y sí, estas son las cosas que pasan cuando decides ser una heroína en Nueva York.

Cuando finalmente sonó el timbre de salida, sentí una mezcla de alivio y adrenalina. Tenía que balancear la vida escolar, las tareas, y, oh sí, salvar a los ciudadanos de Nueva York sin que mi papá, el Capitán Stacy, se enterara de que su hija es la nueva sensación en spandex.

—¿Nos vemos más tarde en la cafetería, Gwen? —preguntó MJ, mientras guardaba sus cosas.

—Claro, después de que termine de... ya sabes, hacer "esas cosas". —Le sonreí, sintiendo la emoción burbujear en mi interior. El día apenas comenzaba para Spider-Girl.

La veía alejarse, y por un momento, deseé poder ser simplemente una adolescente normal, con preocupaciones normales, como la ropa que usaría al día siguiente o si debería pedir un frappuccino o un latte. Pero la realidad era que mis preocupaciones giraban en torno a supervillanos, misiones suicidas y la constante necesidad de esconder mis poderes. Ah, y claro, tratar de no arruinar mi vida académica en el proceso.

—Oye, Gwen, no te olvides del proyecto de Historia para la próxima semana —me recordó Ned, quien aún seguía a mi lado mientras nos dirigíamos hacia la salida. Sus palabras resonaron en mi cabeza como una sentencia de muerte.

—Oh, sí... el proyecto —dije con la voz más convincente que pude, aunque internamente estaba teniendo un mini colapso. Entre salvar la ciudad y no reprobar Historia, claramente solo podía elegir una opción. Spoiler: la ciudad siempre ganaba.

—Sé que no te gusta la historia, pero si necesitas ayuda, ya sabes dónde encontrarme —Ned agregó, arqueando una ceja de esa manera que dejaba claro que sabía que yo no tenía ni una sola palabra escrita del proyecto. Era casi como si tuviera un sexto sentido... o, ya sabes, sospechara de mis actividades nocturnas.

—Gracias, Ned, lo aprecio —respondí, aunque ya me veía esa misma noche balanceándome entre edificios mientras recitaba los puntos clave de la Revolución Americana en voz alta, esperando que algo se quedara en mi cabeza.

Salimos de la escuela, y sentí el cálido sol de la tarde golpear mi rostro. Nueva York tenía ese algo especial, esa vibra que te hacía sentir que podías conquistar el mundo, o al menos no reprobar Historia por tercera vez en el año.

—Nos vemos en la cafetería, Gwen. No tardes, o te comeremos todo el postre —me amenazó amistosamente antes de desaparecer entre la multitud.

Con un suspiro, me encaminé hacia la biblioteca, donde pretendía pasar al menos una hora "estudiando" antes de que el deber me llamara. Por supuesto, "estudiar" era un término relativo. En realidad, pasaría la mayor parte del tiempo revisando las noticias en busca de señales de actividad criminal o cualquier cosa que requiriera mi intervención.

Entré a la biblioteca y me dirigí a una mesa al fondo, sacando mis libros y abriendo mi cuaderno. Intenté concentrarme, realmente lo intenté, pero mi mente seguía divagando hacia la última vez que casi me atrapan en pleno salto entre edificios, cuando mi lanzatelarañas decidió dejar de funcionar a media acción. Y eso me recordó que todavía no había terminado de repararlo.

Genial, otra cosa más para añadir a mi interminable lista de tareas.

Pasaron unos minutos antes de que el sonido de mi teléfono vibrando en la mochila me sacara de mis pensamientos. Lo saqué y vi un mensaje de texto encriptado que solo significaba una cosa: problemas.

«Necesitamos tu ayuda en Midtown. Algo grande se está gestando.»

Guardé el teléfono y eché un último vistazo a los libros abiertos sobre la mesa. "Supongo que la Revolución Americana tendrá que esperar", pensé mientras guardaba todo apresuradamente.

Salí de la biblioteca con una única misión en mente. Con el sol poniéndose en el horizonte, sentí esa familiar mezcla de miedo y emoción. Era hora de cambiar mi sudadera por algo un poco más... ajustado.

Porque aunque ser una heroína en Nueva York es un trabajo de tiempo completo, alguien tiene que hacerlo. Y además, ¿quién necesita un proyecto de Historia terminado cuando puedes escribir tu propia historia entre los rascacielos?

[...]

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❪ Este fanfic está inspirado en el universo de Marvel, centrado en Gwen Stacy y su romance con Peter Parker. Aunque muchos personajes pertenecen a Marvel, algunos son creados por mí. Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta historia sin mi permiso. ✶📜🌷❫

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